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Desde años atrás, se busca integrar social y educativamente a las personas con
discapacidad, o mejor dicho, con capacidades diferentes, por lo que se observan en
diversos ámbitos, buenas intenciones y respuestas para los niños especiales, evitando
situaciones de injusticia, marginación, estigmatización y otras formas de
discriminación, derivadas de factores socioeconómicos, culturales, geográficos,
étnicos, de género o de cualquier otra índole que afecte el ejercicio pleno del derecho
a la educación.
Del mismo modo, resulta muy valorable la inserción exitosa al sistema educativo, de
jóvenes y adultos, en cuanto a sus logros cognoscitivos, sociales y emocionales. Se
observan respuestas muy favorables en cuanto a dicha práctica.
Lo que se busca en ambos casos, es una educación con todos, una educación para
todos, en especial para aquellos que parecieran más impedidos, que necesitan de la
construcción de mayores estrategias ambientales, tecnológicas y cognitivas para
acceder a los contenidos.
Los educadores deben realizar un esfuerzo extra para lograr la integración de esos,
“los otros”, “los diferentes”, “los discapacitados”. Los estudiantes autistas, son un gran
interrogante para la educación; sus posibilidades de aprendizaje pueden ser las
mismas que las de cualquier otro niño, independientemente de la patología que porte,
sin embargo sus diferencias para aprender desafían a buscar caminos y propuestas
que resulten útiles para su educación, entendida como la única realidad posible de
inclusión social para dichas personas.
También deberán actualizarse permanente para contener a los jóvenes y adultos que
requieren ser acogidos por el sistema educativo para cumplimentar sus estudios.
Entonces se comienza a pensar en el armado del rompecabezas educativo para cada
uno de ellos: educación especial, integración escolar, inclusión…; lo que conlleva un
desafío interesante y hasta dificultoso para los educadores, en busca de:
-inclusión educativa de los niños con Necesidades Educativas Especiales,
-generar un modelo educativo para todos,
-asegurar que los alumnos tengan acceso a un aprendizaje significativo,
-favorecer que la integración escolar continúe siendo una respuesta posible para las
personas con necesidades educativas especiales,
-incorporar a esas persona a un sistema de escuela convencional, que cubra los
objetivos planteados para ellos,
-brindar una educación acorde a sus necesidades en la escuela, junto a sus amigos,
familias y en el marco de su propio contexto social.
-acoger a jóvenes y adultos en las instituciones educativas, del mejor modo posible, a
fin de brindar la mayor comodidad a los mismo frente a tal desafío, el de culminar sus
estudios primarios para poder insertarse al mercado laboral de modo exitoso.
Deben implementarse modelos de inclusión para todos, en busca de una educación lo
más significativa posible, para cada uno de ellos, con independencia de si tienen o no
un trastorno autista. Como estrategia de inclusión educativa, cada estudiante que se
incorpore a un centro escolar deberá ser evaluado por un equipo de profesionales
interdisciplinarios, luego de esta evaluación, y en conjunto con padres, personal del
programa y los propios estudiantes se diseñará para ellos un plan específico, con
metas claras y evaluables siguiendo su progresión y posibles modificaciones,
persiguiéndose la adquisición de aspectos de autonomía y toma de decisiones de
cada uno de los sujetos de manera progresiva.
Todo niño, joven o adulto, debería tener como referente un grupo de clase de
educación ordinaria y participar activamente de la vida escolar general,
independientemente de los apoyos que necesite por parte del servicio educativo, el
cual debe brindar el apoyo necesario para el bienestar del estudiante en el salón de
clases convencional y adaptado.
El proceso inclusivo delos estudiantes se constituirá en una formación integral,
realizada a medida de las necesidades y de los tiempos de aprendizaje de cada uno