34? De simpatizante a asistente
Si miramos en el Antiguo Testamento el culto del pueblo de
Israel era terrenal y natural, se practicaba en un templo y en
un lugar geográficamente determinado. Este servicio era
planeado hasta el más mínimo detalle.
El hombre debía vestirse con primorosos vestidos y acom-
pañarse con música maravillosa para ofrecer a Dios lo más
elevado y mejor de la tierra. Dios mismo lo había instituido
así, pues el hombre por sí mismo no tenía libertad para entrar
a Su presencia.
Si lo miramos desde el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo,
en Romanos 12:1, amplía el concepto de culto llevándolo
primeramente al plano de una vida espiritual; de cómo hay
que comportarse y presentarse delante de Dios. Pide un total
entrega de la vida y los sentidos, lo que corresponde a una
consagración de cuerpo y alma al servicio a Dios, contando
con la gran bendición de libre acceso y entrada a Su misma
presencia (Hebreos 10:19-20). El verso 22 muestra que este
acercamiento personal debe ir precedido de características
especiales.
Al tener ese primer deseo en el corazón, de ofrecer la vida
a Dios, los creyentes se unen en un mismo propósito para
realizar homenaje y tributos a Dios en el templo con:
• Cantos, himnos y coros: son canciones que llevan como
objetivo exaltar a Dios, aunque algunas veces pueden ser
una súplica. Pueden tener un ritmo lento o rápido, y ser
acompañadas con aplausos. Esto hace parte de las reuniones
porque agrada a Dios y es una forma de expresar lo que se
siente por Él (Efesios 5:19, Salmos 95:96, Isaías 43:21).
• Lectura bíblica: se toma unos minutos para leer algún
capítulo o aparte de la Biblia puesto que es la palabra de Dios.
Esto da autoridad a lo que se hace, respaldo y embellecimiento
al culto.
• Oraciones: se realizan algunas oraciones dentro del culto,
ya sea de pie o de rodillas, con diferentes propósitos: dar gra-
cias, pedir por las necesidades, por los proyectos de la iglesia,
por los enfermos, entre otros.
• La ofrenda: es un momento donde se testifica de la
bendición de Dios sobre su pueblo. Se ofrenda de lo que
Él da (1 Crónicas 29:13-14). Es voluntaria y es un acto de
agradecimiento, entendiendo que Dios ama al dador alegre
(2 Corintios 9:7-12).
Las ofrendas son usadas para la construcción templo, el
sostenimiento del mismo, necesidades, entre otros.
• La predicación: es el sermón, enseñanza o meditación
bíblica. Se dedica un buen tiempo para escuchar el mensaje
de Dios, el cual es poderoso, penetra al corazón y transforma
los pensamientos e intenciones (Hebreos 4:12).
Al ir al templo y disponerse para hacer culto u homenaje a
Dios se obtendrá una experiencia especial para el alma y
cuerpo, se sentirá paz, alegría, tranquilidad, quebrantamien-
to, descanso, felicidad, hermandad y cambio en la manera de
vivir.
¿Qué piensa ahora de nuestros cultos?
¿Desearía participar de nuestros cultos o reuniones?
Lección 4
LA IMPORTANCIA DE
CONGREGARSE
¿Cómo se siente cuando falta a una reunión importante? ¿Ha iniciado algo que no haya terminado?
Al conocer la Iglesia, el sitio de reunión, nuestra organización
y entender cómo se hace el culto a Dios, es necesario
concientizarse de la importancia de congregarse (Salmos
27:4). Todo grupo, familia, organización o empresa, no
tendrá éxito a menos que se reúna; ya que esto traerá buena
comunión. Las cosas no serán iguales al estar solos o actuar
individualmente.
La perseverancia es una de las claves de la vida cristiana y de
todo principio y proyecto.
La iglesia del principio perseveraba (Hechos 2:42).
«Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo»
(Mateo 24:13).
«El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus
caminos» (Santiago 1:8).
«Pero nosotros no somos de los que retroceden para
perdición, sino de los que tienen fe para preservación del
alma» (Hebreos 10:39)