Historia de España
La Guerra Civil española (1936 – 1939).
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Paracuellos no es un cementerio corriente, se erigió una capilla y hay cruces y lápidas, incluso
nombres y fechas como es normal en un camposanto. Pero son simbólicas, las lápidas y
nombres que allí pusieron los familiares están guiadas por el lugar y la fecha, que
corresponde según las listas y cronología de los asesinatos que se pudo reconstruir al final de la
guerra. En el orden correcto, el lugar cuenta su propia y terrible historia. La primera fosa está al
final de la avenida que se inicia en la actual entrada principal, termina en el borde de la carretera
con el arroyo de San José y corresponde a los asesinados la mañana del 7 de noviembre de
1936, la Fosa 1. Allí fueron fusilados los primeros evacuados durante la madrugada de las
cárceles de San Anton y Porlier, unos 89 presos, la mayoría militares.
Originalmente, debían haber sido los presos de la cárcel Modelo, la más numerosa y la que
estaba más cerca del avance de las tropas nacionales en Madrid, en el actual Ministerio del
Ejército del Aire en Moncloa, pero tardaron en seleccionar de las deficientes listas de la cárcel.
Se llevó a las víctimas en autobuses de línea, escoltadas por camiones y vehículos motorizados
con milicianos dentro. Se detuvieron en el grupo de pinos, que aún hoy rodean el pequeño tramo
de la carretera fantasma, les hicieron bajar en grupos de 10 a 25, atados de dos en dos y
caminar hasta el cerro de San Miguel, en el borde del arroyo de San José, donde les dispararon
grupos de milicianos. La siguiente saca sería esa misma tarde, esta vez sí, de la cárcel Modelo.
El historiador Julius Ruiz señala en su obra El Terror Rojo cómo la maquinaria de ejecución,
aunque planificada, carecía de una logística precisa: cuando llegaron los presos de la mucho
más numerosa cárcel Modelo aún no había dado tiempo a enterrar a los anteriormente
fusilados: una aterradora escena que vivieron los nuevos "evacuados" antes de ser ejecutados.
Los vecinos de Paracuellos se habían marchado sin que hubieran podido terminar de enterrar a
los de la mañana. Una vez fusilados se abrió una segunda zanja unos metros más adelante, más
cerca del grupo de pinos de la carretera, en el lado izquierdo, para evitar que al llegar
sucesivamente contemplaran el macabro espectáculo de los asesinados la mañana anterior. Es la
fosa número 2.
Demasiados cadáveres
Casi enfrente está la Fosa 7, a la derecha de la carretera. Es la última en numeración porque los
que están allí enterrados no fueron fusilados en Paracuellos y son los únicos cadáveres que se
exhumaron tras la Guerra Civil. Pertenecen, sin embargo, a la siguiente saca, la del día 8 de las
cárceles Modelo y Porlier. Como el macabro escenario de arroyo de San José seguía sin
resolverse pese a que todo el pueblo estaba cavando zanjas y enterrando los cuerpos del día 7,
las autoridades de la DGS decidieron desviar a los "evacuados" a otro lugar, dada la
imposibilidad en ese momento de tapar los restos. Se escogió otro lugar, cerca del Soto de la
Aldovea en Torrejón de Ardoz, de fácil acceso desde Madrid, donde se conocía una acequia
en desuso de más de 150 metros de longitud que pareció ideal para solucionar el problema.
Unos 400 presos fueron fusilados allí el día 8. Paradójicamente, fueron las autoridades
franquistas las que reunieron al finalizar la guerra lo que los responsables de seguridad de la
Junta de Defensa de Madrid no consiguieron. Sus restos fueron exhumados en diciembre de
1939, de los que sólo se pudo identificar a unos pocos, y trasladarlos al lugar donde yacían el
resto de las víctimas de la operación de Paracuellos.
Se consideró temporal, el plan, ya en 1943, era el de trasladar a todos los "Mártires
de Paracuellos" como se bautizó a los allí asesinados, al Valle de los Caídos cuando
éste estuviera terminado. Sin embargo, en junio de 1939 se había constituido ya la
Asociación de los Mártires de Paracuellos y Torrejón de Ardoz y los familiares se
opusieron siempre a un eventual traslado. La asociación sigue siendo aún hoy la que
preserva el camposanto que mantiene cerrado sin un permiso previo para visitarlo.