La rima en este poema es de tipo consonante, es decir, se repiten vocales y
consonantes a partir de la última vocal acentuada de cada verso:
o A, -erte: muerte, perderte, inerte, vierte
o B, -ita: escrita, marchita, evita, necesita
o C, -ena(s): venas, azucenas, serena
o D, -ura: cintura, locura, oscura
Respecto al cómputo silábico, se trata de versos endecasílabos (11 sílabas).
Como todos ellos acaban en palabra llana, no es preciso aplicar ninguna de las reglas de
compensación. Sí que hay que tener en cuenta los casos de sinalefa, que unen en una
misma sílaba métrica una palabra que acaba en vocal y la siguiente, que también comienza
por vocal.
Las pausas y encabalgamientos van marcando el ritmo del poema. Puesto que
el ritmo es repetición, la presencia de una pausa central o cesura en los versos 1, 5 y 9
favorece la regularidad rítmica: si te das cuenta, cada vez que empieza una de las tres
primeras estrofas encontramos un verso con pausa central.
Por otra parte, el empleo de los encabalgamientos rompe el ritmo lógico del
verso e impone un ritmo distinto. En este caso, hay un encabalgamiento por estrofa (en la
última, el encabalgamiento la abarca por completo). ¿Qué sentido puede tener esto? Si te
fijas, el poema se refiere al estado de ánimo de un enamorado que no recibe carta de su
amante. El enamorado está inquieto, doliente, desesperado... Para expresar un estado de
ánimo como ese puede resultar mucho más conveniente un ritmo entrecortado y
discontinuo que un ritmo más relajado y suave.
Por último, hay que decir que las estrofas empleadas son:
o Cuarteto (ABBA): las dos primeras estrofas del poema.
o Terceto (CDC / DCD): las dos últimas.
La combinación de dos cuartetos y dos tercetos de versos de arte mayor
(generalmente endecasílabos, como en este caso) da como resultado un tipo de poema
denominado soneto.