Chu 1 + ntedustinomareing ETIENNE
‘Conde de la Laguna. Evidentemente se trata de un gran evento en el reino de Castila y Aragón
y la pompa no debe faltar durante ls tes das de fiesta asignados al acontecimiento.
Doña Juana de la Trinidad, la madre de la novia, ha previsto con los cocineros de palacio una
infinidad de platos para la delida de los invitados. ¿La base?, sin duda las mejores cares
carnero, cordero, res, ganso y faisän, además de palomas, galinetas y, por supuesto, uno que
‘otro delicioso venado o ja Exquistos budines de carne, panes y pasteles, los mejores quesos
y excelentes vinos completan el menú de tres dis, sin contar con los suculentos postres a base
de miel y frutas.
¿Conseguir las canes? ¡No es problemal, los hombres del duque son los mejores cazadores
@stelanos y en menos de 15 das son capaces de obtener toda la carne necesaria para alimentar
‘mil personas durante tres das y tres noches, Queda, sin embargo, un problema logístico: es
evidente que e venado cazado de un cetero flechazo el primer día de la cacería va a estar más que
ligeramente descompuesto el dia de su preparación, la spera de la boda... ¡y lo mismo sucederá
con la mayoría de las otras piezas!
Felizmente, los cocineros tienen una solución: salar algunas presas, secar y ahumar otras y ala
‘mayor parte, ponerle mucha canela, comino, pimienta y clavo para ocultar los olores y sabores
molestos. Estos condimentos, que son la gran solución de la época, desgraciadamente no se
producen en Europa, y gracias a comerciantes como los fenicios y los venecianos (Marco Polo,
entre otros) son importados de ls lejanas tierras de Oriente,
Pero resulta que desde hace unos años la “ruta de las especias”, que unia Europa con Asa
ha sido interumpida por la expansión del Imperio Otomano. Elo hace que las especias sean
muy escasas y exvemadamente caras (piense el lector en el embargo petrolero de os años 70
y tendrá una idea aproximada de la situación), Don Ruy Gómez, insistencia de doña Juana de la
Trnidad(“esel matrmonio de tu hia, hombre”), está dispuesto a pagar una fortuna por un poco
de pimienta y lavo de lo, que permitan comer lo que de ora manera eríaincomibe. Imagine
aquí nuevamente el lector la ampltud de la demanda, dado que la necesidad por especias se
repeti en cada choza, casa, cast o fortaleza de Europa.
‘Ante la exigencia del mercado y de toda la demanda insatisfecha, los europeos buscan la solución
de diversas maneras. La más conocida fue la "Guerra Santa”, según se dice, hecha para recobrar
los “santos lugares” -Jerusalén, entre otros- de las manos de los infieles (por pura coincidencia,
dichos lugares se encontraban en la ruta de las especias). Pero los esfuerzos fueron vanos,
Fracasados los intentos de atravesar por la fuerza el Imperio Otomano, algunos audaces piensan
{que tal vez sea mejor ir por otro camino. Magallanes, portugués como los mayores navegantes
y comerciantes de la época, intenta ir por el sur de África. Colón, genovés, con toda la tradición
‘comercial de esta parte de Italia, decide partir por el Oeste, pensando que la tierra es como un
huevo (que él conoce bien, según la leyenda del huevo de Colón). El objetivo: llegar las Indias, es
decir alas especias tan necesitadas, y de paso a las sedas, que tampoco se producían en Europa.
Isabella Católica no vacila en vender sus joyas para financiar esta expedición multinacional. Sin
duda, Colón muest all muy buenas dotes de vendedor, capaz de convencer a alguien de invertir
en un proyecto basado en la locura que, en esa época, significa pensar que la tierra es redonda.