Mafia & Management
información para uso futuro. Por sobre todas las cosas, munca,
nunca cague donde coma.
Si el hombre al que reporta es capaz, siga su guía, apóye-
lo, deje que lo proteja, apoye, financie, lo sume a su comitiva y
—repitaselo una y otra vez— deje en paz a sus mujeres: esposa,
amante, hijas, sobrinas, primas, mucamas, escorts, secretarias,
lo que sea. Pero si tiene la suerte de casarse con la hija del capo o.
con una parienta cercana (después de haber recibido su permiso
mucho tiempo antes, permiso corroborado una y otra vez a lo.
largo de muchas semanas, para darle siquiera tanto como una
mirada persistente y una llamada telefónica), entonces dése por
afortunado. (Si, no obstante, usted ha de casarse con una llamada.
Princesa de la Mafia, entonces que Dios lo ayude: nadie más
puede hacerlo)
Asegúrese de entender lo que ordena su jefe antes de actuar
en su nombre. ¿Y si termina sacudiendo al tipo equivocado, ha-
ciendo volar el garito equivocado o degollando al asistente equivo-
cado de la sucursal de Kansas City? Aprenda el arte de preguntar:
es fácil para algunos, difícil para otros, pero siempre necesario.
Asimismo, no ponga por escrito nada incriminatorio: nom-
bres, direcciones, sumas adeudadas, acuerdos confidenciales. Ta-
les documentos a menudo se enarbolan como pruebas de primer
orden en juicios convocados por desafortunados necios, gente que
uno no quisiera tener que liquidar. Y recuerde, todos los capos (al
igual que usted) tuvieron que empezar de abajo, y todos se paran
sobre hombros de gigantes. También sobre cabezas de gigantes.
Cuando sube la pirámide, usted está subiendo por sobre otras ca-
bezas. Pero el que tiene el fruto es el que debe subir, ¿no?
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