¿CÓMO ENFRENTAN LA DISCRIMINACIÓN?
A través de sus testimonios, podemos ver también cómo los y las adolescentes van explorando diferentes maneras de afrontar
la discriminación. La manera de defenderse dependería para la mayoría del esfuerzo individual, de soluciones individuales.
No hacer caso
La indiferencia, no dar atención o no dar importancia, parece ser el antídoto contra la discriminación: “si haces caso te dañan
psicológicamente, no hay que hacer caso a lo que nos dicen”, “ahora pienso que ya no debo hacerles caso, a veces
voy donde mi mamá y le cuento, ella me dice ‘ya no les hagas caso’”. No hacer caso, desvincularse de lo que les dicen
pareciera ser sólo un tema de voluntad, de proponérselo, y con eso está resuelto. Sin embargo, no es tan simple desoír,
desestimar y desvincularse del dolor que les produce. Allí hay una carga afectiva de resentimiento por desligar que requiere de
un proceso de elaboración mayor.
Alejarse de las personas que discriminan
Muchos/as adolescentes prefieren alejarse de quienes discriminan o se sienten superiores para sentirse en un grupo entre
iguales, más afín, sin malos tratos ni humillaciones. Un estudiante mencionó:
Poner un pare con la ayuda de los demás
Una de las alumnas refirió que algunos compañeros fastidiaban a las chicas hablando con connotaciones sexuales. Ellas hablaron
con sus auxiliares para que los cambien de aula, y las auxiliares hablaron con ellos y ya no las molestan así. Otra de las alumnas
mencionó que su participación en un programa de liderazgo la ayudó bastante: “me decían chata... yo agachaba la cabeza,
me quedaba callada… y ahora me ha ayudado mucho ir a programas… ya no me dejo, les hago un pare…”.
Identidad
Los problemas complejos relacionados con el tema de la identidad parten del reconocimiento de los cambios
producidos en la realidad social. Todos quieren ir hacia la ciudad para “progresar”, lo que no significa de por sí una
pérdida de la identidad. Aunque los campesinos sigan siendo pobres, en la comunidad ya no mandan los antiguos
hacendados, sino los propios dirigentes campesinos. Y en la ciudad, todos se esfuerzan por mejorar su situación; esto,
según los profesores, significa a menudo el “abandono” de los niños por sus padres. ¿Y los Cusqueños que se han ido
a otras ciudades? se habla mucho de gente que está en Lima, que tiene buenos comercios y negocios, pienso que la
gente que ha salido a otros lugares ya no quiere volver a su pueblo, y si vienen, sólo lo hacen en las fiestas.
La falta de identidad no se entiende sólo en un sentido social; se expresa también en términos individuales como
falta de autoestima. “Sí, es cierto, hay baja autoestima. ¿En profesores o en alumnos?
El racismo está estrechamente vinculado con el estatus social y, en este contexto, algunos de los marcadores de
diferencia es la suciedad, el tipo de vestimenta, el aspecto físico, su dialecto, etc. En ocasiones, el profesor no toca
derechamente el tema del color de la piel, pese a la pregunta directa, pero lo asocia de forma inmediata con la
suciedad y la necesidad de aseo. Sobre esto, la misión “civilizadora” de la escuela es muy clara. “Hay niños que vienen
con zapatos y otros con uniforme, de repente vienen con la ropita de la casa que es multicolor; a ellos les dicen:
‘Éstos son pobres, no tienen plata, ¿con qué han de comprar?’. El que tiene plata se hace comprar uniforme y viene
bien uniformadito; siempre hay eso entre ellos mismos: la marginación”
PLURALISMO CULTURAL EN LA ESCUELA (Lima – Cusco)
Según una investigación que se desarrolló en cinco centros educativos, de los cuales cuatro son estatales. En Cusco
fueron escogidos un centro educativo de una pequeña aglomeración rural que recibe alumnos de la zona campesina
circundante, una escuela urbana del centro de la ciudad, que también recibe estudiantes de las zonas periféricas y