La literatura ha sido considerada
desde la antigua Grecia como
una de las bellas artes, junto con
la pintura y la arquitectura,
debido a la belleza con que
podían describir el mundo y
puesto que servía como medio
de expresión.
Partenón de Atenas
Los hombres primitivos
utilizaban la pintura
para contar lo que les
ocurría y para
expresar lo que cada
uno sentía, debido a
que no tenían un
lenguaje definido.
Cuevas de Altamira
Ya en el antiguo Egipto, sus
habitantes se expresaban a
través de los jeroglíficos (un
código común) que
escribían en las paredes de
sus edificios, como las
pirámides o sus templos.
Jeroglíficos del Templo de
Karnak
La vinculación entre arquitectura y literatura
se hace evidente desde dos puntos
opuestos; desde la arquitectura hacia la
literatura, y desde la literatura hacia la
arquitectura.
La literatura se ha nutrido de la
arquitectura desde sus orígenes.
El aporte que hace la Arquitectura a la
Literatura se hace evidente en la
descripción de los espacios físicos
donde se desarrollan las historias
que se escriben. Innumerables obras
se centran en contextos
arquitectónicos, como ciudades o
edificios. Ej:
Los Pilares de la Tierra.
La relación Literatura y arquitectura reside
en que el relato necesita de la
imaginación del lector, que conforma
en su mente el espacio descrito,
sugerido, y que será particular e
individual.
El más claro ejemplo es Julio Verne, que
describió de forma exhaustiva y
detallada espacios, edificios y
ciudades inexistentes.
Julio Verne
Ya en el siglo V a.C.
Simónides de Ceos
decía que la pintura
debe ser una poesía
muda y la poesía
una pintura que
hable.
Las Meninas de Velazquez.
La literatura y la pintura siempre perseguían
el objetivo de una imitación «mejorada» de
la naturaleza; utilizaban como material los
temas clásicos; y debían crear un paisaje
imaginario que pudiera ser percibido
visualmente.
Muchos pintores, los
surrealistas sobre
todo, dejan pistas
para la comprensión
del cuadro. Algunas
veces con textos
literarios explicitos y
otros escriben libros
directamente.
Muchas obras literarias
tienen un argumento
basado en algún
cuadro u obra
artística, como es el
caso del Codigo Da
Vinci o el Retrato de
Dorian Gray.
Este trabajo nos ha servido para reflexionar
sobre las relaciones que existen entre la
literatura y las artes, como la pintura y la
arquitectura, puesto que estas tres artes que
hemos mencionado están presentes a lo largo
de toda nuestra vida y en cierto modo definen
nuestra forma de ver el mundo.