Siempre existe el modo de convertir un problema en una oportunidad. Basta con inventar un cuento donde la
esperanza encuentre sentido", apunta Valdano. Y es lo que hizo el entrenador italiano Marcelo Lippi en 2006.
Entonces, la selección italiana iba a jugar el Mundial en medio de un gran escándalo de corrupción que señalaba a
Luciano Moggi. Había decenas de sospechosos entre árbitros, jugadores y directivos. Entonces, el entrenador italiano
reunió a su plantilla y les espetó: "El Fútbol italiano solo tiene una posibilidad de revertir la situación, que este equipo
sea campeón del mundo". Lo que era un motivo de vergüenza se convirtió en una motivación extra. E Italia terminó
por ganar el campeonato.
3.- El poder de la pasión
El talento siempre ha necesitado de energía, y no existe mejor energético que la pasión. Son muchas las empresas que
entierran la pasión baja capas burocráticas que aniquilan la espontaneidad. Y es que el exceso de control "destruye
toda iniciativa". Por eso, son gente como Camacho, Raúl o Guardiola quienes nos recuerdan que "el control mata la
vida". Además, la pasión es contagiosa. "Un hombre apasionado tiene la virtud de arrastrar a un equipo entero con su
desbordante entusiasmo". La pasión es ambiciosa por naturaleza. Y el ejemplo claro es el caso de Raúl González,
"ambicioso todos los días de su vida y a todas horas". Sin ser el más rápido, ni el más fuerte, ni el más técnico, n i el
más creativo, pasó a convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo.
4.- El poder del estilo
El estilo es mucho más que la forma. Es la manera de ser de una empresa o una persona. "Y quien tiene un modo de
ser se distingue, marca la diferencia", asegura Valdano. Así, explica, "el Real Madrid tiene una historia triunfal y un
estilo construido por centenares, si no miles, de personas". Para Valdano, "cuando se pierde un partido o un
campeonato siempre habrá otras oportunidades. Pero cuando se pierde el estilo, se pierde todo".
5.- El poder de la palabra
Para el ejercicio del liderazgo, "las palabra siguen siendo insustituibles". Todo gran líder "es un comunicador eficaz
que sabe muy bien cómo manejar las aspiraciones y los temores de las personas que dirige", apunta Valdano. Uno de
los ejemplos que cita es el de Cesar Luis Menotti, "un hombre de convicciones profundas y con una fuerza seductora
incomparable en sus discursos". También Luis Molowny, mito del madridismo, primero jugador y luego entrenador
de éxito, lidió con estrellas rutilantes gracia a un discurso fácil, relajado y cargado de sentido común. Para Valdano,
el fútobl es poca cosa sin la palabra, y el líder también. "La palabra persuade, matiza, convence, quita o pone tensión,
guía los sueños...".
6.- El poder de la curiosidad
El tiempo pasa tan rápido que el conocimiento envejece a toda velocidad. Por eso, insiste Valdano, "solo la
curiosidad nos permite perderle el miedo a este estado de cambio permanente". Así, quien tiene curiosidad no tiene
miedo al futuro porque se abre de modo natural a las ideas, al cambio y a la innovación. Hasta en un ámbito tan físico
como el del fútbol, "está abierto a continuas revoluciones impulsadas por gente inteligente" como, por ejemplo, Pep
Guardiola. En lugar de refugiarse en la seguridad del éxito que ya había alcanzado, siguió explorando nuevos
caminos cada temporada. Por ejemplo, apostó por un número nunca visto de centrocampistas o cambió la posición de
Messi.
7.- El poder de la humildad
"Yo no jugaba solo". Esta es la respuesta que suele dar Alfredo Di Stéfano a aquel que se le acerca con la intención
de recordarle alguna actuación memorable o de elogiar su enorme talento futbolístico. Y es que la humildad es la
"única rienda para contener las tentaciones siempre casquivanas de la vanidad". Y es que la vanidad tiene
consecuencias gravísimas en las empresas, donde las soluciones tienen que ser siempre colectivas.