de luces, casi persona, que rnuda a cada hora su jugarreta
con las nubes
y trueca colores como un malabarista, y ha-
ce el hombr6n pardo, y el niarinero azuloso
y, a la tarde,
un profeta metido en llamas..
.
Buenas maestras: este Kinder es un hijo m5s que les nace
a Pestalozzi, Froebel
y Maria Montessori. Hay que recordar-
les en esta ocasi6n como a padres de la obra.
No levantaron
elIos esta casa
y no van a entrar nunca por estas puertas;
pero de ellos viene la obra y vosotros serkis sus gargantas,
su voz, sus manos, su ir
y venir por este Bmbito. Son vues-
tros bienhechores
y una brava gente de lucha cerrada, per0
en 6sta no perdieron nunca; Pestalozzi fue la ternura, Froe-
bel el amor de guardabosque hacia la naturaleza, Montesso-
ri el sentido creador y realista para “10s dones”.
A todo ati-
naron estos atentisimos: a la salud del nifio,
a la defensa
de su gozo natural, a un entrenamiento minucioso de 10s
sentidos, a1 desperezar de la fantasia, a1 espiritu d, con-
vivio,
a un cuido delicadisimo de las intuiciones y, sobre
todo, el mantener el calor y 10s modos familiares. Nada tie-
nen ellos que hacer con la pedagogia de ceiio fruncido, con
la lengua ernpalada, con la escuela-cuartel de Hitler
y tam-
poco con la de mer0 jolgorio que suelen hacer 10s relaja-
dores de lo froebeliano. Fueron 10s tres maestros en alegria
de vivir, en hacer gozar a1
nilio la naturaleza corn0 un feno-
menal juguete divino, y Pestalozzi cuid6 hasta de dar la pri-
mera leche de lo religioso,
o sea el asomo de lo sacro que
crea el paladar del alma para la vida espiritual.
Ustedes, kindergarterinas, son hijas de esas gentes que
vivieron en la daci6n pura, rios que refrescaron el desierto
que era la escolaridad antigua, de yesca y arena. Fueron ge-
nios puestos a producir un encantamiento que resbala bacia
la magia,
y a ensanchar la fiesta que constituyen el ver y el
oir, cuidando asi la expresi6n completa del nifio, que corn-
prende el habla, la mano hacedora
y el canto. Ellos devol-
vieron a 10s niiiios
de la ciudad lo que les hemos arrebatado
con el urbanism0 vicioso: la flor, la fuente, 10s animales,
las conchillas, las bayas frutales, la arcilla
o la plasticina,
la tiza de colores, el carbbn, la madera.
Y, salikndose de la
didactica calva, rociaron de maternidad todo este aprendi-
zaje, prolongando realmente a la inadre, quien enseiia a ver
y tocar, nos hace pasar del balbuceo a la frase, del oir a1
escuchar
y del pasito tembl6n a la marcha.
Con todo lo cual ustedes, maestras, son las Gnicas en
las cuales se cumple de veras la vieja frase de que la maes-
tra es una madre lateral
y a veces corregida y aumentada.
220