productos para afeitarse, desodorantes, champús, geles de baño,
lacas del pelo, colutorios bucales. Se usa también para esterilizar las
tuberías de las máquinas para envasar productos alimenticios y como
consecuencia, todos o casi todos los alimentos envasados lo
contienen. También lo contienen los colorantes, aromatizantes y
saborizantes artificiales.
Pero la legislación (nos referimos a la legislación norteamericana,
según informa la Dra. Clark) no regula el contenido de disolventes en
los alimentos y menos en los productos corporales.
La Dra. Clark, licenciada en fisiología y biología con mención
honorífica por la Universidad de Saskatchewan, Canadá, licenciada en
biofísica y fisiología celular por la Universidad de Minnesota, y
doctorada en fisiología por la misma universidad, analizó infinidad de
alimentos envasados, incluidos los que aquí llamamos «biológicos», y
todos estaban contaminados con alcohol isopropílico, con benceno o
con tetracloruro de carbono. Analizó champús, alcohol de desinfectar,
enjuagues bucales, cosméticos, productos de afeitar, para el pelo,
café instantáneo, descafeinado, suplementos vitamínicos, azúcar
blanco, jugos de frutas, cereales para el desayuno, incluidos l os
«naturales» o «biológicos», aguas minerales, medicinas con o sin
receta, y refrescos envasados.La autora en sus libros publica las
fotografías de los productos contaminados, con las marcas bien a la
vista, y todas son maltas muy conocidas en todo el mundo.
Dice también: ¡TIRE ESTOS PRODUCTOS A LA BASURA!
No se los regale a nadie, no perjudique a nadie.
Esto es el alcohol isopropílico, que también puede llamarse alcohol
propílico, propanol, isopropanol, o alcohol de desinfección.
Evidentemente estamos hablando de lo que pasa en Estados Unidos,
pero nosotros hemos visto con nuestros propios ojos en una
droguería común y corriente alcohol de desinfección que, además de
contener un marcador para que no fuera apto para uso de boca,
indicaba la presencia de alcohol isopropílico. Como si esta fuente de
intoxicación exógena no fuese suficiente, existe también la fuente
endógena, es decir, producida en el interior del cuerpo.
Existe una familia de bacterias llamada Clostridium, cuyas seis
variedades colonizan el intestino y a veces también el esófago y el
estómago. De esta manera, algunas especies de esta bacteria
producen en su metabolismo el ya conocido disolvente propílico y,
cuantas más áreas del intestino invaden, más disolvente producen.
Todavía no se sabe con seguridad si otros productos químicos como
la propamida, propacetamida, isopropil galato, propionato de calcio, y
otros, que son compuestos isopropílicos, pueden ser -transformados
en el organismo en alcohol isopropílico. Existiendo esta duda es más
seguro desecharlos. Para mayor seguridad es mejor no usar ningún
producto que contenga la fracción «..prop...» dentro de la palabra de
la lista de ingredientes. Estos productos químicos han sido añadidos
en los procesos de elaboración y cuando se intenta eliminarlos nunca
desaparecen completamente.