Texto que explica formas para trabajar con guías de autoaprendizaje, potenciando así posibilidades de
enseñanza tanto a través de la interacción cooperativa como del trabajo autónomo. Contiene además
técnicas para fabricar y reconocer una buena guía de aprendizaje.
¿Cómo enseñar con guías de autoaprendizaje?.
El trabajo con guías de autoaprendizaje debe darse dentro de un contexto de interacción:
entre alumnos, con diversas fuentes de información y con el docente, cuya presencia es
insustituible. Sólo a través de la combinación de estos aspectos se podrán potenciar las
posibilidades de enseñanza y aprendizaje.
Un desafío concreto para los docentes de todos los niveles es redefinir en la práctica la
propuesta didáctica clásica (la clase frontal como actividad exclusiva de enseñanza) e
incorporar otras posibilidades. El repertorio de opciones es múltiple. Una propuesta sostiene
que todos los contenidos se pueden transmitir mediante guías de autoaprendizaje. Otra, que
lo mejor es el trabajo grupal. Ambas concepciones son posibles y deben y pueden
integrarse cuidando de no empobrecer la enseñanza. Lo que se debe buscar para lograr
una clase realmente interactiva es la combinación equilibrada de todos estos aspectos, para
lo cual es muy importante destacar que la función del docente es irreemplazable.
¿Cómo trabajar con guías de autoaprendizaje? Es muy común que se piense que las
guías de autoaprendizaje proponen actividades para que desarrolle un chico solo. Esta
concepción es errónea: se trata de una propuesta cuyo objetivo fundamental es desarrollar
una mayor autonomía en los alumnos, lo que es muy diferente. Hay ejercicios de todo tipo:
para resolver en equipos, individualmente, con la familia, mediante la consulta a diversas
fuentes de información, a la comunidad. El objetivo es promover e incitar a la interacción,
desde el trabajo autónomo.
C a m b i o d e r o l .
El uso de guías trae aparejado un cambio en el rol del docente. Ya no está más al frente
de la clase sino que ahora trabaja al lado de sus alumnos. Por lo tanto, al no tener que
dedicar todo su tiempo a transmitir información, puede atender con más dedicación a
aquellos chicos que tienen dificultades. Esto permite que los demás sigan trabajando
autónomamente; cada uno con su propio ritmo atiende de más cerca a los más necesitados,
y permitir que cada uno se desarrolle con su propio ritmo tiene, como ventaja adicional, que
ofrece al docente muchos elementos para un seguimiento individual de las particularidades
de cada alumno. Esta posibilidad que tienen los educadores de diagnosticar los problemas
que existen en la comprensión, les permite seleccionar los materiales de autoaprendizaje
más adecuados para su curso. Es importante que los docentes lleven a cabo el trabajo con
guías, interactuando con otros colegas, no individualmente. Resulta muy enriquecedor que
en los tiempos que disponen para planificar sus clases, discutan e intercambien sus
experiencias.
A b r i r l a m i r a d a .
Una de las limitaciones que puede tener una guía es que sea autorreferente y
autosuficiente, es decir, que no incite a la interacción con otros alumnos o materiales. Una
guía que presenta la información y a continuación tiene la pregunta sobre ese texto no
enriquece la autonomía porque todo está disponible. No incita a una búsqueda mayor. Se
trata de que se abra la mirada del alumno a través del planteo de distintas problemáticas.
Esto no quiere decir que las consignas deben ser diferentes según el nivel de cada chico.
Si están bien confeccionadas, pueden usarse, incluso, en todo el país, porque las
instrucciones tienen que alentar al alumno o al grupo, a que observe, se relacione con su
contexto y use su conocimiento previo. Un ejemplo: se puede pedir que busquen en el
diccionario la definición de animal doméstico. Luego, que identifiquen a los que conocen o
tienen en sus casas, que se junten con sus compañeros y seleccionen uno. A partir de ahí,