Actividad realizada en IES Mediterráneo de Málaga dentro del programa ComunicA para celebrar el Día de la Poesía
Size: 19.38 MB
Language: es
Added: Mar 20, 2019
Slides: 12 pages
Slide Content
MÁLAGA ES POESÍA
Subida a la Alcazaba Vicente Aleixandre Subir por esa escala, callando, hacia arriba, hacia la luz. ¡Alcazaba mía malagueña! Subir por la sombra, presintiendo arriba todavía el agua antigua de la fuente que fluye. Subir con el corazón que ahora sufre, solo, creído. ¡Quién te encontrara, niño que fui y que, acodado, veías el vasto paisaje de Málaga, leve en las luces! ¡Quién supiera que arriba estabas, solo, asomado!
Catedral de Málaga Gerardo Diego Naciste de la pura geometría, blanca en la mente azul delineante, y eres proyecto siempre, alzado instante, espuma puesta en pie, cuajada y fría, mas tan real de piedra y teología que se me van los ojos al bramante incorruptible, a la plomada amante de que Dios más que nada se gloría.
Ciudad del paraíso Vicente Aleixandre A mi ciudad de Málaga Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas, intermedia en los aires, como si una mano dichosa te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte para siempre en las olas amantes. A mi ciudad de Málaga Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas, intermedia en los aires, como si una mano dichosa te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte para siempre en las olas amantes.
Málaga (Pregonando el ' pescao ') Manuel Machado ¡Lo que da la mar! ¡Lo que da la mar! ¡Boquerones! ¡Sardinas, jureles! ¡Boquerones, hojitas de plata, que, frititos, se vuelven de oro! De ellos tiene la mar un tesoro... La tierra, sus minas... Y la mar...,pues la mar de sardinas...
Mar María Victoria Atencia Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas: comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas. Rozaría una jábega con descolgar los brazos y su red tendería del palo de mesana de este lecho flotante entre ataúd y tina. Cuando cierro los ojos se me cubren de escamas. Cuando cierro los ojos, el viento del Estrecho pone olor de Guinea en la ropa mojada, pone sal en un cesto de flores y racimos de uvas verdes y negras encima de mi almohada, pone henchido el insomnio, y en un larguero entonces me siento con mi sueño a ver pasar el agua. Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas: comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas. Rozaría una jábega con descolgar los brazos y su red tendería al palo de mesana de este lecho flotante entre ataúd y tina. Cuando cierro los ojos, se me cubren de escamas. Cuando cierro los ojos, el viento del Estrecho pone olor de Guinea en la ropa mojada, pone sal en un cesto de flores y racimos de uvas verdes y negras encima de mi almohada, pone henchido el insomnio y en un larguero entonces me siento con mi sueño a ver pasar el agua.
Noche malagueña Antonio Machado Junto al agua negra Olor de mar y jazmines. Noche malagueña
Niño del 40 Manuel Alcántara Una luz por el parque y el pitido de un barco que se fue, que se está yendo. Una luz que conozco y que comprendo y un barco que partió y que no se ha ido. Palomas. Y biznagas que han querido serlo para volar. También lo entiendo: ser otro y ser lo que estuvimos siendo. Acaso alguna lo haya conseguido. Una luz por el parque y el pitido de un barco que se fue, que se está yendo. Una luz que conozco y que comprendo y un barco que partió y que no se ha ido. Palomas. Y biznagas que han querido serlo para volar. También lo entiendo: ser otro y ser lo que estuvimos siendo. Acaso alguna lo haya conseguido.
Paseo Marítimo, Málaga Jorge Guillén La luz –entre cielo y mar– s e filtra por la persiana. Quiere sólo murmurar e ste cotidiano hosanna. El balcón es ya un resumen d el horizonte marino, a ncho y largo, sin volumen. El centelleo no abrasa, p latea. Yo lo percibo c omo un ondear, cautivo e n una pared de casa. Mar azul, ahí delante, c ontemplo entre los barrotes d el balcón. Matisse constante.
Transfiguración junto al mar (Peñón del Cuervo). Emilio Prados ¿El barco?... ¿La piedra?... ¿El sol? (Silencio) En la noche abierta todo huele a corazón ¡El barco! ¡La piedra! ¡El sol!
Otoño en Málaga Pablo García B aena Huésped ligero el otoño llega silencioso hasta Málaga. Yo rezo por sus vendas benéficas de lluvia fajando el dulce corazón maltrecho del verano y su carne. Beso llamas en las murientes hojas del recuerdo. Adiós, fría glorieta. Sobre el banco extiende octubre harapos verdinegros. Caen frutos y pájaros. La niebla cicatriza los besos.