XIII, 383, 424; XIV, 470; XV, 64, 87, 102, 147; XVII, 104, 116, 147;
XIX, 183; XXIV, 20, 24, 35, 102, 105, 121, 191.
AURORA (Ἠώς): Diosa, hija de Hiperión y de Eurifaesa, hermana del Sol y
de la Luna, y esposa de Titón. Es la personificación de la luz sonrosada
que precede á la salida del Sol. La palabra Ἠώς tiene en Homero uno
de estos cuatro significados:
1) La aurora, II, 1, 434; III, 404, 491; IV, 194, 306, 407, 431, 576; V, 1,
228; VI, 31, 48; VII, 222; VIII, 1; IX, 151, 152, 170, 306, 307, 436,
437, 560; X, 187, 541; XI, 375; XII, 7, 8, 24, 142, 316; XIII, 18, 94;
XIV, 266, 502; XV, 50, 56, 189, 396, 495; XVI, 2, 270, 368; XVII, 1,
435, 497; XVIII, 318; XIX, 50, 319, 342, 428; XX, 91; XXIII, 241.
2) La mañana, VII, 288; IX, 56.
3) El día, XIX, 192, 571.
4) El oriente, IX, 26; X, 190; XIII, 240.
5) La diosa Aurora, que fué madre de Memnón, el que mató á Antílo-
co, IV, 187 y 188. Levántase del lecho, dejando á Titón, para alumbrar
á los inmortales y á los mortales, V, 1 y 2; arrebató á Orión, á quien
mató en Ortigia la casta Diana, V, 121 á 124; lleva hermosas trenzas,
V, 390; IX, 76; X, 144; su mansión y sus danzas se hallan en la isla
Eea, XII, 3 y 4; arrebató á Clito por su hermosura, XV, 250 y 251; en
la noche que siguió á la matanza de los pretendientes, Minerva la detu-
vo, no dejando que unciera los caballos de su carro, Lampo y Faetonte,
hasta que Ulises y Penélope se hubieron recreado y dormido, XXIII,
242 á 246.
AUTÓLICO (Αὐτόλυκος): Padre de Anticlea y, por tanto, abuelo materno de
Ulises, XI, 85. Descollaba entre los hombres en hurtar y jurar, puso el
nombre á Ulises, y, cuando éste fué á su casa, mandó aparejar un ban-
quete, curóle la herida que recibió yendo á cazar con los hijos del mis-
mo, y lo despidió alegremente después de regalarle muchas y espléndi-
das cosas, XIX, 394 á 466; XXI, 220; XXIV, 334.
AUTÓNOE (Αὐτονόη): Una de las criadas de Penélope, XVIII, 182.
AYAX (Αἴας): 1) Caudillo griego, hijo de Telamón y nieto de Éaco. Era el
más excelente de los dánaos, por su cuerpo y por su gallardía, después
de Aquiles, XI, 468 y 469, 550 y 551; XXIV, 17 y 18; en el Orco sigue
enojado con Ulises, que le había vencido en el certamen en que se ad-
judicaron las armas de Aquiles; y, cuando aquel héroe le habla con
suaves palabras, se retira sin contestarle, 543 á 564.