Material para trabajar Matrimonio crisis.pdf.pdf

Identificar las causas, los signos, la comunicación afectiva, hablar con honestidad y respeto. La escucha activa y las estrategias para sanar.

2. Si el mal se disfrazara y su objetivo
fuera destruir un matrimonio de
años, no lo haría de golpe.
Lo haría lento, silencioso… casi
imperceptible.

3. Haría que dejaran de hablar de
lo importante primero, pondría
el cansancio diario por encima
de las conversaciones
profundas. Que hablen del
súper, de los niños, del trabajo,
pero no de lo que sienten, de lo
que sueñan, de lo que les duele.
Que dejen de verse con el alma.

4. Inflaría su ego para que
esperen más de lo que dan,
sembraría en cada uno la idea
de que merecen más. Que su
pareja “ya no es lo que era”.
Que ellos han crecido y el otro
se ha quedado atrás. Que
amar es recibir, no tanto dar.

5. Que si no hay emoción diaria,
entonces ya no hay amor. Y que
allá afuera alguien más los puede
hacer sentir vivos.
Les haría creer que estar aburridos
es lo mismo que estar mal, después
de muchos años, ya no hay
mariposas, sino rutina. Y les
susurraría que la rutina es un
veneno, no una etapa.

6. Rompería la intimidad sin que lo
noten. No con infidelidad
inmediata, sino con distancia
emocional. Que ya no se abracen
igual. Que ya no se busquen al
dormir. Que el deseo sea
reemplazado por excusas. Que el
cuerpo se vuelva costumbre y no
elección.

7. Les pondría
“distracciones sanas”
para alejarse. El
gimnasio, el celular,
las redes, el trabajo,
los hijos. Todo
aparentemente
válido. Pero en
exceso, todo eso sirve
para evitarse, para
no estar. Para no
mirar lo que está
roto.

8. Les haría creer que pelear es peor que callar, que
eviten conflictos por “paz”, hasta que el
resentimiento se acumule como veneno. Que sonrían
por fuera y se mueran por dentro. Y que el día que
exploten, no se reconozcan.

9. Finalmente, les haría perder la
memoria del porqué empezaron,
que olviden las promesas, las
primeras veces, los sueños en
conjunto. Que no recuerden lo
que vencieron juntos. Y cuando
eso se borra, ya no queda nada
que defender.

10. Así se destruye un matrimonio largo:
No con odio, sino con indiferencia.
No con gritos, sino con silencios.
No con infidelidad física, sino emocional.
Y mientras todo esto sucede, siguen durmiendo en la
misma cama.

12. ORACIÓN POR LOS MATRIMONIOS
Oh Dios, que has santificado el matrimonio desde el
principio, te pedimos que bendigas a todos los
matrimonio con tu gracia. Que vivan unidos en
amor y fidelidad, creciendo en la fe y en la caridad.
Que puedan superar las dificultades con tu ayuda y
que sus hogares sean un lugar de paz y alegría. Te
pedimos esto por Jesucristo nuestro Señor.
Amén