Muerte de Demócrito de Abdera
“Se cuenta que Demócrito de Abdera, debido a su vejez, había decidido quitarse la vida y para
lograrlo disminuía día a día la cantidad de alimento. Pero al llegar los días de la fiesta de las
Tesmoforias, las mujeres de la casa le suplicaron que no muriera durante la celebración para que
ellas pudieran participar en los ritos sagrados. Él consintió, ordenándoles que colocaran a su lado
un recipiente con miel, y se mantuvo así con vida los días necesarios, bastándose sólo con el
aroma exhalado por la miel. Pasados los días de la fiesta, al apartar de sí la miel, murió”
Contada por Ateneo
Biografía
(Abdera, hoy desaparecida, actual
Grecia, 460 a.C.- 370 a.C.) Filósofo
griego. Demócrito fue tan famoso en su
época como otros filósofos de la
importancia de Platón o de Aristóteles
y debió de ser uno de los autores más
prolíficos de la Antigüedad, aunque
sólo se conservan fragmentos de
algunas de sus obras, en su mayoría de
las dedicadas a la ética, pese a que se le
atribuyen diversos tratados de física,
matemáticas, música y cuestiones
técnicas.
Discípulo de Leucipo, era algo más
joven que su famoso conciudadano Protágoras, con el que solía conversar, y falleció según fuentes
autorizadas hacia los cien años de edad. Realizó al parecer largos viajes de estudio por Egipto y
Asia; sin embargo, nada sabemos con certeza de ello, ni tampoco en cuanto a sus relaciones con
los pitagóricos, el ambiente ateniense y el médico Hipócrates, puesto que las fuentes antiguas sólo
nos han transmitido acerca de Demócrito las acostumbradas fantasías. La tradición lo retrata, en
oposición a Heráclito, como el filósofo que se ríe de las locuras humanas, lo cual acaso se deba a la
serenidad y facilidad de adaptación manifestadas por Demócrito en su ética.
Demócrito fundó la doctrina atomista, que concebía el universo constituido por innumerables
corpúsculos o átomos sustancialmente idénticos, indivisibles («átomo» significa, en griego,
inseparable), eternos e indestructibles, que se encuentran en movimiento en el vacío infinito y
difieren entre sí únicamente en cuanto a sus dimensiones, su forma y su posición. La inmutabilidad
de los átomos se explica por su solidez interior, sin vacío alguno, ya que todo proceso de