Libro 2. emilio

Trabajo sobre el libro 2 de Emilio, obra de Jean Jacques Rousseau

1. 0



“ÉMILE OU
L´EDUCATION”
Lectura comprensiva
LIRBO II
Éste documento muestra un
análisis sobre el libro II de
“Emilio”, obra de Jean –
Jacques Rousseau, en la que
se plantean las bases
educativas en la infancia
comprendida entre los 2 y los
12 años de edad.
David Gómez Rosado
Tendencias contemporáneas
de la educación

2. Tendencias contemporáneas de la educación Profesor: Daniel Rodríguez Arenas
Curso: 2014 – 2015 Facultad de Educación de Toledo – UCLM
Alumno: David Gómez Rosado Grupo: 2B
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TAREA: LECTURA DEL LIBRO 2 DE “EMILIO”
RECENSIÓN
 Fuente: Libro sobre cuestiones relacionadas con el hombre y su naturaleza.
 Título: “Emilio” (Émile o L´education).
 Autor: Jean - Jacques Rousseau.
 Relación con el temario: Vinculado al tema 2: Teorías educativas y
experiencias prácticas en la educación primaria.


CONTEXTUALIZACIÓN: “Émile” o “L´Education” es una obra literaria de carácter
pedagógico referente para todo educador que se precie. En este sentido, propone un
modelo educativo sobre un niño (Emilio), siendo estudiado y analizado a lo largo de sus
etapas evolutivas y cognitivas, desde su nacimiento, pasando por las etapas de infancia y
adolescencia aisladas y llegando a un periodo adulto en el que ya posee aquellas
herramientas racionales que le permiten regresar a un entorno socio - político y ser
partícipe del mismo. Por tanto, bajo una formación promulgada por este autor, el niño es
capaz de crear nuevos vínculos y relaciones con los hombres. Una sociedad imaginaria
fundamentada en una educación como la que recibe Emilio será la base sobre la que se
fundamentará El Contrato Social.


Ésta obra fue excelentemente elaborada y narrada por Jean Jacques Rousseau: hijo
de una familia calvinista, nació el 28 de junio de 1712 en Ginebra. Su madre falleció al

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poco tiempo de darlo a luz, por lo que tuvo que criarlo su padre (de profesión relojero)
hasta los 10 años de edad, con una formación centrada en lecturas de libros de todo tipo
(desde ensayos de amor hasta libros de filosofía). En este momento y debido a la ausencia
de referentes paternos, tuvo que hacer frente a cuestiones vitales por su propio medio,
combinando estudios regulares con trabajos de aprendiz en talleres artesanales. Su
entorno social en este momento estaría ligado al protestantismo, y su facilidad para
entablar relaciones sociales le acercó a una viuda filántropa llamada Madame de Warens,
con quien tuvo un romance.

Con 28 años de edad se mudó a Francia, donde participó en la elaboración de
Enciclopedia (obra ilustrada cuya finalidad era reunir el conjunto de saberes del
momento) desempeñando distintas labores de secretario en familias nobles para poder
obtener un sustento económico. Allí tuvo 5 hijos a los que abandonó en el Hospicio de
Niños Expósitos, acto controvertido ya que proclamaba la centralidad de la familia y los
padres como educadores de sus hijos. En Francia aparecen sus primeras obras, como por
ejemplo “Discurso sobre las ciencias y las artes” gracias a influencias romántico –
filosóficas de su entorno.

En 1754, Rousseau volvió a Ginebra tras disputas eclesiásticas, por lo que retomó el
protestantismo. Por esa época salió a la luz su segundo “Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres”. Su entorno de aislamiento social en que se encontraba
dio lugar al origen de las que se reconocen como sus 3 obras más representativas: “La
nueva Eloísa”, “El Contrato Social” y “El Emilio o de la educación”. La primera se
publicó en 1761 y en 1762 las otras dos, siendo obras que deben ser encuadradas en el
contexto del pensamiento ilustrado más radical, opuesto a la ideología medieval de esa
época y con un clima político – religioso efervescente, por lo que estas obras fueron
censuradas en París y estableciéndose órdenes de arresto para él.

Finalmente fue exiliado de su país y obtuvo un hogar en Inglaterra, gracias a su amigo
David Hume, aunque ésta época está marcada por acontecimientos no muy agradables.
Teniendo ya en torno a 60 años, su marcha a Londres estuvo marcada por sus
alucinaciones paranoicas, de ahí fue cambiando de vivienda constantemente mediante
pseudónimos y su estado de salud empeoraba constantemente mientras escribía sus
últimas obras biográficas.

Falleció a los 66 años de edad en Ermenonville, el 2 de julio de 1778, tras uno de sus
habituales paseos por un parque.

Jean Jacques Rousseau es considerado uno de los mayores representantes del
pensamiento ilustrado, influenciando a los ideales que dieron lugar a la Revolución
Francesa pocos años después, en 1789. Robespierre y los jacobinos elaboraron sus ideas
y los románticos le consideran el precursor. Sus pensamientos influenciaron los estados
americanos dando lugar a los movimientos y luchas independentistas.

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RESUMEN: Nos encontramos ante una obra literaria referente en el ámbito educativo,
necesaria para comprender algunos conceptos psico- pedagógicos a los que nos
encontramos hoy día.
Éste resumen está centrado en el Libro II, capítulo en el que Jean Jacques Rousseau
deja atrás la infancia y comenzaría una etapa que estaría ligada a nuestra actual Educación
Primaria, etapa en la que el niño llora menos y habla más ya que entiende el lloro como
un idioma con el que el niño expresa sus necesidades vitales, aunque también es usado
éste método como herramienta del niño para llamar la atención. La solución propuesta
por el autor es no acudir de inmediato a la llamada o llanto del niño, sino dejarle padecer
y experimentar la sensación para que entienda y valore mejor el estado de bienestar.
También le permite al niño un desarrollo autónomo y un aprendizaje individual, necesario
en esta etapa vital. Palabras textuales de la obra traducida: “nuestra pedantesca manía de
enseñanza nos mueve a que instruyamos a los niños en todo aquello que mucho mejor
aprenderían por sí mismos”. Esto está relacionado por el desarrollo físico, ya que un
aumento de fuerzas conlleva una mayor capacidad de realizar actividades por uno mismo
y, por tanto, una menor dependencia de los demás.

El primer deber del hombre es ser humano. Para ello debemos permitir al hombre ser
como su estado natural le pide ser. En el caso de los niños, debemos permitirles jugar,
correr, caerse,… En definitiva, disfrutar de la vida en su plenitud. El hombre debe respetar
el orden de las cosas, “considerando al hombre en el hombre y al niño en el niño”. Por
tanto, el hombre disfrutando de su estado natural le permitiría un mayor logro del estado
de felicidad, entendido como la ausencia de males. También realiza una diferenciación
entre fortaleza y debilidad, estando la segunda presente en todos los seres, ya sea un
gusano o un león. La felicidad del hombre radica en su estado de deseos, puesto que un
hombre sin deseos sería feliz de por sí, sólo por el simple hecho de estar vivo (ya que ese
sería su único objetivo en la vida). Además, la necesidad del hombre de tener deseos está
influenciado por las necesidades vitales, ya que el hombre es capaz de crear grandes
bienes para cubrir necesidades. El hecho de ser hombres nos hace valorar la vida
dependiendo del grado de ignorancia que poseamos y si fuéramos inmortales seríamos
seres mezquinos y no valoraríamos al vida.
Las instituciones suponen contradicciones vitales; existe una ley de la naturaleza
llamada ley de resignación. Los animales, llegados a un punto, saben que van a morir y
no muestran oposición a la misma, sino que esperan a que llegue su momento. El hombre
sin embargo lucha por su afán de conservación, no disfrutando por tanto de la vida
plenamente y, llegado el caso, tendrán que sucumbir a la muerte. El hombre, también en
este caso, adquiere un concepto equivocado de la naturaleza vital, relacionado la felicidad
con aspectos tangibles que normalmente nos hace tener una visión oblicua de la felicidad
o la infelicidad.

Su máxima fundamental sería: “el hombre verdaderamente libre sólo quiere lo que
puede y hace lo que le conviene”. Utilizará esta afirmación para todas las reglas de la
educación. Entiende al niño como un ser más débil que el hombre puesto que no puede
bastarse por sí mismo, teniendo voluntariedades (deseos que sólo pueden satisfacerse con
ayuda ajena).

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Rousseau considera que el niño está colocado en la sociedad antes de tiempo, error
cometido por los progenitores. El hombre sabio si sabe ser cauto pero el niño no, por lo
que depende del adulto. El hombre, siendo creado para ser feliz, deja de serlo en el
momento en el que intervienen las leyes sociales, que delimitan a cada ser humano. En
este sentido Rousseau entiende que existen 2 tipos de dependencias: la de las cosas
(naturaleza) y la de los hombres (sociedad). La dependencia de los hombres está
influenciada por las leyes, normas sociales y las convenciones morales siendo estas en
algunos casos degenerativas, por tanto éste tipo de dependencia llevará y conllevará una
educación desordenada. La dependencia de las cosas no genera vicios ni encumbre la
libertad, por tanto sería la educación que él mantiene.
En el momento en el que el niño adquiere de la habilidad de hablar para cubrir sus
necesidades, debemos satisfacerlas. Añade que si el niño, ante una negativa o ante una
satisfacción más acelerada de esa necesidad, recurre al llanto, debemos negárselo
inmediatamente siendo éstas negativas irrevocables. Esto puede dar lugar a una educación
errónea, puesto que el niño no es educado para gritar y atacar, pero en algunos casos lo
hace. Antes de la edad de la razón no se puede tener ninguna idea de moralidad, por tanto
debemos evitar este tono de apelación ya que el niño le atribuirá probablemente un
significado erróneo. Esto lleva a Rousseau a indicar que no debemos discutir con un niño
sobre moralidad. Deberíamos abarcar este tema en algún caso, desde la perspectiva
natural del niño de la enfermedad (algo que el niño si tiene integrado).
Otra máxima de Rousseau es no ganar tiempo, sino perderlo. Esto conlleva la
formulación de la educación negativa: una primera educación lejos de la instrucción
moral y más cerca de los estados de bienestar naturales; sería una educación racional por
parte del educador, ejercitando cuerpo, órganos, sentidos y fuerzas manteniendo su alma
ociosa. Ésta educación estaría alejada también de todo aquello que provenga de fuera y
procurando enseñar normas lo más tarde posible, dejando que el alumno descubra por él
mismo y llegado el momento en el que su estado racional sea óptimo, “hacer un portento
de educación”. La pérdida de tiempo sería la observación de la conducta del niño antes
de actuar; cuanto más tardemos en actuar, más tiempo podremos observar y conocer
consecuentemente al niño. Éste tipo de educación no es posible en la sociedad actual,
puesto que no es una educación social tal y como la concebimos, sino una educación
aislada (Rousseau quiere educar a Emilio en el campo). Para ello, deberemos formarnos
nosotros correctamente antes de formar a otros. Un maestro lo será en cada momento,
tratando de ganarse el respeto y cariño de su alumno de forma constante.
El autor francés defiende que no se le debe aplicar al niño el castigo como tal, sino que
debe ser una consecuencia natural a una mala acción siempre inmediatamente después de
su acción. También habla de la mentira como recurso instantáneo del niño para conseguir
lo que él desea en ese momento, y por el mismo motivo de decir la verdad cuando tiene
una necesidad, incluso el hecho de usar la promesa ya que para el niño no tiene valor.
Más adelante Rousseau establece que es normal que los niños aprendan mediante
imitación, ya que es un hecho que sale de la propia naturaleza animal.

La única lección moral que debe regir los actos de los niños es la de no hacer mal a
nadie. También nos habla del raciocinio, diciendo que el niño no es capaz de emitir juicios
de razón si no es por algún hecho concreto que le interese especialmente.

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De nada sirve enseñarle al niño unos conceptos teóricos si sólo retiene sensaciones.
Debemos centrar el aprendizaje de los niños en experiencias vivenciadas, predominando
los sentidos. De este modo, es inútil el uso de fábulas, por ejemplo, en una primera
educación, ya que al niño le cuesta realizar las conexiones oportunas para comprender la
totalidad del mensaje que se quiere transmitir. Para que un niño aprenda debemos infundir
primero ese deseo por aprender.
Rousseau defiende el desarrollo del cuerpo en la naturaleza antes que el desarrollo de
la mente, ya que “cuanto más se ejercita su cuerpo, más se ilustra su entendimiento”.
Relacionado con esto estaría el primer aprendizaje al que hace referencia, siendo éste el
aprendizaje experimental. La curiosidad hace que el niño indague por el medio, y ese
aprendizaje es mucho más útil que enseñar a racionar. “Para aprender a pensar es
necesario ejercitar nuestros miembros, nuestros sentidos y nuestros órganos, que son los
instrumentos de nuestra inteligencia”. El niño debe aprender mediante los sentidos que
los dirigen, aunque no seamos dueños de todos ellos, por ello debemos ponernos en el
lugar de aquellas personas ciegas, que agudizan otros sentidos, como puede ser el tacto.
Los sentidos tienen sus límites y en ocasiones conllevan a una visión errónea de la
realidad. La visión, dice Rousseau en su obra, es el más defectuoso de los sentidos puesto
que debido a su extensión puede llegar a crear falsas apariencias. El error aquí radica en
el uso de los sentidos, pues el hombre puede cambiar, alternar de sentido para crear una
imagen de la realidad más creíble.
Después de analizar algunos ejemplos (el dibujo y la geometría), el autor llega a la
conclusión de que los niños no muestran un entendimiento, aunque en ocasiones si
parezca que la tienen. Tras un análisis a la voz, distinguiendo varios tipos de voz que
emitimos, confirma que deberemos partir de cosas sencillas. Otro aspecto a tener en
cuenta es el mantenimiento de los gustos primitivos del niño lo máximo posible, así
evitará vicios futuros (como es el ejemplo del vino, que según afirma J.J. Rousseau, todos
seríamos abstemios si no nos hubieran dado vino en nuestros primeros años). En cuanto
al olfato sería un sentido débil, no siendo muy activo en la edad primera. Aparte del
conjunto de sentidos que analiza en la obra, también añade un sexto sentido que residiría
en el cerebro y tendría sensaciones internas, llamadas percepciones o ideas.
Una última reflexión digna de mencionar sobre el libro II es la libertad a la que debe
estar sometido el niño, y su consecuente valor educativo. También la referencia sobre la
plenitud de desarrollo que recibe el niño llegados a este punto, pasada la primera infancia,
y el éxito de su metodología naturalista de enseñanza educativa.

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CUESTIONES DE REFLEXIÓN:
 ¿En qué consiste para Rousseau la primera infancia?
Según mis conclusiones sobre la lectura realizada, Rousseau denomina primera
infancia a los primeros años transcurridos desde la infancia hasta lo que nosotros
entendemos por adolescencia (los 12 años), a diferencia de la segunda infancia, que sería
el periodo de edad comprendido entre los 12 y los 15 años. Por tanto, esta primera
infancia abarcaría la Educación Primaria de hoy. La primera infancia es concebida por
Rousseau como una etapa en la que el niño debe desarrollarse en un entorno físico, lejos
de leyes sociales que lo único que consiguen es educar un hombre de forma prematura.
Incide en el hecho de dejar libre al niño, que se eduque mediante una indagación y
observación propia, siendo el educador un simple guía. También alude a la necesidad del
niño de desarrollarse como tal, en su entorno vital y satisfaciendo sus necesidades
corporales inmediatas, tales como correr, jugar, saltar,…

 ¿Qué entiende por infancia?
Jean Jacques Rousseau entiende por infancia un proceso o una etapa natural necesaria
para todo hombre, caracterizada por la carencia de procesos de razonamiento, por lo que
el niño no puede formar parte de un conjunto de leyes sociales establecidas, ya que lo
único que conseguiría en el niño sería la creación de un hombre antes de tiempo.
Rousseau lo denomina infancia, aunque desde su punto de vista éste término no
corresponde con el anteriormente citado, pues hay una diferencia entre infans y puer,
siendo el primero para él el que no habla y estando subordinado al segundo.
El niño es un ser, no un hombre pequeño, por lo que la infancia tiene su propia razón
de ser y se justifica por sí mismo, tiene su propia madurez y sus propias leyes. Querer
entender a un niño con los moldes de un adulto seria atentar contra el orden de la
naturaleza. En relación con esto está una afirmación del autor que dice “la primera
premisa del ser humano es ser humano”, y esto conlleva serlo en cada una de sus etapas
evolutivas.
Educar a un niño sacrificando la felicidad presente no evitara los dolores de hombre
en el futuro por ende es preciso dar a cada uno lo suyo (hombre- niño) y hacer por su
felicidad todo lo que podamos.
La felicidad de la tierra se mide por la menor cantidad de males que sufren. “más feliz
es aquel que sufre menos, más miserable es quien goza de menos placeres”. La infancia
es débil e infeliz no por naturaleza, sino por el hombre, que quiere exigirle lo que está por
encima de sus posibilidades naturales. El hombre verdaderamente libre quiere solo lo que
puede hacer, y hace lo que le agrada.
Se debe hacer sentir al niño la dependencia y la necesidad de las cosas, que es propia
de la naturaleza, no humilla ni lesiona, ni genera vicios, se evitara que se sienta la
dependencia de los hombres, que es propia de la sociedad.
Rousseau muestra su desacuerdo con la máxima de Locke de que es preciso razonar
con los niños. No están en edad de hacerlo; si pudieran razonar no tendrían la necesidad
de ser educados. Basta con que sean conscientes de sus limitaciones naturales y de su
dependencia con el educador pero sin hacérselo notar directamente con mandatos y
prohibiciones.
La idea moral que Emilio si debe tener es la de propiedad que habrá de inculcársela de
modo gráfico y práctico.

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 ¿Qué es para él la "educación negativa"?
Rousseau afirma que la primera educación debe ser meramente negativa. Esto consiste
en “no enseñar ni la virtud ni la verdad, sino preservar de vicios el corazón y de errores
el ánimo”. Prosigue su escrito afirmando que si pudiéramos mantener al niño alejado de
instrucciones sociales, correcciones, amenazas o promesas hasta los 12 años, en esa edad
nuestras lecciones le abrirían los ojos de su entendimiento a la razón, creando así un
hombre perfectamente educado. Para ello deberíamos hacer lo contrario a lo que se nos
impone por norma social, siendo nosotros racionales y alejando a niño de toda
racionalidad, ya que la etapa desde que nace hasta los 12 años es la más peligrosa, siendo
el niño capaz de adquirir aquellos hábitos negativos que nosotros deberemos mantener
alejados.
En este sentido, Rousseau hace referencia al hecho de perder tiempo. Esto no sería
perderlo como tal, sino ganarlo, pues es ese periodo de tiempo el que nos permite la
observación más completa del niño y como consecuencia conoceremos mejor las
necesidades del niño, actuando más acorde a su necesidad. Por este motivo, no sería
perder tiempo sino ganarlo, ya que una educación inadecuada conllevaría correcciones en
el niño que llevarían más tiempo.
Entiendo ésta educación negativa como la negación del valor de la educación de los
hombres y descansa en la idea de que el niño puede educarse a sí mismo si se mantienen
sus cualidades innatas; es decir, su libertad, su igualdad y su bondad. Por lo contrario, si
el hombre se vuelve malo, esa maldad le viene dada de otra parte. El mal nunca puede
provenir de la naturaleza, sino más bien, de la influencia de otros hombres o de sus leyes
injustas. Aquí se puede observar, por tanto, una clara crítica al sistema educativo del
s.XVIII.

 ¿Qué papel atribuye a la" educación de los sentidos”?
La Educación de los sentidos adquiere un papel muy importante en la filosofía
educativa de Jean Jacques Rousseau, siendo la base de la adquisición de destrezas y
conocimientos. Está directamente relacionado con la educación natural a la que hacía
referencia anteriormente.
Como dice el filósofo francés, no sólo se debe educar con los sentidos, sino que se
debe educar aprendiendo a juzgar a través de los mismos. También trataremos de sacar lo
más provechoso de ellos, midiendo y comparando en cada momento qué necesitamos de
cada uno.
No somos dueños de la totalidad de nuestros sentidos; el tacto, en este sentido, no se
suspende nunca y está esparcido por nuestro cuerpo. Es el sentido que antes adquirimos,
por lo que es el que menos necesitamos cultivar ya que se desarrolla prácticamente de
forma inmediata y constante. De la vista nos servimos a menudo y cuya carencia nos hace
trabajar otros sentidos como si fuéramos ciegos. La vista y el tacto son sentidos que están
relacionados directamente, pues mediante ellos obtenemos una realidad más verdadera de
la naturaleza y más alejada de ilusiones y falsas creencias. En referencia al oído podemos
decir que el niño tiene 3 tipos de voces: hablada, cantada y patética. Para crear una música
(entendido como tonalidad) adecuada hemos de enseñarle a combinarlas, ya que no sabe
distinguirlas (el niño chilla, grita, se queja, gime,…), así crearemos armonía en su oído.
El gusto cambia y se altera según nuestro modo de vida. A medida que nos apartamos de
la naturaleza, más nos apartamos de los gustos naturales creando una segunda naturaleza

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que sustituye la primera. El gusto es, de las distintas sensaciones, la que más impresión
nos causa y el vicio al que está relacionado es la gula. “El olfato es respecto del sentido
del gusto lo que la vista respecto del tacto; que le precede y le advierte del modo en que
ha de mover tal o cual sustancia y le dispone a que la busque o a que la evite, según la
impresión que de antemano recibe de ella el olfato”. Con ésta frase concreta lo que para
él es el olfato, y yo no lo describiría mejor. El olfato es un sentido propio de la
imaginación. Por último, el autor francés nombra la existencia de un sexto sentido que
residiría en el cerebro y consistiría en un sentido común que llevaría al hombre a usar el
resto de sentidos de una forma arreglada y prudente puesto que ellos nos dan una
impresión sobre el medio en el que nos encontramos.

 ¿Qué relaciones estableces de las ideas de Rousseau con la educación
actual"?
Sin duda, algunas de las afirmaciones que establece Rousseau en “Emilio” conforman la
base o fundamento de numerosas teorías pedagógicas actuales, de las cuales yo he sido
capaz de identificar las siguientes:

Bases pedagógicas de Rousseau

Vínculo con la educación actual
Educación del cuerpo antes que la razón. Inclusión de la Educación Física en el ámbito escolar.
Educación a infans y a pueris. Distinción de Educación Infantil y Primaria.
Educación en el medio natural, mediante
el juego.
Método Montessori.
Un primer aprendizaje del niño se
produce por imitación de conductas.
Aprendizaje vicario; Bandura.
Educación del propio alumno que
descubre la realidad a través de los
sentidos y la exploración del entorno.
Constructivismo; Piaget (construcción del conocimiento a
partir de la interacción con el medio).
Aprendizaje por descubrimiento; Bruner.
Educación libre, el niño hace lo que
quiere y lo que le conviene.
Método Decroly; Descubrimiento de las necesidades según
sus intereses, lo que atraerá su atención.
Educación alejada de leyes sociales que
conllevan una mala educación.
Pedagogía anarquista o libertaria; educación libre, sin una
autoridad impuesta.

Éstas son las principales corrientes y teorías que yo he identificado en la lectura, teniendo
por seguro que habrá más influencias directas hacia la educación actual. Además y siendo
una opinión propia, creo que establece las bases de la estructuración actual por etapas y
las bases de algunos sistemas evaluativos que a medida que avanza el tiempo se van
perfeccionando y modificando según la tendencia ideológica y sociopolítica del
momento.

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CRÍTICA SOBRE LA LECTURA: No cabe duda que la obra “Emilio” supone un avance
del pensamiento en el s.XVIII; por ello debemos situarnos en ésta época y ponernos en el
lugar de la sociedad anclada en la ideología “post-medieval”. Creo que es éste el motivo
por el que el autor adquiere una postura muy radical en el aspecto educativo, siendo
inflexible en muchas ocasiones.
Una primera crítica hacia el pensamiento de Jean Jacques Rousseau es la idea de
educación en el medio natural pero alejado del contexto social. Hoy día es evidente que
para conseguir una educación más completa es necesario desarrollarse en un entorno
social. El hombre está diseñado para sobrevivir en un entorno social, en el cual cumple
una función determinada. Hecha la crítica, entiendo la postura roussoniana de alejar al
hombre de influencias sociales, ya que la opresión de los regímenes absolutistas de la
época no dejaba pie a la educación a una evolución natural. Por tanto, considero también
necesario este pensamiento para la época en la que se produjo.
Otro aspecto que me gustaría comentar es el desarrollo personal a través de los sentidos
y la exploración del medio de forma autónoma. Considero necesaria una educación no
sólo intelectual, sino física y corporal. El hombre necesita adquirir una conciencia
corporal y mantener ese hábito a lo largo de su etapa madurativa, no sólo en la infancia.
Por éste motivo y teniendo como objetivo un desarrollo pleno a nivel personal y social
creo que la educación en la etapa primaria debe buscar un equilibrio tanto en el desarrollo
corporal como en el desarrollo intelectual. La adquisición de conceptos teóricos debe
suponer una base en la educación primaria para así dar la opción en el niño de escoger el
campo de estudio que más le convenga; por este motivo hablamos en la educación actual
de competencias, por eso, el conjunto de conocimientos, capacidades y actitudes
componen lo que hoy entendemos por “saber hacer”, y así desempeñar una función social.
Por último me gustaría hacer referencia al grado de libertad que otorga el autor en la
educación. Creo que es importante que el niño indague, explore el medio por sí mismo y
cubra sus necesidades a través del juego, que es lo que le motiva, y para ello es necesaria
la libertad en el movimiento. No obstante creo que debemos respetar unas normas
sociales; el alumno debe conocer normas que regulan la convivencia natural y para ello,
en ocasiones, es necesaria una instrucción directa por parte de los educadores.