Con todo y eso, fui a una cárcel; yo recuerdo que era una cárcel de murallas altas, y
en el patio habían muchas rejas y cuando yo entré a aquella cárcel, me dieron ganas
de llorar, porque vi siervos del Señor quienes conozco muy bien; no voy a decir sus
nombres, porque no lo creo prudente decir sus nombres; los vi en la cárcel, los vi
tras las rejas y vi una cantidad de hermanos metidos todos en la cárcel, hacinados, de
tal manera que no cabían en los cuartos y cuando ellos me vieron varios comenzaron
a hacerme señas, que me quedara callado, y vi la angustia del pueblo del Señor
encarcelado; vi la angustia del pueblo de Dios. De repente, de allá de mi alma,
cuando vi al pueblo y lo vi entristecido, lo único que pude decir, fueron estas
palabras: "CRISTO VIVE"; de repente, de lo más profundo de la cárcel; se escuchó
un estruendoso ¡amén! y hubo un amén poderoso que sacudió los cimientos de la
cárcel. Cuando eso sucedió, los guardias comenzaron a preguntar:¿Quien fue el que
dijo Cristo Vive?; de pronto viene un guardia y me dice: "¿tú fuiste el que dijiste
Cristo Vive?, ¿verdad?". Le respondí: "sí, yo lo dije"; el hombre comienza a llorar y
me dice: "yo también soy cristiano, vamos a gritar los dos, aunque nos pongan
preso: ¡Cristo Vive!" Y comenzamos a gritar: ¡ Cristo vi ve!, y el pueblo respondía:
¡Amén!
De repente, la guardia vino a arrestarnos y en ese momento, hoy a las tres de la
mañana, escriba el día, estamos a cinco de Enero de 1984, yo me desperté; estaba
con ganas de llorar; mis manos estaba temblorosas, no quería hablar esto esta noche;
no quería decir había algo en mí; todo el día la he pasado con un malestar terrible yo
no sabía lo que me sucedía hoy; he pasado el día con nerviosismo encima de mí;
pero desde las tres de la madrugada hasta las seis de la mañana he estado de rodillas
intercediendo j este pueblo, pidiéndole al Señor, que si va a suceder, que por menos
nos prepare; si va a suceder, que nos llene del Espíritu Santo; si va a suceder que nos
dé valor para no negar su nombre y aunque hayan prisiones, y aunque hayan muertes
y aunque hayan dificultades, que no importe lo que haya de suceder; pero, nosotros
su pueblo, estaremos listos a ser encarcelados, a ser llevados a mazmorras; aun
predicar en la clandestinidad, aun a entre nuestra vida, pero que Él sea glorificado.