Sandra Itzel García González
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hubiera serían falsas. El gobierno realizó varios esfuerzos para ocultar la matanza, pero llegó a
oídos de toda la nación, donde fue una masacre total. Lo único que los obreros ganaron fue que
Díaz quitara las tiendas, y ya ellos podían comprar lo que quisieran en donde quisieran. Porfirio
Díaz, tras derrotar a Lerdo, se reeligió en múltiples ocasiones hasta poder contarse 34 años en el
poder. Empezó su carrera como estadista y es cierto que fue un soldado muy destacado, pero eso
no justifico que haya llegado al poder a perturbar la “PAZ” en la que vivía nuestro país.
CAPITULO III “EN LA RUTA DEL EXILIO”
En este capítulo el autor nuevamente describe sus experiencias en su viaje por tren a los indios
yanquis desterrados a Yucatán. Ahí es testigo de la forma en que familias enteras son tratadas
cruelmente y como al llegar a su destino los hacendados casaban a las mujeres con extraños para
crear nuevas familias que produjeran más mano de obra. Los yanquis se dirigen a Yucatán, al llegar
a puerto Guayas, abordan en un barco de guerra del Gobierno hasta el puerto de San Blas.
Después de casi cuatro o cinco días de viaje, desembarcan y son conducidos a pie a través de una
de las sierras más difíciles de México, desde San Blas a Tepic y desde Tepic a San Marcos. Los
yanquis son enviados a las fincas henequeras como esclavos. Donde se les contrata como si fueran
cualquier cosa, eran comprados y vendidos sin recibir jornales; pero los alimentaban con frijoles,
tortillas y pascado podrido. En este capítulo nos dice también que el gobierno mexicano había
puesto una ley donde no se podían volver a casar los yaquis, ósea que ese tiempo existía el
divorcio si se casaba con alguien era su pareja toda la vida.
CAPITULO IV “LOS ESCLAVOS CONTRATADOS DE VALLE NACIONAL”
El autor nos cuenta como los esclavos que trabajaban en las haciendas tabacaleras eran gente que
era traída desde todos los puntos de la república ya fuera por medio de contratos falsos, por el
arresto policíaco o por los bien por secuestro. Las condiciones de trabajo, iguales para hombres,
mujeres y niños, hacían que cualquier trabajador solo aguantara de tres a cinco meses; tiempo
después, cuando el agotamiento, el hambre y las palizas minaban su salud, los patrones se
deshacían de ellos arrojándolos a los pantanos, donde eran devorados por los cocodrilos sin
importar que estuvieran muertos o agonizantes era gente que no tenía sentimientos para hacerles
eso sin ser culpables. Un dato importante que nos dice es que en Yucatán los esclavos mayas
mueren más rápidamente de lo que nacen, y dos tercios de los esclavos yanquis mueren
rápidamente el primer año después de su llegada a la región; pero en Valle Nacional todos los
esclavos, con excepción de muy pocos acaso 5% rinden tributo a la tierra en un tiempo de siete u
ocho meses.
CAPITULO V “EN EL VALLE DE LA MUERTE”
Aquí el autor se percató en la gente tenía mayor temor por la región, Obviamente ninguno había
estado allí, pero era por los todos rumores, algunas habían personas habían visto a los
supervivientes y las caras de los cadáveres vivientes había confirmado tales rumores. Dice que
autor que al del tren en Córdoba vieron que cruzar por el el andén una procesión de 14 hombres;
dos adelante y dos detrás de la fila, con rifles, y los diez restantes con brazos amarrados a la
espalda y las cabezas bajas.Aquí nos menciona el autor que por gran belleza, el Valle Nacional fue
llamado Valle Real por los primeros españoles; pero después de la independencia, el nombre fue
cambiado por el de Valle Nacional. Treinta y cinco años antes esas tierras pertenecían a los indios