Evolución de la Democracia
El mundo se enorgullece de la democracia. La consideramos el gran logro de los
tiempos modernos. El menos malo de los sistemas de gobierno, como dijo Churchill.
Algunos países, sobre todo en América, ya nacieron como democracias, aunque en
muchos casos hubo que reconquistarla después del alzamiento de dictaduras. En
Europa, sin embargo, las democracias son consecuencia, casi siempre, de un lento
proceso que va de la monarquía absoluta a la parlamentaria y después a la
república. Algunos seguimos en la segunda fase.
En el Viejo Continente la democracia se consiguió con sangre, guerras,
revoluciones, agitaciones sociales, reclamación de derechos políticos y civiles. Es,
por lo tanto, normal que sean algo de lo que enorgullecerse. Algunos países hemos
pasado por la etapa más oscura de toda nuestra historia para conseguirlas.
Las palabras pierden su significado con el tiempo. Que un término empiece a
usarse, como símil o metáfora, para nombrar un concepto alejado de su significado
original es muy común. Fascista y comunista, por ejemplo, hoy día se usan como
insulto para cualquier persona que sea de derechas o de izquierda,
respectivamente, sin importar lo que fueron realmente estos regímenes e ideales
tan extremos y dañinos. Hoy, todos somos fascistas y comunistas.
Con el término democracia ha pasado lo mismo. Prácticamente todos los países
actuales se autodenominan democracia por alguna razón, ¡incluso China! Pero,
¿cuántas democracias, en su sentido original, hay realmente en el mundo? Nosotros
damos poder a los políticos, no lo ostentamos. ¿Hay algún país donde el poder lo
ejerza de verdad el pueblo? Algunos consideran que Suiza es una democracia
directa. Sin embargo, si comparamos su sistema con el de otros países europeos,