Las Guerras Punicas

jano222 18,009 views 10 slides May 06, 2007
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Las Guerras Púnicas
Joe Lope Vicente

Concepto
Las Guerras Púnicas enfrentaron entre los años 264 a.C. y 146 a.C. a dos de las
potencias del Mediterráneo: Roma y Cartago.
Romanos y cartagineses (púnicos) se enfrentaron en tres etapas, hasta la
destrucción total de estos últimos.
La Primera Guerra Púnica (264 a.C.-241 a.C.) fue una guerra en Sicilia en una
primera etapa, para luego convertirse en una guerra eminentemente naval.
La Segunda Guerra Púnica (218 a.C.-202 a.C.) es la más conocida, por
producirse durante ella la expedición militar de Aníbal contra Roma cruzando los
Alpes.
La Tercera Guerra Púnica (149 a.C.-146 a.C.) significó la destrucción completa de
la ciudad de Cartago.

Primera Guerra Púnica
La Primera Guerra Púnica (264-241a.C..) se debió a la rivalidad política y
económica entre los dos poderes. Se inició cuando un grupo de soldados
mercenarios (mamertinos) de Campania cercados en la ciudad siciliana de
Messina (Mesina), solicitaron ayuda a Roma y Cartago contra Hierón II de
Siracusa. Cartago ya controlaba parte de Sicilia; los romanos respondieron a esa
petición con la intención de expulsar a los cartagineses de la isla. Después de
construir su primera gran flota, los romanos derrotaron a los cartagineses en la
batalla de Milai (260a.C..), cerca de la costa norte de Sicilia, pero no consiguieron
ocupar la isla.

En el 256a.C.. el ejército romano bajo el mando de Marco Atilio Régulo
estableció una base en el norte de África, pero al año siguiente el ejército
cartaginés le capturó. Durante los trece años siguientes la guerra se desarrolló en
gran parte en el mar, alrededor de Sicilia. El conflicto terminó con una batalla
naval en el 241a.C.., en la que los romanos tomaron Sicilia; en el 237a.C..
conquistaron Cerdeña y Córcega, hasta entonces en manos cartaginesas.

Segunda Guerra Púnica
Amílcar Barca, que dirigió a los derrotados en el 241a.C.., dedicó el resto
de su vida a fortalecer el poder cartaginés en Hispania, para compensar la pérdida
de Sicilia. Su hijo Aníbal tomó el mando del ejército cartaginés en esa región en el
221a.C.., y en el 219a.C.. atacó y capturó Sagunto, una ciudad hispánica aliada de
Roma. Ello desencadenó la segunda Guerra Púnica (218-201a.C..). En la
primavera del año 218a.C.. Aníbal marchó con un gran ejército, formado por
escuadrones de elefantes, a través de Hispania y la Galia, cruzó los Alpes y atacó
a los romanos en Italia antes de que estuvieran preparados para la guerra,
consolidando una buena posición en el norte del país, al tiempo que Hispania
pasaba a ser una parte importante del teatro de operaciones.
Marcha de Aníbal
hacia Italia

La Segunda
Guerra Púnica

Hacia el 216a.C.. había obtenido dos importantes victorias, en el lago
Trasimeno y en la ciudad de Cannas, llegando al sur de Italia. A pesar de sus
peticiones, Cartago le envió insuficientes refuerzos hasta el 207a.C.., cuando su
hermano Asdrúbal salió de Hispania con un ejército para unirse a él. Asdrúbal
cruzó los Alpes, pero en una batalla en el río Metauro, en el norte de Italia, fue
derrotado. Mientras tanto, el general romano Publio Cornelio Escipión, conocido
como Escipión el Africano, había derrotado a los cartagineses en Hispania, tras
arribar en el 218a.C.. a Emporion (Ampurias); y en el 204a.C.. desembarcó en el
norte de África.
Batalla de
Cannas

Los cartagineses llamaron a Aníbal para defenderse contra Escipión, pero
fue derrotado, al mando de un ejército de reclutas desentrenados, por el general
romano en la batalla de Zama en el 202a.C.. Esta batalla marcó el final de
Cartago como gran potencia y terminó con la segunda Guerra Púnica. Un año
después, los cartagineses entregaron Hispania y las islas del Mediterráneo que
aún poseían, renunciaron a su armada y pagaron una fuerte indemnización a
Roma.
Aníbal

Tercera Guerra Púnica
Sin embargo, en el siglo II a.C., Cartago continuó comerciando, y, aunque
era una potencia menor, su resurgimiento acabó por irritar a Roma. En el
153a.C.., los discursos del censor Catón el Viejo, quien persistía en demandar
Delenda est Carthago (“Cartago debe ser destruida”), incitaron aún más a los
romanos contra los cartagineses. Una violación, sin importancia, del anterior
tratado por parte de Cartago, dio a los romanos el pretexto para empezar la
tercera Guerra Púnica (149-146a.C..).

Bajo el mando de Publio Cornelio Escipión Emiliano, capturaron la ciudad
de Cartago, la arrasaron y vendieron a los habitantes sobrevivientes como
esclavos. El poder de Roma adquirió desde entonces unas características nuevas,
fundamentadas todas ellas en el hecho de que pasaba a ser absoluta dominadora
del Mediterráneo occidental.