Las mujeres de la independencia

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Las mujeres de la independencia.

Doña Josefa Ortiz de Domínguez.

Doña Josefa Ortiz de Domínguez     Doña Josefa Ortiz de Domínguez, patriota mexicana y heroína de la Independencia de México, pasó a la historia por ser una mujer valiente que arriesgó su vida, cuando informó que la conspiración independentista de Querétaro, había sido descubierta. Sin este significativo aviso, la lucha de independencia, hubiese sido descubierta.

Leona Vicario

Leona Vicario Cuando murieron sus padres, quedó al cuidado de su tío, Agustín Pomposo Fernández. Conoció al estudiante Andrés Quintana Roo, del que se enamoró. Su tío no permitió el matrimonio por las ideas revolucionarias del joven. G astó todo su patrimonio para ayudar a los insurrectos.

En 1813 fue descubierta y denunciada como conspiradora y su tío la internó en el convento de Belén de Las Mochas . Se casó con Andrés Quintana Roo en secreto y acompañaron a las tropas de José María Morelos Leona Vicario falleció el 21 de agosto de 1842 en la Ciudad de México.

Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín

Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín (1775 - 1821) Principal organizadora, en abril de 1811, de una conspiración en la ciudad de México para promover la independencia. La noche del lunes de la Semana Santa de 1811, llegó la noticia de la detención del cura don Miguel Hidalgo y demás jefes insurgentes registrada en Acatita de Baján . Cuando se enteraron de la derrota exclamó ¡hemos de aprehender al virrey y ahorcarlo! ¿Qué es esto, señores? ¿Qué? ¿Ya no hay hombres en América aparte de los generales que han caído prisioneros? Así nació la conspiración del año 1811.

Gertrudis Bocanegra

Gertrudis Bocanegra Nació en Pátzcuaro, Michoacán, en 1765. Murió ahí mismo el 11 de noviembre de 1818. Heroína Insurgente, procedía de una familia española dedicada al comercio y con los recursos económicos necesarios para proporcionarle una vida cómoda. Cuando Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende proclamaron la Independencia en el pueblo de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, Gertrudis convence a su esposo y a su hijo de unirse a los insurrectos.

Cuando se convirtió en una viuda y además perdió a su hijo, se incorporó a los insurgentes y se le envió a Pátzcuaro, donde colaboró con la causa aportando noticias, dinero, víveres y pertrechos de guerra, además de facilitar su casa para que llevaran a cabo reuniones de los partidarios del movimiento. Delatada a las autoridades, la apresaron en 1818. Los realistas la condenaron a muerte. Segundos antes de morir arengó al pelotón de fusilamiento y a las personas que presenciaron su ejecución, para que se unieran a la causa de libertad.

La Güera Rodríguez.

María Ignacia Rodríguez de Velasco Cuentan que tenía unos expresivos ojos azules, una impactante anatomía, mucho ingenio y lengua aguda: «Su cabeza llegaba al corazón de cualquier hombre», contaba Artemio de Valle-Arizpe. Se casó tres veces y enviudó dos. La sociedad aplaudió sus romances, pero criticó su participación en las reuniones clandestinas para la guerra de Independencia. Fue la primera mujer en México que, sin ser electa, ejerció poder político como consejera de su amado Iturbide .

Se decía que la belleza de esta muchacha era tal, que sólo inducía a los malos pensamientos, razón por la cual, el Virrey «obligó» a que se casara para que no anduviera «levantando miradas de deseos libidinosos que producían pensamientos de pecados sexuales entre los jóvenes y algunos maduros señores de la capital ». Pues a esta hermosa mujer le debemos que el virrey Apodaca le otorgara a Agustín de Iturbide el cargo de «Comandante general del sur y rumbo de Acapulco» para combatir al insurrecto Vicente Guerrero quien en vez de pelear, firmó el famoso «Plan de Iguala», con el que se dio por terminada la Guerra de Independencia.

Altagracia Mercado

Altagracia Mercado Altagracia Mercado juntó su dinero e integró un pequeño ejército insurgente, el cual ella misma comandó, entrenó y diseñó las estrategias que le llevaron a vencer repetidamente a los militares españoles. E n un desafortunado encuentro con los realistas en octubre de 1819, todo su batallón fue derribado en combate. Sólo ella estaba en pie, pero aún así se lanzó contra el numeroso cuadro enemigo. Esta acción impresionó tanto a los españoles, que le perdonaron la vida y la condenaron a cuatro años de prisión con trabajos forzados en la Ciudad de México.

Manuela Molina

Manuela Medina Conocida como La Capitana, Manuela Medina nace en la población de Taxco, Guerrero L uchó al lado de José María Morelos y Pavón y participó en siete batallas del ejército insurgente. D ejó familia, hogar y tranquilidad para buscar en las trincheras y los azares del combate la satisfacción de ofrecer su esfuerzo a cambio de la libertad de México. Entre las grandes batallas que combatió destaca la ocupación del puerto de Acapulco, consumada el 13 de abril de 1813, y la redención del Castillo de San Diego (fortaleza acapulqueña), lograda el 20 de agosto del mismo año.

En el ocaso de la lucha armada, cuando hubo grandes derrotas del ejército insurgente e indultos, La Capitana continuó combatiendo con su tropa; La Capitana no cedió en sus propósitos de lucha pues su nombre no figura entre los indultados por Juan Ruiz de Apodaca. La Capitana muere pobre en la vieja urbe Tepaneca , hoy ciudad de Texcoco, Estado de México, el 2 de marzo de 1822, cuando la libertad y autonomía de México ya eran un hecho; sin embargo, hasta la fecha su memoria no ha sido honrada por el pueblo al que le dio patria.
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