Jan Van Eyck
(Maaseyck, actual Bélgica, h. 1390-Brujas, id.,
h. 1441) Pintor flamenco. Sin duda, el suyo es
el más conocido entre los nombres de los
pintores primitivos flamencos, una fama de la
que ya gozaba a su muerte; hoy se le sigue
considerando uno de los grandes maestros de
la pintura. Durante mucho tiempo se le
atribuyó la invención de la técnica pictórica del
óleo, pero en la actualidad se piensa más
bien que la llevó a unos niveles de perfección
elevadísimos, desconocidos antes de él.
Trabajaba los colores al óleo pacientemente,
a veces con la yema de los dedos, hasta
plasmar los reflejos luminosos de los objetos
y el aspecto cambiante de la luz.
Trabajó en La Haya para Juan de Baviera y
más tarde en Lille como pintor de corte de
Felipe el Bueno, a quien permaneció
vinculado durante toda su vida. En 1430 se
estableció en Brujas, donde vivió hasta su
muerte. Dos años más tarde, en 1432, acabó
la que se considera su obra maestra, el gran
retablo de la Adoración del cordero místico,
realizado para la catedral de Gante.
Esta obra presenta, no obstante, problemas
de atribución, ya que incluye una inscripción
en el marco según la cual fue ejecutada por
Hubert y Jan Van Eyck. El problema radica
principalmente en lo oscuro de la figura de
Hubert, al cual no se atribuye ninguna otra
obra y de quien nada se sabe con certeza,
hasta el punto de que algunos especialistas
han llegado a dudar de su existencia. Por otra
parte, no hay en el retablo diferencias
estilísticas que permitan atribuir partes
distintas a cada uno de los dos hermanos.
Retrato de Giovanni Arnolfini
y su esposa.
La obra, que consta de más de doce tablas, es notable por su
vivo colorido, la riqueza paisajística, el complejo programa
iconográfico y el extremo cuidado de los detalles, rasgo
característico de Van Eyck y extensivo a toda la pintura
flamenca.
La Adoración del cordero místico
El Bosco
(Hieronymus Bosch; Hertogenbosch, actual
Países Bajos, h. 1450-id., 1516) Pintor holandés.
Debe su nombre a su ciudad natal, en la que al
parecer permaneció durante toda su vida. Fue
hijo y nieto de pintores, por lo que su educación
tuvo lugar probablemente en el taller familiar, y
realizó un matrimonio ventajoso, que le permitió
vivir desahogadamente, entregado a su vocación
por la pintura, que le reportaría un gran éxito. No
muchos años después de su muerte,
personalidades como el rey Felipe II fueron
coleccionistas fervorosos de sus obras.
Aunque se desconoce la cronología de su producción artística, se cree que
pertenecen a la primera época sus obras más convencionales, como El
charlatán o La crucifixión. En el centro de su carrera se sitúan sus
realizaciones más famosas, una serie de creaciones abarrotadas de figuras,
completamente al margen de la iconografía de la época, ambientadas en
paisajes imaginarios y repletas de elementos fantásticos y monstruosos,
tales como demonios o figuras medio humanas y medio animales, que
conviven con figuras diáfanas y paisajes tranquilos y encantadores.
En esta línea se sitúan los trípticos de Las tentaciones de san Antonio, El
carro del heno y El jardín de las delicias, en los que más allá de la fantasía
turbulenta y de la dificultosa interpretación de la simbología, triunfan una
técnica excelente, fluida y pictórica, y un color brillante, en los que reside
buena parte de su belleza.
El Bosco Las tentaciones de
San Antonio Abad 1500 -
1510
Tríptico del Jardín de las Delicias
1504
El Prado - Madrid
Después de estas obras magistrales, en las que algunos intérpretes ven la
representación de la locura humana, realizó cuadros más tranquilos y
positivos (El hijo pródigo), para cerrar su carrera con una serie de obras
sobre la Pasión de Cristo, en las cuales la figura bondadosa del Salvador
aparece rodeada de una muchedumbre de seres deformes y de rostros
bestiales.
El hijo pródigo
Masaccio
Tommaso di Giovanni di Mone Cassai; San Giovanni
Valdarno, actual Italia, 1401-Roma, 1428) Pintor
italiano. La carrera artística de Masaccio es interesante,
primero, por la sorprendente relación entre la brevedad
de su vida (murió a los veintisiete años) y la
importancia, además de relativa abundancia, de sus
creaciones, y segundo, por su aportación decisiva al
Renacimiento, ya que fue el primero en aplicar las
reglas de la perspectiva científica. Masaccio se trasladó
a Florencia cuando aún era muy joven, y en 1422
figuraba inscrito en el gremio de pintores de esta
ciudad. Nada se sabe de lo que hizo hasta entonces y
con quién se formó. Se le vinculaba tradicionalmente
con el taller de Masolino, pero en la actualidad se cree
que no fue en él donde se formó, sino que se incorporó
como colaborador ya formado. Su primera obra
documentada, el tríptico de San Juvenal (1422), es una
creación que supera plenamente el gótico.
En el posterior políptico para el Carmine de Pisa (1426), la
composición a base de pocas figuras esenciales y la plasmación
natural de la luz definen su estilo característico, que se despliega
plenamente en su obra maestra: el ciclo de frescos sobre la Vida de
san Pedro y la Expulsión del Paraíso, que pintó para la capilla
Brancacci de Santa Maria del Carmine, en Florencia, en
colaboración con Masolino.
Políptico para el Carmine de Pisa
Las figuras de Adán y Eva expulsados del
Paraíso son prototípicas de la concepción
que Masaccio tenía de la pintura, basada en
la masa y el volumen de las figuras, en una
única fuente de luz y en la representación
científica de la perspectiva. La importancia
de estos frescos fue tal que todos los
grandes pintores posteriores, incluidos
Leonardo, Rafael y Miguel Ángel, los
estudiaron. Probablemente, en 1428,
Masaccio realizó su última obra: un fresco de
la Trinidad en Santa Maria Novella, que ha
pasado a la posteridad como un ejemplo
emblemático de perspectiva y composición.
Poco después de acabar esta pintura,
Masaccio se trasladó a Roma, donde murió
de repente, se ha llegado a decir que por
envenenamiento. Era una figura
prácticamente desconocida, pero su obra no
tardó en proyectarlo al primer plano de la
actualidad y ejerció una gran influencia
durante el Renacimiento.
Fresco de la Trinidad en Santa Maria Novella
Leonardo da Vinci
Artista, pensador e investigador italiano que, por su
insaciable curiosidad y su genio polifacético, representa el
modelo más acabado del hombre del Renacimiento
(Vinci, Toscana, 1452 - Amboise, Turena, 1519).
Leonardo da Vinci era hijo ilegítimo de un abogado
florentino, quien no le permitió conocer a su madre, una
modesta campesina.
Leonardo se formó como artista en Florencia, en el taller
de Andrea Verrochio; pero gran parte de su carrera se
desarrolló en otras ciudades italianas como Milán (en
donde permaneció entre 1489 y 1499 bajo el mecenazgo
del duque Ludovico Sforza, el Moro) o Roma (en donde
trabajó para Julio de Médicis). Aunque practicó las tres
artes plásticas, no se ha conservado ninguna escultura
suya y parece que ninguno de los edificios que diseñó
llegó a construirse, por lo que de su obra como escultor y
arquitecto sólo quedan indicios en sus notas y bocetos
personales.
Es, por tanto, la obra pictórica de Leonardo da
Vinci la que le ha hecho destacar como un
personaje cumbre en la historia del arte,
debido a una veintena de cuadros
conservados, entre los cuales destacan La
Gioconda o Mona Lisa, La Anunciación, La
Virgen de las Rocas, La Santa Cena, La
Virgen y Santa Ana, La Adoración de los
Magos, el Retrato de Ginebra Benzi. Son
composiciones muy estudiadas, basadas en la
perfección del dibujo y con un cierto halo de
misterio, en las que la gradación del color
contribuye a completar el efecto de la
perspectiva; en ellas introdujo la técnica del
sfumato, que consistía en prescindir de los
contornos nítidos de la pintura del
«Quattrocento» y difuminar los perfiles
envolviendo las figuras en una especie de
neblina característica. El propio Leonardo
teorizó su concepción del arte pictórico como
«imitación de la naturaleza» en un Tratado de
pintura que sólo sería publicado en el siglo
XVII.
La Gioconda
La Santa Cena
La Adoración de los Magos
Tiziano
(Pieve di Cadore, actual Italia, h. 1490-Venecia, 1576) Pintor italiano.
Aunque Tiziano alimentó durante los últimos años de su vida la idea de que
había nacido en 1475, para hacer creer que era un anciano venerable e
inspirar respeto y compasión, la crítica moderna ha establecido casi con
total seguridad que nació en 1490 y que murió a una edad más que
respetable, con ochenta y seis años. Recibió su primera formación en el
taller de Giovanni Bellini, del que salió a los dieciocho años para integrarse
en la escuela de Giorgione.
La concepción poética de la pintura de éste dejó una profunda huella en
Tiziano, como resulta evidente en todas sus obras de juventud, y muy
especialmente en la enigmática alegoría Amor sagrado y amor profano,
lienzo con el que se consagra ya como un maestro del desnudo femenino,
además de manifestar un talento natural en la plasmación del paisaje. Con
anterioridad había colaborado con Giorgione en la realización de los frescos
de la fachada del Fondaco dei Tedeschi y había realizado en Padua los
Milagros de san Antonio para la Scuola del Santo. No tardó en convertirse
en el artista más importante de Venecia y fue nombrado, en consecuencia,
pintor oficial de la República.
Aunque sus obras más conocidas y
admiradas en el presente son las de tema
alegórico y mitológico, el artista comenzó
la parte más brillante de su carrera con
una serie de retablos de colores fuertes y
contrastados y figuras poderosas, como
La Asunción o el Retablo Pesaro para
Santa Maria dei Frari. Son obras de
composición enérgica que muestran una
gran vitalidad. Los mismos esquemas
dinámicos se repiten en las obras
mitológicas de este período, como La
bacanal o Baco y Ariadna. Por entonces,
Tiziano se reveló también como un gran
retratista, con obras como el llamado
Ariosto, en las que establece un esquema
nuevo: el protagonista aparece
reproducido de medio cuerpo, con las
manos visibles y unos rasgos reales pero
idealizados, captados en ocasiones por
medio de un golpe de intuición.
La Asunción
Hacia 1530, perdió a su esposa, y seguramente como consecuencia del
impacto emocional que ello le causó, su estilo pictórico evolucionó hacia
composiciones menos dinámicas, más pausadas, y hacia colores mucho
más claros y complementarios en lugar de contrastados. Por entonces, la
fama del pintor llegaba a todas las cortes europeas, lo que le permitió recibir
encargos de Carlos I de España y Francisco I de Francia, monarcas a los
que retrató en obras magistrales. Después del primer retrato de Carlos I, el
emperador quedó tan entusiasmado con el arte de Tiziano que lo nombró
pintor de la corte. También los príncipes italianos solicitaron sus servicios, y
así para el duque de Urbino pintó la famosa Venus de Urbino, de una
sensualidad nueva en el arte del Renacimiento.
Venus de Urbino
En 1545-1546, Tiziano, realizó un viaje a
Roma, que supuso el punto de partida hacia
un nuevo tratamiento del color a base de
pinceladas largas y atrevidas, y de manchas
y toques que deshacen las formas y dan una
apariencia ligera y agradable a las pinturas,
lo cual esconde el gran trabajo subyacente.
Entre 1548 y 1562 fue reclamado por Carlos
I y luego por su hijo Felipe II, para quien,
además de retratos, realizó una serie de
cuadros de tema mitológico denominados
por el propio pintor «poesías» por su
carácter idílico y distante.
Su última obra documentada es la Piedad de
Venecia, que presenta ciertas afinidades con
el manierismo. La grandeza de Tiziano como
pintor, su fama de artista inimitable y la gran
influencia que ejerció sobre sus coetáneos y
sucesores contrastan con su carácter de
hombre avaricioso, que siempre se quejaba
de ser pobre pese a las grandes riquezas
que había acumulado, y que se servía en
ocasiones del engaño para obtener ventajas.
la Piedad de Venecia
Botticeli
(Alessandro di Mariano Filipepi; Florencia, 1445 - id.,
1510) Pintor italiano. Muy valorado en la actualidad,
Sandro Botticelli no se cuenta entre los grandes
innovadores del Renacimiento, sino que se inscribe más
bien en un grupo de pintores que rehuyó el realismo a
ultranza y se inclinó por un estilo basado en la
delicadeza, la gracia y un cierto sentimentalismo.
Uno de ellos fue Filippo Lippi, maestro e inspirador de la
obra de Botticelli. Éste comenzó su trayectoria artística
con obras de temática religiosa, en particular vírgenes
que, como la Virgen del Rosal, denotan un gran vigor
compositivo.
En 1470, Botticelli, que contaba ya con un taller propio,
se introdujo en el círculo de los Médicis, para los que
realizó sus obras más famosas. Un primo de Lorenzo el
Magnífico, Pier Francesco de Médicis, le encargó la
alegoría de La primavera y también, al parecer, El
nacimiento de Venus y Palas y el centauro.
Fue toda una novedad en aquella época realizar obras de gran formato que
no fueran de temática religiosa, y ello se debió seguramente a la vinculación
del mecenas con la filosofía neoplatónica, cuyo carácter simbólico debían
reproducir las obras encargadas. De ellas se han realizado interpretaciones
de enorme complejidad, que van mucho más allá de su gracia evocadora.
La primavera Palas y el centauro
A la misma época
corresponden también La
adoración de los Reyes
Magos y el Díptico de Judit,
obras igualmente
emblemáticas. El hecho de
que en 1481 fuera llamado a
Roma para decorar al fresco
la Capilla Sixtina junto con
otros tres grandes maestros,
hace suponer que ya
gozaba de un gran prestigio.
A su regreso a Florencia
realizó obras, como la
Natividad mística, más
solemnes y redundantes,
probablemente influido por
la predicación tremendista
de Savonarola. Se le deben
también bellísimos dibujos
para un manuscrito de la
Divina Comedia de Dante.
El nacimiento de Venus
El Greco
(Doménicos Theotocópoulos; Candía, hoy Heraklion,
actual Grecia, 1541 - Toledo, España, 1614) Pintor
español. Aunque nacido en Creta, isla que en aquella
época pertenecía a la República de Venecia, El
Greco desarrolló su peculiar estilo y la mayor parte
de su trayectoria artística en España. Se formó en su
isla natal como pintor de iconos, antes de trasladarse
a Venecia, donde conoció la obra de Tiziano y
Tintoretto, artistas que, junto con Miguel Ángel,
fueron los que más influyeron en su pintura.
A partir de 1570, tras una estancia de siete años en
Roma, El Greco se trasladó a Toledo por invitación
del canónigo Diego de Castilla, quien le encargó un
retablo para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo.
Llevaba diez años en Toledo cuando Felipe II le
encomendó una obra para el monasterio de El
Escorial; pero El martirio de san Mauricio no gustó al
soberano español, quien ya nunca volvió a contar
con el artista.
Ello supuso una decepción enorme para
El Greco, ya que aspiraba a convertirse
en pintor de corte, pero no entorpeció su
carrera, puesto que era ya un pintor
solicitadísimo tanto por los aristócratas
como por los eclesiásticos toledanos. No
es de extrañar, por tanto, que su obra
sea extraordinariamente fecunda.
Se conocen algunas de sus creaciones
anteriores a su llegada a España, lo cual
permite afirmar que El Greco creó su
peculiar estilo después de su
establecimiento en Toledo, seguramente
influido por el fervoroso ambiente
religioso de la ciudad. Sus figuras
alargadas, pintadas con pincelada fluida,
parecen criaturas inmateriales, carentes
de solidez física e imbuidas de una
intensa espiritualidad. A ello hay que
añadir su paleta originalísima, de
colores fríos, que consigue efectos
sorprendentes con los rojos, los azules y
en particular los blancos, de una rara
intensidad y nitidez.
El martirio de san Mauricio
Aunque pintó sobre todo obras religiosas, se le deben también importantes retratos
(Félix Paravicino, El caballero de la mano en el pecho) y algunos cuadros de
temática diversa. La obra más admirada de El Greco es El entierro del conde de
Orgaz, por el hecho de que el artista se valió de este acontecimiento para dejar
constancia del momento en que le tocó vivir; para ello, dividió el cuadro en dos
planos, uno celestial en la parte superior y otro terrenal en la inferior, de tal modo
que la obra es al mismo tiempo un cuadro religioso y un retrato de grupo.
El plano superior, el celestial, no se aparta de sus restantes obras religiosas y
presenta idéntico hondo misticismo y parecida intensidad dramática; la novedad se
encuentra en el plano terrenal, donde los principales personajes del Toledo de la
época, incluidos el propio pintor y su hijo, aparecen reproducidos con absoluta
fidelidad.
De la conspicua producción religiosa de El Greco cabe destacar El Expolio de
Cristo, El Bautismo de Cristo, La Adoración de los pastores y diversos Apóstoles, en
los que resulta admirable la expresividad de los rostros y los ademanes.
El Expolio de Cristo
El caballero de la mano en el pecho
En los últimos años de su carrera el artista pintó dos celebrados Paisajes de
Toledo y un cuadro mitológico, Laocoonte, que sorprende por su temática,
inusual en la España del momento. Sobre un fondo de hermoso paisaje, las
figuras de Laocoonte y sus hijos se retuercen en su lucha contra las
serpientes y el artista se sirve hábilmente de sus contorsiones para dotar a
la obra de una composición admirable.
Máximo exponente del manierismo pictórico en España, El Greco es
también la primera figura de proyección universal de la pintura española y
uno de los grandes genios de la historia del arte.
El Entierro del Conde de Orgaz. El
Greco. 1556-58
Caravaggio
(Michelangelo Merisi; Caravaggio, actual Italia, 1571-
Porto Ercole, id., 1610) Pintor italiano. Principal figura
de la pintura italiana de su tiempo, aprendió el arte
pictórico de un maestro de segunda fila, Simone
Peterzano, y sobre todo a partir del estudio de las
obras de algunos artistas venecianos. De 1592 a 1606
trabajó en Roma, donde no tardó en destacar no sólo
por su original enfoque de la obra pictórica, sino
también por su vida irregular, en la que se sucedían
lances, peleas y episodios reveladores de su carácter
tempestuoso y su falta de escrúpulos.
De Caravaggio se ha dicho que fue un revolucionario
tanto por su vida turbulenta como por su pintura, en la
que planteó una oposición consciente al Renacimiento
y al manierismo. Siempre buscó, ante todo, la
intensidad efectista a través de vehementes
contrastes de claroscuro que esculpen las figuras y los
objetos, y por medio de una presencia física de vigor
incomparable.
Al evitar cualquier vestigio de idealización y hacer del realismo su bandera,
pretendió ante todo que ninguna de sus obras dejara indiferente al
espectador.
Desde el principio de su estancia romana rechazó la característica belleza
ideal del Renacimiento, basada en normas estrictas, y eligió el camino de la
verdad y el realismo, realizando sus obras mediante copias directas del
natural, sin ningún tipo de preparación previa.
Sus primeras creaciones son fundamentalmente pinturas de género que
combinan la figura humana con escenas de bodegón y naturaleza muerta.
Constituye un ejemplo emblemático de esta primera etapa creativa El
tocador de laúd, donde un joven de belleza feminoide y sensual comparte
protagonismo con frutas, flores y una serie de objetos relacionados con la
música. En estas primeras obras resulta ya evidente el empleo estético de
Caravaggio de los juegos de luces y sombras, si bien el claroscuro sólo
sirve aquí como creador de volúmenes y de profundidad, sin añadir a la
acción efectos de dramatismo, como sería habitual en las creaciones
posteriores del artista.
El tocador de laúd
La cena de Emaús, una de sus obras maestras, caracterizada por
suntuosos tonos oscuros, sombras envolventes y haces de luz clara que
inciden en puntos determinados, señala el comienzo del período de
madurez del artista, quien se decanta abiertamente por la temática religiosa
y trabaja por encargo de los grandes comitentes de la época. Algunas de
sus obras son rechazadas por el naturalismo con que aborda los pasajes
bíblicos, pero no faltan los mecenas laicos dispuestos a adquirir de buen
grado aquellos cuadros que el clero no ve con buenos ojos.
La cena de Emaús
A esta época corresponden las dos grandes realizaciones
del artista: los retablos de la capilla Contarelli de San Luigi
dei Francesi y de la capilla Ceresi de Santa Maria del Popolo,
con La vocación de san Mateo y El martirio de san Mateo el
primero, y La crucifixión de san Pedro y La conversión de san
Pablo el segundo. Son obras, todas ellas, dominadas por una
intensa acción dramática, muy estudiadas desde el punto de
vista compositivo y en las que se obtienen resultados
espléndidos con una gran economía de medios.
En 1606, Caravaggio mató a un hombre en una reyerta y se
vio obligado a huir de Roma, adonde, muy a su pesar, nunca
pudo volver. Murió cuatro años después en una playa
solitaria, aquejado de malaria. En esta última época había
pintado algunas obras en las que su dramatismo
característico dejaba paso a una gran serenidad.
Ruben
Pedro Pablo Rubens es uno de los grandes pintores flamencos
del barroco del siglo XVII.
Jan Rubens, su padre, era abogado y funcionario municipal en
Amberes. Cuando se convirtió del catolicismo al calvinismo tuvo
que abandonar Flandes para exiliarse en Siegen (Alemania),
donde nació Pablo Rubens. A la muerte de su padre en 1587, su
madre regresó con sus hijos a Amberes y volvieron a convertirse
al catolicismo.
Su primer aprendizaje artístico fue hacía 1591, con Tobias
Verhaecht, un pintor flamenco de paisajes. Después, se formó en
el taller de Adam van Noort y en el de Otto van Veen. En 1598, a
los 21 años, concluye su formación y viaja a Italia para ampliar su
formación artística estudiando las obras del Renacimiento. En
Venecia se sintió atraído por las obras de Tiziano, Veronés y
Tintoretto, que tendrán gran influencia en su producción. Allí
conoció a un noble que le recomendó para trabajar en la corte del
duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, quien lo contrató durante
un periodo de nueve años.
En 1608, el delicado estado de salud de su madre le obligó a
regresar a Amberes. Allí se casó con Isabella Brant en 1609, fue
considerado el pintor más importante de Flandes y requerido
como pintor de corte del archiduque austriaco Alberto y de su
esposa, la infanta española Isabel, que gobernaban los Países
Bajos como virreyes al servicio del rey de España.
Autorretrato con su esposa Isabel
Brant
La fama de Rubens se extendió a todas las cortes europeas y recibió
tantos encargos que tuvo que crear en su casa un gran taller, en el que él
sólo realizaba el boceto inicial y los toques finales, mientras que sus
aprendices se encargaban de las fases intermedias.
En 1628 los virreyes de Flandes lo envían a España. Estuvo al servicio de
Felipe IV, quien le nombró secretario de su Consejo Privado y fue mentor
del joven pintor español Diego Velázquez.
Finalmente, falleció el 30 de Mayo de 1640 en su casa de Amberes, a
punto de cumplir los 63 años. Su pintura ha ejercido enorme influencia en
otros artistas como Jean Antoine Watteau, Delacroix o Auguste Renoir.
El estilo de Rubens se caracteriza por los contrastes de color, de gran
riqueza cromática y los juegos de luces y sombras. Sus composiciones
están llenas de dinamismo, sensualidad y sensibilidad emocional.
El rapto de las hijas de Leucipo (1616)
Se trata de un tema mitológico, el rapto de las hijas de Leucipo por Cástor y
Pólux.
Rubens realizó este lienzo durante los primeros años de su
trayectoria artística. Se sitúa en la transición entre el
clasicismo y el barroco. Mientras la composición es clásica y
equilibrada, el sentido de movimiento y dinamismo son
característicos del barroco.
Las tres Gracias (1638)
Es su obra más conocida. Las Tres Gracias se inspiran en
tres personajes de la mitología griega: Eufrosine, Talía y
Anglae, hijas de Zeus y Eurymone. Son la representación de
la afabilidad, la simpatía y la delicadeza.
El tema había sido representado por Rafael durante el
Renacimiento y Rubens lo retomó, ofreciendo un
planteamiento distinto. Mientras las Gracias de Rafael son el
prototipo de belleza ideal, las de Rubens lo son de una
belleza más sensual. Para ello cambia el canon de belleza,
sus cuerpos femeninos son blandos y opulentos,
caracterizados por la flacidez de sus carnes.
Aunque la obra mantiene la composición del artista italiano, Rubens
cambia la relación entre las tres figuras conectándolas
psicológicamente entre sí a través de los brazos, el velo y sus
miradas. Sobre el paisaje de fondo se sitúan las tres mujeres,
estando la de en medio de espaldas, con la cabeza vuelta y
apoyada en sus compañeras.
En la actualidad el cuadro se conserva en el Museo del Prado de
Madrid. Se piensa que una de las figuras es la representación de su
segunda mujer, Elena Fourment.
Rembrandt
(Rembrandt Harmenszoon van Rijn; Leiden,
Países Bajos, 1606 - Amsterdam, 1669)
Pintor holandés. Nacido en el seno de una
acomodada familia de molineros, Rembrandt
recibió una esmerada educación y llegó a
ingresar en la Universidad de Leiden, donde
estudió un curso, ya que por entonces
decidió dedicarse a la pintura. De los dos
maestros que tuvo, uno en Leiden y otro en
Amsterdam, fue este último el que más
influyó en el artista y el que le transmitió las
tendencias italianizantes en boga. De hecho,
sus primeras creaciones (como la
Lapidación de san Esteban) manifiestan una
evidente influencia del estilo de Pieter
Lastman.
En 1625, considerándose ya formado, abrió taller en Leiden junto con Jan
Lievens (quien después siguió una trayectoria muy distinta), y no tardó en
contar con una amplia clientela. Durante los años de Leiden, el arte de
Rembrandt evolucionó desde unos inicios de colores brillantes y gestos
grandilocuentes hacia una creciente afirmación del claroscuro. El sabio
empleo que hizo el artista de esta nota tan típica del Barroco es lo que
confiere a su obra una fuerza y una personalidad indiscutibles. Ya en época
temprana, hacia 1630, el claroscuro se convierte en el más poderoso medio
de expresión del pintor, tal como evidencian obras como Sansón traicionado
por Dalila y La presentación de Jesús en el templo.
Sansón traicionado por Dalila La presentación de Jesús en el templo.
En 1630, a raíz de la muerte de su padre, se trasladó a
Amsterdam, donde se asoció con el marchante Hendrick van
Uylenburgh, con cuya hija, Saskia, se casó. Comenzó entonces
para él una etapa de prosperidad económica y de vida
mundana, que se truncó repentinamente en 1642, año de la
muerte de su esposa. Los reveses económicos se sucedieron,
hasta que en 1656 se vio obligado a subastar todas sus
pertenencias (casa, colecciones de arte, etc.). El consuelo le
llegó de la mano de Hendrickje Stoffels, que entró a su servicio
para hacerse cargo de su hijo Tito y con quien mantuvo una
relación sentimental, sin llegar a casarse con ella para no
perder la herencia de Saskia.
Las dos etapas, próspera y adversa, de la vida de Rembrandt
se reflejan en sus obras, particularmente en los autorretratos,
un género que el artista cultivó a lo largo de toda su carrera;
mientras que los primeros son alegres, brillantes y un tanto
superficiales, los de los últimos años tienen un carácter
sombrío, sereno, y reflejan una profundidad muy superior. De
los numerosos géneros que cultivó, el religioso y el retrato
fueron los dos en que más brilló su talento de maestro del
Barroco.
A Rembrandt se le recuerda, de hecho, sobre todo por sus magistrales
retratos de grupo, absolutamente alejados de los convencionalismos al uso.
La maestría compositiva, la perfecta caracterización de los personajes, el
detallado estudio de los ademanes, la agudeza de los rostros, hacen de sus
tres grandes creaciones de este género (La lección de anatomía del doctor
Tulp, La ronda de noche y Los síndicos del gremio de pañeros) unas obras
llenas de vida y de genio. En las creaciones de los últimos años (El hombre
del yelmo de oro, Jacob bendice a los hijos de José o La novia judía), el
pintor eleva todas sus conquistas al plano de la madurez, del estilo
conseguido a base de años y de esfuerzo, y manifiesta un absoluto dominio
de las técnicas y de los efectos.
La ronda de noche Los síndicos del gremio de pañeros
Rembrandt fue también un gran dibujante y un grabador genial, que dejó
cerca de 1.500 dibujos y alrededor de 400 grabados. Tanto los dibujos
como los aguafuertes son obras plenamente barrocas, dominadas por la
acción, el dramatismo y un realismo derivado de la observación del mundo
circundante muy característico del arte de Flandes y de los Países Bajos.
En todo ello se asemejan a las pinturas del artista, de las cuales se
diferencian en la mayor importancia que en dibujos y grabados tiene la línea
sobre el claroscuro.
Velázquez
(Diego de Silva Velázquez; Sevilla, 1599 - Madrid,
1660) Pintor español. Además de ser la
personalidad artística más destacada de su
tiempo, Diego Velázquez es también la figura
culminante del arte español, sin rival hasta los
tiempos de Goya.
Diego Velázquez realizó su aprendizaje en Sevilla,
en el taller de Pacheco, con cuya hija casó en
1617. Cuando todavía era un adolescente, pintó
algunas obras religiosas (La Inmaculada
Concepción, La Adoración de los Reyes Magos)
con un realismo inusual y pronunciados efectos de
claroscuro. A la misma época pertenece una serie
de obras de género con figuras de prodigiosa
intensidad y una veracidad intensísima en la
reproducción tanto de los tipos humanos como de
los objetos inanimados; entre otros ejemplos se
pueden citar Vieja friendo huevos y El aguador de
Sevilla.
También por entonces pintó
inusitados cuadros de temática
religiosa ambientados en escenarios
cotidianos, como Cristo en casa de
Marta o Cristo en Emaús; de hecho,
la capacidad de convertir las
escenas religiosas en algo cercano
y realista constituye una
característica del barroco sevillano
que Velázquez legó a otros artistas
de su tiempo.
Estas obras, de un estilo por lo
demás muy distinto del de su época
de madurez, le valieron cierta
reputación, que llegó hasta la corte,
por lo que en 1623 Diego Velázquez
fue llamado a Madrid por el conde-
duque de Olivares, valido de Felipe
IV, para que pintara un retrato del
rey; tanto gustó la obra al soberano
que lo nombró pintor de corte.
Cristo en Emaús
Comenzó así para Velázquez una larga y
prestigiosa carrera cortesana, a lo largo de la cual
recibió destacados títulos, como los de ujier de
cámara y caballero de la Orden de Santiago.
Desde su nombramiento oficial hasta el final de sus
días pintó numerosos retratos de Felipe IV y de
diversos miembros de su familia, a pie o a caballo.
Se trata de obras de gran realismo y excepcional
sobriedad en las que el magistral empleo de la luz
sitúa los cuerpos en el espacio y hace vibrar a su
alrededor una atmósfera real que los envuelve. Los
fondos, muy densos al principio, se suavizan y
aclaran luego, con el paso del tiempo. En los
retratos femeninos (el de Mariana de Austria, por
ejemplo), el artista se recrea en los magníficos
vestidos, en los que muestra sus grandes
cualidades como colorista.
La culminación de su carrera como retratista es
Las Meninas, considerada por algunos como la
obra pictórica más importante de todos los
tiempos. Hay que destacar igualmente las
incomparables series de enanos y tullidos de la
corte. Velázquez realizó dos viajes a Italia, uno
en 1629-1631 y otro en 1648-1651. En ambos
produjo obras importantes: La túnica de José y
La fragua de Vulcano en el primero; los retratos
de Juan de Pareja y de Inocencio X en el
segundo; el del Papa es un retrato portentoso,
dotado de una vivacidad, una intensidad y un
colorismo excepcionales.
Al genio sevillano se debe también una obra
maestra de la pintura histórica, La rendición de
Breda, pintada en 1634 para el Salón de Reinos
del palacio del Buen Retiro de Madrid. El mérito
de la obra reside en la ausencia del
engolamiento habitual en los cuadros de
temática histórica y en la plasmación de las
facetas más humanas del acontecimiento; la
composición admirablemente resuelta y la
atmósfera de extraordinario realismo han hecho
de esta obra una de las más conocidas del
maestro.
Las Meninas
Artista prolífico, Diego Velázquez dejó también importantes creaciones de
temática religiosa (Crucificado) y algunas de tema mitológico en clave
cotidiana, como Los borrachos o Las hilanderas, ésta una de las obras
capitales del artista por la perfección que alcanza en ella la perspectiva
aérea. El tono de cotidianidad, de acontecimiento vivo, confiere a estas
realizaciones un particular atractivo.
De temática mitológica es así mismo la magistral Venus del espejo, el
único desnudo femenino que pintó y uno de los pocos de la historia de la
pintura española. Poco conocido fuera de España hasta el siglo XIX,
Diego Velázquez es hoy considerado uno de los grandes genios de la
pintura universal.
Los borrachos Las hilanderas
Ribera
(Llamado el Españoleto; Játiva, 1591-Nápoles,
1652) Pintor y grabador español. No se tienen
noticias seguras sobre su formación artística, si
bien se cree que fue discípulo de Francisco
Ribalta. Hacia 1608-1610 marchó a Italia, donde
visitó la corte de los Farnesio en Parma (San
Martín partiendo su capa con el pobre) y se
interesó por la obra de Correggio. Hasta 1616
estuvo en Roma, donde admiró a Rafael, Miguel
Ángel y, especialmente, a Caravaggio. Allí
consiguió celebridad y realizó obras de una gran
calidad, como evidencian El gusto y El tacto, de la
serie de Los cinco sentidos.
Se estableció en Nápoles
definitivamente, donde se impuso como la
personalidad más importante del foco
napolitano. Gozó de la protección de los
virreyes, que le fueron adoptando como
pintor de cámara, como el duque de
Osuna, para quien realizó el grupo de
obras de la colegiata de Osuna, el conde
Monterrey (Inmaculada y otras obras en
la iglesia de las Agustinas de Salamanca)
y don Juan de Austria. Trabajó para la
iglesia napolitana de Jesús Nuevo, la
capilla de San Jenaro de la catedral y,
sobre todo, para la cartuja de San Martín,
que conserva un magnífico conjunto
(serie de Profetas, Piedad).
De 1620 a 1626 no se tienen noticias de
obras pictóricas, pero a este período
corresponden la mayoría de sus
grabados, técnica que cultivó con
maestría (Martirio de san Bartolomé).
Piedad
Martirio de san Bartolomé
De su origen español conservó siempre el
gusto por la temática religiosa (La bendición de
Jacob), con figuras aisladas de santos,
abundando los penitentes y mártires, de rostros
atezados, frentes arrugadas, plasmados con
crudo realismo (San Jerónimo), así como
milagros, martirios (Martirio de san Felipe),
episodios del Nuevo Testamento, vírgenes con
Niño, etc. Sin embargo, también cultivó el
género mitológico, el retrato y realizó las series
de los Filósofos, así como representaciones de
mendigos y tipos populares.
Hasta 1634 su estilo se caracterizó por un
acusado tenebrismo, con violentos contrastes
de luz, un plasticismo duro, un crudo realismo
en los detalles y cierta tendencia a la
monumentalidad. A partir de este momento,
optó por una pictoricidad más libre, un
colorismo más rico, así como temas y formas
más amables, asimilando influencias
venecianas y boloñesas. En su producción final
parece advertirse un repliegue hacia formas de
su período juvenil, retornando al tenebrismo y
los contrastes lumínicos.
San Jerónimo
Murillo
(Sevilla, 1617-Cádiz, 1682) Pintor español. Nació
en 1617 en el seno de una familia de catorce
hermanos, de los que él fue el benjamín. Quedó
huérfano de padre a los nueve años y perdió a su
madre apenas seis meses después. Una de sus
hermanas mayores, Ana, se hizo cargo de él y le
permitió frecuentar el taller de un pariente pintor,
Juan del Castillo.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente
en Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo
importante, una serie de lienzos destinados al
claustro de San Francisco el Grande; la serie se
compone de trece cuadros, que incluyen La cocina
de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto
por la minuciosidad y el realismo con que están
tratados los objetos cotidianos.
El éxito de esta realización le
aseguró trabajo y prestigio, de
modo que vivió desahogadamente
y pudo mantener sin dificultades a
los nueve hijos que le dio Beatriz
Cabrera, con quien contrajo
matrimonio en 1645. Después de
pintar dos grandes lienzos para la
catedral de Sevilla, empezó a
especializarse en los dos temas
iconográficos que mejor
caracterizan su personalidad
artística: la Virgen con el Niño y la
Inmaculada Concepción, de los
que realizó multitud de versiones;
sus vírgenes son siempre mujeres
jóvenes y dulces, inspiradas
seguramente en sevillanas
conocidas del artista.
la Virgen con el Niño
la Inmaculada Concepción
Niños comiendo melón y uvas (c. 1650)
Tras una estancia en Madrid entre 1658 y 1660, en este
último año intervino en la fundación de la Academia de
Pintura, cuya dirección compartió con Herrera el Mozo.
En esa época de máxima actividad recibió los
importantísimos encargos del retablo del monasterio de
San Agustín y, sobre todo, los cuadros para Santa María
la Blanca, concluidos en 1665. Posteriormente trabajó
para los capuchinos de Sevilla (Santo Tomás de
Villanueva repartiendo limosna) y para el Hospital de la
Caridad (cuadros sobre las obras de misericordia).
Murillo destacó también como creador de tipos femeninos
e infantiles: del candor de La muchacha con flores al
realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y
mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la
vida popular. Después de una serie dedicada a la
Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración
de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de
la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina,
ya que falleció, mientras trabajaba en ella, a
consecuencia de una caída desde un andamio.
Goya
(Francisco José de Goya y Lucientes; Fuendetodos,
España, 1746 - Burdeos, Francia, 1828) Pintor y
grabador español. Goya fue el artista europeo más
importante de su tiempo y el que ejerció mayor
influencia en la evolución posterior de la pintura, ya
que sus últimas obras se consideran precursoras del
impresionismo.
Goya aprendió de su padre el oficio de dorador, pero,
decidido a dedicarse a la pintura, se trasladó a Madrid
para formarse junto a Francisco Bayeu, con cuya
hermana se casó en 1775, año de su establecimiento
definitivo en Madrid. Bayeu le proporcionó trabajo en
la Real Fábrica de Tapices, para la que realizó
sesenta y tres cartones, en su mayor parte con
escenas idílicas y de la vida diaria, plasmadas con
colores claros y vivos e impregnadas de alegría y
romanticismo.
Simultáneamente, Goya empezó a pintar
retratos y obras religiosas que le dieron un gran
prestigio, hasta el punto de que en 1785 ingresó
en la Academia de San Fernando y en 1789 fue
nombrado pintor de corte por Carlos IV.
Diez años más tarde, en 1799, pintó para el
soberano el famoso retrato La familia de Carlos
IV, que se considera una de sus obras
maestras. Es un retrato oficial, formal en
apariencia, pero en el que el autor se permite
cierta ironía al plasmar a los personajes con un
realismo crítico.
Goya trabajó como retratista no sólo para la
familia real, sino también para la aristocracia
madrileña, y de hecho entre estos retratos se
encuentran algunas de sus obras más
valoradas, como La condesa de Chinchón o las
famosas La maja vestida y La maja desnuda;
sobre estas últimas dice la leyenda popular que
representan a la duquesa de Alba, quien habría
mantenido con el artista una relación de tintes
escandalosos. En los retratos de Goya destaca,
en líneas generales, su atento estudio de las
posturas y las expresiones, así como los
contrastes de luces y sombras que realzan la
figura del protagonista.
La familia de Carlos IV
La maja desnuda;
Hacia 1799, el pintor concluyó
una de sus grandes series de
grabados, Los caprichos, ochenta
y dos aguafuertes que
constituyen una crítica feroz de la
sociedad civil y religiosa de la
época. En esta serie aparecen ya
algunos personajes extraños y
macabros que acabarán
protagonizando obras posteriores
del maestro. Por esos mismos
años, Goya se ocupó de la
decoración al fresco de la ermita
de San Antonio de la Florida,
donde realizó una obra de gran
impacto escenográfico.
Los caprichos
En 1808, la invasión de España por las tropas napoleónicas colocó al artista
en una situación delicada, ya que mantuvo su puesto de pintor de corte con
José Bonaparte. Pese a todo, no se privó de plasmar los horrores de la
guerra en obras como El 2 de mayo y Los fusilamientos del 3 de mayo, que
reflejan los dramáticos acontecimientos de aquellas fechas en Madrid.
Además, en los sesenta y seis grabados de Los desastres de la guerra
(1810-1814), dio testimonio de las atrocidades cometidas por los dos
bandos y acentuó visualmente la crueldad de la guerra como protesta
contra ella lanzada a la posteridad desde la impotencia.
El 2 de mayo
Los fusilamientos del 3 de mayo
Por haber trabajado para José Bonaparte, el artista cayó
en desgracia tras la restauración de Fernando VII, y en
1815 se retiró de la vida pública. En 1819 experimentó
una recaída en la misteriosa enfermedad que en 1792 lo
había dejado completamente sordo. Ello, unido a su
nueva vida en soledad en la Quinta del Sordo, casa
solariega que había comprado poco antes, debió de
contribuir a la exacerbación imaginativa de que el artista
dio muestras en la decoración de su nueva vivienda:
catorce murales de gran tamaño con predominio de los
tonos marrones, grises y negros, sobre temas macabros
y terroríficos.
Monet
(Claude Oscar Monet; París, 1840 - Giverny,
1926) Pintor francés, figura clave del
movimiento impresionista. Sus inclinaciones
artísticas nacieron del contacto con Boudin
en Le Havre, y las excursiones al campo y la
playa durante su adolescencia orientaron el
posterior desarrollo de su pintura.
Después del servicio militar en Argelia,
regresó a París, donde en el estudio de
Gleyre conoció a jóvenes artistas como
Renoir, Sisley y Bazille, y en el popular café
Guerbois contactó con un grupo de
intelectuales, literatos y pintores como Zola,
Nadar, Cézanne y Degas, que junto con
Manet comenzaba a oponerse al arte
establecido.
La pintura rápida como las pochades o études era,
en aquella época, del agrado de la sociedad siempre
que ésta se circunscribiera al tema del paisaje en
pequeño formato. La temprana obra de Monet, La
costa de Sainte-Adresse (1864, Institute of Arts,
Minneapolis), recuerda a su iniciador Boudin, pero
adquiere mayor alcance al aplicar la pintura directa a
temas y formatos de mayor complejidad y tamaño.
Similar innovación puede apreciarse en Mujeres en el
jardín (1866, Museo de Orsay, París), obra
rechazada en el Salón de 1867, en la que tres
mujeres se divierten en el campo bajo un sol tan
intenso que sus vestidos alcanzan el blanco en
estado de gran pureza, con escasas modulaciones
intermedias y marcadas escisiones entre las zonas
de luz y sombra. La instantaneidad de la escena se
pone de manifiesto tanto por la precisión luminosa
del momento como por el dinamismo de las figuras,
correteando y girando caprichosamente alrededor de
un árbol. Con esta ambiciosa obra, Monet se aleja
del tratamiento tradicional que hasta entonces se dio
al retrato -el retrato de su primera mujer, Camile,
había sido ensalzado por Zola en el Salón de 1866- y
se inclina por la integración de las figuras en la
naturaleza.
Los serios problemas económicos y el
nacimiento de su hijo ilegítimo, Jean,
en 1867, condujeron a Monet a vivir
una época de hambre y pobreza
extremas, así como a un intento
frustrado de suicidio. Durante la
contienda franco-prusiana, el artista
se refugió en Inglaterra, donde
conoció a Pissarro y obtuvo el apoyo
económico y la amistad de Paul
Durand-Ruel. Allí se interesó mucho
por la obra de Turner, que tanto
influiría en su percepción de la luz y el
color. Según Monet, el pintor que se
coloca ante la realidad no debe hacer
distinciones entre sentido e intelecto.
A partir de 1872, Monet se interesó por el estanque de
Argenteuil como lugar idóneo para adaptar su técnica a
la representación rápida del agua y la luz. La obra
titulada Monet trabajando en su barco en Argenteuil
(1874, Neue Pinakothek, Munich) representa esa
especie de laboratorio náutico desde el que el artista
podía navegar sobre el agua del estanque apreciando
los cambiantes efectos luminosos de su superficie, que
reproducía mediante diversas variaciones sobre un
mismo tema. El barco-taller de Monet se oponía
radicalmente a la idea de estudio que veinte años antes
exaltaba Courbet en su obra El estudio del pintor, y
suponía un pintoresco testimonio de las principales
aspiraciones impresionistas.
La incipiente luz del amanecer y sus aleatorios reflejos sobre el agua
pueden apreciarse también en la mítica obra Impresión, sol naciente (1872,
Museo Marmottan, París), pintada en Le Havre. En poco más de medio
metro cuadrado numerosas pinceladas se superponen en un solo color
general neutro, captando el instante luminoso del amanecer y los
destellantes reflejos del sol rojizo sobre el agua; la rapidez que la fugacidad
del tema exigía, condicionó el formato, la técnica e incluso el título,
condensado manifiesto de intenciones que dio nombre al grupo, cuando, en
1874, al mostrarse la obra en la primera exposición impresionista, el crítico
Louis Leroy empleó el término para referirse despectivamente, en Le
Charivari, a quienes hasta ese momento eran conocidos como el grupo de
Manet.
Le Charivari,
Van Gogh
(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-
sur-Oise, Francia, 1890) Pintor holandés.
Vincent Van Gogh era el mayor de los seis
hijos de un pastor protestante, y mantuvo con
su hermano Theo, cuatro años menor que él,
una relación que sería determinante en su
existencia y su trayectoria artística. La
correspondencia que ambos intercambiaron a
lo largo de toda la vida es el testimonio de la
intensidad de esta relación.
Tras recibir una esmerada educación en un
internado privado, con dieciséis años entró
como aprendiz en la filial de La Haya de la
galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada
por su tío Vincent; allí conoció las obras de la
escuela de Barbizon.
El traslado de Van Gogh a Londres en 1873
señaló el inicio de una primera etapa creativa.
Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez
más solitario, hasta que en 1878 se vio
impelido por la necesidad de entregarse a sus
semejantes, y tras intentar estudiar teología,
decidió satisfacer su vocación uniéndose a los
mineros de la Borinage. En este período
realizó una serie de dibujos de los mineros.
Hacia 1880, tras ser expulsado por su
excesiva implicación, descubrió en la pintura
su auténtica vocación, considerándola una vía
para consolar a la humanidad. En los primeros
años de la década de 1880 estudió con
diversos pintores, entre los que cabe destacar
a Anton Mauve. Su rápida evolución y el
conocimiento de los impresionistas lo llevaron
a abandonar la enseñanza académica y a
reunirse con Theo en París en 1876. Campo de trigo con ciprés, de
Van Gogh
Su hermano le presentó a Pissarro,
Seurat y Gauguin, y esta situación
coincidiría con la definición de su
pintura. Su paleta se tornó
definitivamente colorista y su visión,
menos tradicional, dando forma a su
personal visión del postimpresionismo.
Su interés por el color y por la
captación de la naturaleza lo indujo a
trasladarse a Arles, donde su obra fue
progresivamente expresando con
mayor claridad sus sentimientos sobre
lo representado y su propio estado
mental.
Con la pretensión de crear el grupo de
los «impresionistas del sur», Van
Gogh alquiló una casa donde invitó a
los artistas con quienes compartía
intereses y en la que Gauguin pasaría
dos meses. La primera crisis mental,
en la que se cortó parte de la oreja
izquierda, tuvo lugar en la Navidad del
mismo año 1888.
La habitación de Vincent en Arlés
(1888)
En abril del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad
para trabajar, pidió ser ingresado en el hospital psiquiátrico de
Saint-Rémy-de-Provence donde permaneció doce meses. Tras
sufrir diversos ataques y ante la imposibilidad de salir al
exterior a pintar, realizó obras relacionadas con el hospital,
retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de
Rembrandt, Delacroix y Millet.
La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva
sensación de tristeza son las claves de este período en el que
Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y
en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura
más intrépida y visionaria que la de Arles.
Matisse
(Cateau Cambrésis, 1869 - Niza, 1954) Pintor
francés. Cursa estudios de jurisprudencia entre
1887 y 1888, en la Universidad de París, que se ven
interrumpidos por una larga y grave enfermedad
que le retiene en cama hacia 1890. Durante su
convalecencia empieza a pintar, y en 1891, ya
recuperado, vence la oposición de sus padres y
abandona la carrera de leyes para entrar en la
Escuela Julian, donde estudia bajo la dirección de
Bouguereau. En 1892 entra en el Estudio de Gustav
Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, donde cursa
estudios de pintura durante cinco años. Es allí
donde conoce a Rouault y a Manguin. Asiste
también a los cursos nocturnos de la Escuela de
Artes Decorativas, donde entabla amistad con
Marquet.
Su primera exposición data de 1896-97 en el Salón
de la Sociedad Nacional. Ese mismo verano
conoce a Rodin y Pisarro y se interesa por la
pintura impresionista. En 1898 viaja a Londres,
animado por Pissarro, y allí descubre la obra de
Turner; también visita Córcega y Toulousse. Las
obras producidas durante estos viajes son las
conocidas como protofauvistas, por la riqueza de
su colorido y el grueso empaste; son
fundamentalmente paisajes. De vuelta a París,
asiste durante algunos meses a las clases de
Carrière, en cuyo taller conoce a Derain y a Puy.
Descubre en estos momentos a Cézanne (le
compra a Vollard las Tres Bañistas).
Se inicia en la escultura siguiendo las enseñanzas
de Rodin. En 1901 expone en el Salón de los
Independientes y conoce a Vlaminck. Reconoce
que la obra de Vlaminck y Derain es cercana a la
suya y en 1903 participa en el Salón de Otoño
junto a Camoin, Derain y Manguin. En 1904 pinta
Lujo, calma y voluptuosidad, que será adquirido
por Signac, donde muestra su interés por las
teorías y técnicas del divisionismo, que muy pronto
abandonaría en favor de la exaltación del color y
del sentimiento propios del fauvismo.
Lujo, calma y
voluptuosidad
1905 es el año de la presentación de
una nueva tendencia que el crítico
Vauxcelles bautizaría como Fauve, es
decir, fieras, en el Salón de Otoño. Los
Stein adquieren en ese momento la
obra Mujer con Sombrero. Su obra
Retrato de la Sra. Matisse causa, a
pesar de sus reducidas dimensiones,
un gran impacto en el Salón debido a
la sabia saturación de los colores
chillones. Matisse utiliza aquí el color
en todas sus posibilidades expresivas.
En 1906 expone de nuevo con el grupo
de los Fauves (Manguin, Marquet, Puy,
Derain, Van Dongen, Rouault) en el
Salón de Otoño y realiza su primer
viaje a África, donde le impresionan los
trabajos de arte popular, sobre todo los
tejidos y las cerámicas. Pinta
Naturaleza muerta con tapete rojo. En
1907, por medio de Gertrud Stein,
conoce a Picasso y realiza su primer
viaje a Italia.
Mujer con Sombrero
En 1908, ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas más jóvenes,
abre una academia que sólo mantendría hasta 1911 y realiza su primera
exposición individual en Nueva York, en la galería de Alfred Stieglitz. En
1908 pinta su famosa obra Armonía en Rojo, una escena de interior con
naturaleza muerta, figura y paisaje visto a través de la ventana, donde
Matisse trata de dar a este tema la grandiosidad que normalmente sólo se
reservaba a los desnudos; el interior está decorado con un arabesco que se
refleja en las formas del paisaje, en el fondo, que se presenta como un
preludio de lo que más tarde realizaría en África.
En 1909 recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo de pintar dos
grandes paneles: La Danza y La Música; la primera, puede ser interpretada
cómo una demostración anticubista de como las figuras pueden unirse a
través del arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo
abstracto;... las fuentes de este mural son variadas, desde las figuras de los
vasos griegos a las imágenes greco-romanas de las Tres Gracias. También
en 1910 esculpe su primer altorrelieve, La Espalda 1.
La Danza y La Música
En 1910 realiza una amplia muestra individual en París, en la galería
Bernheim-Jeune y viaja con Marquet a Munich para visitar la exposición
de arte islámico. En 1911, viaja a Moscú para instalar los paneles en casa
de Schukin y conoce los iconos y las artes decorativas bizantinas, que
pasarán a ser un elemento esencial en su repertorio estilístico. Es claro
ejemplo de ello El Estudio Rojo, en el que destaca la simplicidad del
colorido. La superficie del cuadro es mate y plana y representa el estudio
del artista, esta vez sin el artista y sin modelo, solamente con cuadros y
algunos otros objetos.
Poco después viaja a Marruecos con Camoin y Marquet; pasa en el
Norte de Africa los veranos de 1911-12 y 1912-13. Del primer verano data
Jardín Marroquí, una composición casi abstracta de verdes y rosas. En
1913 participa con varias obras en el Armory Show neoyorquino y en la
Secesión berlinesa. El estallido de la guerra provoca el traslado de él y su
familia (se había casado en 1898 con Amélie Parayre, con quien tenía
dos hijos) a Collioure, donde conoce a Juan Gris. En 1915 realiza una
exposición individual en la galería Montross de Nueva York.
Picasso
(Pablo Ruiz Picasso, Málaga, 1881 - Moulins, Francia,
1973) Artista español. Hijo del también artista José Ruiz
Blasco, en 1895 se trasladó con su familia a Barcelona,
donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y
literatos, entre los que cabe citar a los pintores Ramón
Casas y Santiago Rusiñol, con quienes acostumbraba
reunirse en el bar Els Quatre Gats.
Entre 1901 y 1904 Pablo Picasso alternó su residencia
entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura entró
en la etapa denominada período azul, fuertemente influida
por el simbolismo. En la primavera de 1904, Picasso
decidió trasladarse definitivamente a París y establecerse
en un estudio en las riberas del Sena. En la capital
francesa trabó amistad, entre otros, con los poetas
Guillaume Apollinaire y Max Jacob y el dramaturgo André
Salmon; entre tanto, su pintura experimentó una nueva
evolución, caracterizada por una paleta cromática
tendente a los colores tierra y rosa. Al poco de llegar a
París entró en contacto con personalidades periféricas del
mundillo artístico y bohemio, como los estadounidenses
Leo y Gertrude Stein, o el que sería su marchante por
siempre, Daniel-Henry Kahnweiler.
Hacia finales de 1906 Pablo Picasso
empezó a trabajar en una composición
de gran formato que iba a cambiar el
curso del arte del siglo XX: Les
demoiselles d'Avignon. En esta obra
cumbre confluyeron numerosas
influencias, entre las que cabe citar
como principales el arte africano e
ibérico y elementos tomados del
Greco y Cézanne. Bajo la constante
influencia de este último, y en
compañía de otro joven pintor,
Georges Braque, Pablo Picasso se
adentró en una revisión de buena
parte de la herencia plástica vigente
desde el Renacimiento, especialmente
en el ámbito de la representación
pictórica del volumen: fue el inicio del
cubismo.
Les demoiselles d'Avignon
A partir de 1909, Picasso y Braque desarrollaron dicho
estilo en una primera fase denominada analítica. En 1912
introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de
recortes de papel y otros materiales directamente
aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron
collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo
del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa
sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática
más rica y la multiplicidad matérica y referencial.
Entre 1915 y mediados de la década de 1920 Picasso fue
abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en
una nueva etapa figurativista, en el marco de un
reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo
que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos»..
Gernika
El estallido de la guerra civil española lo empujó a
una mayor concienciación política, fruto de la cual
es una de sus obras más conocidas, el mural de
gran tamaño Gernika. En 1943 conoció a Françoise
Gilot, con la que tendría dos hijos, Claude y
Paloma. Tres años más tarde Pablo Picasso
abandonó París para instalarse en Antibes, donde
incorporó la cerámica a sus soportes predilectos.
En la década de 1950 realizó numerosas series
sobre grandes obras clásicas de la pintura, que
reinterpretó a modo de homenaje. En 1961 Pablo
Picasso contrajo segundas nupcias con Jacqueline
Roque; sería su última relación sentimental de
importancia. Convertido ya en una leyenda en vida
y en el epítome de la vanguardia, el artista y
Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues,
donde el creador continuó trabajando
incansablemente hasta el día de su muerte.
Dalí
(Figueres, Gerona, 1904 - Púbol, 1989)
Pintor español. Salvador Dalí nació en una
madrugada de la primavera de 1904 en el
seno de una familia burguesa, hijo de un
notario bienpensante y de una sensible dama
aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría:
"A los tres años quería ser cocinero. A los
cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha
hecho más que crecer y ahora es la de llegar
a ser Salvador Dalí y nada más. Por otra
parte, esto es muy difícil, ya que, a medida
que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de
mí".
Puesto que la persecución sería
incesante y el objetivo no habría de
alcanzarse nunca y, dado que en ningún
recodo de su biografía estaba previsto
que hallara el equilibrio y la paz, decidió
ser excesivo en todo, intrepretar
numerosos personajes y sublimar su
angustia en una pluralidad de delirios
humorísticos y sórdidos. Se definió a sí
mismo como "perverso polimorfo,
rezagado y anarquizante", "blando, débil y
repulsivo", aunque para conquistar esta
laboriosa imagen publicitaria antes hubo
de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si
el juego favorito de su primera infancia
era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez
años, cuando se pinta como El niño
enfermo, explora las ventajas de
aparentar una constitución frágil y
nerviosa.
El niño enfermo
Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el
estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista,
a los catorce ya ha trabado conocimiento con el arte de
Picasso y se ha hecho cubista y a los quince se ha convertido
en editor de la revista Studium, donde dibuja brillantes
pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la
Pintura".
En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid,
ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del
gran poeta granadino Federico García Lorca y del futuro
cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien sin embargo se
distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un
extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata
desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta
los pies. A veces luce una camisa azul cielo, adornada con
gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo lustra
con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase
desapercibida.
En los revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado
contratiempo. En la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se
producen manifestaciones en contra de un profesor, y antes de que dé
comienzo el discurso oficial y se desate la violenta polémica, Salvador
abandona la sala. Las autoridades creen que con este gesto ha sido él
quien ha dado la señal de ataque y rebelión y deciden expulsarlo durante un
año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias vienen a detenerlo y
pasa una temporada en la cárcel.
A la salida de prisión recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para
grabado que su padre le regala, y la segunda, la visita de su excelente
compañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid Federico García
Lorca, quien, en las calurosas noches del verano de Cadaqués, lee a toda
la familia Dalí sus versos y dramas recién compuestos. Es allí, junto al
Mediterráneo, donde García Lorca redacta la célebre "Oda a Salvador Dalí",
publicada unos años después, en 1929, en la Revista de Occidente. Pronto
será también Luis Buñuel quien llegue a Cadaqués para trabajar con su
amigo Salvador en un guión cinematográfico absolutamente atípico y del
que surgirá una película tan extraña como es El perro andaluz.
En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es
al año siguiente cuando se instala en la capital
francesa y se une al grupo surrealista que lidera el
poeta André Breton. Este último terminará
expulsándolo del movimiento algunos años después,
en una memorable sesión de enjuiciamiento a la que
Dalí compareció cubierto con una manta y con un
termómetro en la boca, aparentando ficticiamente
estar aquejado de fiebre y convirtiendo así el
opresivo juicio en una ridícula farsa.
La triple acusación a la que tuvo entonces que
enfrentarse Dalí fue: coquetear con los fascismos,
hacer gala de un catolicismo delirante y sentir una
pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto
precisamente alude el célebre apodo anagramático
con que fue motejado por Breton, Avida dolars,
acusación que lejos de desagradar al pintor le
proporcionaba un secreto e irónico placer. De hecho,
después de conocer a la que sería su musa y
compañera durante toda su vida, Gala, entonces
todavía esposa de otro surrealista, el poeta Paul
Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a Gala
más que a mi madre, más que a mi padre, más que
a Picasso y más, incluso, que al dinero."
Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por
primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta
Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura
esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los
Camelots du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la
Galería Goemans de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla
en la Costa Azul, pasando los días y las noches encerrados en una
pequeña habitación de un hotel con los postigos cerrados. Salvador se
enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por primera vez de
las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseo,
Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue
atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy.
Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans de
París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul,
pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un
hotel con los postigos cerrados.
El gran masturbador
A España regresó en 1948, fijando su residencia de nuevo en Port-Lligat y
hallando en el régimen del general Franco toda suerte de facilidades. El
gobierno incluso declaró aquel rincón catalán que tanto fascinaba al pintor
"Paraje pintoresco de interés nacional". Para muchos historiadores del arte
lo mejor de su obra ya había sido realizado y, sin embargo, aún le
quedaban cuarenta años de caprichosa producción y de irreductible
endiosamiento y exhibicionismo, con apariciones públicas del estilo de la
que protagonizó en diciembre de 1955, cuando se personó en la
Universidad de la Sorbona de París para dar una conferencia en un Rolls
Royce repleto de coliflores. En vida del artista incluso se fundó un Museo
Dalí en Figueras; ese escenográfico, abigarrado y extraño monumento a su
proverbial egolatría es uno de los museos más visitados de España.
Pollock
Paul Jackson Pollock nació en Cody, una
pequeña localidad del estado
norteamericano de Wyoming, el 28 de
Enero de 1912, fue hijo de LeRoy McCoy
Pollock y Stella Pollock McClure. Jackson
Pollock realizó su juventud principalmente
entre las praderas de Wyoming y Arizona,
donde esto le proporcionó la experiencia de
vinculación con los indios navajos [1]donde
de ellos pudo observar la relación que
tenían con el medio ambiente, la
naturaleza. A través de esto pudo aseverar
que el “Action Painting” (técnica que él
utiliza que se basa en el goteo de pintura
en lienzo tendidos en el suelo) es una
extracción y similitud de las pinturas sobre
arena que los indios navajos realizaban.
Cuando asistió al Manual Arts High School
en Los Ángeles, tuvo sus primeros indicios
a seguir con el arte, donde fue incentivado
por dos de sus hermanos que también se
desarrollan como artistas.
Luego en el año 1929 se mudó a New
York, donde sus primeras obras fueron
trabajadas con el pintor Thomas Benton
[2] en la Liga de Estudiantes del Arte y
representaban escenas de la vida
cotidiana con un estilo naturalista.
Luego en el año 1930 Pollock opta
finalmente por matricularse en la
academia de Benton y seguir con sus
estudios, y en este mismo año redujo
su nombre a Jackson Pollock, dejando
de lado su primer nombre Paul.
Posteriormente, desde 1936 comienza
su interés en los murales mexicanos de
Orozco y Siqueiros, nuevamente
profundizándose en el arte aborigen
americano experimentando técnicas
pictóricas e incluso trabajó para
Roosevelt en la Work Progress
Administration que corresponde a un
programa federal de ayuda y promoción
al arte americano. Pollock trabajó en el
proyecto, juntamente con otros artistas
que también se definieron después
dentro del Expresionismo Abstracto.
A pesar de que haya trabajado para
Roosevelt sus condiciones económicas aún
eran de escasez y su período de artista aún
no estaba en auge ya que su carrera
artística no quería despegar. Pero tuvo un
paso definitivo en su carrera que fue la
exposición teniendo lugar en 1943 en la
Galería Art of this Century, propiedad de
Peggy Guggenheim. En esa exposición
titulada “Un problema para la crítica”, en ella
Pollock compartía cartel con artistas
europeos como Hans Arp, André Mason,
Joan Miró, y con otros artistas americanos o
considerados como americanos tales como
Arshile Gorky, Hans Hofmann, Adolf Gottlieb
y Mark Rothko, que después formarían la
llamada Escuela de Nueva York. Todavía
con un estilo que tenia reminiscencias
indígenas y simbología jungiana, en el año
1945 se casa con la pintora Lee Krasner.
Pollock: The Key
Jackson Pollock con un poco más de cuarenta años de vida y alrededor de
diez años siendo artista, falleció por un accidente automovilístico en 1956.
Su muerte ha dejado de forma inconclusa la evolución de esta técnica ya
que su estilo comenzaba a dar muestras de agotamiento. Se convirtió en
una leyenda, en la que se mezclaron una imagen de chamán que contribuía
bien a eternizar el tradicional estereotipo romántico del artista, su genialidad
e indiscutible originalidad estilística y algunas tristes circunstancias
personales, como su alcoholismo y su carácter arrebatado.
Independientemente de su enorme trascendencia en el ámbito de las artes
plásticas.
Entonces, entre 1943 y 1956 en Estados Unidos, surge un pintor que fue
fuertemente influenciado por la corriente del surrealismo, de manera que
éste se guía y adopta un estilo con tendencia a lo libre y abstracto. Por lo
tanto, Jackson Pollock se integra al movimiento del expresionismo
abstracto, el cual surge en tiempos de posguerra y tiene sus raíces del
surrealismo. De este expresionismo abstracto, Pollock, va desarrollando
una técnica que el denomina action painting o dripping, una técnica que
consiste simplemente en derramar, el dejar gotear o lanzar pintura sobre
lienzos sin tensar. “Pollock fue el símbolo de este movimiento del que, sin
menoscabo de su originalidad, todavía está por desvelar el verdadero papel
de las instituciones políticas en su promoción.