LA VEJEZ
El envejecimiento de la población es un fenómeno relativamente
nuevo en la historia de la humanidad. Es un reto que hay que
afrontar, en nuestros días es posible llegar a viejos y hay que
envejecer correctamente. Sin embargo la vejez se contempla
vulgarmente como una realidad que afecta a una parte de la
población. Los viejos se configuran como una categoría
independiente del resto de la sociedad.
•Nos encontramos con distintas
concepciones de vejez. Hay una vejez
cronológica que en realidad se basa en la
edad del retiro del ámbito laboral, entonces
decimos que a partir de los 65 años se es
viejo.
•Existe una vejez funcional que utiliza viejo
como sinónimo de incapaz o limitado. Esto
es erróneo pues la vejez no significa
incapacidad y hay que luchar con la idea de
que el viejo es funcionalmente limitado
•La vejez como cualquier otra edad posee su propia
funcionalidad, las barreras a la funcionalidad de los ancianos
surgen con frecuencia de las deformaciones y mitos sobre la
vejez más que de reflejos de deficiencias reales.
•Pero si queremos encontrar una concepción de la vejez más
equilibrada, podemos reconocerla como una etapa vital,
basada en el reconocimiento que el transcurrir del tiempo
produce efectos en la persona, la cual entra en una etapa
distinta a las vividas anteriormente, semejante a otras etapas
vitales como pueden ser la niñez, la adolescencia. La vejez
constituye una etapa más de la experiencia humana y por lo
tanto puede y debe ser positiva y de desarrollo individual y
social.
•La Gerontología es de interés para toda las
sociedades. Para el que envejece y para el
profesional que le ayuda a envejecer correctamente.
Se desarrolla como una nueva dimensión de varias
ciencias y de varias profesiones, sobre todo en el
campo de lo social y de la salud. Cada una define la
vejez desde sus puntos de vista y tienden cada vez
más a trabajar en equipos interdisciplinarios para
trascender lo más posible las perspectivas propias
de cada especialización. Solamente con la
complementariedad de las diversas disciplinas
podremos englobar la totalidad de estos fenómenos
y descubrir su unidad y estructura dinámica.
•Generalmente tratamos a los viejos como niños,
escuchamos sus preocupaciones como pueriles. Sin
embargo una buena relación con ellos tendría que
permitirles ser mas de lo que expresan de si
mismos, porque esto les permitiría vivir la relación
que tenemos con ellos como una relación de
crecimiento. Otro de nuestros errores en el trato con
los mayores es esa tendencia a identificar a los
ancianos por lo que han sido o hecho: "empleado
jubilado de...", "vivía en...", "tiene tres hijos", etc. De
esta manera no reconocemos en ellos la existencia
de una gran riqueza todavía por expresarse, es como
si en sus realizaciones pasadas se agotara su
riqueza existencial.
•Nos planteamos la necesidad de lograr una
definición de la ancianidad desde el punto de vista
del principal interesado, del que está envejeciendo.
Para mejorar la calidad de vida de los mayores es
necesario comprender qué significa ser viejo, cómo
se ven los viejos a si mismos y cómo ven su vida.
•La capacidad de establecer una relación de calidad
con las personas mayores no es el fruto de técnicas
ni métodos, es el reflejo de la calidad de ser de aquel
que interviene, al igual que el arte de ser viejo
depende del modo como una persona se sitúa frente
al devenir personal.
•La vida se desarrolla expresándose, cada
anciano debe encontrar su lugar y su modo
de expresión y nuestra ayuda desde la
Gerontología debe tener como objetivo
favorecer a su devenir personal. Aún en
tiempo de vejez, el crecimiento personal es
posible, porque la personalidad puede aún
encontrar cómo expresarse y es la relación
interpersonal la que ofrece la posibilidad de
comunicación y está en nosotros ofrecerles
el terreno donde desarrollarse.
•Cuando el adulto mayor llega a nosotros, es importante
mantener varias entrevistas que nos permitan aproximarnos a
su realidad.,conocer su relación con su familia, comunidad y
entorno.
•Es fundamental saber con cuanto capital social y relacional
cuenta. Recordemos que en la vejez hay un empobrecimiento
de la calidad y cantidad de los miembros de la red social ,y que
la competencia socio-afectiva y cognitiva está relacionada con
estas redes familiares y sociales que la facilitan y potencian. Y
está en nosotros armar las estrategias necesarias que le
permitan recuperar esas competencias que le darán una mejor
calidad de vida.
•Está en nosotros ofrecer nuevos modos de
participación social, revalorizar las redes
familiares y sociales que los arrancarán del
anonimato y fortalecerán su identidad
•Ser viejo no es sinónimo de estar enfermo o
de estar necesariamente triste, pero con
frecuencia se considera normal un descenso
en el estado de ánimo de los ancianos
•Está en nosotros ofrecer nuevos modos de
participación social, revalorizar las redes
familiares y sociales que los arrancarán del
anonimato y fortalecerán su identidad
•Ser viejo no es sinónimo de estar enfermo o
de estar necesariamente triste, pero con
frecuencia se considera normal un descenso
en el estado de ánimo de los ancianos
•Cuando un adulto alcanza la edad de la
jubilación representa para la propia
persona dos cosas: por un lado ha
alcanzado la vejez y por otro ya no es
útil a la comunidad. Una y otra cosa
van unidas y comportan sendos duelos
porque el colectivo "ancianos" están
relegados de la sociedad competitiva
en la que vivimos.