Se han diseñado diversos instrumentos para medir lenguaje. Prácticamente, todas las
pruebas de inteligencia, contemplan sub-tests destinados a la medición de
comportamiento vernal (Wechsler, 1958); (Terman y Merril, 1970).
Pero, además existen pruebas específicas como el Illinois Test of Psycholinguistic
Abilities (ITPA) de Kirk y Mc. Carthy (1961) y el test Measures of Vocabulary and
Grammatical Skillis de Albert Melharabian (1970).
La prueba construida por nosotros, tiene por objeto detectar en forma colectiva, en
los niños que comienzan la enseñanza básica, posibles alteraciones de esta función para
prevenir probables trastornos en la lectura.
Debíamos, entonces, conocer los requerimientos del lenguaje en esa edad. El hecho
de ser una prueba colectiva nos limitó fundamentalmente a la medición del lenguaje
comprensivo, aunque en algunos Ítems se aborda indirectamente el lenguaje expresivo.
Dentro de las características principales del lenguaje, a los 6 años destaca la adquisición
de un vocabulario amplio. A esta edad, los niños poseen, por lo tanto, amplias
posibilidades descriptivas, hay una cierta capacidad de jerarquizar información y
habitualmente han desaparecido las dislalias.
El niño comprende e interpreta situaciones, fábulas y proverbios y de algún modo pue-
de generalizar y abstraer. Es capaz de responder verbalmente ante situaciones
concretas que exigen una respuesta, por ejemplo, ¿qué debes hacer si tienes hambre?
Ya hay un uso adecuado de las diversas partes de la oración Reconocen los sustantivos
concretos, los que se refieren a nombres de cosas, como los que corresponden a
categorías más bien abstractas, por ejemplo: comestible.
Hay, en general, un uso adecuado de los verbos, en los que se refiere al manejo de
pasado, presente y futuro. También los niños pueden reconocer adjetivos, ya sean
relacionados con tamaño, sentimientos o respecto a cualquier característica que
denote calificación del objeto.