Inversiones de letras en palabras. Añadido de consonantes. Dificultad para pasar de un renglón a otro. Trazado y dibujo
defectuoso.
Hay tres tipos de dislexia: la adquirida que se refiere cuando son producidas por disfasia en el lenguaje escrito y hablado.
Dislexia con disgrafía este tipo de dislexia no solo afecta a silabas y palabras sino también a números, no se tiene
comprensión lectora. Dislexia verbal se refiere a la dificultad para la lectura.
- En su dinámica personal cabe destacar:
Falta de atención: debido al esfuerzo intelectual que tiene que realizar para superar sus dificultades perceptivas
especificas, suele presentar un alto grado de fatigabilidad, lo cual produce una atención inestable y poco continuada. Por
esta causa los aprendizajes de lectura y escritura le resultan áridos, sin interés, no encontrando en ellos ninguna
motivación que atraiga su atención.
Desinterés por el estudio: la falta de atención, unida a un medio familiar y escolar poco estimulantes, hace que sientan
desinterés y ausencia de atractivo hacia las tareas escolares. Lógicamente su rendimiento y calificaciones escolares son
bajos. Con frecuencia, son marginados del grupo medio de la clase por su escaso rendimiento; incluso, llegan a ser
considerados como niños con retardo intelectual. La posición de la familia frente a este problema es, o bien creer también
que el niño tiene algún retraso evolutivo, o bien, que es un vago. Las dos actitudes son poco estimulantes y perjudican la
aceptación de la problemática del niño, que reacciona frente a esta situación con un rechazo a las tareas escolares.
Inadaptación personal: un 73% de los niños con dislexia, presentan sentimiento de inseguridad vanidad y terquedad. Esto
porque al no orientarse bien en el espacio y en el tiempo, se encuentra sin puntos de referencia o de apoyo presentando
en consecuencia inseguridad y falta de estabilidad en sus reacciones. Como mecanismos de compensación, tiende a
presentarse con un pseudo dominio, excesiva confianza en si mismo e incluso vanidad, que le llevan a defender sus
opiniones a ultranza.
- MANIFESTACIONES ESCOLARES: la dislexia se manifiesta de una forma concreta en las materias básicas de lectura y
escritura, con una proyección en el cálculo. Muchos niños, al iniciarse en estos aprendizajes, presentan algunas de las
alteraciones que se señalan para los niños disléxicos, tales como incipiente escritura en espejo, inversiones, etc. Según la
edad del niño, la dislexia presenta unas características determinadas que se agrupan por niveles de evolución. Una
reeducación conveniente hará que estas aparezcan cada vez atenuadas o que incluso no lleguen a aparecer.
La dislexia del desarrollo. Es una discapacidad para el aprendizaje que se manifiesta al principio por una dificultad para
aprender a leer y, más adelante, por una ortografía irregular y torpeza para utilizar las palabras escritas, no las habladas.
Esa anomalía es básicamente congénita y, por lo general, de origen genético. No se debe a ninguna deficiencia intelectual o
a la falta de oportunidades socioculturales, y tampoco a factores emocionales o algún defecto cerebral estructural. Quizá
representa un defecto específico de la maduración, que tiende a desaparecer a medida que crece el niño. Éste es capaz de
mejorar en forma considerable, en especial si se le brinda con toda oportunidad la ayuda correctiva adecuada (Critchley,
1981; citado en Young Y Tyre, 1992, pág. 29).
Con esta enumeración de posibilidades de déficit cognitivos y con la posibilidad de que la dislexia se presente con distintos
grados de severidad, podemos decir que no hay dos niños disléxicos iguales. Por ello debemos estudiar con gran precisión
los déficits y también los puntos fuertes que tiene un niño para el aprendizaje, antes de iniciar cualquier tipo de
reeducación. De no proceder así, quizá sometamos al niño a ejercicios de reeducación con estrategias equivocadas que,
además de ser para él una sobrecarga después de un horario escolar ya cargado, le harán sentir distinto e incompetente
pudiendo provocar un rechazo al aprendizaje y contribuir a aumentar un fracaso escolar.
En la Revista Mexicana de Psicología vol. 1, UNAM (1990), se hace referencia a: saber leer y escribir es una necesidad
imperativa debido a sus consecuencias sociales y económicas. La lectura y la escritura son herramientas indispensables en
el proceso de adquisición de conocimientos; así, en el proceso de aprendizaje es necesario primero “aprender a leer” para
después “leer para aprender”. Por lo cual se encuentran diversas dificultades, entre las cuales podemos encontrar:
- el proceso de aprendizaje de la lectura se puede ver afectado por diversos factores tales como falta de integridad
sensorial, capacidad intelectual limitada, privación cultural, falta de motivación, inestabilidad emocional, enseñanza
inadecuada, daño cerebral y problemas específicos en el aprendizaje.
- El aprendizaje como el desarrollo de la lectura es un proceso continuo y no una capacidad que se adquiere en forma
automática. La lectura es un acto complejo cuyo aprendizaje pasa por diferentes etapas, en cada una de las cuales los
procesos psicológicos involucrados son variables, numerosos y complejos.
La lectura es un proceso lingüístico – perceptivo complejo que la mayor parte de las personas desarrollan con rapidez y dan
forma durante la educación. Con el tiempo este proceso se convierte en actos automáticos, rápidamente integrados a nivel
psiconeurologicos, para dar lugar a pensamientos y conductas con sentido. Sin embargo, este proceso varia, según los
individuos y depende de factores como la edad, la maduración, el sexo, la herencia, el nivel cultural,, la educación, la
práctica y la motivación. Valett (2002), examina muchas capacidades cognitivas intrínsecas a la lectura; en su mayor parte,
se basan en destrezas lingüístico – perceptivas básicas, como la integración y la secuenciación cognitivo- visual. Estas son
precisamente las destrezas que la persona disléxica no llega a tener.
Citando a Laura Edna Aragón (1998) con respecto a la dislexia, “su principal característica es la incapacidad que tienen
algunos niños para leer y escribir normalmente, a pesar de poseer adecuada inteligencia y de tener instrucción