la flexibilidad necesaria para olvidar los vicios del pasado y crear un tiempo nuevo que
supere las dificultades del pasado. Por último, al final, se da la puntilla final en
consonancia del texto, cuando el rey declara que pase lo que pase, y que sea cual sea los
designios de la patria, el jamás dejará de cumplir su deber con el estado y de ser, como
un buen “hombre” de siglo, un liberal, para de alguna manera convertirse en símbolo de
las ansias revolucionarias, pero al mismo tiempo dando orden al mismo sistema.
No es extraño, pues, que este texto se halle inscrito dentro de unas coordenadas históricas
concretas, que nace de un profundo desorden social y de una anarquía general. Para los
liberales del último tercio del siglo, la situación no podía ser peor, tras la marcha de Isabel
II, que en su juventud había sido promesa de libertades y de una nueva España, había
fracasado estrepitosamente en la creación del estado liberal, pues el exclusivismo político
del gobierno de los liberales moderados y los pronunciamientos militares, habían marcado
todo su reinado, pero realmente es durante todo el sexenio donde se va a fraguar las
alternativas reales del alcanzar el poder.
Por un lado tenemos que el reinado de Amadeo de Saboya o Amadeo I, supuso un
varapalo para las esperanzas demócratas, sobretodo porque el gran valedor de esta
iniciativa, el general Prim, moría el mismo día de la llegada del nuevo monarca y a pesar
de tener una constitución democrática, el monarca no gozó del principal ingrediente para
que esta opción se asentara, ya que el pueblo y las clases más altas de la sociedad siempre
le dieron la espalda, y agotada esta opción, cobró fuerza la opción republicana, y se
conjuró la república. La república llegó España cargando consigo los vicios y defectos
del estado, pero anunciando una serie de derechos, que se irían consolidando y
desapareciendo a lo largo del siglo, según toque un gobierno conservador o liberal, y en
cierto modo la república fracasa, puesto que toda la fragmentación política hace que se
opte por el retraimiento electoral y se deslegitime el sistema.
Como conclusión podemos decir, que el manifiesto de Sandhusrt es ante todo es la
demostración de la iniciativa política de Cánovas y de la formalización de una nueva
opción, la de la restauración de los Borbones, que en la figura del principe Alfonso de
Borbón (Alfonso XII), que será la opción que de paso a la Restauración, período en el
cual se dará un régimen liberal, volviendo al liberalismo doctrinario de época isabelina y
dejando atrás la luces de la democracia.