modulo 2 / Guia 5 / EL PODER DE UNA VISIÓN
TEMA: CONFORMANDO EL MEJOR EQUIPO. (MATEO 16:18)
Sin duda alguna, el mayor visionario de
todos los tiempos ha sido nuestro Señor
Jesucristo quien, siendo Dios, renunció a
todo privilegio, movido por la compasión de
redimir la humanidad. Él sabía por qué
estaba en este mundo y también sabía el
tiempo con que contaba para culminar Su
obra. Al final de su carrera, Jesús pudo decir:
“Lo logré” o “Consumado es”. Jesús se
apartó de lo convencional. No buscó sus 12
en las mejores escuelas de teología, los
escogió en una noche de oración (Lucas
6:12). No podemos elegir a nuestros
discípulos por su simpatía, capacidad
intelectual, oratoria, o por sus habilidades o
talentos; los escogemos por que el Espíritu
da testimonio a nuestro espíritu de que
tienen un corazón fiel. Igual que un hábil
artesano, como hace el alfarero con el barro,
Jesús los tomó en Sus manos y fue
formándolos. Tres años y medio trabajó en el
carácter de cada uno; con Sus enseñanzas
los descontaminaba y les compartía
verdades eternas para que, cuando Él ya no
estuviera, vivieran en total dependencia del
Espíritu Santo, tal como Él vivió. Los 12 de
Jesús fuero las columnas sólidas sobre las
que descansaría gran parte de la fe cristiana.
Él trabajó en sus vidas, que es el pastoreo
más eficaz. Los ganó en oración, los
consolidó, los discipuló en la célula y luego
los envió. Para tener éxito en Su ministerio,
Jesús necesitaba que los discípulos fueran
como rocas que pudieran mantenerse firmes
en los momentos de prueba y que nada los
moviera en su manera de pensar. La visión
de Jesús ha sido la única que logró traer
redención, esperanza y vida a toda la
humanidad. Para llevar a cabo Su grandioso
plan de redención, Él tuvo que aplicar
algunos sencillos principios:
1.- ELECCIÓN
El Señor enseñó que al edificar una casa hay
2 clases de personas: el sabio que busca un
buen fundamento y el necio que edifica en la
arena. El fundamento tiene que ver con las
piedras, lo sólido, lo firme, y la arena con las
multitudes o las muchas personas no
comprometidas. En ambos, el resultado se
verá con el paso del tiempo, en los
momentos de prueba. Las piedras se
quedan, la arena se va. Al parecer los que
seguían a Jesús, luego regresaron a sus
actividades. Jesús decidió conformar un
equipo pensando en lo eterno, no en lo
temporal (Marcos 3:14-15). Lo interesante es
que en ese grupo había toda clase de
personas.
2.- FORMACIÓN
Cuando Dios creó al hombre, lo hizo de lo
que había, el barro de la tierra. Con este
material imperfecto se dispuso hacer la
primera pareja. Asimismo, Él pone en
nuestras manos personas que, por lo
general, no tienen nada extraordinario, sino
que están llenos de problemas, tal vez con
muchas deudas, o enredadas en conflictos
familiares, destruidas emocionalmente, etc.
Esa gente es como el barro, mas Ud. tiene
que verla con los ojos de la fe. Con sus
palabras, su ejemplo y su testimonio
influenciarán sus vidas. En el equipo del
Señor Jesús había varios que tenían un
carácter muy fuerte. Dos eran hermanos,
Juan y Santiago, a quienes llamó “los hijos
del trueno”. También había otro muy
impulsivo e imprudente, Simón, Pedro. Sin
embargo, El Señor veía en cada uno de Sus
discípulos lo que nunca habían visto ellos de
sí mismos, así que tomó a estos 3, que eran
de los más difíciles, y prefirió que
permanecieran cerca de Él, no los llevaba a
todo lugar que visitaba por que los estuviera
premiando, sino por que los estaba
formando. Forjar lazos de amistad es parte
de la formación. Entendemos que la amistad
no se debe confundir con la tolerancia.
Aunque Jesús amaba mucho a Pedro,
después de Su resurrección, lo confrontó por
haberle negado en 3 ocasiones.
3.- ENFOQUE
Al orar al padre por Sus discípulos, Jesús
dijo: (Leer Juan 17:11-12). En esta oración,
Jesús resumía la manera como se había
dedicado a Sus 12 apóstoles; siempre estuvo
pendiente de que atesoraran en sus
corazones la Palabra que les daba, pues
reservó las mejores enseñanzas para ellos
(Juan 17:8). Les enseñó la forma correcta de
ofrendar, pues la ofrenda que agrada A Dios
es la que se da con esfuerzo (Lucas 21:1-4).
Les enseñó a poner los valores del reino
antes que la parte afectiva (Lucas 14:25-28).
Les enseñó la importancia del servicio y de
guardar el corazón humilde (Juan 13:14-17).
Salía con ellos en Su recorrido, buscando
estar a solas para edificarlos. Aunque era
asediado por las multitudes, nada lo
desenfocó de Su trabajo con el equipo; sabía
que ellos lo representarían cuando se fuera
de este mundo. Por lo tanto presentó al
Padre un buen balance de lo que había
hecho con Su equipo, incluyendo en el
reporte al que se había revelado, quién al
traicionarlo se convirtió en el hijo de
perdición para que se cumpliera lo que
estaba escrito.
4.- INVERTIR EN ELLOS
Ya en el ocaso de Su vida, Jesús oró al Padre:
(Juan 17:6). En ese momento estaba tan
satisfecho por el trabajo con los 12, que no
ruega por el mundo, sino por los 12 que el
Padre le había dado. Agradeció al Padre por
ellos, enfatizando que a Él le pertenecían y
que solo se los había confiado. Jesús tuvo
que incomodarse para centrar Su atención
en otros, renunció a todos Sus privilegios
como Dios para venir como hombre y, en
esta condición, revelarnos la gloria divina.
Todo lo que ellos necesitaban conocer del
Padre, lo vieron en cada acto del Hijo, todo lo
que Jesús hizo fue para que ellos imitaran Su
ejemplo. (Juan 13:15). Jesús se esforzó para
que los 12 aprendieran algo diferente, pues
para hacer la obra de Dios necesitaban
aprender a moverse en lo sobre natural. Solo
así podrían tener el reino de Dios a la tierra,
con señales y prodigios extraordinarios para
que las personas creyeran por la palabra de
ellos.
5.- PROYECCIÓN
Poco antes de ascender al cielo, la
instrucción de Jesús a Sus discípulos fue:
(Leer Mateo 28:18-20). El Señor los sacó de
sus pequeñas ciudades para pensar en la
redención de naciones enteras. Lo mejor
para impactar una nación es una visión
estratégica. El apóstol Pablo, que entendió la
responsabilidad que había sobre sus
hombros, pues sentía el peso por la
evangelización de las naciones de la tierra (1
Corintio 9:16-17). La pregunta es: ¿Cómo
llevar el evangelio con eficacia para
transformar las naciones? La respuesta es:
haciendo lo que hizo el Señor. Él como el ser
más importante del universo, dedicó Su vida
a formar 12 hombres. Si captamos la
importancia de que un líder o un pastor
decidan enfocarse en 12 personas para
entrenarlas hasta que estén maduras en la
Palabra, con un corazón sano y un carácter
firme, tendremos la llave de la
multiplicación, pues esos 12 harán lo
mismo con otros 12 y así se reproducirán
144 discípulos; y si cada uno de ellos se
esfuerza por conquistar 12 discípulos,
tendríamos 1728, y si cada uno hace lo
mismo, podríamos tener 20.732, y si cada
uno de estos decide tener 12, el crecimiento
sería de 248.832. Y si cada uno de este
grupo tiene 12, hablaríamos de 2.985.984. Y
si cada uno decide tener 12, tendríamos
35.831.898, que es el tamaño de algunas
naciones.
6.- REPRODUCCIÓN:
La reproducción ministerial es que primero
se debe amar las almas. El mejor camino
para ayudar a los que están perdidos y
viven lejos del Padre, ante todo, es tener la
seguridad de su propia salvación. No se
engañe Ud. mismo ni trate de impresionar a
Dios creyendo que Él le aceptará si le
presenta algunos discípulos. El Señor
prefiere la totalidad de su vida rendida a Su
voluntad. Ya seguro de su salvación, podrá
pensar en ayudar a otros; lo primero que
debe tener es un discípulo del cual va a
venir otro, y de éste también vendrá otro;
así contará con 3 discípulos. Si los ayuda a
formarse, ampliará su esfera de acción y
repetirá el proceso, es decir, alcanzar una
persona y discipularla. Luego vendrán otros
hasta completar su primera gran conquista,
su primer equipo de 12. Una vez que tenga
el equipo de 12, debe ser cuidadoso de
mantener la madurez de ellos, pues lo que
conocen de Dios es lo que reciben de Ud.
como su líder. Si Ud. falla estará afectando
la fe de esas personas. Con esto no se
quiere decir que el líder no vaya a pasar por
luchas, todos los enfrentamos, pero la fe en
Jesús nos da la fuerza para vencer. Los 12
bien establecidos son los que traerán una
gran reproducción. Que las palabras del
Señor a Josué, al inicio de su ministerio,
sean también para Ud.
“MIRA QUE TE MANDO QUE TE
ESFERRCES Y SEAS VALIENTE; NO TEMAS
NI DESMAYES, PORQUE JEHOVÁ TU DIOS
ESTARÁ CONTIGO EN DONDEQUIERA
QUE VAYAS” (JOSUÉ 1:9)