las posibilidades motrices, sensitivas y expresivas del propio cuerpo.
Niños y niñas habrán de manifestar un control progresivo de las mismas
en distintas situaciones y actividades, como juegos, rutinas o tareas de
la vida cotidiana.
Deberán ser progresivamente capaces de reconocer y nombrar las
distintas partes del cuerpo y ubicarlas espacialmente, en su propio
cuerpo y en el de los demás, así como alguna cualidad externa del
mismo, como, por ejemplo, el color del pelo. En un primer momento el
niño reconocerá en sí mismo las manos y pies y, posteriormente, la cara
de los demás, así como otras partes del cuerpo.
Así mismo, se valorará si el niño identifica los sentidos, estableciendo
diferencias entre ellos en función de su finalidad y si puede explicar con
ejemplos sencillos las principales sensaciones asociadas a cada uno de
ellos, como son los diferentes sabores, olores, colores, sonidos,
temperaturas y texturas.
Igualmente, se observará si da muestras del progresivo reconocimiento
de las sensaciones de dolor, hambre, sueño, temperatura, y la
comunicación de necesidades, emociones o deseos, inicialmente por el
gesto y la mirada y con posterioridad por medio del habla. Se observará
también si, a lo largo de la etapa, el niño busca la ayuda del adulto, en
un primer momento señalando los objetos necesarios para satisfacer
sus necesidades, por ejemplo, el chupete para dormir o el biberón para
comer, y, posteriormente si pide ayuda verbalmente y utiliza recursos
paratextuales para hacerse entender.
Se observará en las distintas actividades, rutinas o tareas de la vida
cotidiana, el control progresivo de sus posibilidades, así como la
seguridad que manifiesta en sus logros y el disfrute con sus avances.
Se evalúa también a través de este criterio, la formación de una imagen
personal ajustada y positiva, el reconocimiento de la propia imagen en
un espejo o fotografía, y su representación gráfica. Se valorará la
capacidad para utilizar los recursos propios, el conocimiento de sus
posibilidades y limitaciones, y la confianza para emprender nuevas
acciones que se pone de manifiesto en la prontitud consciente para
desempeñarlas.