El tiempo colectivo, fue otra de las imposiciones de este modelo, ya que la trabajar todos los obreros
al mismo ritmo, se mantiene un equilibrio en la cadena de producción. Sin embargo, una desventaja
de esto, es que se paga a los trabajadores por jornada, es decir, estos no reciben ninguna
recompensa por ser más o menos eficaces. Con este sistema, se comenzaron a obtener productos
estandarizados en grandes volúmenes, pero esto solo produce un modelo único, que es otra de las
desventajas.
Con todo esto, comenzaron a generarse ciertos problemas que pusieron en crisis a este modelo,
pues las desventajas del modelo comenzaron a ser notorias y las personas comenzaron a darse
cuenta de que dentro de la fábrica se manejaban salarios mínimos y muy malas condiciones de
trabajo, lo que llevo a los obreros a una disputa contra el Fordismo y a la presencia de mecanismos
de lucha como la falta de los trabajadores a sus labores, lo que generaba problemas en la
producción; un incremento en la tasa de rotación debido a que en esos tiempos era bastante fácil
conseguir otro trabajo y también, los trabajadores comenzaron a descuidar el trabajo, por lo que la
producción cada vez tenía más defectos e imperfecciones. Todo eso se llevó a cabo para demostrar
que los trabajadores son fundamentales en la fábrica y que aún tenía la capacidad para decidir
cómo llevar a cabo el trabajo. De otro modo, también se generó una crisis en la eficiencia, pues se
demostró que al crear nuevos puestos de trabajo se generaban nuevos tiempos muertos, y así,
aunque los anteriores habían sido eliminados, estos los sustituían.
Finalmente, el equilibrio de las cadenas de producción también se vio afectado, pues era imposible
que toda una planta trabajara al mismo ritmo, y fue así como se dieron cuenta de que el Fordismo
no era tan efectivo como se creía, pues los recursos no eran aprovechados al máximo.
Conclusión:
Cuando se creó este modelo, se pretendía generar un incremento en la producción a través de la
eliminación de tiempos muertos, la explotación máxima de los empleados, la introducción de
máquinas especializadas, entre otros. Sin embargo, cuando se comenzó a darle menos importancia
al trabajador, este modelo comenzó a fallar pues, los obreros se encontraban en desacuerdo con
las condiciones de trabajo y comenzaron a sabotear la producción. Finalmente, fue notorio que era
imposible sustituir a los empleados pues ya que, aunque estos tenían menos tareas, eran
definitivamente indispensables para el buen funcionamiento de la fábrica y para la calidad de
producción.