ha de reponerse en especie una parte del mismo; lo cual, a su vez, presupone que en años anteriores se haya
acumulado en manos de los capitalistas del sector II el dinero necesario para este cambio. Y de esta premisa
se parte precisamente tanto para el ano en curso como para los años anteriores.
En el cambio efectuado entre I (1,000c + 1,000p) y 2,000 II debe observarse ante todo que la suma
de valor I (v + p) no contiene ningún elemento del capital constante y tampoco, por tanto, ningún elemento de
valor para la reposición del desgaste, es decir, para el valor transferido en la parte fija del capital constante a
las mercancías, bajo cuya forma natural existen v + p. Este elemento existe, en cambio, en II, y es
precisamente una parte de este elemento de valor adeudado al capital fijo el que no tiene que transformarse
directamente de la forma dinero en su forma natural, sino que ha de permanecer por el momento bajo forma
de dinero. En el cambio de I (1,000v + 1,000p) por 2,000 IIc surge, pues, inmediatamente la dificultad de que
los medios de producción I bajo cuya forma natural existen los 2,000 (v + p) son susceptibles de ser
cambiados por todo su valor de 2,000 por el equivalente en medios de consumo de II, mientras que, por otra
parte, los medios de consumo 2,000 IIc no pueden cambiarse en todo su valor por los medios de producción
(1,000v + 1,000p) porque una parte alícuota de su valor –igual al desgaste o pérdida de valor del capital fijo
que ha de reponerse– ha de cristalizar ante todo en dinero que no vuelve a funcionar como medio de
circulación dentro del período anual de reproducción en curso, el único que estamos examinando. Y el dinero
por el que se cambia el elemento de desgaste contenido en el valor–mercancías 2,000 IIc sólo puede provenir
de I, puesto que II no se paga a sí mismo, sino que se paga precisamente por medio de la venta de su
mercancía y puesto que, según el supuesto de que partimos, I (v + p) compra la suma total de mercancías de
II; por consiguiente, el sector I tiene que convertir en dinero mediante esta compra aquel desgaste de II. Pero,
según la ley que antes exponíamos, el dinero lanzado a la circulación refluye al productor capitalista, que más
tarde vuelve a lanzar a la circulación la misma cantidad en mercancía. Evidentemente, al comprar a IIc, I no
puede entregarle 2,000 en mercancías y además una suma complementaria de dinero de una vez para todas
(sin que ésta refluya a él mediante la operación del cambio). De otro modo, vendería la masa de mercancías
IIc por encima de su valor. Si, en realidad, II sólo entrega a I (1,000v + 1,000p), en cambio, lo
correspondiente a sus 2,000c, no puede exigirle a I más de esto, y el dinero que circula durante este cambio
refluye a I o II, al que lo haya lanzado a la circulación, es decir, al que haya actuado antes como comprador.
Al mismo tiempo, en este curso, II volvería a convertir su capital–mercancías, en cuanto al volumen íntegro
de su valor, en la forma natural de medios de producción, mientras que el supuesto de que se parte es que una
parte alícuota del mismo, después de su venta, no vuelve a convertirse durante el período de reproducción
anual en curso de dinero en la forma natural de los elementos fijos de su capital constante. Por consiguiente,
sólo podría refluir a II un saldo si II, aun vendiendo a I por valor de 2,000, le comprase por menos de esta
cantidad, por ejemplo, por valor de 1,800; en este caso, I tendría que compensar la diferencia mediante 200 en
dinero, cantidad que no refluiría a él, puesto que este dinero lanzado a la circulación no sería sustraído de
nuevo a ella mediante la puesta en circulación de mercancías = 200. En este caso, tendríamos un fondo en
dinero para II a cuenta de su desgaste del capital fijo; pero tendríamos también de otro lado, en I, una
superproducción de medios de producción por valor de 200, con lo cual se desmoronaría toda la base del
esquema, o sea, la reproducción sobre escala igual, que presupone, por tanto, una absoluta proporcionalidad
entre los distintos sistemas de producción. No haríamos más que eliminar una dificultad para sustituirla por
otra mucho más complicada.
Como este problema plantea dificultades especiales y hasta ahora no ha sido tratado por los
economistas, vamos a examinar sucesivamente todas las soluciones posibles (aparentemente posibles, por lo menos), o más bien los diferentes planteamientos del problema.
Primeramente, acabamos de partir del supuesto de que II vende a I 2,000 en mercancías y sólo le
compra por valor de 1,800. En el valor–mercancías 2,000 IIc se contenían 200 para reponer el desgaste,
destinados a atesorarse en dinero; de este modo, el valor de 2,000 IIc se descomponía en 1,800, destinados a
cambiarse por medios de producción I, y 200 para reponer el desgaste, destinados a retenerse en dinero
(después de la venta de los 2,000c a I). O, para expresarlo con relación a su valor, 2,000 IIc serían = 1,800c +
200c (d), llamando d al déchet (30) (F. E.).
Tendríamos, así, que examinar
el cambio de I. 1,000v + 1,000p
II. 1,800v + 200c (d).
I compra por 1,000 libras esterlinas que afluyen a los obreros como salario, en pago de su fuerza de
trabajo, por valor de 1,000 IIc de medios de consumo; II compra con las mismas 1,000 libras esterlinas por
valor de 1,000 Iv de medios de producción. Con esto refluye a los capitalistas I su capital variable en forma