La vida de pablo emilio escobar gaviria

oscaracua35 108 views 6 slides Sep 08, 2019
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narcoterrorismo colombiano


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La vida De Pablo Emilio Escobar Gaviria
Rio negro, Antioquia, 1 de diciembre de 1949 - Medellín, Antioquia, 2 de diciembre de 1993) fue
un terrorista, criminal, narcotraficante y político colombiano, fundador y máximo líder del Cartel de Medellín.
Nacido de una familia campesina, Escobar demostró habilidad para los negocios desde muy pequeño. Inició su vida delictiva
a finales de los sesenta en el contrabando, y a comienzos de la década de los ochenta, se involucró en la producción y
comercialización de marihuana y cocaína al exterior. Tras formar alianzas con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos
Lehder y Jorge Luis Ochoa, Escobar fundó el Cártel de Medellín, organización que en su auge, monopolizó el negocio de la
cocaína desde su producción hasta su consumo, controlando más del 80% de la producción mundial de dicha droga y del
75% del mercado ilícito de la misma en Estados Unidos.
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Durante esta década logró consolidar su imperio criminal,
convirtiéndolo en el hombre más poderoso de la mafia colombiana, acumulando una inmensa fortuna, que rondó la cifra de
entre 25 000 a 30 000 millones de dólares, consagrándolo así como uno de los hombres más ricos del mundo según la
revista Forbes durante siete años consecutivos.

Infancia y juventud
Según testimonio de su madre, Escobar empezó a mostrar perspicacia y astucia ya en la escuela primaria; y en los inicios de
la secundaria, se hizo evidente otra de sus cualidades, su liderazgo sobre sus compañeros. Escobar y su primo Gustavo
Gaviria Rivero hacían pequeños «negocios» en el liceo Lucrecio Jaramillo Vélez, donde ambos estudiaban. Hacían rifas,
intercambiaban cómics, vendían exámenes y prestaban dinero a bajo interés. De esta manera, Pablo Escobar empezó a
desarrollar su «habilidad» para los negocios y el comercio.
En 1969 terminó el bachillerato en el mencionado Liceo, entonces fue admitido para cursar estudios en la Facultad de
Economía de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín en la que estudiaban varios de sus primos Gaviria, entre
esos José Obdulio, pero finalmente optó por retirarse ya que prefirió dedicarse a sus «negocios» personales.
Matrimonio e hijos
Su esposa fue Victoria Eugenia Henao Vallejo, La Tata, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976. De
dicha unión nacieron sus dos únicos hijos: Juan Pablo Escobar Henao el 24 de febrero de 1977 y Manuela Escobar Henao
el 24 de mayo de 1984. Gloria Gaviria Flores, quien fue su prima consentida, fue la madrina de la boda junto con Carlos
Fersch, el mejor amigo del Cartel del Sur.

Juan Pablo Escobar y su padre en el año 1977.
Carrera Delictiva.
Los comienzos de Escobar en el crimen organizado se dieron lenta pero inexorablemente y a lo
largo de su carrera criminal, se sirvió de una extraña mezcla de violencia, sangre, paternalismo y filantropía para lograr sus
fines. Mientras, por un lado, eliminaba sin piedad a sus competidores, ordenaba asesinatos, estimulaba intrigas o conspiraba
contra figuras influyentes de la política o el Gobierno, por el otro, regalaba sándwiches a los mendigos, erigía casas para los
pobres de Medellín o construía campos de fútbol para los niños de los suburbios, lo que le proporcionaba un fuerte apoyo
popular en los barrios más pobres de la ciudad.

Tranquilandia era el principal centro de producción de cocaína del Cartel de Medellín localizado en Caquetá. Contaba con 19
laboratorios de procesamiento, abundante agua dulce (del río Yarí), un sistema eléctrico independiente, dormitorios y una
pista para aterrizaje. El complejo fue destruido en 1984 por la Policía Nacional y la DEA incautando cerca de 14 toneladas de
droga, valorada en 1 200 millones de dólares.
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Escobar comenzó su carrera delictiva con pequeños timos, hurtos y trabajando para el rey del contrabando en Colombia
Alfredo Gómez López El Padrino. Al contrario de lo que se decía, no tuvo un negocio de bicicletas ni robó lápidas para
revenderlas, ya que era profundamente creyente desde muy pequeño, al igual que su familia. Años más adelante construiría
varias iglesias, campos de fútbol y reconstruiría la ciudad con los ingresos derivados del tráfico de cocaína. A medida que fue
creciendo se involucró en el hurto de automóviles en las calles de Medellín,41 y pronto pasó a dedicarse al tráfico
de marihuana hacia los Estados Unidos. Se le involucró igualmente en el secuestro y asesinato del industrial Diego Echavarría
Misas en 1971,42 y del capo del narcotráfico Fabio Restrepo en 1975.43 Primero actuaba como intermediario que compraba
la pasta de coca en Colombia, Bolivia y Perú,44 para posteriormente revenderla a los traficantes encargados de llevarla a
Estados Unidos. En la década de 1970 se convirtió en una pieza clave del tráfico internacional de cocaína, asociado
con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder, Jorge Luis Ochoa y sus hermanos Fabio y Juan David, fundó y lideró el
denominado Cartel de Medellín que se hizo con el control de pistas, rutas, laboratorios y monopolizó el comercio ilegal desde
la producción hasta el consumo. En 1978 fue detenido por tráfico de estupefacientes, pero el proceso prescribió y quedó en
libertad meses después de su detención. No obstante, el proceso fue reabierto por la jueza Mariela Espinosa, quien también
desistió de la investigación por amenazas contra su vida.45 Espinosa fue asesinada años después por orden de Escobar.


La cocaína enviada por el Cartel de Medellín a Estados Unidos era empacada en bloques e ingresaba oculta entre partes de
maquinaria, autos, submarinos, botes y hasta en las llantas de las avionetas procedentes de Colombia. Hasta 15 toneladas
de esta droga ingresaban al país del norte cada día.

El 30 de abril de 1984 Lara Bonilla es asesinado por órdenes de Escobar dando inicio a un período que ha pasado a la historia
como el «narcoterrorismo». Tras dicho hecho el presidente Belisario Betancur, antes opuesto a la extradición de colombianos,
decide autorizarla desencadenando una serie de operativos por parte de la policía para capturar a los miembros del Cartel de
Medellín. Con este marco legal del Estatuto de Estupefacientes, Betancur inició la primera gran guerra contra el narcotráfico;
se dispone del embargo y del secuestro de bienes y del aumento de penas y multas para delitos asociados al tráfico de
drogas, pasando éstos al conocimiento de la Justicia Penal Militar.

Después del ascenso a la presidencia de Barco Vargas, en septiembre de 1986, sicarios motorizados mataron al juez Gustavo
Zuluaga Serna ―encargado de investigar la muerte de dos agentes del DAS, que en 1978 habían arrestado a Escobar por
posesión y tráfico de estupefacientes―. En octubre de 1986, mataron al coronel de la policía antinarcóticos, Jaime Ramírez
Gómez. El 17 de diciembre de 1986 mataron a Guillermo Cano ―director del diario El Espectador―. En enero de 1987,
sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista en Budapest (Hungría), contra Parejo González, exministro de Justicia
y por entonces embajador de Colombia en ese país.
Se cree que Escobar fue quien provocó la captura y extradición a los Estados Unidos de Lehder el 4 de febrero de 1987.

Escobar y el resto de la cúpula teniendo conciencia del peligro que la extradición representaba a sus intereses y decididos a
combatirla, reforzaron su aparato militar y económico, y se dieron a la tarea de recaudar entre todos los narcotraficantes
cuantiosos recursos, incluso entre los que no eran parte de su grupo, para poder financiar el previsible escalamiento de
violencia. La ambición de Escobar por dominar la situación motivó una primera purga dentro de la organización, entre ellos
Pablo Correa Arroyave, y el secuestro de varios traficantes del Valle, todo ello a través de un fallido intercambio de favores
entre Escobar y Gilberto Rodríguez. Tras la negativa de Rodríguez a entregar a Piña, uno de sus hombres, Escobar ordena
el secuestro de Piña y su asesinato a manos del Negro Pabón, uno de sus lugartenientes. Dicho asesinato y el temor de los
hermanos Rodríguez Orejuela, de Elmer Pacho Herreray de José Santacruz Londoño de ser las próximas víctimas, motivó la
ruptura entre ambos carteles. La captura en noviembre de 1987 de Jorge Luis Ochoa en Buga (Valle), fue vista como producto
de una delación de los traficantes de Cali.
La posible extradición de Escobar reactivó la ofensiva contra el Estado. Pocos días después, el político y candidato a la
alcaldía de Medellín Juan Gómez Martínez, se salvó de un intento de secuestro reivindicado por Los Extraditables. Y si bien
Ochoa fue liberado impunemente amparado en el derecho de hábeas corpus un mes después, la confrontación no se detuvo.
En los primeros días de enero de 1987, el Gobierno ―humillado públicamente― dio órdenes de extradición contra los
principales miembros de la organización. En esos días, sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista contra Pacho
Herrera, quien solo salió herido. El 13 de enero, Pacho Herrera hizo dinamitar el Edificio Mónaco, donde vivía Escobar con
su familia. Se intensificó la sangrienta guerra de sicarios entre ambos carteles. Estallaron varias bombas en las farmacias de
la cadena Drogas La Rebaja, propiedad de los Rodríguez Orejuela.



El 16 de enero de 1988, sicarios de Escobar secuestraron a Andrés Pastrana ―candidato a la alcaldía de Bogotá y más tarde
Presidente de la República― y lo mantuvieron varios días oculto en una finca cerca de Rio negro. El 25 de enero de 1988
secuestraron a Carlos Mauro Hoyos ―Procurador General de la Nación (Jefe de Fiscales)―, en el momento que éste se
dirigía al aeropuerto de Rio negro (Antioquia).
Ese mismo día, la policía de Rio negro liberó a Pastrana, y como represalia Popeye mató a balazos a Carlos Hoyos, que
llevaba diez horas secuestrado y cuyo plan previamente era mantener a Pastrana y a Hoyos secuestrados en un mismo sitio.
En marzo de 1988, varios cientos de uniformados cayeron sobre la finca El Bizcocho ―propiedad de Escobar―, pero este
fue avisado a último momento y escapó.
Ofensiva de 1989 y negociaciones
A partir de julio de 1988, el secretario general de la Presidencia, Germán Montoya había entrado en conversaciones con los
líderes de Los Extraditables. Subsecuentes declaraciones del Gobierno fueron interpretadas por los narcotraficantes como
una invitación al diálogo, por lo que el 15 de septiembre siguiente, estos respondieron con una carta a la administración Barco,
e hicieron llegar a Montoya un proyecto de ley de indulto y un plan de desmovilización. Sin embargo, ante la intransigencia

de los Estados Unidos, renuente a la posibilidad de dialogar con los narcos, se dilataron las conversaciones y al final se las
presentó como iniciativa personal del intermediario, desligando al primer mandatario de ellas.
Como una reacción a este diálogo sin resultados, el cartel encabezado por Escobar y Rodríguez Gacha, inició una cadena de
asesinatos de jueces, de funcionarios del Gobierno y de personajes de la vida pública. En marzo de 1989, Los Extraditables
mataron a Héctor Giraldo Gálvez ―apoderado del caso Lara en reemplazo de Castro Gil―, y dos meses después dinamitaron
la sede de la televisora Mundo Visión. Tras el intento de asesinato contra el jefe del DAS, general Miguel Maza Márquez el
30 de mayo de 1989 en Bogotá, utilizando una poderosa carga explosiva que liquidó a 7, el terrorismo se apoderó del país.
El 4 de julio de 1989, en Medellín, en un atentado dirigido al coronel Valdemar Franklin Quintero, murió el gobernador de
Antioquia, Antonio Roldán Betancur, junto a cinco de sus acompañantes. El 28 de julio de 1989, sicarios de Escobar
asesinaron a la jueza María Helena Díaz ―sustituta de Espinoza― y a sus dos escoltas.

El 16 de agosto de 1989 sicarios de Escobar mataron al juez del tribunal superior de Cundinamarca, Carlos Ernesto Valencia,
y el 18 de agosto en Medellín al coronel Quintero, acribillado a traición con decenas de impactos de bala. Aunque la noticia
del crimen ocurrido en las horas de la mañana fue opacada, cuando en la noche durante un mitin político en Soacha, varias
decenas de pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha se infiltraron en la manifestación y dieron muerte al precandidato
presidencial por el partido liberal, Luis Carlos Galán, enemigo acérrimo de los narcotraficantes y partidario de permitir la
extradición de los narcotraficantes a Estados Unidos, que era el que tenía más posibilidades de alcanzar la presidencia de la
nación. En este asesinato también se involucra al político Alberto Santofimio Botero (1942) ―que en 2006 se demostró que
había sido coautor intelectual del hecho.

El 30 de agosto de 1989 una primera bomba hizo explosión en Medellín, el 2 de septiembre fueron casi destruidas las
instalaciones del diario El Espectador, que en ese mismo día continuó su edición en horas de la tarde, el 11 de septiembre,
sicarios de Escobar asesinaron el líder liberal Pedro Peláez González, el 21 de septiembre, los sicarios de Escobar
dinamitaron 9 sedes políticas en Teusaquillo y el 26 de septiembre atacaron el Hotel Hilton en Cartagena. Pese a no poder
detener las continuas explosiones, las autoridades no cejaron en su esfuerzo, multiplicaron los allanamientos y capturaron a
dos grandes capos: Eduardo Martínez Romero y a Rafael El Mono Abelló, para luego extraditarlos a Estados Unidos. Como
represalia, el 16 de octubre de 1989, un coche-bomba arrasó la sede del periódico Vanguardia Liberal (de Bucaramanga) y
mató a 4 periodistas. El 8 de noviembre de 1989, sicarios de Escobar mataron al juez Héctor Jiménez Rodríguez y al
periodista Jorge Enrique Pulido (quien ya había recibido amenazas) cuando se disponía a regresar a su programa, después
de la emisión dominical del noticiero Mundo Visión, recibiendo varios impactos de bala. También mataron a Luis Francisco
Madero (representante a la cámara). A finales de octubre, asesinaron a siete policías en Medellín, cinco de ellos en la
explosión de un bus frente al Club de Oficiales de la ciudad.

El 23 de noviembre de 1989 se lanzó un operativo relámpago contra la hacienda El Oro, en Cocorna (Antioquia) en la que se
hallaba Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa. Escobar logró escapar, pero murieron dos de sus hombres ―uno de ellos su
cuñado, Fabio Henao―, y 55 fueron detenidos. Cuatro días después, el 27 de noviembre, sicarios de Escobar hicieron estallar
el vuelo 203 de Avianca
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con el fin de matar al entonces candidato César Gaviria Trujillo, sucesor de Galán (quien no había
subido al avión por consejo de sus asesores), con un saldo de 107 civiles asesinados. El 6 de diciembre de 1989, sicarios de
Escobar colocaron un bus bomba frente al edificio del DAS ―la policía secreta colombiana―, tratando de asesinar a su
director, el general Miguel Alfredo Maza Márquez, quien salió ileso a pesar de que la edificación quedó semidestruida. El bus-
bomba destruyó también más de 200 establecimientos comerciales a su alrededor. Murieron 63 civiles y 500 quedaron
heridos.



El 15 de diciembre de 1989, el Gobierno de Barco logró matar al segundo cabecilla del cartel de Medellín y su líder militar, El
Mexicano (Rodríguez Gacha). Fue localizado por un informante en la costa norte del país, en donde se hallaba refugiándose
de la persecución de las autoridades. Responsable de más de 2000 homicidios y reivindicando el ataque al edificio del DAS,
fue asesinado tras una dura persecución entre los municipios de Tolú y Coveñas en el departamento de Sucre, junto a su hijo
Freddy Rodríguez Celades, a su principal lugarteniente Gilberto Rendón Hurtado y a cuatro sicarios de su cuerpo de
seguridad. Al mexicano se le atribuían la mayor parte de los atentados terroristas de los últimos meses. Los Extraditables
intentaron una nueva estrategia de diálogo y negociación con el Estado, queriéndolo presionar con el secuestro del hijo del
secretario de presidencia, Álvaro Diego Montoya y de dos parientes del presidente de la República. Surge entonces una
propuesta del expresidente López Michelsen, respaldada por los también expresidentes Julio César Turbay y Misael Pastrana,
por el cardenal Mario Rebollo Bravo y por el presidente de la UP Diego Montaña Cuellar, consistente en la formación de una
comisión de Notables para negociar con los narcoterroristas.


Muerte
“Que a mí nunca en la gran puta vida me van a coger, y que yo desde la selva los mando matar a todos y a la larga los que
van a perder van a ser ellos. “Escobar en tono amenazante en un audio interceptado.
El día 2 de diciembre de 1993, un día después de haber cumplido 44 años, Escobar fue arrinconado por las fuerzas armadas
y por las amenazas que pesaban sobre su familia. Trató de negociar su rendición, condicionándola a la salida del país de su
mujer y sus hijos, pero esta vez su propuesta no halló eco entre el poder Ejecutivo. Si bien logró evadir al Bloque de Búsqueda
durante seis meses más, la muerte de su jefe de seguridad El Angelito (León Puerta Muñoz), en octubre de 1993, lo dejó
desprotegido, al mando ya de sicarios rasos. Finalmente, la preocupación por la situación de su esposa e hijos ―refugiados
en Residencias Tequendama bajo estricta vigilancia policial después de buscar fallidamente asilo en Estados Unidos y
Alemania― fue utilizada como carnada por el Gobierno para atraer a Escobar quien hasta ese momento padecía problemas
gástricos y presuntamente había anunciado formar un grupo armado denominado Antioquia Independiente. 55
El Bloque de Búsqueda se entregó a la tarea de localizar a Escobar hasta que, después de un año y cuatro meses de intensas
labores de inteligencia, el 1 de diciembre de 1993,56 consiguió rastrear y localizar seis llamadas que Escobar le hizo a su
hijo.

De su muerte existen varias hipótesis:

Miembros del Bloque de Búsqueda con el cuerpo de Pablo Escobar, muerto en un tiroteo tras 17 meses de intensa
búsqueda.
Se suicidó mediante un disparo debajo del oído,5960 lo que se vio en la exhumación del cadáver. Esta versión coincide
con el lema de los Los Extraditables: «Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos» y es la
versión que defiende su familia.
 Le disparó un francotirador del grupo Los Pepes.
 Le disparó un oficial de la DIJIN que formaba parte del Bloque de Búsqueda.
 Le disparó un francotirador de la Delta Forcé.
 Le disparó el tiro de gracia el coronel Hugo Heliodoro Aguilar, quien lideró el grupo de asalto que llegó a la casa.
 Le disparó Carlos Castaño Gil, máximo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), según una confesión de
un paramilitar llamado Antonio Hernández, conocido por el alias John.
 Fue acribillado por un escuadrón del Bloque de Búsqueda. Esta escena se representa en un célebre cuadro de Botero
y es la versión oficial.
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