Myles munroe redescubriendo el reino

ravtalmidim 10,590 views 121 slides Apr 28, 2010
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About This Presentation

Si tu eres una persona en busqueda de tu IDENTIDAD, PROPOSITO Y DESTINO; este es tu libro.....


Slide Content

. MYLES
i MUNROE

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LA ESPERANZA PARA EL SIGLO XXI

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IA ESPERANZA PARA NUESTRO SIGLO XXI

Explore el tesoro perdido de la
historia del hombre.

Cuando los gobiernos y las eco)

la vida se derriba su alrededor, Redes
atravesar las peligrosas tormentas del sig

han fracasado humanismo, comunismo, |
democracia-. En este libro, hallará una!
rá. Es una idea que no puede ser mejorada ni con
humana, y es tan relevante hoy como lo fue cuando:
La debilidad de la religión será expuesta, y usted
dad que reacomodará su pensamiento y Menard sul

iempos turbulentos. Al abrir las páginas de este libro, entra
completamente nuevo; redescubrirá el Reino que fue pensado
También encontrará

Por qué el poder esla ambición de toda la humanidad.
Las llaves que hacen que el Reino funcione en su vida.
Por qué la región no puede resolver sus problemas.
Por qué los gobiernos y los líderes mundiales continúan fallándonos.
Por qué la religión nunca pod satisfacer su deseo más profundo.
La realidad presente y futura del Reino entre nosotros.

El mensaje y propósito original de Jesús.

A medida que el Dr. Munroe explora la realidad y el poder del Reino, usted
seri desaflado hasta el centro de su alma religiosa, porque será expuesto a
realidades que pocos declaran en estos dias. Redescubra el Reino desafiard casi
todos los conceptos que usted posce sobre reli

que hacia el asunto principal: el Reino de Dios.

'El DR. MYLES MUNROE es un orador internacional ampliamente
dotado, consultor de negocios y autor de des sellers esta casa editorial
tiene el privilegio de haber publicado Er busca e la libertad y Libero su
potencial. Es fundador, presidente de Bahamas Faith Ministries
International, con su sede central Nassau, Bahamas.

¿Peniel > Dpestizy

Image’

MYLES MUNROE

REDESCUBRA EL

RENO

LA ESPERANZA PARA EL SIGLO XXI

(02008 Editorial Panel

Ninguna parte de esta publicación puede
ser reproducida en ninguna forma sin el
permiso escrito de Edioril Peniel

Las ctas blicas fueron tomadas.
de la Santa Biblia, Nueva Version
Internacional, a menos que se indique lo
© Sociedad Bíblica Internacional.

Eprromat Pese.
Boedo 25
Buenos Aires, C1206AAA
‘Argentina
‘Tel, 54-11 4981-6178 / 6034
‘e-mail: info@peel,com | Adaptación decabiera y diseño de interior.
wwscpenielcom | Artt Peste + [email protected]

Publicado originalmente en inglés con et título:
Rediscovering the Kingdom
Copyright © 2004 - Myles Munroe
By Destiny Image, Shippensburg, PA
and Diplomat Press, Nassau, Bahamas
All rights reserved,

Munroe, Mis
Reda Reno «18 Buenos Ars enel, 2008
209 215m
Troducdn por Mara Jose Hoot
ISBN 10:997:537-207-1
ISDN 13 974-087-557.207.2
1. Vida soma. 1 Hoof, Mara Jost ad Titolo
con 283

Impreso en Colombia / Printed in Colombia

DEDICATORIA

los millones de personas religiosas en todo el mundo, que trabajan ince-
A: para saciar el hambre que todavia existe luego de todos los

tuales, las costumbres, las tradiciones, las formalidades y el trabajo.
Que este libro brinde consuelo al alma afligida.

A la difunta alma Trottman. Tu vida y tu legado viven en nuestros recuer-
dos y pensamientos acerca de ti, Ciertamente, has vivido una vida llena del
Reino, y sé que tu tiempo con el Rey ahora es como el de Ester. Tal vez,
ambos estén disfrutando la realeza al máximo.

A los jovenes del mundo. Que su generación nunca tenga que luchar con
la religión para hallar el gozo del Reino.

Al Rey eterno, inmortal, único y sabio Dios, y mi Señor, Jesucristo. Que tu
Reino y tu voluntad sean hechos en la Tierra así como en el cielo,

Indice

Depicatonia

2

RECONOCIMIENTOS. Mi

Preeacto ..

Próoco. - 5
El tesoro escondido

INTRODUCCIÓN... ar

Cariruro Uno. 5 0 us
Descubrumos el origen y propósito del hombre

Cariroro Dos . 68

Redescubrir el concepto de Reino

Carfroto Tres...

Conozca ul Rey y al Reino

Casiruno Caro 5 . ara
La misión de Jesus: restaurar el Reino

CLÍO CINCO en
Las buenas nuevas del Reino

Casíruto Suis... i vs
Un Reino de reyes siervos

Caviruso Stems. se
Reyes, profetas y ef Reino

Cariruto Ocmo... 298
La prioridad del Reino

CarituLo Nuxve. can

Comprendamos los conceptos del Reino

RECONOCIMIENTOS

en escribirlo; mucha gente me alentó durante todo el proceso. Hubo

momentos en los que pensé que nunca lo lograría. No obstante, con
persistencia y una concentración profunda, finalmente se completo. Quiero
reconocer a cada uno de los que participaron con su ayuda y apoyo, ya que
sin ellos este proyecto nunca se hubiera finalizado.

Nada en la vida llega a ser exitoso sin el esfuerzo unido de personas
habilidosas que estén dispuestas a trabajar juntas y rendir su talento, ex-
periencia y pasión en un objetivo en común. Siempre, algo me recuerda
que somos la suma de todas las personas que hemos conocido y de las que
hemos aprendido. Esta obra es producto de innumerables individuos cuyos
pensamientos, ideas, perspectivas y trabajo me han acercado conocimiento
que he depositado en este libro.

Quiero agradecer a mi esposa Ruth y a nuestros hijos, Charisa y Chai-
10 (Myles Jr). por su paciencia y comprensión durante mis interminables
viajes y las noches en que me quedaba escribiendo hasta tarde. Mis logros
también son los suyos.

A Don Milam, mi excelente consejero editorial y guía en el desarrollo de
este manuscrito: eres el sueño de todo autor y un don para muchos de los
que leerán esta obra. Gracias por persuadirme de que la terminara.

A todos los miembros del equipo ministerial en Nassau, Bahamas, y al-
rededor del mundo: gracias por permitirme desarrollar y refinar estas ideas
ÿ estos conceptos al compartirlos y probarlos con ustedes. ¡Que su Reino
venga a través de sus vidas!

E ste libro llevó más de veinte años de preparación, y tardé tres años

PREFACIO

terrorismo, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), los cam-

bios de gobierno, los golpes militares, el sida son simplemente armas
usadas por la religión. Muchas más guerras han sido peleadas en nombre de
la religión que por cualquier otra causa. Millones de personas han muerto
en los últimos dos mil años bajo la mano destructora del celo religioso. Pa-
siones religiosas mal posicionadas y mal encauzadas han infligido heridas
históricas tales como las Cruzadas, la Inquisición, la limpieza racial y el
horror del Holocausto.

¿Por qué es la religión tan poderosa y controladora? ¿Por que es más po-
derosa que la política, las fuerzas armadas y el avance científico? Porque la
religión no es meramente un factor social, cultural, político o ideológico; en
cambio, encuentra su poder en las recámaras más íntimas del alma humana.
Dentro del alma, descubrimos la fuente de la motivación privada que forma
las percepciones y la conducta, El hombre es más propenso a morir por cau-
sa de su religión que por ninguna otra razón política, social o ideológica.

La religión es tan antigua como la humanidad misma; halla sus raíces en
los recovecos del espiritu humano. Cada cultura, sin importar cuán antigua
sea o cuánto tiempo hace que desapareció, ha desarrollado alguna forma de
práctica religiosa que intenta satisfacer un vacío en el profundo pozo del
alma humana, que gime por hallar la razón, el propósito y el significado
de la vida. Para la humanidad, la vida en el planeta Tierra no ha sido más
que una tediosa marcha descendente en la línea del tiempo, con cada nueva
generación que busca algo que no puede llegar a definir bien. Las largas ca-
denas de civilizaciones han dejado huellas imborrables en las páginas de la
historia, evidencias para nuestra generación de que la búsqueda continúa,
Desde los secretos grabados en las paredes de las cuevas de antaño, hasta los
grandes monumentos arqueológicos y los vestigios de grandes imperios, el
hombre prosigue en su búsqueda para hallarse a si mismo y encontrar sen-
tido a este mundo. Los viajes del hombre, en esta búsqueda, han dado como
resultado un tapiz de prácticas religiosas e ideologías que solo han servido
para crear más problemas de los que pueden llegar a resolver.

Una mirada rápida a nuestro mundo moderno, sofisticado, tecnolé-
ico y ciberespacial de la actualidad puede revelar la fuente del temor, la

L a mayor amenaza para el futuro es la religión. Las armas nucleares, el

KEDESGCUBRA FL REINO

depresión, el desánimo, la inseguridad y la incertidumbre. Desde el mundo
arcaico del hombre de las cavernas hasta la sucesión progresiva de culturas
agrícolas, pasando por el advenimiento de la revolución industrial que dio
como resultado la era cientifica de la postmodernidad y la era de la compu-
tación, todavía no somos ni mejores ni distintos de nuestros ancestros.

La única diferencia parece ser la sofisticación de nuestras herramientas
y armas. Somos más inteligentes, pero no más sabios; vivimos más tiempo,
pero no más saludablemente; tenemos más cosas, pero disfrutamos menos;
podemos ir a la luna, pero no podemos ir a casa y tener una buena familia;
tenemos acceso a más información, pero sabemos menos acerca de la vida,
Desgraciadamente, protegemos a las ballenas, pero matamos a nuestros ni-
hos; mejoramos la calidad de nuestra comida, pero producimos cepas me-
nos saludables para nuestro consumo; tenemos más religiones, pero menos.
amor; culpamos a otros por muestras malas decisiones, mientras que busca-
‘mos en nosotros mismos las soluciones a los problemas que hemos creado.

El siglo xu parece ser más incierto que todos los siglos anteriores en la
historia. El planeta Tierra gira en el sistema solar como una nave sin brú-
jula, mientras que se dirige hacia la autodestrucción. En su larga marcha,
la humanidad ha inventado y desarrollado una variedad de sistemas y es-
tructuras sociales en su intento por forcejear con las realidades de la vida
en nuestra nave espacial global. A través de los siglos, hemos observado la
creación de una gran cantidad de sistemas gubernamentales, tanto semidio-
ses, dictaduras, monarquías y tiranfas, como también las teorías y prácticas
del socialismo, la democracia, el comunismo y el imperialismo. Cada uno
de ellos ha tenido una oportunidad de hacer la vida mejor y más “humana”
en nuestro planeta, sin embargo, las guerras han aumentado en vez de dis-
minuir, las armas de destrucción masiva están al alcance de la mano más
que nunca, y el temor por la inseguridad es tan grande como nunca antes en
la historia, Todos los gobiernos =aun la mejor forma que hemos desarrolla:
do. es decir, la democracia- han fracasado en la realización del mundo ideal
que continuamos buscando.

Dos de las mayores tragedias de la historia moderna fueron la Primera
Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, por cuya causa millones de
personas perdieron la vida a manos de otros habitantes de este mundo, con
el mismo derecho a vivir que los instigadores de las mencionadas guerras.
Después de la Primera Guerra Mundial, varios lideres se unieron e hicie-
von la promesa de que eso jamás volvería a suceder. Crearon la Liga de las

Prefacio

Naciones, una organización dedicada a promover la paz mundial y dar curso
a soluciones razonables para los conflictos de la humanidad. No obstante,
este sueño acabó con la explosión de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando el conflicto hubo terminado, los líderes mundiales hicieron un
segundo compromiso, determinando una vez más, que no permitirían que
la humanidad cayera inütilmente en las garras mortales de una guerra in-
ternacional. Este compromiso dio a luz a las Naciones Unidas, un grupo
mundial dedicado a promover y mantener la paz en todo el mundo. Pero
aun asf, más batallas se han librado desde la formación de las Naciones
Unidas que antes de su creación. Actualmente, como las guerras continúan
devastando nuestro planeta, este organismo, dada su ineficacia, está bajo
una sería examinación.

Creo que es irónico que la mayoría de las guerras y tensiones sean pro:
ducto de —o sean fuertemente influenciadas por- las religiones, ¿A dónde
iremos a parar? ¿Qué haremos? ¿Cuál es la solución? ¿Por qué no podemos
sencillamente convivir pacíficamente? ¿Por qué está tan frustrada la huma-
nidad? ¿Por que las culturas continúan chocando unas con otras, y por qué
nuestros hijos se asesinan en las calles?

Estas son las preguntas que este libro intentará responder. La solución
a nuestro dilema se halla en alguna parte, en algún lugar de nuestra büs-
queda, Tiene sentido llegar a la conclusión de que, ya que nuestro mundo
no tiene respuestas a los problemas que crea, entonces sería sabio mirar
hacia otro mundo para buscar ayuda. Redescubra el Reino responde a esa
propuesta, No me estoy refiriendo a alguna noción rara, impráctica, ilusio-
nista o metafísica de hacer castillos en el aire; sino, más bien, a una solución
razonable, tangible y amistosa para la humanidad que responde no solo a
nuestros deseos tácitos sobre la vida en la Tierra, sino también a nuestros
deseos proyectados más allá de ella,

Este libro trata de usted y de su pasión por entender la vida. Trata sobre
su deseo de controlar sus circunstancias y su destino. Es acerca de la vida
en su plenitud y de reconectarse con su verdadero yo. Usted fue creado no
solo para existir, sino también para vivir una vida satisfactoria y significa-
tiva, Este libro se refiere a esa vida, ¡su vida! Acompáñeme a descubrir una
realidad alternativa en la larga búsqueda del hombre por hallar la verdad.

PROLOGO

El tesoro escondido

dedos estaban expuestos a pesar de que usaba unos guantes ratdos.
Ella empujaba un viejo carrito de supermercado que atestiguaba ser
suv hogar móvil y vivía a merced de lo que le daban. Su rostro exbibía el des-
gaste natural de los años vividos. Estaba encorvada, hurgando en un barril
de basura, buscando restos de comida desechados por los más afortunados

L: anciana estaba enfundada en lo que parecían ser siete vestidos. Sus

de la sociedad.

De pronto, saltó desde el barril y exclamo: “La encontré. ¡La encontré!”
Alli, entre su dedo pulgar e índice, sostenía la más hermosa de las perlas,
Corri hacia ella y le pregunté si podía ayudarla. Me sonrió y meneó su ca
beza con una cierta confianza que yo'no esperaba de alguien que está en ese
estado. Luego comenzó a contarme la historia de su vida, que todavía me
impacta hasta el día de hoy.

Me contó que había nacido en una familia adinerada y que su abuelo
le habia legado un tesoro antes de que ella naciese. Durante su infancia,
un incendio había destruido su casa, que una vez estuvo donde ahora se
hallaba el barril de basura. Así fue como su familia perdió todo, incluido el
colre que contenía el tesoro de su abuelo, Ella venía cada dia a ese punto
para buscar su tesoro. Mucha gente que la conocía le daba ropa y restos de
comida. Pero ella decia que si algún día encontraba ese tesoro, podria suplir
todas sus necesidades y volver a comprar la propiedad que su familia habia
perdido y reconstruir la casa que habia sido destruida.

Hoy era su dia de suerte: había hallado el tesoro. Por muchos años, solo
había escuchado y tenía descripciones sobre él, pero ahora lo tenía en su
mano, Su vida cambió ese dia, y la búsqueda ya había terminado, Ella re
cobro su estatus y su posición en la vida, y abandonó todas las luchas por

causa de ese tesoro.
Tra una perla, Tal vez usted encuentre la suya en estas páginas,

“EL reino de los ciclos es como un tesoro escondido en un campo. Cuan-
do un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder y lleno de alegría fue y

REDESCUBRA EL REINO

vendió todo lo que tenta y compró ese campo. También se parece el reino

de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas, Cuando

encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró”.
Mateo 13:44-46

MODO

“una rbea es más PODerosa
Que un ejército”

HG

INTRODUCCION

controlan el mundo en que vivimos. Cuando una idea es concebi-

da, se llama pensamiento; cuando un pensamiento es concebido, se
Nama concepto. Los conceptos son el material del que están hechos los sue-
os y sirven como la sustancia para vivir e interpretar la vida. Todo lo que
los humanos han hecho o inventado fue precedido primero por una idea. De
hecho, los inventos son a menudo llamados “Ia idea” de uno. En esencia, la
mente puede ser impregnada por ideas que se desarrollan hasta convertirse
en conceptos que se vuelven visiones que producen la realidad.

Los conceptos son a la vida lo que la sangre es al cuerpo. Tal vez, eso fue
Lo que el gran rey Salomón quiso decir cuando escribio, hace ya más de tres
mil años: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tales él” (Proverbios
23:7, RVR 1960). Usted es y se convierte en sus conceptos. Los psicólogos
describen el valor y la estimación de nuestra vida por la naturaleza del con-
ecpto que tenemos de nosotros mismos.

Los conceptos elevan su valor a medida que consideramos nuestra per-
cepcion e interpretación de la vida. La comunicación humana depende
exclusivamente de los conceptos, Solo podemos entender la vida hasta el
punto en que nuestros conceptos sean correctos. Por cierto, el propósito
y objetivo de toda comunicación es transferir ideas y conceptos desde una
mente a otra mente, Por Jo tanto, la comunicación solo es exitosa cuando
los conceptos del emisor son recibidos de manera correcta y comprendidos
apropiadamente por el receptor, y viceversa.

Si sus ideas están equivocadas, entonces sus conceptos serán erróneos y,
como consecuencia, su comprensión será inapropiada e incompleta. Usted
solo puede entender correctamente si sus conceptos están alineados con sus
ideas, y sus ideas deben estar basadas en la verdad dinämica de Dios. Et con-
cepto original siempre está en la mente del emisor, Este estado del proceso
de pensamiento se llama “precepto”. Dicho en otras palabras, un precepto es
“una idea original”. Por lo tanto, para poder comprender el concepto origi-
al, usted debe tener un entendimiento claro de los preceptos del emisor de
un mensaje. La clave de la comprensión se basa, entonces, en preceptos y
«conceptos. El error es el producto y resultado de lo que se llama una “concep
ción errada”. En realidad, el receptor malinterpretó el concepto del emisor,

N o hay nada más poderoso que una idea. Las ideas crearon y ahora

RÉDESCUBRA FL REINO

Este libro fracasaria en su propósito e intención si yo no lograra trasmitir
y transferir exitosamente mis preceptos, conceptos, ideas y pensamientos a
usted como lector. Por lo tanto, procedamos a explorar los conceptos críticos
que llevan a la respuesta en la búsqueda de significado por parte del hombre.

LA LARCA BÚSQUEDA DEL IDEAL

En cada generación, desde el principio de los tiempos, el sueño de una so-
ciedad utópica ha motivado y sustentado la pasión de la humanidad, produ-
ciendo culturas altamente desarrolladas y sistemas sociales como producto
de su avance en dirección a ese sueño. La fuerza motora y el deseo de un
mundo perfecto hallan su forma en cada civilización y han sido la fuente
de inspiración que ha conducido a la invención de ideas filosóficas, infra-
estructuras sociales e incluso religiones, todas con alguna clase de impacto
sobre nuestras comunidades contemporáneas. Esta fuerza se centra en la
búsqueda del ideal por parte del hombre

La pasión por el ideal produjo en muchas culturas antiguas el sueño de
una visión mesiänica. Esta creencia dice que en algún momento, en un futu-
to distante, proveniente de algún lugar desconocido, una persona vendría y
traería las respuestas a todos nuestros problemas. El establecería el “mundo
ideal”, libre de dolor, odio, temor, pobreza y otros males sociales; un mundo
de paz, amor, gozo y armonía entre toda la humanidad.

Esta búsqueda y el deseo de un mundo idílico es el origen del desarrollo
de un concepto llamado “ideología”. La ideología es la fuerza más podero-
sa que ha impactado las vidas de personas a través de miles de años, y sus
efectos continüan hasta hoy. Una ideología es la formulación de ideas y
pensamientos que han sido meditados, elaborados, refinados, definidos y
formalizados, Estas ideas también son definidas como una filosofía o “forma
de pensar”. Algunas de esas “ideas formalizadas” han producido “escuelas
de pensamiento” que se convirtieron en los fundamentos de premisas teoló-
gicas e ideológicas para la creación de sistemas de gobierno, comunidades,
sociedades, naciones y el mundo entero. Negativamente, algunas de esas
ideologías han sido la fuente de injusticias, destrucción, opresión, pobreza
masiva, depresión y terror social.

Estas ideologías han llevado una variedad de rótulos y, a través de miles
de años, han aparecido y luego desaparecido, para reaparecer luego en las
‘nuevas generaciones. Algunas de esas clasificaciones son bastante familiares,

8

incluso en nuestra generación: imperialismo, socialismo, comunismo, dic-
tadura, humanismo, deismo, democracia, monarquia y vida comunitaria
Muchas de ellas han sido probadas, revisadas, integradas y revividas, y han
sido la fuente de muchos experimentos sociales.

Aun así, no importa cuánto el hombre haya intentado recrear su mundo,
el cumplimiento de su esperanza y su deseo de “utopia” todavia lo esqui-
va. Nuestros intentos más recientes han conducido al advenimiento de la
ideología de la “libertad individual” y el admirable concepto de la “auto-
determinación” y de una “sociedad justa”, a la que hemos nombrado en
nuestra civilización moderna “el ideal democrático”. Pese al hecho de que
esta es la forma más cívica de gobierno nacional y de las relaciones sociales
dentro de una sociedad, aquí tampoco se ha manifestado la utopía que sus
fundadores soñaron

Lo que motiva e inspira la búsqueda de la sociedad civil y el ideal de-
mocrático es el concepto de “libertad”. La búsqueda de la libertad personal
es el motivador más fuerte en la conciencia social occidental. Este deseo de
ser libres para ir en pos de nuestros sueños y maximizar nuestro potencial
es la base del ideal democrático y es aceptado como la norma principal de
una sociedad libre. Sin embargo, las sociedades y comunidades han probado
este experimento noble de la “libertad” y todavía están plagadas por las in-
consistencias de la desigualdad, el racismo, el prejuicio, la injusticia, la co-
rrupción, la envidia, la sospecha, la competencia, el abuso, la negligencia y
una clara disparidad entre “lo que tenemos” y “lo que no tenemos”. Al final,
la humanidad ha quedado atrapada por su propia busqueda de libertad.

LAFUENTE DEL DESEO

He tenido el privilegio de viajar por setenta naciones y he trabajado con cada
raza, cultura, clase socio-económica y grupo político y religioso existente, y
todavía me asombro de que en cada una de esas sociedades la búsqueda sea
la misma, De hecho, llego a la conclusión de que todos somos iguales y esta-
mos buscando lo mismo. Lo que nos hace diferentes es la vía y los sistemas
que implementamos y desarrollamos para hallar lo que estamos buscando,
Dicho de otro modo, todas las personas son iguales y están buscando las
mismas respuestas a las mismas preguntas.

Hace unos años, recibí un regalo de unos amigos que vivían en un país
lejano en el cual yo había tenido la oportunidad de trabajar. Su cultura y

9

REDESCURRA FL REINO

trasfondo social eran diferentes del mío. Ellos me habian escuchado hablar
sobre la búsqueda de significado y propósito en la vida por parte del hom-
bre. El regalo que me dieron era un hermoso libro de tapa dura con un título
que todavía conservo en la mente veinte años más tarde, El libro se llamaba
The Long Scarch (La larga búsqueda). Yo estaba intrigado con ese título tan
simple, pero fui sorprendido aún mas, por el contenido del libro. Éste se ha
convertido en uno de mis libros preferidos en mi biblioteca personal

El libro narraba las crónicas de la historia de la invención, el desarrollo, el
refinamiento y las prácticas de todas las religiones del mundo. Las fotografías
captaron mi atención, el texto expandió mi capacidad de apreciación de la
naturaleza compleja de las religiones, y la investigación me proveyó una nue-
va perspectiva sobre la uniformidad de la familia humana. El mensaje central
de todo el libro era el concepto de que todas las religiones son el resultado
de la búsqueda del hombre por un Ser Supremo, identificado como “Dios”.
“divinidad” o con cualquier otra palabra que elijamos para llenar el espacio
en blanco, La religión es el intento del hombre por responder a su deseo de
hallar algún tipo de relación significativa, y posiblemente íntima, con un Ser
Supremo, mientras intenta encontrarle algún sentido razonable a la vida.

Esta búsqueda humana de una Realidad Final es natural y común a todas
las culturas; incluso el autoproclamado ateo inherentemente cree que, por
lo menos, hay alguien o algo en que no hay que creer. Aun en las socieda-
des más primitivas encontramos esta expresión de desco de buscar, hallar
y entender a un Ser Supremo, tal como está evidenciado en la creación, el
desarrollo y la práctica de alguna forma de religión.

No obstante, la pregunta nos confronta: ¿dónde se origina este deseo
natural y esta necesidad de buscar un poder superior? Esta molestia interna
del alma -de que debe haber una razón y un diseño para el universo y la
creación debe tener un origen. La “larga búsqueda” de la realidad obvia-
mente implica que algo se ha perdido. Es imposible buscar nada, Por lo
tanto, sostengo que la misma naturaleza de la exploración del alma humana
indica que algo que previamente poseía se ha perdido.

También parece que esta condición de buscar no es una opción, sino
tuna necesidad, La busqueda es tanto personal como colectiva. Tal vez, la
mejor manera de hallar lo que se ha perdido y lo que estamos buscando sea
identificar lo que necesitamos o deseamos. Por ejemplo, la sed implica la
necesidad de agua, el hambre implica la necesidad de comida, y el cansancio
implica la necesidad de descanso

De este modo, podemos identificar lo que nos falta por lo que deseamos
naturalmente y, de esa manera, reconocer nuestra necesidad. Debatiremos
sobre esa necesidad en los capítulos siguientes. Sin embargo, es importante,
al menos, reconocer su existencia y control dominante sobre toda la huma-
nidad y también apreciar que esta profunda necesidad controla y dicta el
comportamiento del hombre, tanto individual como colectivamente.

IDENTIFICAR LA NECESIDAD

He pasado más de cuarenta años estudiando e investigando este fenómeno;
al principio por un interés personal y luego, como un compromiso de por
vida para ayudar a los demás a hallar algunas respuestas a su dilema. He
arribado a la conclusión de que el objetivo común de todos los humanos es
la búsqueda de poder, el deseo de poseer la habilidad de controlar las cir-
cunstancias y el destino personal, Sé que esto puede consternarlo y tal vez le
haga entrar en un estado de negación. La mayoría de nosotros no queremos
admitir que deseamos algo tan aterrador como el poder, pero la realidad es
que ese es el deseo básico de cada corazón humano.

‘Cuando uso el término poder, no estoy refiriéndome al control tirano,
opresivo y dictatorial de las personas, sino en cambio a la habilidad de con-
trolar nuestras vidas, situaciones y circunstancias cotidianas. Esta falta de
control sobre nuestras situaciones y circunstancias nos hace sentir grande-
mente desahuciados y vivir como víctimas de la vida. Para la mayoría de
nosotros, la vida es simplemente una lucha diaria por tratar de mantenernos
a flote en un mar de incertidumbres y presiones de toda clase. Al mismo
tiempo, luchamos con un sentido de esclavitud dignificada contra ta escla-
tud de las instituciones de nuestras sociedades.

Nuestro deseo y pasión de adquirir este poder de controlar nuestras ci
cunstancias y el medio que nos rodea es la motivación de nuestro compor-
tamiento. Nos esforzamos por lograr posiciones de influencia con el fin de
acumular riquezas materiales, buscamos el poder que el dinero nos pro-
mete: poder político y espiritual, la acumulación de simbolos de estatus,
conocimiento superior y muchas otras formas de disposiciones de control.
Creo que esta búsqueda de poder es sencillamente la búsqueda de dominio
sobre la vida.

Esta preocupación humana y deseo de poder y dominio es también el
combustible de la obsesión del hombre por el desarrollo progresivo en todas

las disciplinas: las ciencias políticas, sociales, biológicas, técnicas, inves
gación espiritual, investigación económica y todos los demás aspectos de
la experiencia humana. La consecuencia de esta busqueda de poder se en-
‘cuentra en la larga marcha del hombre hacia la modernización. En los últi-
mos seis mil años, la humanidad ha tratado y continúa tratando de controlar
y domesticar el medioambiente a través de la invención de instrumentos,
tanto primitivos como modernos. Por ejemplo, desde la ciencia se trata de
detener el proceso de envejecimiento, mejorar la calidad y extensión de vida
y producir todo tipo de pildoras para resolver una gran variedad de proble-
mas. En el fondo, su mayor desafío es impedir la realidad de la muerte.

Pero no interesa qué tan lejos el hombre piense que ha logrado progre-
sar, todavía no ha encontrado la habilidad de alcanzar el dominio y poder
sobre la muerte aquí en la Tierra. De hecho, a la luz de todos los males
sociales incontrolables, epidemias de salud, conflictos militares y políticos,
incertidumbres económicas, guerras religiosas y destrucción del medioam-
biente, parece que el avance del hombre fuera una evolución hacia atrás en
el tiempo.

Este fracaso humano en lograr el control y dominio sobre su entorno
y sus circunstancias lo ha dejado con un profundo deseo de un mundo
completamente nuevo. El espiritu humano gime por un mundo que pueda
controlar, donde las circunstancias estén a merced de su voluntad. Ese es
el mayor anhelo humano. Es, además, el origen y la motivación del de-
sarrollo espiritual y la práctica religiosa. En cada religión, descubrimos el
componente que promete poder para controlar las circunstancias e incluso
la misma muerte. Esto explica por qué las profundas prácticas secretas de la
brujería y el espiritismo sean tan atractivas para millones de personas; ellas
prometen poder sobre los individuos y las circunstancias.

El espiritu humano esta poseído por este deseo de dominar, reinar y
controlar el mundo personal y el entorno. El hombre está en la búsqueda
del poder de dominio absoluto. Este deseo de poder es inherente al espíritu
humano. Para comprenderlo, es necesario entender el propósito original y
el diseño de la humanidad, y la misión para la cual fue creada.

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CAPÍTULO UNO

Descubramos el origen y propósito
del hombre

che. Estaba nervioso y ansioso. Era el gran dia, el día del examen al

que tanto le temía. Ese fue un día memorable durante mis años de
universidad. Había estudiado toda la noche y había leído cuidadosamente
mis apuntes, libros y revisiones. Era el examen final de biología. El tema
principal de esta materia era la anatomía humana,

Al finalizar el examen, me sentí seguro de que lo había hecho bien. Tres
dias mas tarde comprobé estar en lo cierto cuando mi profesor me llamó
para felicitarme por obtener la nota más alta de la clase. Yo estaba muy or-
gulloso de mí mismo y sentí que había logrado algo sobresaliente. Mientras
estaba parado alli mirando las hojas de papel que el profesor me entregaba,
repentinamente me di cuenta de algo que nunca antes había pensado. A lo
largo de toda esa materia, había adquirido mucho conocimiento sobre la
anatomía humana: nombres, propósitos y funciones de todas sus intricadas
partes y órganos. El pensamiento que me impactó fue que conocía qué era
el cuerpo humano, pero no por qué lo era. En otras palabras, conocía el pro-
ducto, pero no su propósito.

Este descubrimiento en mi juventud todavia me motiva hoy. Hay más
de seis billones de personas en el planeta Tierra, y solamente unos pocos
de ellos saben por que existen, ¡Qué desgracia! ¿Quién es el hombre? ¿Por
que fue creado? ¿Por qué fue puesto en este planeta? ¿Qué es lo que debe
hacer? ¿De dónde vino? ¿Qué puede hacer? ¿Hacia dónde se dirige? Estas
preguntas yacen en el corazón de toda búsqueda humana. Todo lo que el
hombre quiere saber es las respuestas a estas preguntas,

¿Son los humanos un simple eslabón en alguna cadena evolutiva, como
proclaman los teólogos proevolucionistas? ¿Somos meramente primates so-
fisticados, actuando en el drama de la supervivencia del mejor? ¿Somos sen-
cillamente un accidente insólito de algún contratiempo cósmico, como el

E ran las cinco de la madrugada, y no había dormido en toda la no-

e

big-bang, del cual hemos emergido, o hemos brotado del lodo de alguna cla-
se de sopa cósmica como seres conscientes con un magnífico razonamien-
to hasta llegar hacia lo que hemos evolucionado hoy? Creo imposible que
alguien pudiera creer una teoría asi. Esta proposición teórica irrazonable,
improbable, sin manera de comprobarse no tiene fundamento y profana la
verdad del origen del hombre. Diluye y disminuye su propósito glorioso.

El hombre es el acto de coronación de un Creador intencional. Existe
‘como corregente de Dios en un mundo creado para el. Al examinar a la hu-
manidad, descubriremos la belleza y el misterio del propósito de Dios para
toda la creación.

Parece ser que el fin de todas las cosas será descubierto en el comienzo de
todas las cosas, Por lo tanto, comenzaremos nuestro estudio considerando
el plan original de Dios para su creación, Es obvio que si tratamos de enten-
der la creación, primero debemos entender al Creador, ya que el propósito
original de todo producto está solo en la mente del creador de ese producto.
Por eso, para descubrir el propósito y la razón de la creación y existencia de
la humanidad, debemos intentar entrar en la mente de su Creador. Después
de todo, nadie conoce el producto tan bien como su fabricante.

EL ORIGEN DEL PRIMER REINO

En primer lugar, es esencial que entendamos que antes de la existencia de
todo, existe Dios. La palabra Dios denota a alguien “que existe por si mismo
y que es autosuficiente”, y describe a un Ser que no precisó de nada ni de
nadie para existir. Por lo tanto, “Dios” no es un nombre sino más bien una
descripción de un carácter o naturaleza. Por causa de quién o de lo que
es, solamente Él califica para el título de Dios. Este Dios totalmente inde-
pendiente existía antes de todas las cosas y comenzó su proceso creativo
primeramente produciendo todo el mundo invisible, el cual también hemos
llegado a conocer como “supra” o “por encima” del mundo natural. Este
acto de creación dio inicio a los conceptos de “gobernante” y “gobierno”,
ya que el Creador se convirtió en el regente de todo lo creado. Otra palabra
usada para gobernante es rey. Dios llamó a la dimensión o dominio invisible
“cielo” y se constituyó como Rey sobre ese dominio del cielo.

Ese fue el principio y la creación del primer reino llamado “el Reino in-
visible de Dios”. También se introdujo el concepto de reino. Este concepto
de “reino” es vital, esencial, necesario, requerido e imperativo a fines de

6

Descubramos el origen y propósito del hambre

entender el propósito, la intención, la meta y los objetivos de Dios y de la
relación de la humanidad con Él y con la creación.

MOTIVACIÓN DIVINA PARA LA CREACIÓN

No es absurdo pensar ¿por qué Dios, el Rey del cielo, querría crear hijos a
su imagen y un universo visible? ¿No estaba acaso satisfecho y complacido
con un Reino invisible de ángeles y potestades sobre las cuales gobernar?
Creo que la respuesta a estas preguntas radica en comprender la naturaleza
de Dios mismo. Hay mucho acerca de ese Ser tan asombroso y autosuficien-
te que aún no sabemos, no conocemos y jamás podremos llegar a conocer,
pero Él ha revelado lo suficiente de sí mismo a la humanidad como para
permitirnos tener una vislumbre de algo de la magnificencia de su natura-
leza y carácter.

Una de esas características es que “Dios es amor” (1 Juan 4:8, 16). Por
favor, observe que no dice que Él “tiene” amor, sino que Él “es” amor. Esa
cs una diferencia importante, ya que Si Dios es amor, entonces sus acciones
serán natural o sobrenaturalmente la manifestación de la naturaleza de ese
amor. Una de las cualidades más obvias del amor es que tiene que darse y
<omparürse. De ser así, entonces la misma naturaleza de Dios sería desear
compartir su reinado y gobierno. En esencia, el amor es pleno cuando se da
y se comparte

Es esta naturaleza inherente de amor la que motivó al Rey de los cielos a
crear hijos espirituales (llamados “humanidad”) para compartir el gobierno
de su Reino. En otras palabras, el hombre fue creado con el propósito de
gobernar y liderar, Esa es la razón por la cual en el mensaje de Jesus, cuan-
do Él describió la era del Reino de Dios y su provision para el hombre, su
indicación fue que este Reino le pertenecta al hombre antes de que la Tierra
haya sido creada,

“Entonces dira el Rey a los que esten a su derecha: “Vengan ustedes, a
quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado
para ustedes desde la creación del mundo”.

Marro 25:34

Fue idea de Dios compartir su Reino invisible con sus hijos, a los cuales
Él llamó humanidad, y les dio su naturaleza y características,

A

EL CONCEPTO DE LA COLONIZACIÓN

Hay otro concepto que es crucial para entender el propósito y el plan ori-
ginal de Dios para el hombre y para la creación, y es el pensamiento que
ha llegado a conocerse entre los hombres como “colonización”. La colo-
nización es un proceso por el cual un gobierno o gobernante determina
extender su reino, dominio o influencia hacia un territorio adicional, con
el propósito de impactar dicho territorio por medio de su voluntad y sus
deseos. El principio de la colonización es entendido como el proceso de
transformar un territorio extendido para que sea igual al centro de gobierno
desde el cual ha sido extendido; es decir, para manifestar la naturaleza y
voluntad del gobernante en el estilo de vida, acciones, actividades y cultura
del territorio.

Por lo tanto, el fundamento para apreciar la motivación creativa de Dios
es comprender que su intención fue compartir su autoridad para gobernar
con sus hijos espirituales, extendiendo su Reino celestial invisible a una di-
mension terrenal visible con el propósito de colonizar ese dominio a fin de
que sea igual que el cielo. Génesis 1:1 dice: “Dios, en el principio, creó los cie-
los y la tierra” (el universo físico). Dios gobernó como Rey sobre un Reino
espiritual espacioso y espectacular que Él ya había creado. Era un mundo
lleno de ángeles que estaban allí solo para servirlo y adorarlo a El.

El libro de Génesis se inicia con la actividad de Dios en la creación del
mundo físico, que sería el medioambiente en donde se manifestaría su pro-
pósito eterno. Su intención era establecer su Reino en ese mundo físico, sin
tener que venir Él mismo en forma visible. Los propósitos del Dios invisible
sertan cumplidos mediante una creación visible que era el producto de su
genio creativo. Su plan sería llevado a cabo por una familia de descendien-
tes que serían iguales a El, creados exactamente a su imagen, Como sus
representantes, ellos liberarian, establecerian e implementarian su Reino
invisible en el mundo natural y visible, Este es el propósito original por el
cual Dios creó al hombre. No fue un accidente. No fue casualidad. Sucedió
mediante la planificación y preparación del gran Dios del cielo, quien, por
su amor y sabiduría elaboró este asombroso plan,

Desde el principio, el plan de Dios para la humanidad se centró en el
hecho de que Dios deseó tener una relación personal con el hombre y vi-
ceversa, Establecer una religión jamás fue el deseo de Dios. Como dije ante-
riormente, la religión es el resultado de la respuesta del hombre ante un
prolundo vacío espiritual en el fondo de su alma, algo que él no puede



Descubramos el origen y propósito del hombre

describir o identificar. La palabra religion denota un sistema de creencias,
ccredos y adherencia a la fe o a las convicciones. Esos sistemas se manifiestan
en el desarrollo de una variedad de tradiciones, rituales y prácticas cultu
rales que van desde lo más simple a lo más complejo, Cada civilización, a
lo largo de la historia, ha cultivado formas de religión que sustentaron su
viabilidad como entidades sociales y sirvieron como una solución para las
preguntas místicas sobre la vida y la muerte.

Para muchas personas, la religión ha sido y continua siendo una preocu-
pación incansable que los distrae de los temores sin resolver del corazón
humano. La necesidad de una religión en alguna forma es un fenómeno
universal y es inherente al espíritu humano. Toda la humanidad, dejada a
su suerte, inevitablemente desarrollará alguna forma de práctica religiosa.
En muchas instancias, esto puede tomar la forma de sistemas de filosofías,
teorías, ideologías, un conjunto de principios o convicciones documenta-
das. Cualquiera sea la forma que adopte, el propósito es el mismo: el intento
de satisfacer la indescriptible ansia espiritual que se halla en el espíritu de
toda la humanidad. :

Es interesante observar que en los escritos antiguos del profeta y patriar-
ca Moisés, que relata la creación del universo físico y de la humanidad, no
encontramos el establecimiento de ningún sistema religioso formal o de
ningún código de tradiciones para que el hombre siguiera o practicara.

EL NACIMIENTO DEL REINO: EL ESPÍRITU DE DOMINIO

La motivación más poderosa en el corazón del hombre es la persecución
del poder, ¿Por qué es tan poderoso en la humanidad el deseo de controlar
nuestro medio y nuestras circunstancias? La respuesta se halla en la natura-
leza misma y el corazón del espíritu humano.

El hombre fue creado para ejercer poder y fue diseñado para manejarlo.
El propósito impulsor para la creación de la especie humana fue dominar la
Tierra y sus recursos, como resultado de los deseos del Creador de extender
su soberanía desde el plano sobrenatural hacia el físico. Su plan fue el de
hacer esto a través de una familia de hijos espirituales a la que Él llamaría
sus hijos. El registro de este acto creativo se encuentra en Génesis 1:26:

“Y (Dios) dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza.
Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo;

2

REDESCUDRA EL REINO

sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos
los reptiles que se arrastran por el suelo.» Y Dios creó al ser humano a su
imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creo”

Genesis 1:26-27

Esta manifestación es la primera declaración de la intención de Dios para
usted y para mí, y abarca el propósito total, la tarea, el potencial, la pasion
y el diseño del hombre como entidad. Esta manifestación es la llave de los
deseos naturales del hombre, el sentido de propósito y de satisfacción en la
vida. Hay una cantidad de principios vitales incluidos en esta primera de-
claración de misión de Dios, respecto a la creación del hombre, que deben
ser examinados cuidadosamente

1. El hombre fue tanto creado como hecho. Estas dos palabras son im-
portantes y bien diferentes en el idioma original hebreo. La palabra creó
proviene del hebreo bara, que significa crear de la nada. Y la palabra
hagamos proviene del término hebreo asa, que significa formar de algo
que ya está creado. Por lo tanto, el hombre es la integración de las par-
tes que fueron creadas de la nada y las cosas que ya estaban hechas. Este
misterio describe la procedencia del espíritu del hombre directamente
desde el Espiritu de Dios, por lo cual el hombre es un componente de
la naturaleza, los atributos y las características de su fuente, que es
Dios el Creador, Esta verdad es vital a la hora de hablar del espíritu
de dominio en la humanidad. También vale la pena entender en este
punto que la palabra usada para “fuente” en el idioma original hebreo,
es el término abba, que se traduce como “padre”. Esa es la razón por
la que Dios es considerado el “padre” de toda la humanidad. Él fue la
fuente de la cual procedemos todos nosotros, y por eso, poseemos su
naturaleza y semejanza.

2. El hombre fue hecho a la imagen de Dios. La palabra imagen aquí
no se refiere a la semejanza física, sino que se traduce de las palabras
hebreas tselem y demut, que significan naturaleza esencial, copia, ca-
racterísticas y esencia. Esto denota que el hombre como ser espiritual
es una expresión de la naturaleza moral y espiritual de Dios, y sus
atributos lo hacen “semejante a Dios”, ubicando a Dios por encima
de toda creación terrenal. En esencia, el hombre fue creado por Dios,

do

Descubramos el urigen y propasito del hombre

en la categoria de dios y le fue dada la responsabilidad de ejercitar esa
cualidad de agente de Dios en la Tierra

Dios creó al hombre. Esta palabra hombre es importante, ya que no se
refiere al género como si fuera varón, sino que es el nombre dado por el
Creador a las especies de espíritus que procedieron del suyo. Básicamen-
te, el término hombre gramaticalmente es plural, y ese fue el nombre
dado a las especies con espíritu. También es importante observar que los
espíritus no tienen género, y por eso el término hombre no es ni femeni-
no ni masculino, sino que se refiere puramente al espíritu.

El Creador dijo que “ellos” tengan dominio sobre la Tierra, Esta decla-

ración es más crítica aun y contiene el secreto de la wransferencia de poder
y autoridad de Dios al hombre, del cielo a la Tierra, y del mundo invisible
al visible. Este es el fundamento de la delegación divina al hombre de la
responsabilidad de administrar y gobernar la Tierra. Es importante, ya
que la naturaleza de santidad e integridad de Dios no le permite violar sus
propias palabras. Por lo tanto, cuando Dios dijo esto, estableció las con-
diciones de su relación con la Tierra a través de la humanidad. Él no dijo
que “nosotros” tengamos dominio sobre la Tierra -y eso le hubiera otor-
gado acceso legítimo a ella sin referencia a la humanidad-, sino que me-
diante estas palabras, estableció a la humanidad como la unica autoridad
legal sobre la Tierra, con el poder de abogados para actuar en representar
«ión de EI. Tal vez esta sea la razón por la que Dios nunca ha hecho nada
sobre la Tierra sin la cooperación de una entidad humana y sea también la
razón de su necesidad de entrar en la raza humana como hombre, Como
«consecuencia, Jesús el hombre- hizo a Cristo -el Dios- legítimo sobre la
Tierra, Este es el poder que la humanidad tiene sobre el planeta,

Que ellos tengan dominio. Este es el principio más fundamental para
entender la naturaleza y los descos del hombre. Aquí el Creador expresa
clara y enfáticamente por qué creó al hombre. Esta declaración no deja
sombra de dudas respecto de lo que lo motivó a crearlo y de sus expec-
tativas sobre el comportamiento de la raza, También establece la misión
del hombre y la norma del éxito para su existencia, La palabra dominio
‘echa los cimientos del concepto del Reino, al relacionarse con el propó-
sito y plan de Dios para la especie humana.

En

6. Sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, la Tierra y todo
lo que repta sobre el suelo. Esta declaración es crucial en tanto define la
naturaleza y los limites del gobierno de la humanidad. Es interesante ob-
servar que la entidad humana no está incluida en el contexto del domi-
nio del hombre. Eso implica que Dios el Creador nunca tuvo la intención
de que el hombre reinara sobre o dominara a los de su propia clase, sino
en cambio, que lo hiciera sobre la creación y los recursos de la Tierra

¿QUÉ ES EL DOMINIO?

En el arte de la comunicación humana, se entiende que una comunicación
exitosa solamente es posible cuando los términos y conceptos usados entre
el sujeto y el objeto de esa comunicación son los mismos.

Por lo cual, antes de continuar avanzando en este importantísimo exa-
men y exploración del concepto del Reino, es necesario que tengamos un
entendimiento fundamental de la raíz de este concepto de “dominio”, ya
que está relacionado con el concepto de Reino.

La primera declaración del Creador respecto del propósito del hombre
en la creación está escondida en esta palabra: dominio. Para que el hombre
se entienda a sí mismo y su propósito, es imperativo que esta palabra sea
comprendida cabalmente.

Las palabras dominio o gobierno son sinónimos y toman su significado
de la misma raiz. Los términos hebreos de donde proviene el concepto de
reino son mashal, mamlakah y malkut, y el derivado griego es la palabra
basileia. Las definiciones de estas palabras incluyen “regir”, “soberanía”
“reinar”, “reino”, “dominar”, “ser rey”, “gobierno real” y “regio”. El término
mamlakah también abarca el área y el pueblo que constituyen un “reino”. Es
importante notar que el concepto de “rey” consideraba al regente como la
encarnación del reino. El rey era visto como el “simbolo” del reino propia-
mente dicho, y personificaba la gloria del reino.

Por lo tanto, la definición de dominio podría ser elaborada de la si-
guiente manera:

Recibir dominio significa ser establecido como soberano, gobernante real,
amo, gobernador; responsable de reinar sobre un territorio designado, con
la autoridad inherente para representar y personificar como un simbolo,
el territorio, los recursos y todo lo que constituye ese reino.

a

Descubramos el origen y prapasita del hombre

Esta definición debería ser memorizada, entendida y aceptada por el es-
piritu de cada hombre, sí hemos de entender el propósito original y la vo-
luntad de Dios, el Creador, para nuestra existencia. Con ese entendimiento,
podremos apreciar la gravedad de la primera proclamación del Dios creador
con respecto a la humanidad. El hombre fue creado con un mandato de
dominio sobre la Tierra, que le dio la responsabilidad de representar el go-
bierno del Reino de Dios sobre la Tierra. La humanidad es el agente terrenal
lel cielo para ejercer un liderazgo e influencia. Se supone que la humanidad
debe encarnar la naturaleza de Dios en la Tierra y servir como su represen-
tante en el mundo físico. La creación y comisión del hombre fue la primera
introducción y el establecimiento del Reino de los cielos sobre la Tierra

UN REINO DE REYES

También es vital que comprendamos que el diseño de Dios para su reino
celestial en la Tierra es totalmente distinto de la estructura e ideología de los
reinos terrenales establecidos por los hombres. La proclamación del Crea-
dor en Génesis 1:26, de que el hombre tuviera dominio sobre toda la Tierra,
fue dada a la especie entera de la humanidad, tanto hombres como mujeres.
Este es un precepto fundamental, ya que considera a toda la humanidad
como “gobernantes” o reyes en la Tierra. De hecho, este mandato además
establece la intención del Creador para la humanidad de que no gobiemen
unos sobre otros, sino que ejerzan su soberanía real como un “reinado co-
lectivo”, responsable de dominar, gobernar, regir, controlar y administrar
el planeta y sus recursos. Por lo cual, toda la humanidad es creada como
gobernadores y reyes; la humanidad es un reino de reyes. Tal vez esta sea la
razón, como debatiremos más adelante, por la cual Jesús es llamado “Rey de
reyes” en la culminación de su obra redentora.

Este concepto también se repite en La Palabra de Dios a toda la nación de
Israel a través de Moisés, cuando fueron liberados de la opresión del reino
de Egipto bajo el mandato de Faraón.

“Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto, serán
mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra
me pertenece, ustedes serán para mi un reino de sacerdotes y una nación
santa. Comuntcales todo esto a los israelitas”

Exovo 19:5-6

LA INTENCIÓN DEL REINO ORIGINAL

La intención del establecimiento del Reino original de Dios, un Reino de
reyes, fue extender su gobierno, voluntad y naturaleza del cielo a la Tie-
rra, Su deseo fue manifestar su glorioso carácter, sabiduría, juicio justo y
propósitos a la dimensión terrenal mediante el liderazgo administrativo de
la humanidad sobre el planeta. El hombre fue creado con los dones y la
naturaleza divina para ejecutar la voluntad de Dios en la Tierra. El objetivo
final de Dios, el Creador, fue colonizar la Tierra con el cielo y establecerlo
como un territorio visible de un mundo invisible, Su propósito fue lograr
que su voluntad fuera hecha y el Reino celestial viniera a la Tierra así como
es en el cielo,

LA PÉRDIDA DE UN REINO

Hace unos años, miré un documental de televisión sobre el misterio de
las civilizaciones y ciudades perdidas. El narrador nos guió a través de las
historias de unos cuantos mitos y leyendas familiares, tales como la ciu-
dad de Atlantis y las ruinas de la civilización maya, Sentí intriga mientras
él presentaba artefactos, documentos y una diversidad de evidencias con
el objeto de armar su argumento de modo tal que pudiera probar su caso,
Mientras estaba allí sentado meditando en esta presentación, no pude evi-
tar pensar en una historia similar acerca del primer reino perdido: el reino
de los reyes adámicos.

Cuando Dios creó al hombre, por favor observe que la primera cosa
que le dio fue su imagen y semejanza, pero el primer mandato y tarea que
le asignó fue el de ejercer “dominio”. Consideremos cuidadosamente la
naturaleza del mandato de dominio, tal como está registrado en Génesis
1:26-28, y sus implicancias en cuanto a lo que ese gobierno original abar-
caba y excluia

+ Dios le dio al hombre dominio sobre la Tierra.

+ Dios le dio al hombre dominio sobre la creación y la Tierra, no sobre
‘otros hombres.

+ Dios nunca le dio dominio sobre los cielos.

+ Dios nunca le dio al hombre una religión, sino una relación.

+ Dios nunca le prometió al hombre el cielo, sino la Tierra

a

Descabramos rl origen y propóxito del hombre

Para comprender la pérdida del mandato del reino adámico, es impor-
tante que nos demos cuenta de que no podemos perder lo que nunca tu-
vimos. A Adán, el primer representante real del Reino de los cielos sobre
la Tierra, le fue delegada la responsabilidad de servir como embajador del
cielo en la Tierra. Un embajador es solamente tan viable y legítimo como
lo sean sus relaciones con su gobierno. Por lo cual, la relación más impor-
tante que tenía el primer hombre sobre la Tierra, Adán, era con el cielo. Por
esa razón, el Espíritu Santo de Dios tuvo una relación de intimidad con la
humanidad desde el principio. Su presencia garantizaba comunicación y
comunión constante con la voluntad, la mente, la intención y el propósito
de Dios y del cielo, de modo que él pudiera ejecutar la voluntad de gobierno
del Creador, en la Tierra, Esta relación hizo del Espíritu de Dios la persona
mas importante en todo el planeta y lo estableció como el componente clave
del Reino de los cielos sobre la Tierra. La pérdida o separación del hombre
del Espiritu Santo de Dios haría de la humanidad un componente descalifi-
ado del cielo sobre la Tierra, porque él no conocería la voluntad ni la mente
del gobernante del cielo.

Al leer el reporte de Génesis 3, sobre el encuentro de la humanidad con
cl adversario, el diablo, vemos que el objetivo del ataque fue apartar al hom-
bre del jardin y de la relación con Dios y con el cielo, lo cual dio como re-
sultado la pérdida del Reino de los cielos sobre la Tierra.

UNACTO DETRAICIÓN

Tal vez, el mayor crimen que pueda cometerse en algün reino o nación,
antigua o moderna, sea el delito de traición. De hecho, es el único crimen
para el cual no hay cuestionamientos sobre la pena de muerte, Es el acto
mayor de rebelión.

‘Cuando un gobierno le confiere a algún ciudadano la autoridad y el dere-
cho de representar sus intereses, le ha otorgado la mayor forma de confianza
posible, yeso debiera ser estimado como el mas grande de los honores. Cuan-
to mayor sea el nivel de representación, tanto más grande será la responsa-
bilidad y confianza, y por lo tanto, mayor será la influencia que ese alguien
pueda tener sobre la propia nación o reino. Esto es especialmente crítico en
el contexto de reinos, donde el rey no solo se representa a sí mismo, sino que
también personifica y simboliza el reino entero y todos sus componentes,
Adán esencialmente representaba el gobierno celestial sobre la Tierra.

%

REDRSCUBRA EL REINO

Por lo tanto, la caida del hombre no fue simplemente un acto de des-
obediencia personal, sino que básicamente fue un acto de traición. Adán
y sus descendientes cometieron el mayor acto de traición y merecieron la
pena de muerte. En efecto, Adán declaró la independencia del gobierno de
su Reino, el Imperio de los cielos, y al hacerlo cortó su relación con el Rey
de los cielos, abandonó su posición como embajador y perdió su dominio
sobre la Tierra. Mediante la abdicación de sus responsabilidades como rey
sobre la Tierra, Adán perdió la relación más importante de todas: el Espi-
rita Santo. Al violar La Palabra de Dios, la humanidad se convirtió en un
representante descalificado del cielo en la Tierra. Cuando Adán cayó por su
acto de traición, no solo perdió su relación personal con su Padre celestial,
sino que perdió un reino. Adán se transformó en un embajador sin fueros,
un enviado sin estatus oficial, un ciudadano sin nación, un rey sin reino, un
gobernante sin dominio.

UN REINO PROMETIDO

Al comprender los reinos y el concepto de la colonización, el éxito de la colo-
nización depende de la relación directa e ininterrumpida con el reino impe-
vial y el sometimiento de la colonia a este. La pérdida del Reino de los cielos
sobre la Tierra fue considerada rebelión contra el Reino imperial eterno y la
creación de un estado vagabundo. La Tierra se convirtió en un territorio bajo
un gobierno ilegal. Aunque Adán cometió una alta traición, el instigador y
adversario, el maligno, ejecutó un golpe terrenal. Recuerde que Adán no per-
dio el cielo cuando cayó; en cambio, perdio la Tierra y el dominio sobre ella.
Perdió la representación legítima del cielo sobre la Tierra, Adán desert
Esto es lo que Dios quiso decir en Génesis 2:17:

“(..) pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer.
El día que de él comas, ciertamente morirás”

Esta muerte no se refería ante todo a la muerte física, aunque ese seria
el resultado final, sino más bien a la desconexión espiritual de su fuente y
reino, Esto se evidencia en el hecho de que Adán vivió novecientos treinta
años después de aquel acto de desobediencia. Por lo tanto, la muerte según el
Creador era la desconexión e independencia de Dios y del Reino de los cielos.
Adán perdió el reino. Las consecuencias de su rebelión fueron numerosas:

26

Bescubramos el origen y proposito del hombre

+ Pérdida de posición y disposición;
+ Transferencia de responsabilidad;

+ Conciencia de sí mismo y verguenza;
+ Temor e intimidación de la autoridad;
+ Pérdida de dominio sobre la naturaleza;
+ Esfuerzos frustrados y odio al trabajo;

+ Dolor e incomodidad;

+ La necesidad de rendir cuentas

Sin embargo, la respuesta más significativa a esta deserción y acto trai-
cionero fue su promesa al adversario, registrada en Genesis 3:15-16:

“Pondré enemistad entre tú y la mujer y entre tu simiente y la de ella; su
simiente te aplastard la cabeza, pero tú le monderás el talon”

El centro de esta promesa es la venida de un “descendiente” a través de
una mujer que quebraría el poder del adversario sobre la humanidad y recu-
peraria la autoridad y el dominio que Adán una vez tuvo, y através de un pro-
¡ceso de conflicto, restauraria el Reino nuevamente a la humanidad, Esta fue
la primera promesa de un rey-mesias y del retorno del Reino, Por lo tanto, la
mayor necesidad del hombre se identifica mediante lo que él perdio; no per-
io una religión ni el cielo, sino un reino. En la restauración de Dios y el plan
redentor, el cielo no sería el enfoque primario o el objetivo del hombre, sino
en cambio la redención, restauración y restablecimiento de su Reino sobre la
Tierra, Este sería el propósito principal y la misión del Mestas prometido.

Desde el momento en que se soltó esta calamidad cósmica de la rebelión
del hombre contra el gobierno de su reino celestial, la religión ha sido un
intento en vano por recuperar la presencia de Dios o compensar la pérdida.
Por lo tanto, la religión representa cada actividad de la humanidad en su
búsqueda egoísta de Dios y del Reino, ya sea a través de la cienciología,
bahaismo, islamismo, budismo, confucianismo, sintoismo, animismo, uni-
tarianismo, ateísmo o cualquier otra filosofía terminada en “ismo”. La prin-
cipal motivación es redescubrir y recibir lo que perdió: el Reino de Dios. No
importa qué nombre le pongamos, todas las religiones son un ejercicio fütil,
ya que expresan el frustrante y vano intento por recobrar lo que se perdió.

La humanidad enfrenta un dilema irresoluble: no importa con cuanto
tesón lo intentemos, nunca podremos hallar a un Dios infinito que usa los

E

recursos humanos finitos llamados religión. Afortunadamente para nos
tros, Dios solucionó el problema por su cuenta, ya que era el único que po-
día hacerlo, En su omnisciencia -su naturaleza de conocer todas las cosas,
Dios sabia antes de que el mundo comenzara que nunca lo hallariamos a Él
sin su ayuda. Por lo cual, se lanzó en un viaje. Salió a buscarnos. Dios es el
buscador, y nosotros somos los objetos de su búsqueda. En vez de permi-
irnos pasar nuestras vidas en continua frustración, tratando de alcanzarlo
y tocarlo, Él descendió para tomamos a nosotros. Su deseo y propósito fue
llevarnos de regreso a una relación con Él y devolvernos el Reino perdido.

La religión es, por lo tanto, simplemente la búsqueda de Dios por parte
del hombre. No interesa cuán comprometida, dedicada, leal, fiel, ferviente,
activa o compleja pueda llegar a ser esa busqueda, siempre que el hombre
esté todavía buscando, insatisfecho y deseoso de más, significa que todavía
no ha hallado el Reino. Es como un pez fuera del agua. Este vacío no pue-
de ser sustituido con aceite, gasolina, jugo de naranja, leche o alcohol. La
religión es el sustituto del hombre para el Reino, y ese es el motivo por el
cual munca podrá satisfacerlo. Solamente el Reino de Dios puede resolver el
problema eterno del hombre

Personalmente entiendo la frustración que produce la religión. Sé lo que
es crecer en la religión como los musulmanes, hindues, budistas y todos los
demas, Entiendo la dedicación, lealtad y preocupación diaria por los ritua-
les, tradiciones, formas y actividades de la conducta religiosa. Desde niño,
yo mismo fui instruido para abrazar la religión y para no cuestionar por
‘qué hacíamos lo que nos decían o nos ordenaban hacer. Ahora me es claro
que la religión lo preocupa al hombre con el fin de distraerlo; distraerlo de
su hambre y de su vacío del Reino. En efecto, la religión está dischada para
mantenerlo muy ocupado como para cumplir con su misión en el Reino. Tal
vez esa sea la razón por la que la religión tiene tantas actividades asociadas
a ella, Es trabajo arduo, y su trabajo es su recompensa.

Tal vez con este conocimiento, ahora las palabras de Jesús resulten más
comprensibles para nosotros:

“Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les perte-
nece, Dichosos los que llorar, porque serán consolados. Dichosos los hu-
mildes, porque recibirán la tierra como herencia. Dichosos los que tienen
hambre y sed de justicia, porque serán saciados”

Mateo 5:3-6

Deseubramax el orígen y proposito del hombre

En su primera presentación oficial de su mensaje a la humanidad, hace
mas de dos mil años, Jesús descubrió y anunció el problema y la solución
al dilema del hombre en estas declaraciones tan simples. Identificó la ver-
dad de que la raza humana es espiritualmente pobre, lo que significa que
tiene una carencia natural y una necesidad inseparable, Él declaró que la
solución no era una religión sino el Reino. Además reconoció que toda la
Tamiia humana está en llanto perpetuo, como si algo se hubiera muerto o
estuviera perdido, y consideró la venida del Reino como el consuelo a ese
lamento. Su referencia al hambre de toda la humanidad por esta justicia fue
un simple reconocimiento de que su relación y posicionamiento adecuados,
con la autoridad o gobierno, estaba garantizada: sería saciada por el Reino.

Un día yo estaba sentado sobre un banco de piedra en Israel, afuera de
la famosa Iglesia de la Resurrección, en Jerusalén, observando a miles de
peregrinos cristianos, cámara en mano, los ojos llenos de emoción, hacien-
do fla para entrar en este edificio copiosamente decorado, Yo acababa de
dejar el Ingar del Monte del Templo, donde observé incontables peregrinos
musulmanes arrodillarse sobre el piso de cemento de la terraza, algunos
lavando sus cuerpos en un ritual en los grifos de agua que se encuentran
alrededor de la mezquita. Justo debajo había otra escena como recortada
de la historia, en la que miles de peregrinos y adoradores judios se balan-
ceaban hacia delante y hacia atrás en una forma tan fervorosa que se veía
doloroso. Mientras observaba con interés estas hermosas actividades, no
pude más que preguntarme: ¿Será esto lo que el amoroso Dios de la creación
disfruta viendo? Aquello parecia ser un trabajo arduo. Todos parecían estar
muy presionados por el hecho de querer agradar a alguna deidad con el
celo de un espiritu poseído. ¿Puede esto ser lo que realmente Dios desea?

De repente, mientras meditaba en estas preguntas en lo profundo de mi
alma, oí las siguientes palabras retumbando a viva voz en mi cabeza;

“Vengan a mi todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré
descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mi, pues yo soy apacible
y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi
‘yugo es suave y mi carga es liviana”.

Mareo 11:28-30

Estas simples palabras cambiaron mi vida de nuevo, porque ellas descri-
bian cabalmente lo que estaba viendo con mis ojos. La religión es trabajo

3

arduo, Nunca descansaremos hasta tanto hallemos el Reino. La religión es
el esfuerzo de la humanidad en su búsqueda por el Reino.

EL PLAN ORIGINAL DE DIOS PARA EL HOMBRE

Para entender el pasado y el futuro del hombre y poder apreciar el estado
presente de su peregrinaje a través del tiempo, es de vital importancia con-
siderar cuál era el propósito original de Dios y el plan para su creación. El
propósito de Dios en el principio era:

+ Establecer una familia de hijos espirituales, no de siervos;

+ Establecer un reino, no una organización religiosa;

« Establecer un Reino de reyes, no de súbditos;

+ Establecer una mancomunidad de ciudadanos, no de miembros
religiosos;

+ Establecer una relación con el hombre, no una religión:

+ Extender su gobierno celestial;

+ Influenciar en la Tierra desde el cielo a través de la humanidad.

¿HIJOS O SIRVIENTES?

Habiendo sido criado en las Bahamas, en el Caribe, sobre la Tierra que era
anteriormente una colonia del Reino Unido de Gran Bretaña, entiendo las
implicancias de la palabra sirviente y la distinción clara que existe entre un
sirviente y un hijo. Bajo el sistema colonial y como producto de los esclavos
anteriores, la segregación, la discriminación y el prejuicio tuvieron influen-
cias perjudiciales sobre mi vida. Los obstáculos eran evidentes y se mani-
festaban en maneras gráficas que claramente nos ponían en una posición de
desventaja cuando se trataba de beneficios y privilegios en el reino. Como
siervos de la corona, a nosotros no se nos permitía acceder a las mismas
oportunidades en educación, trabajo, recreación, prosperidad económica y
estatus en la sociedad. Esta falta de equidad contrastaba con el estilo de vida
aparentemente afortunado de los hijos de los amos del reino. Un sirviente
no es definitivamente lo mismo que un hijo.

Una mirada más profunda al plan original de Dios nos revelará cuán
grande es la brecha que divide la religión de la relación. Dios originalmen
te planeo extender su Reino celestial a la Tierra a través de la humanidad.

4e

DREIER Mie y hs déchu HL TRIERER:

En este plan, el propósito de Dios era establecer una familia de hijos, no una
casa de sirvientes, Tal como Las Escrituras nos muestran que los varones son
la Novia de Cristo, así también las mujeres son los hijos de Dios. En Cristo
todos somos herederos (vea Romanos 8:14). En el capitulo 8 de Juan, Jesús
hace una distinción clara entre siervos e hijos:

“Jesús se dirigió entonces a los judíos que habian creido en él, y les dijo:
se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discipu
conocerán la verdad, y la verdad los hard libres. -Nosotros somos
descendientes de Abraham -le contestaron-, y nunca hemos sido esclavos
de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados? -Ciertamente les
aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado -respondio Jesüs-.
Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el
hijo st se queda en ella para siempre. Ast que si el Hijo los libera, serán
ustedes verdaderamente libres”

Juan 8:31-36

Jesús dijo que los hijos eran miembros de la familia, pero los esclavos no
lo eran. Desde el comienzo, Dios queria descendientes que se relacionaran
con EI mediante el amor, no esclavos o “manos pagadas” que le obedecie-
ran por obligación. Los sirvientes se relacionan con sus amos en un nivel
superficial, pero no existe sentido de intimidad o de familia. Los hijos, por
tra parte, son parte de la familia; son herederos que heredarán todo lo que
le pertenece a su padre.

HIJOS, NO SÚBDITOS

El propósito de Dios era establecer un Reino de hijos, no de sübditos. Este es
un concepto dificil de entender para nosotros al principio, porque desde
la perspectiva humana, la existencia de un rey automáticamente implica la
existencia de súbditos. Los subditos son gente que está “sujeta” a las reglas
del rey y nunca son considerados de la misma clase o estatus que la realeza.
Sin embargo, este no es el plan de Dios para nosotros. Dios es ciertamente
un Rey, pero no desea súbditos. Desea hijos. No quiere gobernar sobre no-
sotros, sino tener una familia que comparta con Él su gobierno.

El Reino de Dios es diferente de los reinos terrenales en que no tiene
súbditos. No hay campesinos en el Reino de Dios, tan solo hijos. En el

.

Reino de Dios, no somos subditos sino miembros de la familia real. Jesu-
cristo, el Unigénito de Dios, al cual Apocalipsis 19:16 se refiere como "Rey
de reyes y Señor de señores”, es nuestro Hermano mayor. Cada uno en el
Reino de Dios es un principe o una princesa. No hay campesinos o clase
media, no hay orden de sirvientes. En el Reino de Dios, todos estamos
relacionados con el Rey.

CIUDADANOS, NO MIEMBROS RELICIOSOS

Además de eso, el propósito de Dios era establecer una comunidad de ciuda-
danos, no de miembros de una religión. Tener entendimiento sobre esto es
esencial para poder captar el mensaje de Jesús concerniente al Reino de los
cielos. Como un reino es un gobierno y una nación, no tiene miembros así
como tienen las organizaciones religiosas. De hecho nunca fue la intención
del Señor que aquellos que creían en Jesús como Mesias y Rey sean llama-
dos cristianos. Ahora bien, yo sé que probablemente usted se esté cayendo
de espaldas y preguntándose cómo me atrevo a decir tal cosa. Aquí radica el
problema: la palabra cristiano tiene mucha carga adjunta. Se relaciona con
todo un ejército de gente, y muchos de ellos ni tienen conexión con el Reino
de Dios. La palabra se ha convertido en un término “religioso”, vacio de un
significado valioso o relacionado con el Reino de Dios. Los reinos se cons-
truyen sobre el concepto de legalidad, la cual se extiende a sus ciudadanos,
ofreciéndoles los derechos y privilegios garantizados por el Rey.

La gente que adhiere a algún grupo religioso, incluidos los cristianos,
se consideran miembros del grupo, el cual ellos perciben como una rela-
ción espiritual y religiosa con la organización o fraternidad. Por ejemplo,
el término cristiano se refiere a un individuo que adhiere o simpatiza con la
fe cristiana, y es identificado tanto dentro como fuera de esa fe como una
entidad religiosa.

Sin embargo, el concepto de reino es completamente contrario al con-
cepto de religión, Un reino consiste en un rey con ciudadanos. La ciudada-
ía es esencialmente una entidad legal con derechos y privilegios, protegida
por un compromiso constitucional de parte del rey y su gobierno. Dema-
siados cristianos son simplemente personas religiosas, pero los ciudadanos
del Reino son gente legítima; legítima en el sentido legal, que por virtud de
un nacimiento espiritual, cada individuo del Reino tiene los derechos y las
bendiciones de los ciudadanos del Reino celestial. Debemos ser liberados de

4

Descubrames el urigen y proposito del hombre

nuestra mentalidad religiosa y readaptar nuestro pensamiento para poder adop-
tar un pensamiento real. Los religiosos no tienen derechos, pero los legales
sí. Dios siempre ha deseado hijos que sean ciudadanos de su Reino, que
posean el derecho legal de ser parte de su familia, La ciudadania siempre es
considerada un privilegio en todos los reinos y naciones y, generalmente,
está reservada para aquellos que hayan nacido dentro de esa nación o reino.
Hay situaciones especiales en donde uno puede hacerse ciudadano median-
te privilegios extendidos por la autoridad de gobierno, pero el derecho de
nacimiento es la forma garantizada de la condición de hijos y los derechos
resultantes de la ciudadanía. En Jesús, estos preciosos derechos se le confie-
ren a todos los que confían en El:

“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el
derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos
naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios”

Juan 112-13

“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos
recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo
miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con
que somete a st mismo todas las cosas”

Fiurexses 3:20-21

El nombre cristiano era originalmente un titulo derogatorio dado por los
paganos a los seguidores de Cristo, aunque los creyentes a través de los si-
los han aceptado el término (que literalmente significa “pequeño Cristo”)
y lo han portado con honor. Pero la palabra cristiano aparece solo dos veces
en La Biblia (Hechos 26:28-29 y 1 Pedro 4:16-17).

Por favor, permitame destacar que no estoy negando el valor o el rol que
esta identificación ha jugado en la vida o la historia de la religión cristiana
durante los pasados dos mil años, sino mi preocupación es por la conno-
tación religiosa que ha desviado a mucha gente del propósito, el mensaje y
la misión original del Reino de Dios. El término cristiano tiende a encerrar
mentalmente a una persona en un molde religioso y limita su realidad de la
verdad acerca del Reino,

La Biblia se refiere a la relación del hombre con Dios usando estas frases:
siervos (que es otra palabra para “ministros representantes”, como ministro

8

REDESCUBNA EL Ari NO

de gobiemo), santos, embajadores, hijos de Dios, ciudadanos del cielo, reyes,
creación de Dios y otros términos cariñosos, pero no se refiere oficialmente
a ellos como cristianos. Cristianismo nunca fue un nombre dado por Jesus
ni por los apóstoles. El término cristiano nunca tuvo la intención de ser un
titulo ni un rótulo para usar, sino un estilo de vida para seguir, demostrando
la naturaleza de la “semejanza con Cristo”. En esencia, cristiano suponía ser
una descripción de la cultura del Reino, exhibida a través de nuestras vidas.
Por ese motivo, los primeros creyentes fueron llamados cristianos por parte
de quienes observaban su estilo de vida, su poder, su valentía y su autoridad.
como la de Cristo.

Bien o mal, la mayoría de los incrédulos tienen una idea definida de lo
que para ellos debiera ser un cristiano. Si no somos cuidadosos, podemos
identificarnos demasiado fuerte con su titulo y caer en la trampa de tratar
de cumplir con sus expectativas. Deberíamos dejar de intentar tan intensa-
mente vivir como cristianos y todas las falsas suposiciones asociadas con el
término, y en cambio, trabajar enérgicamente para vivir como hijos e hijas de
Dios, hermanos y hermanas de Cristo, y ciudadanos del Reino de los cielos,

RELACIÓN O RELIGIÓN

Finalmente, el propósito de Dios era establecer una relación, no una religión.
Como dije anteriormente, la religión es la búsqueda del hombre por hallar
a Dios y el Reino perdido. El plan y propósito original del Creador era
tener una familia de hijos que pudieran relacionarse como un padre con
sus hijos. Este plan se hizo evidente desde el principio y se expresa más
plenamente en la introducción terrenal del Padre por el mismo Jesucristo.
Un cuidadoso repaso del principio establecido en Las Escrituras, el cual es
la constitución del Reino, revelará este deseo constante por una relación
y comunión personal e intima que Dios deseaba tener con toda la huma-
nidad. Todas sus acciones a lo largo de la historia fueron extensiones de sí
mismo a nosotros, ya que Él deseaba habitar con el hombre. Su objetivo
final siempre fue restaurar su lugar original con la humanidad. ¿Cuánto
mas personal alguien puede ser?

Esta es la verdad detrás de la parábola de Jesús del hijo pródigo, en donde
un joven toma su herencia antes de tiempo, abandona su hogar y derrocha su
fortuna en una vida licenciosa. Más tarde, destituido y hambriento, reduci-
do a alimentar los cerdos en un establo, decide regresar a su casa, esperando.

Descubramos el urgen y proposito del hombre

ser recibido por su padre como un simple sirviente asalariado. A su regreso,
no obstante, el padre lo saluda con gran gozo, le abre sus brazos y lo res-
taura a su posición legal en la familia (vea Lucas 15:11-24). El padre quería
nuevamente a su hijo, no a un sirviente.

Esa es también la manera de ser de Dios. Él quiere hijos, no sirvientes
/ súbditos; Él quiere ciudadanos, no cristianos; y Él quiere relaciones, no
religiones,

GOBERNAR EN EL MUNDO VISIBLE DESDE EL PLANO
INVISIBLE

La estrategia simple de Dios para establecer y extender su Reino en la Tierra
era gobernar el mundo visible desde el mundo invisible del espírita. El plan
determinaba que el hombre sería su representante visible, creado especifica-
‘mente para vivir en la dimensión visible para representarlo. Permitame de-
cielo de otro modo: el propósito y la intención original de Dios era gobernar lo
que se ve (el mundo visible) a través de los que no se ve (el mundo invisible).
Ello haría a través de lo invisible (el Espiritu de Dios en el hombre), viviendo
en lo invisible (el espíritu del hombre) y viviendo en lo visible (el cuerpo fisi-
o) en un escenario (la Tierra).

“Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es
deci, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a
través de lo que él cred, de modo que nadie tiene excusa”

Romanos 1:20

“Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la
tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autorida-
des: todo ha sido creado por medio de él y para él”

Corosenses 1:16

“Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios,
de modo que lo visible no provino de lo que se ve”
Hepreos 11:3

¿Y cómo lo Mevarta a cabo? Dios, que es invisible, pondría su Espirit
dentro del espíritu invisible del hombre; un espíritu habitando en un cuerpo

#

HEDRSCUBRA EL REINO

visible que vive en una Tierra visible. A través del espíritu del hombre, se
abre una ventana del alma para que el hombre pueda comunicarse con el
mundo invisible de Dios, y también a través de otra ventana el hombre es
capaz de comunicarse mediante su cuerpo con el mundo visible de la hu-
manidad. El hombre es creado en una manera tan poderosa y exclusiva, que
es exaltado sobre toda la creación de Dios.

Por este medio, Dios podría comunicarse desde la dimensión invisible a
través del espíritu invisible del hombre al plano de lo visible, de modo que
U mundo visible del hombre pudiera entender su voluntad. Cualquier cosa
que Dios deseara que fuera transmitida a lo invisible, entonces se manifes-
taría en lo visible en el escenario, de modo que la Tierra pudiera mostrar lo
que el cielo estaba pensando.

REY DE LOS MUNDOS INVISIBLE Y VISIBLE

Dios, entonces, es el Rey tanto de la dimensión invisible como de la vi-
sible, es decir, del mundo espiritual y del universo físico, Él es El Shaddai,
Dios todopoderoso, el Soberano que establece las normas en el cielo y en la
Tierra. Vive y gobierna sobre el plano de lo invisible y es el Creador y due-
ho de lo visible, en donde también creó a los seres humanos para gobernar
bajo su autoridad como corregentes de la Tierra, Como Rey de todo, Dios es
‘quien fija las normas, el que establece las regla, y el Juez de todas las cosas.
Eso es lo que significa ser Rey.

Un rey no puede ser rey a menos que tenga algo sobre lo que reinar, Es
imposible ser rey sobre la nada. Antes que todo fuera, Él era, Pero, en el
sentido estricto de la palabra, Dios no fue un rey hasta que creó un mundo
sobre el cual reinar. Hasta ese momento, Él era solo Dios -omnisciente y
omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres en uno, completo, entero y
contenido en sí mismo= que estaba parado sobre la nada de la esquina de
ningún lugar. Entonces, de acuerdo a su naturaleza, creó primero una esfera
espiritual y luego una física

Si Dios se hallaba completo dentro de sí mismo, ¿entonces por qué creó
el universo y todo lo que en él hay, tanto lo visible como lo invisible? Lo
hizo por su propio placer y porque por naturaleza Él es un Creador. Crear
es para Él su expresión natural. Luego de completar su creación, el Crea-
dor se convirtió en el Rey de esa obra, porque ahora tenía una dimensión
sobre la cual gobernar.

6

Descubramos el erigen y propúsito del hombre

“Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el
poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fue
ron creadas”

Arocaupsis 4:11

EL REY Y SU ESFERA DE DOMINIO

Se llama esfera de dominio a todo sobre lo que un rey gobierna. Sin un domi-
nio, el titulo de “rey” tendría poco significado o poco peso. No puede haber
presidente sin un país ni primer ministro sin una nación; cada gobernante
debe tener un ámbito sobre el cual ejercer su gobierno. A diferencia de los
gobernantes humanos que obtienen su dominio por elección, subterfugio o
conquista, Dios creó su propia esfera de dominio y nunca será destronado.
Nunca habrá un golpe de estado en el Reino de los cielos.

Un reino es el “dominio del rey”, la dimensión sobre la cual el rey gobier-
na con completa soberanía. La Biblia dice que Dios creó todas las cosas, y
sin Él “nada de lo creado llegó a existir” (Juan 1:3). Todo lo que Dios creó es
su propiedad por derecho de creación. Como creó todo, todo le pertenece a
EL. Por lo tanto, su esfera de dominio se extiende infinitamente en toda di-
rección porque no hay lugar en la Tierra o en los cielos que no sea abarcado
por Elo en donde su presencia no habite.

EL HOMBRE FUE CREADO PARA DOMINIO

Dios es Rey sobre todo lo que existe, ya sea visible o invisible. Desde su
trono en el cielo, Él reina en gloria y majestad sobre el plano espiritual
invisible, Sin embargo, su reinado sobre el dominio físico adopta una
forma diferente. En vez de reinar directamente, Dios escogió desde el
mismísimo comienzo ejercer su autoridad real en la Tierra a través de los
enviados humanos creados a su imagen para gobernarla en su nombre,
como sus representantes.

El propósito y el plan de Dios para la humanidad estan claramente reve-
lados en el primer capítulo de Génesis

“Y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que
tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los
animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles

ie

REDESGUBRA LL NETNO

que se arrastran por el suelo.» Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo
¿reó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas
palabras: «Sean fructiferos y multipliquense; llenen la tierra y sometan-
la; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles

que se arrastran por el suelo.»
Genesis 1:26-28

Dios cred al hombre porque deseó que alguien reine sobre el plano fí-
sico que Él había creado. En esta versión de La Biblia, se utiliza la palabra
dominio, (que significa más bien “esfera o ámbito de dominio”), la cual está
relacionada con el verdo dominar. Los seres humanos fueron creados para
ejercer dominio sobre la Tierra y todas sus criaturas. La Tierra es la esfera de
dominio para el gobierno de la humanidad.

“Que reciban bendiciones del Señor creador del cielo y de la tierra. Los
cielos le pertenecen al Señor pero ala humanidad le ha dado la tierra, Los
‘muertos no alaban al Sexog ninguno de los que bajan al silencio”

Saumo 115:15-17

UN REINO DE REYES

Observe que estos versículos no mencionan nada sobre el gobierno de los
humanos sobre otros seres humanos. No fue el diseño original de Dios que
ningün hombre reinara sobre otros hombres. Él nos creó a todos para gober-
nar, no para ser gobernados. De acuerdo con su plan, Dios precisaba a alguien
para dominar una propiedad llamada Tierra, por eso creó al hombre. Dios
nos hizo para que estemos a cargo de este territorio especial, para reinar
sobre la esfera de dominio del planeta. Muchos de nosotros hemos perdido
de vista esta verdad 0, en primer lugar nunca, la hemos aprendido. Enten-
der que fuimos creados para dominar lleva implicancias capaces de cambiar
nuestras vidas.

El propósito de Dios nunca cambia. Él sigue comprometido con su plan
de que el hombre domine este planeta de parte de Él, Atrapado dentro de
cada uno de nosotros, yace un espíritu de dominio clamando por ser libe-
rado y un mandato de dominio esperando ser ejercido, Es este espiritu de
dominio innato lo que nos lleva a rebelarnos contra todo intento por parte
de los demás de dominar o controlar nuestras vidas o destino. Ya sea que la

8

Pescubramas el origen y propusita del hombre

opresión provenga de la religión o de los sistemas mundiales, los humanos
no fuimos creados para vivir una vida de subyugación y siempre resistire-
‘mos la opresión.

Usted se habrá dado cuenta de que en cada situación en la que ha ha-
bido un reino extendido de un régimen opresivo en una nación, tal como
el apartheid en Sudáfrica, o la opresión de la ideología comunista o el go-
bierno represivo de Irán sobre Irak, cuando la liberación llegó, la gente se
regocijé como el vapor que es liberado de una olla a presión. La caida del
régimen opresivo de Saddam Hussein en Irak, por ejemplo, fue seguida de
miles de iraquíes que celebraban en las calles y ejercían libertades que no
habían disfrutado durante años. ¿Por qué fueron tan rápidos para echar por
tierra las restricciones del antiguo gobierno? Fue porque ellos odiaban esa
opresión. Todos somos iguales: no fuimos creados para ser dominados, sino
para dominar en cada área de nuestras vidas.

Al mismo tiempo, es realmente asombroso ver cómo permitimos que
muchas cosas nos dominen. Se supone que nosotros debemos tener dominio
sobre las plantas, ¡y mire cómo dejaros que algunas plantas arruinen nues-
tras vidas! Las hojas de coca de Colombia, las de tabaco de Cuba, el jugo de
la uva y las cepas usadas para hacer vino y licor. Café, cigarrillo, licores;
estamos sujetos a toda clase de vicios que gobiernan nuestros apetitos.

Se supone que somos nosotros los que debemos gobernar nuestras pa-
siones y deseos -sexo, codicia, drogas, poder, dinero y posesiones-, pero
en cambio son ellas las que nos gobiernan. Mucha gente vive y trabaja para
el dinero, pensando que les brindará libertad, cuando en realidad lenta y
seductoramente se convierten en esclavos de las mismas cosas por las que
han trabajado. La gente que entiende correctamente las finanzas, entiende
que ellos no trabajan por el dinero. El dinero trabaja para ellos. Los que son
esclavos del dinero nunca avanzarán verdaderamente.

Si usted se da cuenta de que es uno de esos que está trabajando por
dinero y aún es pobre, seguirá siendo pobre y nunca podrá salir del hoyo
económico en el que se encuentra, Si es de la clase media, alli es donde
permanecerá. Siempre que vaya detrás del dinero, él lo esquivará. Tan pron-
to como aprenda a hacer que el dinero trabaje para usted, volverá a usted
multiplicado varias veces.

Una de las primeras cosas que sucedió en la Iglesia primitiva en el libro de
los Hechos estaba directamente relacionada con todo el tema del dominio.

REDESEUSRA BL REING

“Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba
suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apösto-
les, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrec-
ción del Señor Jesus. La gracia de Dios se derramaba abundantemente
sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad.
Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las
ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada
uno según su necesidad”

Hecnos 4:32-35

El punto principal que me gustaria resaltar aquí es que ellos traían sus
ganancias y las ponían los pies de los apóstoles. Esto estableció el principio
de que el amo del dinero, que una vez los dominó a ellos, ahora tenía que
inclinarse y volverse esclavo del Reino de Dios. Por el mismo acto de com-
partir sus posesiones unos con otros y vender sus casas y tierras, y entregar
el dinero de las ventas para que sea distribuido entre los necesitados, esos
primeros creyentes estaban ejerciendo dominio sobre lo que previamente los
había dominado a ellos, En Cristo, ellos encontraron la libertad para gober-
nar como habían sido creados para hacerlo, en vez de ser gobernados por sus
deseos incontrolados. En su primera carta a los creyentes de Corinto, Pablo
expresó perfectamente cual debe ser nuestra actitud al respecto: “«Todo me
está permitido», pero no dejaré que nada me domine” (1 Corintios 6:12).

EL"CONTRATO DE ADMINISTRACIÓN” CON EL HOMBRE

En el momento de la creación, Dios le dio dominio al hombre sobre todo
el reino físico, convirtiéndolo en rey de facto sobre la Tierra. Dominar
significa “gobernar, regir, controlar, administrar, liderar o tener autoridad
sobre algo”. Aquí hay una distinción importante, Dios nos dio gobierno
sobre la Tierra, no su titulo de propiedad. Alguien que le entrega la pro-
piedad a otra persona también rinde toda responsabilidad relativa a ella,
La persona que le asigna la posición de gobierno de un lugar, pero retie-
ne su propiedad estará reteniendo la responsabilidad final. Por esa razón,
Dios estableció una restricción desde el principio. Le dijo a Adán: Y le dio
este mandato: «Puedes comer de todos los arboles del jardin, pero del arbol
del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El dia que de el comas,
ciertamente morirás» (ver Génesis 2:16-17).

Descubramos el origen y propósito det hombre

En el principio, Dios nos dio una especie de “contrato de administra-
ción" o un “acuerdo de locación”. La Biblia es bien clara en que la Tierra
le pertenece a Dios. El Salmo 24:1 dice: “Del Sesor es la tierra y todo cuanto
hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan”. Dios es dueño de la Tierra, pero
nos la dio a nosotros para administrarla bajo un acuerdo de locación al que
podríamos llamar mandato de dominio. Bajo este mandato debemos darle a
Dios, el propietario, una rendición de cuentas sobre lo que hacemos con
lo que Él nos ha encomendado. Él nos juzgará según lo bien que hayamos
manejado sus activos.

Jesús enseñó este principio en su parábola sobre el amo que le confió
‘una suma de dinero a cada uno de sus tres siervos y luego se fue a un largo
viaje. Mientras él no estaba, dos de los siervos invirtieron el dinero sabia-
mente y recibieron el doble. El tercero, no hizo nada excepto esconder su
asignación. Cuando el amo regresó, alabó a los siervos que habían ejercido
una administración sabia. Sin embargo, expulsó al siervo que había rehuido
a la responsabilidad de su mayordomía (vea Mateo 25:14-30).

NACIDOS PARA GOBERNAR, NO PARA SER GOBERNADOS

Todos nosotros hemos nacido para regir la Tierra, Cuando no nos conver-
timos en lo que fuimos creados para ser 0 no alcanzamos nuestro destino,
abrimos una puerta a un mundo de problemas personales. Permitirnos ser
dominados por nuestro entorno físico o por otras personas puede dar como
resultado, por ejemplo, presión alta u otros problemas físicos o enfermeda-
des, Incluso puede abrir una puerta a trastornos mentales y emocionales.
Uno de los sucesos más liberadores de mi vida me ocurrió cuando era un
adolescente, Ese fue el día que descubrí el mandato de dominio del Reino
para mi vida. El Salmo 115 lo declara perfectamente:

“Que el Sexor multiplique la descendencia de ustedes y de sus hijos. Que
reciban bendiciones del Sesox, creador del cielo y de la tierra. Los cielos
le pertenecen al Señox pero a la humanidad le ha dado la tierra”.

Sano 115:14-16

El versículo 16 es increíble, La frase “los cielos le pertenecen al Señor”.

se refieren a los cielos que están por encima de la estratósfera, el mundo
invisible en donde Dios habita. El cielo es el ámbito de Dios, pero Él le dio

s

al hombre la Tierra, no en calidad de pertenencia, sino como en un acuerdo
de locación. Aquí La Biblia nos dice abierta y directamente que el cielo no
es muestro territorio

Los creyentes a menudo hablan acerca de ir al cielo cuando mueran.
Aunque eso es cierto, Dios ha hecho arreglos para asegurarse de que no
permanezcamos all. Si estuviéramos en el cielo, La Palabra de Dios faltaría,
porque Él ha declarado lisa y llanamente que nos creó para tener dominio
sobre la Tierra. Y La Palabra de Dios nunca se equivoca:

“Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven alla sin
regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla
‘al que siembra y pan al que come, asi es también la palabra que sale de
mi boca: No volverá a mi vacía, sino que hard lo que yo deseo y cum-

plira con mis propósitos”
Tsaias 55:10-11

Si Dios dice que Él nos creó para ejercer dominio sobre la Tierra, enton-
ces claramente no podemos permanecer en el cielo, El propósito de Dios
‘para nosotros siempre ha sido que dominemos la Tierra. Nuestra tendencia
como Iglesia es enfocarnos demasiado en el cielo, El Rey del universo nos
hha dado un mandato terrenal. Por eso, ha hecho arreglos para asegurarse de
que los creyentes que mueran, regresen a la Tierra con el Señor. Dios inclu-
so ha dispuesto arreglos para nuestro cuerpo: se le llama resurrección.

LA LEY DEL REY: EL HOMBRE ADMINISTRARÁ EL PLANETA

Por el plan y la intención de Dios, tenemos dominio sobre la Tierra. Eso sig
nifica que somos los administradores, supervisores, regentes, gobernantes,
líderes y mayordomos de este planeta. Lo que sea que aquí suceda es nuestra
responsabilidad. Dios hará que rindamos cuentas de nuestra administración.

Nuestra autoridad en esta dimensión en tan completa que ni Dios mismo
la violará. Ahora bien, sé que esta declaración hará que algunos de ustedes
se pregunten cómo puedo afirmar algo con tanta confianza, ¿Dios no es
acaso Soberano, para hacer lo que desee? En teoría es cierto, pero así como
la palabra de un rey terrenal es ley y no puede revocarse, así también la Pa-
labra del Rey del universo es ley y no puede cambiar. A esta altura, démos-
le un vistazo a uno de los principios más importantes en la constitución

sa

miennes a: del see le de | à 6

de La Palabra de Dios respecto de su creación y el programa de Dios para la
estrategia de liderazgo que usted deberá emplear sobre la Tierra,

En el libro de Génesis, ya hemos visto que Dios estableció la ley de que
le era concedida al hombre absoluta responsabilidad sobre el plano terre-
nal, El hombre fue comisionado para gobernar sobre toda la creación de
Dios. Le fueron dadas la voluntad, la sabiduría y la autoridad para llevar a
cabo este mandato.

“Y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que
tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre
los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los
reptiles que se arrastran por el suelo.»”

Genes 1:26

Dos de las palabras más importantes pronunciadas por el Creador están

encerradas en este versículo, y ellas establecen la naturaleza de la relación
que Dios deseó con la dimensión terrenal. Esas palabras son “que tenga”.
Mediante esas palabras, Dios el Creador estableció una ley que le otorga
solo a la humanidad la autoridad legal de ejercer dominio y control sobre
la Tierra, Es interesante notar que Dios no dijo “que tengamos”, sino en
cambio “que tenga”. Si Él hubiera dicho “que tengamos”, entonces hubiera
provisto acceso por sí mismo a la Tierra cada vez que quisiera sin quebran-
tar su palabra y por tanto sería corregente sobre la Tierra juntamente con
el hombre. Pero al decir “que tenga”, se encerró fuera de la Tierra como un
espíritu sin un cuerpo.

¿Por qué es tan importante que entendamos esto? Porque Dios es un
espíritu, y cuando habla, sus palabras se vuelven ley. Su integridad no le
permitirá violar o quebrantar su palabra; por tanto, cada vez que Él habla,
eso se vuelve ley incluso delante de Dios. Él nunca quebrantará su palabra
ni violará sus principios.

En este caso, el resultado es que Dios en su soberanía ha decidido
delegar autoridad y dominio sobre la Tierra a la humanidad: un espíritu
dentro de un cuerpo. Por ese motivo, Dios no puede hacer nada aquí sin
la cooperación del ser humano. El hombre es el agente legal de Dios y su
acceso a la Tierra

Dios es y permanece siendo absolutamente soberano, pero Él ha esco-
gido limitar su actividad o intervención sobre la Tierra a lo que nosotros,

3

los ocupantes, le demos permiso para hacer. La manera en que le conce.
demos ese permiso es mediante la oración.

Compartiré con usted dos historias bíblicas que ilustrarán mi premisa.
La primera viene de un episodio que ocurrió en la antigua Babilonia. En el
sexto capítulo del libro de Daniel, el rey Dario, rey de los medos y persas, fue
seducido por hombres malignos para redactar un decreto real. El rey emitió
un estatuto y estableció una ley por la cual nadie podía hacer petición a nin-
‘gin otro dios, bajo pena de ser echado en un foso de leones hambrientos.
Era importante que los reyes consideraran cuidadosamente sus decretos y
las implicancias de estos, porque una vez hechos no podían ser revocados.

“Expida usted ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Ast, conforme a
la ley de los medos y los persas, no podra ser revocado”

Danie 6:8

Todos conocemos la historia bastante bien. De ninguna manera Daniel
podía someterse a este decreto y fue descubierto en la acción de adorar al
Dios de Israel. Cuando el rey Darío lo supo, estaba profundamente apesa-
dumbrado y trató de salvar a Daniel de su propio decreto. Al final, no hubo
nada que pudiera hacer. Era la ley del rey y no podía darse marcha atrás, ni
siquiera por parte del rey mismo,

La segunda historia proviene del Nuevo Testamento. Debido a la feroz
condenación de Juan el Bautista a la relación del rey Herodes con la espo-
sa de su hermano, este lo había arrestado y puesto en prisión. Herodias
conspiré contra Juan y planeó una trama malévola. La hija de Herodías se
presentó en la fiesta de cumpleaños del rey Herodes y danzó de manera
may seductora ante el rey y sus invitados. Al final de la danza, en un estado
de ebria seducción, Herodes le ofreció concederle todo lo que ella deseara,
pero se quedó pasmado al escuchar que la jovencita pedía nada más ni
nada menos que la cabeza de Juan. Herodes estaba consternado y sobre-
cogido, pero sabía que estaba atrapado por sus palabras. Había emitido un
decreto y no podía ser revocado.

DIOS NECESITA UN CUERPO

La ley divina de establecer el dominio del hombre sobre la Tierra ha hecho
del cuerpo humano algo indispensable y un prerrequisito para su actividad

4

Mescubramos el origen y praposito det hambre

legal aquí. Por esa razón, el Espíritu de Dios no pudo detener la caída del
hombre, no porque fuera débil o porque no tuviera poder para hacerlo, sino
más bien porque Él era fiel a su palabra. La caida del hombre, por lo tanto, es
básicamente el resultado de la fidelidad de Dios. Sin embargo, también es la
razón por la cual la promesa de que el Reino sería tomado del adversario de-
bia incluirla promesa de la venida del Espiritu Santo en un cuerpo humano.

Ligado por su propia ley, el Padre ya tenía un plan en acción. Él intro-
duciria a su propio Hijo dentro de la ecuación humana. Por el poder de la
encarnación, Dios sortearia su propia ley. A través de Jesús, Dios podría
cumplir su voluntad, Durante toda la vida de Cristo, vemos su compromiso
con la voluntad del Padre.

“Entonces Jesús afirmó: -Ciertamente les aseguro que el hijo no puede
hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre
hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo.
(...) Por eso Jesüs añadió: -Cuando hayan levantado al Hijo del hombre,
sabrán ustedes que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta, sino
que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado”

Juan 5:19; 8:28

Dios precisa un cuerpo para que su voluntad sea hecha en la Tierra. En
la persona de Jesús, El tuvo ese cuerpo, y ahora, con Cristo morando en
nosotros, puede continuar esa obra. Durante el ministerio terrenal de Jesús,
El nos ofreció varias llaves secretas del Reino. Una de esas llaves es el poder
de la oración. Por el poder de la oración, podemos obtener el poder de Dios
en nuestro reino terrenal. Jesus les dijo a sus discípulos:

“Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en
el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo
Ademas les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo
sobre cualquier cosa que pidan, les sera concedida por mi Padre que está
en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, all estoy yo
en medio de ellos”

Mareo 18:18-20

Lo que Jesús les dijo a sus discípulos se aplica igualmente a todos los
creyentes, Cuando se trata de cosas en la dimensión terrenal, el cielo actúa

ss

REDESCUBRA EL REINO

conforme a lo que hacemos. El cielo ata lo que nosotros atamos y desata lo
que nosotros desatamos. En otras palabras, Dios no hará nada en la Tierra
sin el permiso o acceso concedido por parte de quienes estamos aquí y a
‘quienes Él nos ha otorgado el dominio. Así que, sí algo que queremos ver en
la Tierra no está sucediendo, es porque no estamos permitiendo que suceda.
La oración es importante porque es nuestro medio para concederle cons-
tantemente permiso a Dios para “interferir” en los asuntos de los hombres.
Dios puede hacer algo, pero como nos ha dado la licencia, Él puede soltar
sobre la Tierra solo lo que le permitamos.

San Agustín, un padre de la Iglesia latina, una vez escribió: “Sin Dios no
podemos, sin nosotros Dios no lo hará”.! Esta es una descripción concisa de
‘como obra nuestro mandato de dominio. Sin el poder de Dios y su Espíritu,
no tenemos oportunidad de afectar la Tierra para el Reino de los cielos. Sin
nuestro acuerdo y permiso a través de la oración, Dios no interferirá. Pero
a través de su Hijo, el Señor Jestis, y luego consecuentemente a través del
Cuerpo de Cristo, Dios puede intervenir. En su soberanía, Dios ha visto que
siempre ha habido gente que ha estado de acuerdo con su propósito y plan
a través de quienes Él puede obtener acceso para cumplir sus propósitos
divinos en el plano terrenal

Si queremos que Dios continúe interfiriendo, debemos seguir orando, La
oración es un asunto serio. Cuando oramos estamos comunicándonos con
un gobierno divino del cual somos embajadores. La oración es el medio a
través del cual recibimos los “faxes”, “correos electrónicos” y el fuir de la
información y los recursos del cielo, y a través de la cual el gobierno de Dios
logra acceso a la Tierra según nuestra fe y autoridad de dominio.

UNA CAÍDA QUE SACUDIÓ AL MUNDO

Dios creó a la humanidad para que tuviera dominio sobre la Tierra, pero
la caida del hombre interrumpió y saboteó ese programa. Cuando Adán y
Eva desobedecieron a Dios, ellos no cayeron del cielo sino del dominio. Sa-
ands engañó a Eva prometiéndole que si ella comía del fruto del árbol del
conocimiento del bien y del mal (el árbol que Dios había puesto fuera de
los límites), sus ojos serían abiertos, y sería como Dios. El problema radica
en que ella ya era como Dios. Ella y Adán fueron creados a la imagen de
Dios, y su poder y autoridad en el campo terrenal reflejaba los de Dios en
el plano celestial

56

Wescubrumas el yrigen y prepusile Cel Romane

La mayor arma que alguien puede usar en contra de nosotros es la duda
personal. Satanás usó esta arma en contra de Eva. Haciéndola dudar de sí
misma, él abrió la puerta para que ella comenzara a dudar también de Dios.
La duda personal involucra sentimientos como baja autoestima, un concep-
to negativo de uno mismo y un escaso sentido de dignidad y valor, Si esta es
la manera en que nos vemos a nosotros mismos, entonces nos puede llevar a
dudar del carácter y las cualidades del Dios que -nosotros suponemos- nos
hizo de ese modo.

Con esta clase de mentalidad, no es de sorprendernos que acabemos
pensando de nosotros mismos como incrédulos en vez de creyentes, como
perdedores en vez de ganadores, seguidores más que líderes y súbditos más
que hijos. Hemos sido tan condicionados por nuestro pasado, nuestra cul-
tura y nuestro entorno, que hemos perdido de vista quiénes somos realmen-
te. En vez de tomar nuestro asiento en la mesa familiar, nos contentamos
con comer en las barracas de los sirvientes porque creemos que eso es todo
lo que se nos ha concedido. Nuestra actitud debería ser que, sin importar
donde nos encontremos ahora mismo o cuáles sean nuestras circunstancias
actuales, eventualmente vamos a estar en control. Lo que necesitamos es
una mentalidad completamente nueva.

Nunca olvidaré aquella reunión en Malasia en donde les hablé a un gru-
po de ejecutivos de la compañía Sony. Aquellos sí que eran individuos de
alto poder económico, todos millonarios. Durante una de las comidas uno
de ellos me contó la historia de como había hecho esa fortuna. Este caba-
lero era un chino que trabajaba en Malasia como consultor de la empresa
Sony. Luego de compartir su historia conmigo, me preguntó:

—¿Podría usted decirme por qué la gente con su pigmentación en parti-
cular, sin importar de qué país provengan, generalmente no logran alcanzar
el éxito financiero? Nosotros los chinos generalmente hacemos dinero en
todo lugar a donde vayamos.

No lo decía en un tono vanidoso o arrogante, sino que simplemente
estaba inquiriendo sobre una constante que había advertido durante todos
sus viajes.

-Realmente no lo sé -le respondi-. ¿Podría decirmelo usted?

Respondió diciendo:

-Durante un viaje a los Estados Unidos, observé que en cada ciudad
que visitaba, cuando un asiático llega a la ciudad, aunque no tenga nada al
comenzar, es propietario de un negocio a los pocos meses. La gente de su

st

color, por otra parte, aunque muchos de ellos son muy trabajadores, han
estado alli por décadas, pero la mayoría no ha logrado poseer nada. Luego
de estudiarlo por un tiempo y de hablar con muchos de los de su raza, fi-
nalmente descubrí que la diferencia no radica en nuestras habilidades, sino en
nuestra mentalidad,

-Casi siempre, cuando gente va a una ciudad, ellos van buscando un
empleo. Es distinto con los asiáticos. Cuando nosotros vamos a una ciu-
dad, vamos buscando un negocio. Podemos llegar a precisar un empleo por
un tiempo, pero eso es solamente hasta que comencemos un negocio por
muestra cuenta,

EDIFICANDO UNA MENTALIDAD DE REINO

‘Todo se limita a si tenemos o no una mentalidad de Reino. Si usted cree que
se supone que sea un seguidor todo el tiempo, pues entonces siga adelante;
el mundo está lleno de personas que estarán más que felices de liderarlo.
en cambio, usted detecta esa semilla de liderazgo dentro de usted, sí
ve la evidencia del mandato de dominio en su espíritu y se compromete a
seguirlo, nada podrá detenerlo. Este mandato está dentro de cada uno de
nosotros, porque Dios lo puso all,

Hace mucho tiempo, cuando tenía catorce años, decidi que nadie en el
mundo había nacido para gobernarme; solamente Dios tenía ese derecho
y autoridad. Solo Él estaba calificado para hacerlo. Algunas personas han
observado esa actitud en mi y la han calificado de arrogancia. No soy arto-
gante; simplemente comprendo mis derechos y privilegios como ciudadano
del Reino.

Como hijos de Dios y pecadores salvados por la sangre de Jesús, no te-
nemos razón para sentirnos avergonzados de ser quienes somos o para sub-
estimarnos. En cambio, deberiamos abrazar muestra identidad como seres
creados a la imagen de Dios. Somos como nuestro Padre y deberíamos vivir
de acuerdo a ello, reclamando nuestros derechos con valentía como ciuda-
danos del Reino celestial. No hay motivo para que andemos con nuestra
cabeza gacha y nuestros hombros caídos.

Debería haber confianza en nuestra conducta y un brinco en nuestro
caminar. ¡Somos hijos del Rey! Su Reino nos pertenece a nosotros también.
Jesús dijo: "No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad
del Padre darles el reino” (Lucas 12:32). Dios nos otorgó el dominio sobre

so

AO ELN E PrOprrda e

la Tierra, una responsabilidad asombrosa así como también un maravilloso
privilegio. No nos conduzcamos como vagabundos, sirvientes o empleados
que no tienen un interés personal o alguna participación en la Tierra, sino
mas bien como hijos sabios que brindan una administración cuidadosa y
confiable a un Reino que heredaremos un dia.

LOS GOBERNANTES SE CONVIERTEN EN GOBERNADOS

Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, no perdieron el cielo, sino que
entregaron su reino sobre la Tierra, Al escuchar a Satanás, cometieron un acto
de alta traición y se sometieron a su autoridad de gobierno. Cuando abdica-
ron su trono de dominio, sujetaron a todos los hombres de las sucesivas gene-
raciones a la esclavitud del enemigo. Los que deberían haber estado en control
eran ahora controlados por un capataz maligno. Los gobernantes se convir-
tieron en gobernados; los vencedores, en víctimas, y los reyes, en súbditos.

Jesús refirió la parábola del hijo pródigo para explicarnos lo que pasó
y para revelarnos la actitud del Padre hacia nosotros. Dios está listo para
darnos la bienvenida al hogar, con los brazos abiertos para restaurar com-
pletamente nuestro estado pleno como hijos e hijas. Nuestro problema es
que a menudo aceptamos solo el acuerdo que el hijo pródigo quería: ser un
siervo más en la casa del padre.

Queremos ser siervos del Señor, y aunque esto es ciertamente lo que
somos como creyentes, hay mucho más en nuestra relación que eso. Si nos
conformamos con ser solamente sus sirvientes, nos perderemos mucho del
gozo de conocer a Cristo y los aspectos más profundos y plenos de la vida
del Reino. Demasiados hijos de Dios solo saben lo que es ser “un obrero en
la mies”, pero no saben lo que significa ser “un hijo en la casa”.

Jesus dijo: “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo
que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le of
decir se lo he dado a conocer a ustedes” (Juan 15:15). Jesucristo es nuestro
Salvador por circunstancia, pero nuestro Hermano mayor por genealogía
natural/espiritual.

Hebreos 2:11 dice: “Tanto el que santifica como los que son santificados
tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos herma-
nos”, Muy a menudo, sin embargo, tendemos a relacionarnos con Él como
Salvador más que como Hermano mayor, Muchas personas en el mundo
actual, incluidos muchos creyentes, están en serios problemas como el hijo

5

prodigo, cuya mentalidad estaba dañada por el tiempo trascurrido en el chi-
quero. Al igual que él, ellos provienen de un trasfondo que les hace dificil
‘reer que alguna vez podrán ser hijos otra vez. Esta es la gloriosa verdad de
Dios: toda la gente en la Tierra -sin importar quiénes sean, ni dónde vivan
ri que hayan hecho- son potenciales hijos de Dios y ciudadanos del Reino.

Los hijos perdidos siguen siendo hijos. Esa es la razón por la que el evange-
lio del Reino son tan buenas nuevas: es un mensaje enviado de Papá a todos
sus hijos, diciéndoles que ellos pueden regresar a casa en el Reino y una vez
más ser hijos e hijas en todo su derecho.

Luego del retorno del hijo, el padre de la parábola de Jesus primero pi-
di un anillo para colocarlo en la mano de su hijo. El anillo era símbolo de
la condición de hijo y de su autoridad en la familia, Una vez que el joven
recibiera el anillo, eso significaría que todo lo que había en la casa de su
padre era suyo también. Cristo vino a la Tierra, murió en la cruz y resucitó
de los muertos para poner un anillo de hijo en el dedo de todos nosotros y
llevarnos de regreso a la comunión con nuestro Padre, para que pudiéramos
asumir el lugar que es nuestro por derecho como sus hijos y como cludada-
nos de su Reino.

Para muchos de nosotros, tomar ese paso requerirá primeramente un
cambio o renovación de la mente, para liberamos del “pensamiento de chi-
quero”. Considere las palabras del aposto! Pablo a los creyentes de Roma:

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios,
les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su
cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden
al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de
su mente, Ast podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena,
agradable y perfe

Romaxos 12:1-2

SALVOS, PERO NO CONVERTIDOS
Aunque Pablo se estaba dirigiendo a creyentes -gente que habia depositado
su fe y confianza en Jesucristo como Señor y Salvador~ muchos de sus
lectores todavia necesitaban experimentar un cambio de mentalidad. Aunque
eran hijos de Dios por la fe, todavia estaban atrapados en la “mentalidad de
<hiquero” y en pensar como esclavos.

Vescubramos el origen x proposito det hombre

Esta es una verdad que necesitamos considerar detenidamente hoy. Fs
posible que una persona sea “salva”, pero no “convertida”. La salvación ocu-
Tre instantäneamente: es una transacción espiritual en la cual nuestros peca-
dos son limpiados por la sangre de Jesús, porque confiamos en Él por la fe.

La conversión, por otra parte, puede Hevar toda la vida, mientras apren-
demos cómo pensar, vivir y actuar como hijos de Dios. Es como mudarse de
repente de una choza destartalada a una mansión: llevamos todos nuestros
viejos hábitos y mentalidad de “choza” con nosotros, y ellos van cambiando
gradualmente con el correr del tiempo.

Cuando Pablo dice que deberíamos “ofrecer nuestros cuerpos como sa-
crificio vivo”, está diciendo que traigamos nuestros cuerpos bajo control;
dejar de beber, robar, fumar, mentir o drogarse: dejar de involucrarse en
actividades sexuales ilícitas o inmorales; dejar de juguetear con la porno-
grafía, romper toda relación no saludable; poner nuestros cuerpos bajo su-
jeción, mantener nuestros Cuerpos y nuestras mentes en pureza.

Es importante que aprendamos a controlar nuestro cuerpo y ponerlo en
orden, porque él es nuestra casa legítima. Si lo perdemos, no podemos hacer
nada más, No podemos servir a Dios eficazmente si somos adictos al tabaco
val alcohol. No podemos alcanzar nuestro potencial si ya a los treinta años
estamos enfermos y tenemos cáncer en los pulmones. El Señor no puede
bendecirnos si estamos conviviendo con alguien o estamos abusando de
nuestras mentes o cuerpos en alguna forma, o viviendo en alguna manera
que sea contraria a su voluntad revelada. Él quiere que pongamos nuestros
cuerpos bajo sujeción y que los presentemos ante Él como sacrificio vivo de
los cuales pueda recibir gran gloria y honor.

UN CAMBIO DE MENTALIDAD

Pablo dice luego que necesitamos ser “transformados por medio de la reno-
vación de nuestra mente”. ¿Qué significa eso? Su punto central es que aun-
que los creyentes hayamos nacido de nuevo, todavía tenemos un problema
mental. Tenemos el Espiritu Santo, pero no el espiritu del Espiritu Santo.
Tenemos la unción, pero no el espiritu de la unción. Necesitamos cambiar
nuestra forma de pensar, La palabra griega metamorphoo (de la cual pro:
viene el término en castellano metamorfosis) significa Iteralmente “hacer
un cambio completo y total". La trasformacton de la cual Pablo habla aquí
incluye una completa revolución de nuestro estado mental

Yo tuve que pelear esa batalla también. Durante un largo tiempo, luego
de hacerme creyente, amaba a Dios pero me quejaba porque la vida en ge-
neral me parecía terrible. Sabía que Dios era bueno, pero me preguntaba
por qué todo lo malo parecía estar sucediéndome a mi. Parecía como si to-
dos los impíos que me rodeaban estuvieran teniendo éxito y disfrutando la
vida, mientras que yo me sentía detenido. Ore y ayuné y creí que Dios iba a
darme lo mejor, pero las cosas parecian no cambiar, Finalmente, pregunté
con total decepción:

—Dios, ¿qué es lo que anda mal aqui?

=No hay nada de malo con esas personas impias — respondió ~. Ellos son
simplemente hijos e hijas que todavia no conocen a su Padre. En cuanto a ti,
tu problema es que aunque eres salvo, estás mentalmente deteriorado.

Tuve que aprender a cambiar mi pensamiento, no pensar como un per-
dedor y un don nadie sino como un ganador y un hijo del Padre. Eso es lo
que Pablo está diciéndonos a todos nosotros. Debemos aprender a pensar
como reyes nuevamente, incorporar la actitud y el espiritu de reyes. Por esa
razón, la ciudadania del Reino se trata de liderazgo. Se trata de realeza y de
gobernar un dominio, No sobre estar decaidos, humillados, pobres, en el
sentido falso y degradante en que muchos de nosotros pensamos. La ciu-
dadanía del Reino se trata de reconocer nuestro lugar y nuestros derechos
en Cristo como ciudadanos del Reino de Dios, y de reclamar esos derechos
para poder cumplir el propósito del Reino en nuestro mundo. Se trata de
tomar nuevamente lo que una vez se perdió por causa de nuestro pecado
y desobediencia. Nuestra fe en el Reino está basada en reclamar y vivir en
nuestro mandato de dominio

Y Combamemte atribuida à Sun Agustin, al como está cada en Dr. William Schwein, “Yow 2000
Giving Ged His Job Descapusn 21 de noviembre de 1909, tomado de np /avwwcampclome on
crono OL

10.

u

Capitulo

Principios

El plan original de Dios en la creación fue extender su Reino celestial
sobre la Tierra.

El propósito de Dios fue establecer una familia de hijos, no de
sirvientes.

El propósito de Dios fue establecer un Reino de hijos, no de súbditos.
El propósito de Dios fue establecer una comunidad de ciudadanos, no
de cristianos.

El proposito de Dios fue establecer relaciones, no religiones.

El propósito y la intención de Dios fue gobernar sobre lo visible desde lo
invisible, viviendo a través de lo visible que había en escena.

Los seres humanos fueron creados para ejercer dominio sobre la Tierra
y todas sus criaturas,

Dios nos dio el gobierno sobre la Tierra, no su propiedad.

Dios no hará nada en la Tierra sin el permiso o acceso de aquellos que
están en ella y a quienes Él les dio el dominio.

Dios puede hacer todo, pero debido a que Él nos ha dado la licencia,
puede soltar sobre la Tierra solo lo que nosotros permitamos,

El evangelio del Reino son buenas nuevas: un mensaje enviado de Papá
para todos sus hijos, diciéndoles que pueden volver a casa en el Reina y
una vez más ser hijos e hijas en pleno derecho.

6

SHORE

"EL FUTUTO De La HUMANIDAD
está en su Pasapo"

AR

CAPÍTULO DOS
Redescubrir el concepto de Reino

| comienzo de este libro, hablamos acerca de! poder y la importan-
A: de los conceptos al intentar comprender y comunicar nuestras

ideas. Es más importante observar que Dios, el Creador, escogió el
concepto de un Reino para comunicarnos su propósito, voluntad y plan
para la humanidad y para la Tierra. El mensaje de La Biblia es principalmen-
te acerca de un Reino. Si usted no entiende lo que es un reino, es imposible
que entienda La Biblia y su mensaje.

Sin embargo, durante los últimos dos mil años, el verdadero concepto de
reino se ha perdido, especialmente desde el advenimiento de los sistemas de
gobierno modernos construidos sobre nuevos conceptos como democracia,
socialismo, comunismo y dictaduras.

Mayormente, la gente del mundo occidental sabe muy poco sobre reinos
y sobre los conceptos de realeza y monarquía. Esto se hace más complejo por
la idea de que los reinos son diseñados para elevar una familia por encima
de las demás y subyugarlas, y ast oprimir a los ciudadanos. Aunque es cierto
que muchos reinos tienen historias oscuras de atrocidades y opresión, que
prosperaban a expensas de la dignidad y el valor de sus ciudadanos, el con-
cepto original de reino tal como fue introducido por Dios mismo se levanta
‘como el único prototipo perfecto de gobierno edificado sobre un juicio justo.
Todos los reinos de la Tierra fueron meramente intentos de imitar este Reino

perfecto. Hoy, nuestras democracias modernas son intentos de alcanzar las
metas del reino perfecto sin la materia prima necesaria: el Espíritu Santo.
‘Como un agregado a esta confusión e ignorancia respecto al reino, e inclu-
0 ignorancia, la religión ha distorsionado aun más nuestro entendimiento al
convertir el mensaje del Reino de Dios en un sistema de creencias morales
El resultado es que la religión se ha convertido en un fin en sí misma, os-
tentando el concepto de Reino con orgullo, De hecho, muchas religiones se
sienten orgullosas por la separación de la religión y el estado, y los ven como.
dos entidades opuestas con ninguna relación en común. El dilema es que el
Reino es un estado de gobierno, con todas las características de un estado,

Jesus vino tka Tierra a restaurar lo que Adán perdió, y trajo un mensaje de
blecer el gobierno de Dios en la Tierra y a reinstaurar
sus reyes terrenales a su lugar legal de dominio. Adán perdió un reino, no una
religión. y por lo tanto, la obra redentora del Creador seria el restablecinsien-
10 de su Reino sobre la Tierra, Echemos un vistazo a todo lo que un reino
comprende, para poder entender mejor el mensaje de Jesucristo y La Biblia,

Reino. Jesús vino a 1

¿QUÉ ES UN REINO?

El concepto de reino nació en el corazón del hombre, Fue depositado allí
por su Creador así como el propósito para el cual fue creado. A pesar del he-
cho de que hubo muchos tipos de reinos a través de la historia, hay ciertas
caracteristicas comunes a todos ellos. El Reino de Dios, según Jesús, tam-
bién posee estos componentes. A continuación hay algunos que precisará
conocer para poder comprender los conceptos de Las Escrituras.

Todos los reinos tienen:

+ Un rey y señor: un soberano;

+ Unterriorio: un dominio;

+ Una constitución: un pacto real;

+ Una ciudadanía: una comunidad de súbditos:

+ Una ley: principtos aceptables;

+ Privilegios: derechos y beneficios;

+ Un código de ética: un estilo de vida y conducta aceptables;
+ Un ejército: seguridad;

+ Una mancomunidad: seguridad económica

+ Una cultura social: protocolo y procedimientos.

El rey es la encarnación del reino, representa su gloria y naturaleza. La
autoridad fluye del rey, y su palabra es suprema.

El territorio es el dominio sobre el cual el rey ejerce total autoridad.
El territorio, sus recursos y la gente son propiedad personal del rey. Por
derecho el rey posee todo y; por lo tanto, es considerado señor sobre todo.
La palabra señor denota propiedad por derecho, EI término senor es so
lamente asignado a un propietario soberano. Por esa razón, La Escritura
declara: “Del Srxor es la tierra y todo cuanto hay en ella, ef mundo y cuantos
lo habitan” (Salmo 24:1).

Redeseniric el rancepto de Recon

La constitución es el pacto de un rey con su ciudadanía y expresa la
mente y voluntad del rey para con sus ciudadanos y el reino, Constituye la
intención del soberano por su pueblo, así como también contiene los bene-
ficios y privilegios del reino. La constitución son las palabras documentadas
del rey. La Biblia contiene la constitución del Reino de Dios, la cual detalla
su voluntad y sus intenciones para con Sus ciudadanos.

La ciudadanía es la gente que vive bajo el gobierno del rey. La ciudada-
nía en un reino no es un derecho, sino un privilegio y es el resultado de
la elección del rey: Los beneficios y privilegios de un reino son solamente
accesibles para los ciudadanos, y por lo tanto, el favor del rey es siempre un
privilegio. Una vez que uno se hace ciudadano del reino, todos los derechos
de la ciudadanía están a disposición del ciudadano. El rey está obligado
a cuidar y proteger de todos sus ciudadanos, y el bienestar de ellos es un
reflejo del mismo rey. El objetivo nümero uno del ciudadano de un reino
es someterse al rey, buscando ünicamente permanecer ante él de forma in-
tachable, Esto se llama justicia. Por eso, Jesús dijo que la prioridad de todo
hombre era buscar su Reino,

“Mas bien, busquen primeramente el teino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas les serán añadidas”
Marro 6:33

La ley constituye las normas y los principios establecidos por el rey, me-
diante los cuales su reino funcionará y será administrado. Las leyes de un
reino deben ser obedecidas por todos, incluso por los extranjeros que resi-
den en él. Son la manera por la que uno tiene acceso garantizado a los bene-
ficios del rey y del reino. La violación de las leyes del reino lo coloca a uno
en una posición de enemistad con el rey y, por lo tanto, interrumpe la po-
sición favorable que disfruta con este. Las leyes en un reino no pueden ser
cambiadas por los ciudadanos, ni están sujetas a referendum ni a debate por
parte de ellos. Dicho de otro modo, la palabra del rey es ley en su reinado, El
rey David comprendió este principio de la palabra real cuando declaro:

“Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu gran
amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre
todas las cosas”

Saro 138:2

Los privilegios son los beneficios que el rey concede a sus ciudadanos
Rieles, Este aspecto del reino es muy diferente de otras formas de gobierno,
En un reino, la ciudadanía siempre es anhelada por el pueblo porque, una
vez que uno está en el reino, el rey es personalmente responsable por su
vida y sus necesidades. Además, ya que el rey lo posee todo dentro de su
reino, él puede darle a cualquier ciudadano cualquiera o toda la riqueza
que él desee.

Un codigo de ética es la conducta aceptable de los ciudadanos en el reino
y su representación de este. Este código incluye normas morales, relaciones
sociales, conducta personal, actitud, vestimenta y forma de vida.

El ejército es el sistema del reino para asegurar el territorio y proteger
a sus ciudadanos. Es importante entender que en un reino los ciudadanos
no pelean en el ejercito, sino que disfrutan de la protección del ejército.
Por esta razon, en el Reino de Dios, los ángeles son llamados huestes
celestiales, La palabra hueste significa ejército e identifica a los ángeles
como el componente militar del Reino de los ciclos. Este concepto del
reino presenta un desafío a nuestro pensamiento religioso de la Iglesia
como un ejército. Un estudio cuidadoso de la constitución bíblica de la
palabra nos mostrará que la Iglesia, tal como Jesús la estableció, no es
identificada como un ejército sino como una ciudadanı
hijos y una nación

una familia de

°C.) cuando lanzó contra ellos el ardor de su ira, de su furor indignación
y hostilidad: ¡todo un ejército de angeles destructores!”
Samo 78:49

“Alaben al Sexor ustedes sus angeles, paladines que ejecutan su palabra
y obedecen su mandato, Alaben al Soy todos sus ejércios, siervos suyos
ue cumplen su voluntad”.

Satmo 103:20-21

*(..) ocurrirá también al fin del mundo, El Hijo del hombre enviará
a sus angeles, y arrancaran de su reino a todos los que pecan y hacen
pecar. Los arrojaran al horno encendido, donde habrá amo y rechinar
de dientes”

Marre 13:40-42

on

Kedescuberr el concepta de Reina

Una mancomunidad es el sistema económico de un reino que garantiza
a cada ciudadano igual acceso a la seguridad financiera. En un reino, el ter
mino mancomunidad es usado porque el deseo del rey es que todos sus ciu
dadanos compartan el beneficio de la riqueza del reino, La gloria del reino
está en la felicidad y salud de todos sus ciudadanos

Consideremos cuidadosamente la palabra del Rey en el Reino de Dios,
Jesucristo

“Luego dijo Jesús a sus discípulos:
—Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comeran; ni por su
cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el
¿cuerpo más que la ropa (...) Ustedes, por el contrario, busquen el reino
de Dios, y estas cosas les serán añadidas. No tengan miedo, mi rebaño
pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino”

Lucas 12:22-24, 31-32

La cultura social es el entorno creado por la vida y las costumbres del rey
y sus ciudadanos. Este es el aspecto cultural que separa y distingue al reino
de todos los demás que lo rodean. Es la cultura la que expresa la naturaleza
del rey, mediante el estilo de vida de sus ctudadanos. Esta distinción en la
cultura del Reino se evidencia en las palabras del Senor Jesús, cuando repe-
tidamente dijo en el libro de Mateo: “Ustedes han otdo que se dijo (...) pero
yo les digo...”, y otra vez: *... pero entre ustedes no debe ser ast” (Mateo 5:21-
22). La cultura social del reino se supone que debe ser evidente en nuestras
actividades y relaciones cotidianas.

LOS COMPONENTES DE UN REINO

Todos los reinos están conformados por una serie de componentes ne-
cesarios para funcionar efectivamente. Todos, incluido el Reino de Dios.
poseen:

+ Un programa de salud: sanidad;

+ Un programa de educación: ministerio de enseñanza del Espiritu Santo:
+ Un sistema de impuestos: diezmo:

+ Un sistema central de comunicaciones: dones del Espiritu Santo;

+ Un cuerpo diplomático: embajadores de Cristo:

In sistema de administración: la ministración del Espiritu a través de
la humanidad, llamada Iglesia;

+ Un sistema económico: el sistema de dar y recibir (tiempos de siem-
bra y de cosecha)

Un estudio cuidadoso del mensaje bíblico y la presentación del mensaje
del Reino de los cielos por parte de Jesús nos ilustrara la presencia de todos
estos componentes y características de vida en el Reino de Dios.

Sin embargo, el elemento más Sobresaliente y que más distingue al Reino
de Dios de todos los otros reinos es el concepto de que todos sus ciudadanos
son familiares del Rey, y son reyes en sí mismos. Ese fue el mensaje que trajo
el Señor Jesucristo.

UN CONTRASTE DE REINOS

Los autobuses estaban en fila en las calles de la pequeña ciudad, tratan a
los turistas lejanos y cercanos para visitar y fotografiar la pequeña casita
de madera. Muchos viajaron desde el otro lado del océano para ver esta
estructura tan antigua que no tenía relación arquitectónica con la moder-
na jungla de cemento que la circundaba. Parecía como una rebanada de
historia servida sobre las calles del siglo xx. Ahora se había convertido en
una atracción turística que absorbía los dólares para la penosa economía
local y proveía muchos empleos necesarios para los ciudadanos de esa
pequeña ciudad,

No obstante, no fue hace mucho tiempo que la misma vieja casa se des-
moronaba y caía en ruínas de forma horrozosa. Sus paredes contenian mu-
chos recuerdos e hisiotias del grandioso pasado de la ciudad. Algunos de los
habitantes exigieron que fuera demolida porque estaba afectando el valor
de sus propiedades linderas. Sin embargo, un anciano que miraba y actuaba
como si fuera tan viejo como la casa comenzó a peticionar para salvar la
original pequeña estructura, Finalmente, consiguió bastante apoyo como
para que la calificaran para la conservación de antiguedades de la ciudad, y
asi comenzo el largo camino de restauración de esta pieza de arte de arqui-
tectura histórica.

‘Cuando fu ante a aquella ciudad, quise conocer a ese anciano
y le pedia mi chofer que me condujera hasta el. así podía escuchar la histo-
via completa de la salvación de la condenada casa

Redescubrie et concepto de Reina

UNA LECCIÓN SOBRE RESTAURACIÓN

Cuando el automóvil estacionó junto a la valla que rodeaba la vieja casa de
madera con la pintura descascarada, tres perros corrieron para salirnos al

encuentro con unos ladridos impensadamente amigables, El anciano sen-
tado en su crujiente mecedora nos llamó con una seña, como si hubiese
estado esperándonos por años. Avancé hacia el porche y me senté en un
viejo cajón provisto para que descansáramos. Luego de presentarme, el me
pregunto cuál era muestro interés en la casa. Le pedí que nos contara cómo
la había salvado de la destrucción inminente. Con un brillo en los ojos, re-
unió sus pensamientos y procedió a guiarme en un viaje mental que atrajo.
mi atención como un niño que oye una leyenda por primera vez

Habló entusiastamente sobre la historia de la casita y de sus experien
cias de la niñez con su vida. Cuando lo interrogné sobre el proceso de
restauración, me relató una historia que jamás olvidaré, Él dijo que la casa
era una restauración genuina.

—iQué quiere decir con eso de restauración genuina? le pregunté.

Bueno —respondió-, usted verá algunas llamadas restauraciones que
no son genuinas, porque sustituyen el original con otros materiales,

Luego, haciendo un gesto hacia la plaza de la ciudad, dijo:

—Pero ese proyecto es restauración genuina porque los arquitectos fue.
ron a los archivos y hallaron los planos originales, luego usaron exactamen-
te los mismos materiales para cada parte de la reconstrucción. De hecho, la
pequeña casita luce como el día en que fue construida,

De modo que una restauración verdadera requiere de los planos y mate-
viales originales para ser completa y genuina -afirmé a modo de pregunta,

-jAbsolutamente! Por ello, el valor de la casa restaurada es superior al
de los rascacielos que la rodean -me respondió el viejo hombre.

Abandoné ese porche aquel día con una mayor apreciación por el com-
plicado proceso llamado restauración y también entendí más cabalmente
el gran programa de restauración que el Creador ha estado ejecutando
sobre la Tierra

La estrategia divina concebida por el sabio Padre sigue el mismo princi
pio que la historia de este anciano. La pérdida del Reino de los cielos sobre
la Tierra a través del acto de desobediencia de pare de Adán
temente, la pérdida de su enviado especial, el Espiritu Santo, exigía una res-
tauración. Lsto requería un programa celestial para la preservación de la
Tierra, Este programa se hizo conocido como “la obra redentora de Dios". Su

objetivo es la recuperación y el restablecimiento del Reino de los cielos sobre
la Tierra y la readmisión de la humanidad como su representante real legal

La estrategia divina fue el regreso del Adán original para reconstruir al
viejo Adán que habia fracasado. El medio seria la venida del Rey Mesías
para redimir, restaurar y reconectar al hombre nuevamente con el gobierno
celestial. Esta promesa de una simiente real en Genesis 3:15 estableció la
venida de Dios en carne como un redentor legítimo con todos los derechos
de entrar a la dimensión terrenal para alcanzar este objetivo.

Esta declaración fue conocida como “la promesa” y activó la larga ex
pectativa historica de un rey Mesías destinado a redimir a los hombres y
restaurarlos nuevamente a su posición real. Este proceso incluía el llamado
y la misión de una línea específica a través de la cual el gran rey vendría.
La prerrogativa divina entonces escogió a un hombre obediente llamado
Abraham (Génesis 12:1-4), al cual le fue dada la promesa de la venida de la
simiente del Reino para redimir y restaurar, no solamente a una nación, sino
a todas las naciones del mundo.

“Haré de ti una nación grande, y te hendeciré; haré famoso tu nombre,
y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldecire a
los que te maldigan: por medio de ti serán bendecidas todas las familias
dela tierra

Genesis 12:2-3

UNA MALA INTERPRETACIÓN DEL MENSAJE Y DEL MÉTODO
El mayor peligro en la vida es formar erróneamente un concepto. Un estu-
dio minucioso de la promesa nos mostrará que ella fue hecha a las naciones
mediante Abraham. Esta promesa cra el material para la introducción de
los profetas al mundo. Todos los profetas del Antiguo Testamento fueron
levantados primeramente para proclamar de continuo esta promesa de la
venida de un rey mesiánico que restauraria el Reino que nuestro padre,
Adan, perdio,

Abraham tuvo un hijo de la promesa, el Isaac prometido, quien a su vez
tuvo dos hijos llamados Jacob y Esau. Jacob fue escogido por Dios para
llevar el linaje de la simiente del Rey Mesias. y su nombre fue cambiado
por Dios a Israel, que significa “principe con Dios”. Quizas esto fue ast para
«confirmar la linea real de sus descendientes.

dis

Israel tuvo doce hijos que se conocieron como las doce tribus o clanes
en forma colectiva, como los israelitas. Los hebreos o israe-
litas recordaban de generación en generación la promesa de que el Rey
Mesías vendría, y que a través de Él todas las naciones de la Tierra serían
henditas. Sin embargo, ellos como pueblo malinterpretaron la promesa y
sc hicieron a sí mismos objeto de la promesa en vez de canal de ella. Dios
había prometido a Abraham que el Mesías vendría a traves de su linaje
para redimir al mundo, pero los israelitas tomaron la opción de usar su
línea como el factor distintivo para separarse del mismo pueblo al que
debían servir.

En vez de cumplirla intención de Dios de establecer un Reino celestial
sobre la Tierra, ellos desarrollaron una religión centrada en sí mismos,
que condenaba al mundo al cual eran enviados a liberar mediante la pre-
sentación del Redentor. Israel se convirtió así en el maestro de la mala
informacion. Este error dejó cicatrices a lo largo de la historia y conti
nüa alimentando al remanente del judaismo hoy. Alli fue donde nació
la gran religion del judaismo, causando el surgimiento reaccionario de
muchas otras religiones en la actualidad, Durante los últimos tres mil
anos, el mensaje del Reino fue enterrandose gradualmente en la tumba
de la religión

de Israel y

LA PROMESA DEL REDESCUBRIMIENTO DEL REINO

El Antiguo Testamento es el archivo terrenal de los registros celestiales so-
bre la promesa del advenimiento del Rey y el Reino. Todas las profecías fue-
ron sobre su llegada y lo que Él traería; las leyes dadas a Moisés anticipaban
las leyes y principios del Reino. Hay miles de referencias a esta amunciación
específica, y algunas de ellas son dignas de repasar

Moisés predijo: “El Seur tu Dios levantará de entre tus hermanos un
profesa como yo. A él silo escuchards
Devrenovonto 18:15

David hablo acerca del Reino: “Tu reino es un reino eterno: tu dominio.
permanece por todas las edades”
Saro 145:13

Isatas vio la venida del Rey y el Reino en detalle

“Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la sobera-
nia reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero
admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Principe de paz. Se extenderán su
soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de Da-
vid y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y recti-
tud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor
Todopoderoso”

latas 9:6-8

Daniel vio al Rey y al Reino en detalle gráfico:

“En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre
las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue Hevado a su
presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos,
naciones y lenguas lo adoraront ¡Su dominio es un dominio eterno, que
o pasará, y su reino jamas será destruido! (...)”

“Me acerqué entonces a umo de los que estaban all, y le pregunte el ver-
dadero significado de todo esto. Y ésta fue su interpretación: Las cuatro
grandes bestias son cuatro reinos que se levantarán en la tierra, pero los
santos del Altisimo recibirán el
siempre jamás! €...)

Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos
y los vencio. Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los san-
tos del Altísimo. En ese momento los santos recibicron el reino (...)”

no, y será suyo para siempre, ¡para

“Los jueces tomarán asiento, y al cuerno se le quitara el poder y se le
destruirá para siempre. Entonces se dará u los santos, que son el pueblo
del Altisimo, la majestad y el podes y la grandeza de los reimos. Su reino
serd un reino eterno, y lo adorarán y obedecerán todos los gobernantes
de la tierra. Aquí termina la visión. Yo, Daniel, me quede desconcertado
por tantas ideas que me pasaban por la mente, a tal grado que palideció
mi vostro. Pero preferí mantener todo esto en secreto”

Dans 7:13-14, 16-18, 21-22 y 26-28

2

Redesenbrir el concepto de Keine

Es increíble, al leer estos pocos versículos, ver que, sin lugar a dudas, el
mensaje de La Biblia es sobre la venida de un reino, no de una religión. Sin
embargo, el anuncio del Antiguo Testamento era acerca de la venida de un
profeta que prepataría el camino para introducir al Rey-Mesias al mundo
personalmente. Esto se refiere a Juan el Bautista. Leamos juntos la profecía
de Malaquías:

“Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horcb or-
denanzas y leyes para todo Israel. He aqui, yo os envio el profeta Elias,
antes que venga el día de Jehova, grande y terrible, El hará volver el
corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”

Mazaquías 4:4-6, RVR 1960

Entonces, vemos que la restauración del plan de Dios estaba en marcha
desde sus anunciaciones más tempranas al adversario, en Génesis 3. La pro-
fecia declaraba que Él vendría y prepararía al pueblo para la entrada del Rey
y el Reino,

LA LARGA ESPERA: CUATRO MILAÑOS

Según la cronología bíblica, a pesar de la posibilidad de que la Tierra puede
haber existido desde mucho tiempo antes, se cree que el acto creativo de
Dios al hacer al hombre sucedió hace al menos seis mil años. Si tuviéramos
que usar esa medida para calcular la extensión del drama redentor de Dios
hacia la humanidad, entonces la promesa del Rey Mesias que vendría habría
ocurrido cuatro mil años antes del nacimiento de Juan el Bautista, Eso sig-
nifica que Dios esperó cuatro mil años antes de enviar a su Rey Mesias a la
Tierra, La pregunta es por qué

ESPERAR UN MODELO DE REINO

Dios es un gran comunicador, EI sabía que no podía revelar completamen:
te las buenas nuevas de su Reino hasta que existiera un ambiente propicio
en el cual la gente pudiera entender el mensaje. Solo cuando el tiempo
fuera el indicado, Cristo podría venir. Jesús no podía venir hasta que exis-
tiera un modelo de reino como ilustración visual para ayudar a la gente a

comprender sus enseñanzas del Reino, Únicamente en “la plenitud de los
tiempos” podría el Reino ser revelado.

El mismo capítulo de Génesis que describe la caída del hombre también
anuncia la solución prometida por Dios, pero transcurrirían muchos mile-
mios hasta su cumplimiento. Por causa del rol de la serpiente (Satanás) en
tentar a la primera pareja humana a pecar, Dios pronunció una maldición
sobre él, la cual tambien predijo su futura perdición:

“Dios el Sexox dijo entonces a la serpiente: «Por causa de lo que has he-
cho, ¡maldita serás entre todos los animales, tanto domésticos como sal-
vajes! Te arrastrards sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu
vida. Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ela;
su simiente te uplastará la cabeza, pero tú le morderas el talón.»
Genesis 3:14-15

Dios prometió que un descendiente de Eva (la “simiente”) aplastaría la
cabeza de la serpiente y le causaría una herida fatal, Esa *simiente” sería
Jesucristo. Cuando Cristo apareció predicando sobre el Reino de los cielos,
esa fue la culminación de miles de años de preparación en el plan de Dios,
¿Qué era lo que Él estaba esperando? A lo largo de la historia, Dios estaba
preparando el escenario y el entorno para la aparición de su Hijo

PREPARACIÓN PARA EL REY

“Adán y Eva pecaron al desobedecer a Dios y, por su acción, se excluyeron a
si mismos (ast como también a todas las futuras generaciones de seres hu-
manos) de su Reino. La primera figura biblica significativa después de Adan
y Eva fue Noé, un justo que creía en Dios y lo seguía, Él y su familia sobrevi
vieron al diluvio a bordo de un arca. Luego de eso, no obstante, Noé plantó
tuna viña y se emborrachó, Eventualmente, sus hijos siguieron sus propios
caminos y se olvidaron de Dios. Sus descendientes cayeron en idolatría y
otras clases de maldad. El tiempo ya no era propicio para el Reino.

Diez generaciones luego de Noé, Dios le habló a Abram, un descendiente
del hijo de Noé, Sem. Dios se reveló a sí mismo a Abraham e hizo un pacto
con el de que lo haría ser una gran nación. De Abraham vino Isaac, el hijo
nacido en la vejez. Todavia Dios no tenia un modelo del Reino

Hedexeubitir el concepto de Hrinu

Isaac tuvo dos hijos, Esau y Jacob. Dios se le apareció a Jacob y le dijo:
are de ti una gran nación. Ta nombre será ahora Israel”. Israel tuvo doce
hijos, que fueron los padres de las doce tribus de la nación de Israel. Dios
se estaba encaminando hacía su modelo. A través de Moisés, El liberó a los
israclitas de la esclavitud en Egipto, los llevó al desierto y les dijo: “Ustedes
serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Los guiaré a la tierra que les prometi a
sus padres”. En otras palabras, Él estaba diciendo: “Yo seré su Rey, y ustedes
serán mi Reino”.

Luego de un tiempo, sin embargo, el pueblo de Israel se cansó de un
Dios al que no podían ver y desearon tener un rey al que sí pudieran ver.
Dios nunca deseó que ellos tuvieran un rey terrenal. Ese no era el modelo
apropiado que Él estaba buscando. De todos modos, les concec
€ instruyó al profeta Samuel que ungiera a Saul como rey de Israel. Como
la nación rechazó a Dios y prefirió un rey terrenal, el tiempo todavia no era
preciso para que el Reino de los cielos fuera revelado,

su deseo

UNA LARGA SUCESIÓN DE REYES

Luego de haber tenido un comienzo prometedor, Saúl desobedeció a Dios
al punto en que Él lo rechazó como rey. Entonces Dios escogió a David, un
hombre conforme su corazón, para que sea rey en lugar de Saul. David fue
un buen rey y un poderoso guerrero que amaba a Dios. También fue un
poeta y adorador, cuyas canciones comprenden el micleo del libro más largo
de toda La Biblia: los Salmos. David fue el primero en combinar informal
mente las funciones de sacerdote y rey. El adoraba y componía canciones,
pero también administraba el gobierno sabia y eficazmente. Un modelo del
Reino de Dios estaba comenzando a emerger.

Pero luego, David desilusionó a Dios al cometer adulterio con Betsabé y
empeoró su pecado al tratar de encubrirlo. EI se las arregló para hacer que
mataran al esposo de Betsabe, Urtas. Desde ese momento y hasta el final de
su vida, los problemas secundaron los pasos de David. Luego de la muerte
de Salomon, el hijo más sabio y capaz de David y su sucesor, el reino que
ellos había: edificado se separó, mientras que diez tribus se rebelaron con-
tra la casa de David, las dos restantes permanecieron files a ella. El tiempo
todavía no era favorable para que el Reino de los cielos fuera mostrado.

Siguiendo una larga sucesión de reyes, la mayoría de los cuales rechaza-
ron a Dios y sirvieron a los ídolos, primero el reino del norte, Israel, y luego

MEDASCUBRA FL RETRO

el reino del sur, Judä, cayeron en manos de conquistadores. EI reino del
norte fue absorbido por el imperio asirio y desapareció. El reino de Juda fue
conquistado por los babilonios, y lo mejor de su gente fue llevado al exilio
por setenta años,

Daniel, uno de los exiliados y un oficial en el gobierno babilónico, re-
ibi una visión poderosa de Dios que le mostraba que el Reino no esta-
ba muerto y olvidado. Dios atin estaba trabajando en vías de su modelo,
preparändolo para “la plenitud de los tiempos”, cuando su Hijo vendría y
revelaría el Reino. Daniel habló de un “Hijo del Hombre” que haría grandes
‘cosas, Muchos años más tarde, Jesús se referiría a si mismo como el Hijo del
Hombre, su manera preferida de designarse.

BABILONIOS, GRIEGOS Y ROMANOS

Los babilonios cayeron ante los persas, quienes les permitieron a los judíos
regresar a su tierra y reconstruir su templo y la ciudad de Jerusalén. Los
persas fueron dominados por los griegos, cuya gran tradición de filosofía
influenció el mundo mediterráneo por completo. A su tiempo, el Imperio
Griego cayó ante el gran Imperio Romano, con su genio para las campañas
militares, leyes y la administración de gobierno. Al final, el tiempo para el
cual Dios se había estado preparando se acercaba. El Imperio Romano fue el
primero en la historia en tener una estructura de administración que emu-
laba la del Reino de Dios. Finalmente, Él tenía su modelo.

A diferencia de los gobiernos que lo habían precedido, cuando Roma
invadia y conquistaba un país, establecía su propia administración con su
propio gobernador nombrado por el emperador, pero dejaba al pueblo ori-
sinal en su tierra. Roma gobernaba su territorio conquistado mediante re-
presentantes nombrados que regian con la autoridad del mismo emperador.
La tarea de un gobernador romano era la de regir su provincia de tal modo
de hacerla ver como un reflejo de Roma.

Roma se convirtió en el mayor imperio en toda la historia, porque poseía
un sistema de gobierno que funcionaba mejor que ningún otro que hubiera
existido antes. Era un sistema sencillo, en verdad: tomar un territorio, dejar
a la gente en la tierra, pero designar un gobernador y establecer una admi-
nistración que los convirtiera en romanos.

Ahora todo estaba dispuesto. El Imperio Romano proveía el modelo
perfecto para el mensaje del Reino de Dios, porque contenía los conceptos

a

Heveacubric:el concepio de frite

que harían el mensaje de Jesús más fácilmente comprensible. El modelo
del Reino de Dios estaba en su lugar. Habta llegado el tiempo para que
Dios envie a su Hijo. Había legado el tiempo para que el Reino de los
cielos fuera revelado,

EN ELTIEMPO JUSTO

La Biblia dice que cuando la plenitud del tiempo llegó, Dios envio a su
Hijo Jesucristo al mundo (ver Gálatas 4:4). Eso significa que Dios esperó
para enviar a Jesus hasta que la situación estuviera “a punto”. Jesús vino
en el momento y lugar justo en el punto de la historia. ¿Qué fue lo que
hizo tan particular este tiempo hace dos mil años? Entre otras cosas, el
tiempo era preciso porque había un gran reino terrenal en su lugar que po-
día proveer ilustraciones tangibles y visibles para las enseñanzas de Jesús
acerca del Reino. El Imperio Romano servía como ese modelo.

Debajo del César, el Imperio Romano era un reino, no una democracia.
César era un rey, no un presidente. Durante los días de Jesús, Roma go-
bernaba la mayor parte del mundo conocido. Su gobierno, sus leyes, sus
instituciones y su cultura estaban por todas partes. Cada palabra que Jesús
habló sobre el Reino de Dios tenía un equivalente físico en Roma y hacia
el mensaje más fácil de entender para la gente que lo escuchaba.

Por ejemplo, al senado romano se llamaba ecclesia, una palabra grie-
ga que significa “asamblea” o “los convocados”. El griego y el latin eran
ampliamente hablados en todo el Imperio. Jesús hablaba arameo, el len-
guaje común de los judíos de Palestina, pero los Evangelios fueron ori
ginalmente escritos en griego. Los autores o evangelistas usan la palabra
ecclesia en pasajes en donde Jesus habla de edificar su “Iglesia”. Ast como
el César tenía una asamblea de convocados —el senado-, también Jesus, el
Hijo del Dios viviente y Rey de reyes, tenía una asamblea de convocados
su Iglesia.

LA IMAGEN DE UN REY

César acuñó monedas con su imagen y descripción. La gente entendió que
dondequiera que la imagen del César estaba, pertenecía a él. quien tenia el
poder de reclamarlo. Del mismo modo, ellos podrían entender que cual-
quiera que portara la imagen y estampa de propiedad perteneciente a Dios

era suyo por derecho. Cuando nosotros venimos a Jesús y le damos a El
nuestra vida, la primera cosa que Él hace es cambiarnos el nombre. Nos
da su nombre y nos llama hijos e hijas. Juan nos dice que a aquellos que
ercemos en su nombre, nos da el derecho de ser hechos hijos de Dios (ver
Juan 1:12). Como hijos de Dios, estamos unidos con Cristo y sentados jun-
tamente con Él en su trono celestial junto a nuestro Padre

La Biblia dice que nosotros, como creyentes, somos ciudadanos del cielo.
Esto se aplica a donde quiera que vayamos. Cuando yo viajo internacio-
nalmente, llevo mi pasaporte conmigo, lo que me identifica como un ciu-
dadano de las Bahamas ante cualquier funcionario extranjero que precise
verlo. No necesito estar en las Bahamas para ser ciudadano de ese país; sigo
siendo un ciudadano bahameño cuando me encuentro en los Estados Uni-
dos, en Europa o en Sudamérica. De igual modo, no tenemos que estar en
el cielo para ser ciudadanos de allí. Ahora mismo, vivimos sobre la Tierra,
pero somos ciudadanos y embajadores del Reino celestial, el cual es nuestro
verdadero hogar.

¡ERES UN REY!

Cuando Jesús estuvo ante Poncio Pilato horas antes de su crucifixion, el
gobernador romano estaba sorprendido de su silencio en vista de las acusa-
ciones que habían levantado en su contra. En un momento, preguntó:

à Te niegas a hablarme? le dijo Pilato-. ¿No te das cuenta de que tengo
poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen? -No
tendrías ningún poder sobre mi si no se te hubiera dado de arriba -le
contestó Jesis-. Por eso el que me puso en tus manos es culpable de un
pecado más grande”

Juan 19:10:11

Como gobernador romano en Judea, Pilato representaba todo el poder y
la autoridad del emperador mismo. Toda la fuerza del imperio más podero-
so de la historia respaldaba las palabras de Poncio Pilato, pero aun así Jesús
dijo que todo el poder había venido desde arriba, queriendo significar que
provenía de su Padre, ¡Esta sí que era una conversación de reino a Reino!
y Jesus estaba diciendo que su Reino era mayor que el Imperio Romano,
porque era de su Reino de donde Roma recibía su poder.

bo

Ela ahhh tl a EE iad pto DRAE

En otra instancia, Pilato le preguntó a Jesús sobre su Reino:

¿Eres tu el ey de los judios? -Ie pregunto. —¿Eso lo dices tú—le respondió
Jesüs-, 0 es que otros te han hablado de mi? —¿Acaso soy judio? replicó
Pilato Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te
entregaron a mi. ¿Qué has hecho? -Mi reino no es de este mundo contesté
Jestis-. Si lo fuera, mis propios guardias pelearian para impedir que los
Judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo. —¡Así que eres rey!
de dijo Pilato.-Eres tu quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto
vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte
de la verdad escucha mi voz. ¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato...”

JUAN 18:33-38

Jesús le respondió lisa y llanamente, reconociendo que Él era Rey y que
su Reino era “de otra parte”, es decir, no de la Tierra, Su Reino es un reino
de verdad, porque Él vino a “testificar de la verdad”. Todos los que buscan
la verdad lo escuchan. Por lo tanto, el Reino de verdad de Cristo está come
puesto por ciudadanos que no solamente son buscadores de la verdad, sino
también sus seguidores. Tan solo este ingrediente hace que su Reino sea
único, completamente diferente de los reinos de este mundo.

Como creyentes, vivimos en la Tierra, pero nuestra ciudadanía está en
el Reino de los cielos, y todos los recursos, la autoridad y el poder de ese
Reino están disponibles para nosotros si buscamos vivir como embajadores
fieles y responsables de nuestro Rey. Cuando alguien nos pregunta: “¿De
dónde eres?”, deberíamos considerar cuidadosamente nuestra respuesta.
Cuanto más aprendamos a pensar como ciudadanos del Reino, más
actuaremos como tales, Cuando más actuemos como ciudadanos del Reino,
mas proclamaremos el evangelio a un mundo perdido, porque es nuestra
principal oportunidad de cumplir el mandato de dominio, Es importante
que aprendamos a vivir vidas distintivas dei Reino, para que otros puedan
ver la diferencia entre los reinos de este mundo y el Reino de Dios.

Cada ser humano que haya vivido, ha enfrentado la misma tension: ha-
ber sido diseñados para un reino y forzados a vivir en otro. La mayoría de
las personas nunca podrá definir claramente el problema. Para ellos, la vida
nunca parece andar bien, sin un propósito y llena de miserias, como si de
algún modo algo no encajara. Están insatisfechos y descontentos con la vida
en general, pero no saben por qué

&

Nada funciona correctamente cuando es quitado del medioambiente
para el que fue creado. Un pez fuera del agua rápidamente se asfixiard un
ser humano puesto debajo del agua sin un aparato de respiración especial
pronto se ahogará.

DIOS CREÓ UN MUNDO JUSTO PARA USTED

Uno de los principios fundamentales de la creación es que cuando Dios
crea algo, lo diseña de acuerdo con su propósito y con el medio para el que
ue planeado. En otras palabras, cuando Dios creó las aves para volar, les
dio alas y el deseo de volar. Cuando Dios creó los peces para nadar, puso
en ellos la habilidad de nadar y les dio branquias de modo que pudieran
respirar bajo el agua. Cuando Dios creó a la humanidad para tener dominio
sobre la Tierra, nos impartié la habilidad de gobernar, reinar, liderar y ad-
ministrarla junto con sus criaturas y sus recursos. Fuimos diseñados para
gobernar, no para ser gobernados. Fuimos diseñados para manejar, no para
ser manejados. Fuimos diseñados para liderar, no para seguir

Cada vez que alguien trata de decirnos lo que debemos hacer, alguien
que incluso esté en una posición de legítima autoridad, se erige en noso-
tros un espiritu o una actitud de resistencia. Es nuestra naturaleza resis
el ser gobernados o controlados por otros. Esto se debe en parte a muestra
naturaleza pecaminosa, la cual heredamos de Adan y Eva, y de la que La
Biblia dice que siempre está en rebelión contra Dios, quien es la autoridad
final y absoluta. Adán y Eva pecaron cuando, por su orgullo, quisieron ser
iguales a Dios, su Creador, y libres de su autoridad.

Nuestra resistencia a que otros nos gobiernen también se debe al es-
píricu de liderazgo que Dios depositó en nosotros cuando nos creó. El
propósito de Dios fue que nosotros gobernaramos sobre lo creado como
corregentes bajo su autoridad. Él nos diseñó para ese propósito y puso en
nosotros el espiritu apropiado para cumplir nuestro destino. El pecado
exageró y distorsions ese espíritu, llevándolo fuera de los límites de lo que
Dios habia planeado. Nuestra tendencia natural es resistir toda autoridad,
incluso la de Dios.

Una razón por la cual muchos experimentamos frustración en la vida
es porque nuestro medioambiente ha cambiado. Fuimos diseñados para
regir sobre muestras vidas y entorno, pero en vez de ello vivimos sobre un
mundo en el que somos gobernados por nuestro propio orgullo, lujuria,

ES

Hatearubrte eCrapropiy ae MEA

pasiones, codicia y avaricia. Somos dominados por el adversario, Satanás,
el autor del pecado e instigador de la caída de la humanidad. Dios nos dise-
10 para dominio, pero esa no es la realidad que experimentamos en nues-
tro diario vivir. Estamos frustrados porque no estamos cumpliendo nuestro
propósito, No funcionamos adecuadamente porque no estamos viviendo
en el medio en el que fuimos creados para vivir.

La clave para una vida plena y de realización está en descubrir cómo re-
cuperar nuestro lugar de dominio o retornar a nuestra posición de liderazgo
en el dominio terrenal que Dios planeó originalmente. Para lograrlo, debe-
mos entender los contrastes entre los dos reinos que envuelven nuestras
vidas, así como también saber cómo debemos integrarnos correctamente en
estos dos mundos tan diferentes.

LAS SEMILLAS DEL LIDERAZGO

Cuando Dios nos creó, nos dio todo lo que necesitábamos para cumplir su
plan y propósito original. Como Dios nos diseñó para liderar, las semillas
del liderazgo reposan dentro de nosotros, durmiendo hasta que estén listas
para ser activadas por el poder de Dios. Por esta razón, el liderazgo no es
tanto algo que tengamos que estudiar porque ya está dentro de nosotros. Se
trata de descubrir y nutrir aquellos poderes de liderazgo que tenemos.

Dentro de la dimensión terrenal, Dios nos ha dado gran libertad. Final-
mente, la clase de lideres en que nos convirtamos depende de nosotros.
Dios nunca violará nuestra libertad o anulará el espiritu de dominio que ha
depositado dentro de nosotros. Sin embargo, debo decir que Él puede hacer
la vida horriblemente intolerable mientras no nos volvamos hacia Él. El
Espíritu Santo nunca nos forzará la mano, Pero mientras se lo permitamos,
nos convencerá, guiará, pero munca nos manejará

Algunos de ustedes pueden cuestionar este concepto del potencial de
liderazgo que hay dentro de nosotros. Tal vez usted piense que no tiene
las habilidades, cualidades y destrezas como para ser un lider, Quizás ha
aceptado las cosas negativas que otros han dicho de usted. En verdad, no
interesa lo que otros digan o piensen, o siquiera lo que nosotros pense-
mos de nosotros mismos. Lo que importa es cómo Dios nos ve, y Él nos
ve como líderes y gobernantes en el dominio terrenal. Él nos creó con
este proposito y nos diseñó con las habilidades necesarias para alcanzar
muestro destino,

8

Como Creador, Dios sabe lo que hay dentro de cada uno de nosotros
porque El lo puso alli, Cada vez que Dios le habla, se dirige a usted basado
en lo que conoce sobre usted y no en lo que otra gente cree saber.

LLAMADOS A HACER LO IMPOSIBLE

La Biblia está llena de historias de personas que fueron llamadas a salir
de las circunstancias comunes y desafiadas por Dios a hacer lo imposible.

Cuando Abraham no tenía hijos, y Sara estaba en su ancianidad, muy lejos
de la posibilidad de procrear, Dios les dijo: “Tendrán un hijo, y él crecerá
hasta convertirse en una nación'

El Señor se le apareció a Gedeon, el menor de su familia, la cual era la
‘menor entre las tribus de Israel, se refirió a él como “guerrero valiente” Jue-
«es 6:12) y lo usó para liberar a su pueblo de los madianitas intrusos.

A ojos de su familia, David podria haber sido solo como un renacuajo,
bueno para nada, solo para arrear las ovejas. De todos modos, Dios dijo: “Tu
eres un rey” y envió a Samuel a ungirlo como tal. Viendo a José mientras
era un esclavo en Egipto, Dios dijo: “Ta eres un gobernante” y lo elevó a la
posición de primer ministro debajo de Faraón.

Cuando Dios nos habla, Él siempre le habla a la persona real, no a la
persona que otros ven o incluso a la que vemos nosotros. Él mira más allá
de nuestras circunstancias externas y características personales cuando se
dirige al lider que hay en nosotros. No importa quiénes seamos, dónde es-
temos o lo que hagamos, Dios quiere desarrollar el liderazgo en nosotros.
Donde sea que trabajemos, cualquiera sea nuestra carrera, deberiamos pen:
sar de nuestro empleo no solamente como un trabajo, sino más bien como
una oportunidad que Dios nos ha dado para liberar nuestras habilidades de
liderazgo. No deberíamos quejarnos sobre muestro salario, porque de hecho
ya valemos más de lo que cualquiera pudiera llegar a pagarnos. El trabajo
no es simplemente hacer dinero para vivir. Se trata de ser entrenados para
ocupar nuestro legítimo puesto de liderazgo en el mundo.

Como creyentes, todos somos hijos del Rey. El primer paso para na-
vegar exitosamente entre los dos reinos es aprender a pensar y actuar
como un hijo del Rey. En la realidad espiritual, todos somos príncipes y
princesas; pero hablando en términos prácticos, la mayoría de nosotros no
estamos todavía alli por causa del pensamiento negativo que ha impedido
el desarrollo de los procesos mentales. Porque nunca aprendimos a pensar

Ss

Hedescubrir vt concepto de Reınn

come miembros de la realeza, todavia nos comportamos como el hijo pró-
digo. buscando solamente la ración del siervo,

Dios quiere que abramos nuestros ojos para ver las maravillas cle quiénes
somos realmente -sus hijos- y que nos esforcemos en reclamar lo que es
nuestro por derecho en calidad de hijos. Todo se resume en una decisión:
viviremos como hijos e hijas del Reino de Dios o como súbditos en el reino
de este mundo.

REINOS EN CONFLICTO

Dios reina como Rey y Soberano absoluto sobre todas las cosas tanto en el äm-
bito espiritual como en el físico, Luego de crear la Tierra con todas sus vari
das plantas y vida animal, creó a la humanidad para gobernar sobre ella. Por
su diseno, somos reyes sobre el dominio terrenal. Dios es el Rey del universo,
y Nosotros somos sus representantes de gobierno en la dimensión física. La
Tierra es el territorio que se nos ha asignado. Como corregentes con Dios en
este mundo, somos el Reino de Dios sobre la tierra. El Reino de Dios, no obs-
tante, no es la Tierra en sí, sino aquellos escogidos para funcionar como sus
gobernantes en el dominio terrenal. Este planeta no es el Reino de Dios. El
Reino de Dios es nosotros llevando su dominio sobre este planeta. El Reino de
Dios es manifestado en su gente en vez de en un lugar en particular.

El Salmo 115:16 dice: “Los cielos le pertenecen al Señog pero a la humani-
dad le ha dado la tierra”. Todo rey o gobernante debe tener un territorio sobre
el cual regir. El cielo es el territorio de Dios; la Tierra es el nuestro. Nacimos
para dominar la Tierra, no el cielo. Esa esla razón por la cual el cielo siempre
resulta una excursión temporaria para nosotros; no es nuestro territorio.

Jesús hablaba constantemente sobre el Reino. A veces se refería a él
como “el Reino de Dios” y otras veces como “el Reino de los cielos”. Uno
trata sobre la persona mientras que el otro trata sobre el lugar. En esencia,
ambas frases son lo mismo, con una distinción. Cuando Jesus menciona el
Reino de Dios”, se está refiriendo al reinado verdadero de Dios en el plano
espiritual. Cuando dice “el Reino de los ciclos”, está hablando sobre sus

“cuarteles centrales” en la invasión celestial a la Tierra o la transferencia de
poder desde el plano espiritual al físico.

El Padrenuestro ilustra esta verdad cuando Jesús ora que la voluntad de
Dios sea hecha en la Tierra como es hecha en los cielos. La primera habla del
gobierno real de Dios, mientras que la segunda hace referencia a la fuente

85

de ese poderoso Reino invasivo y su impacto en las regiones terrenales.
Como sus representantes, somos llamados a hacer cumplir las regias del
cielo en los asuntos de los hombres.

El Reino de Dios aqui es, por lo tanto, la autoridad de Dios dentro del cora-
zon y el espíritu del hombre, y el Reino de los cielos es cuando esa autoridad
impacta el ambiente terrenal humano a través de sus representantes designa-
dos. En otras palabras, los que somos “el Reino de Dios en la Tierra” podemos,
a través del Espiritu Santo, llevar a nuestro Rey con nosotros dondequiera que
vayamos e impactar nuestro medio, ayudando a traer “el Reino de los ciclos"
a ese lugar: Por eso, Jesús dijo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos esta
cerca” (Mateo 4:17). Él había llegado, trayendo el Reino con Él y en El. Con
su Espíritu en nosotros, también llevamos su Reino dondequiera que vamos.

UN REINO DE IGNORANCIA

El diseño establecido de Dios fue interrumpido por la caída del hombre, Por
causa de su desobediencia, Adán y Eva abdicaron su trono de dominio terre-
nal, cediéndoselo a Satanás, el arquitecto e instigador de su caída. Esto dio
rigen a un reino falso que La Biblia denomina “el reino de las tinieblas”,
el cual está en constante conflicto con el Reino de Divs. Cuando el hombre
escogió algo que no era la voluntad de Dios, creó un gran disturbio en la
Tuerza e inició un tiempo de gran oscuridad,

Con frecuencia alo largo de La Biblia, la palabra oscuridad es usada como
símbolo de ignorancia, mientras que la palabra luz representa el conoci-
miento. El reino de las tinieblas, entonces, es “un dominio donde el rey rige
por la ignorancia; no en ignorancia, sino por ella”. Satanás gobierna en su
reino de oscuridad manteniendo a sus “súbditos” en estado de ignorancia
de la verdadera naturaleza de su medioambiente y de la existencia del Reino
de Dios. Él llena sus mentes de mentiras y engaños. Satanás controla a sus
súbditos manteniéndolos “en la oscuridad” respecto de la verdad espiritual.
Ciega sus mentes para que nunca comprendan las gloriosas buenas nuevas

de Jesús y del Reino de los cielos.

El apóstol Pablo lo expresó de este modo: “El dios de este mundo ha
cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso
evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios"

2 Cornnios 4:4

se

acepto de Hem

En contraste con la oscuridad de la ignorancia, la luz simboliza el cono-
cimiento. El Reino de Dios es un reino de luz, la luz del conocimiento del
Señor, Proverbios 1:7 dice: “El temor del Scxon es el principio del conocimien-
10: los necios desprecian la sabiduria y la disciplina” (enfasis del autor). En
este versículo, la palabra necio se refiere a "gente moralmente deficiente”.
El Reino de luz de Dios trae el conocimiento de la gracia, el perdón y la sal-
vación en Cristo. En su carta a los creyentes de la ciudad de Colosas, Pablo
escribió de Dios: “dando gracias al Padre. El los ha facultado para participar
de la herencia de los santos en el reino de la luz. Él nos libró del dominio de la
oscuridad y nos traslado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención,
el perdón de pecados” (Colosenses 1:12-14).

Oscuridad y luz -ignorancia y conoeimiento- son opuestos que existen
en un conflicto constante entre sí. O caminamos en la oscuridad de la igno-
rancia o en la luz del conocimiento. Los dos juntos no pueden coexistir

CREAR UNA LUZ EN LOS LUGARES OSCUROS

Ya he dejado en claro que hay dos reinos con los cuales debemos tratar cada
dia. Uno es un reino falsificado de oscuridad, controlado por un principe
falso que gobierna por el poder del engaño reforzado por la ignorancia. El
‘otro es un verdadero y legítimo Reino gobernado por el Rey de reyes y Señor
de señores, quien reina por el poder de la luz, el conocimiento y la verdad.
El plan de Dios es restaurar su diseño original para regir en el plano terre-
nal desde el plano celestial. Este plan es cumplido mediante seres humanos
que ejercitan adecuadamente su dominio sobre la Tierra. Para que podamos
cumplir nuestro destino, debemos derribar a Satanás del trono del dominio
terrenal que él capturó ilegalmente. Desde un punto de vista espiritual, esto
ya ha ocurrido a través de la muerte y resurrección de Jesucristo: =. El Hijo de
Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo” (1 Juan 3:8).
La muerte de Jesus en la cruz quebró el poder del pecado para siempre; su
resurrección de la tumba conquistó al muerte por todos los siglos: “¿Dónde
está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde esta, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la
muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley ¡Pero gracias a Dios, que nos
da la victoria por medio de muestro Señor Jesucristo!” (1 Corintios 15:55-57)
En un sentido práctico, desde la "cabecera de playa” que Jesus estableció
en el Calvario, debemos avanzar en un ataque mancomunado para liberar a
la humanidad del yugo del diablo y su maligno reino de oscuridad. Los que

estamos en Cristo deberíamos trabajar para eliminar la ignorancia de aque-
llos que están atrapados todavia en la oscuridad de los engaños de Satanás.
El antídoto contra la ignorancia es el conocimiento, El conocimiento viene
de la verdad, y la verdad trae liberación. Jesús dijo:

“Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discipulos;
y conocerán la verdad, y la verdad los hard libres (...) Ciertamente les
seguro que todo el que peca es esclavo del pecado, Ahora bien, el esclavo
no se queda para siempre en la familia; pero el ij st se queda en ela para
siempre. Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres”

JUAN 8:31-32, 34-36

CONOCIMIENTO: INFORMACIÓN DE DIOS
El conocimiento yace en el corazón de la batalla entre los dos reinos, porque
el conocimiento es donde el adversario montó su ataque original contra la
humanidad. El arma más poderosa de Satanás es la ignorancia, pero para
usarla primero debe destruir o distorsionar el verdadero conocimiento.

La primera cosa que Dios le dio a Adán para su protección fue informa-
ción: “Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conoci-
miento del bien y del mal no deberás comer El día que de él comas, ciertamente
morirás” (Genesis 2:16-17). Adán recibió conocimiento; él sabía cuáles eran
los limites y lo que se esperaba de él. Más aún, él le transmitió su conoci-
miento a Eva luego cuando ella apareció en escena. En tanto y en cuanto
obedecieran a Dios y respetaran sus limites, ellos vivirian, prosperarían y
disfrutarian una comunión ilimitada con su Creador.

Satanás, esa serpiente engañadora, fue muy sutil en el modo de acercarse
a ellos. Él no lanzó un ataque directo contra Dios, sino que sembró semillas
de desconfianza en las mentes de Adán y de Eva que los llevaron a dudar y
cuestionar la verdad y veracidad del conocimiento que Dios les había dado
y. por ende, dudaron de Dios mismo:

La serpiente era mas astuta que todos los animales del campo que Dios
el Sexon había hecho, ast que le preguntó a lu mujer: —¿Es verdad que
Dios les dijo que no comieran de ningun arbol del jardin?-Podemos co-
mer del fruto de todos los arboles -respondio la mujer Pero, en cuanto
al fruto del arbol que está en medio del jardin, Dios nos ha dicho: No

Hedvacubrir el concepto de Reine

«coman de ese arbol, ni o toquen; de lo contrario, morirán. Pero la ser
piente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy
bien que, cuando coman de ese arbol, se les abrirán los ojos y Negarán a
ser como Dios, conocedores del bien y del mal

Genesis 3:1-5,

¿Dios en verdad dijo eso? Lo primero que el diablo hizo fue intentar
hacer que Eva dudara sobre si habia entendido correctamente las instruc-
ciones de Dios: “¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún
árbol del jardín”. Luego, le sugirió que Dios estaba siendo muy estricto con
sus prohibiciones de comer el fruto del árbol que se hallaba en medio del
jardin. “¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman
de ese árbol, se les abrirán los ojos y legarán a ser como Dios, conocedores del
bien y del mal.” En esto él representaba a Dios, conociendo tanto el bien como
el mal. En su omnisciencia, Dios entiende la naturaleza de la maldad, pero
en su perfección, no conoce el mal por experiencia propia. Satanás conoce
la maldad porque él es maldad, y luego de su desobediencia, Adán y Eva la
conocieron también.

Como resultado de la estratagema del diablo, Adán y Eva desarrollaron
un entendimiento distorsionado del conocimiento que Dios les había dado.
Sucumbieron a la manipulación y las artimañas del diablo para ser “como
Dios”, aunque ya eran cómo Él. Una vez que mordieron la carnada del dia-
blo, cayeron en pecado y fueron como él. En su pecado, Adán y Eva, en vez
de volverse como Dios, se hicieron menos como Dios de lo que eran antes.

LA BATALLA DE LOS REINOS

Las tácticas de Satanás no han cambiado mucho. Hoy todavía nos ataca la
mayoría de las veces intentando hacernos dudar del conocimiento que he-
mos recibido del Señor, Dios nos dice una cosa; Satanás nos dice otra, Por
ejemplo, Dios puede decir: “Por las llagas de mi Hijo hace dos mil años, hoy
eres sano”. Satanás dice: “Todavía sientes el dolor”. Dos informaciones en
conflicto vienen a nuestras mentes, y debemos decidir cuál de ellas es real.
‘cual es verdadera y cual rechazaremos o descartaremos. Si elegimos creer en
el dolor, seguiremos “en la oscuridad” respecto a muestra sanidad.

Este es un ejemplo de cómo los dos reinos trabajan en oposición. El
reino de las tinieblas est para engañamos y destruirnos. El Reino de Dios

%

nos da vida porque Jesucristo, a quien el Reino le pertenece, es luz y es vida,
como Juan, el apóstol, escribió sobre Jesús: “En él estaba la vida, y la vida
era la luz de la humanidad” Juan 1:4). El plan de Dios, el cual ciertamente
se cumplirá en el tiempo de su designio, es que el Reino de su Hijo socave
y reemplace el reino del adversario. En ese día, se cumplirán las palabras de
Apocalipsis 11:15: “El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de
su Cristo, y él reinara por los siglos de los siglos”.

Hasta ese día, nosotros los creyentes debemos navegar en el delicado
equilibrio de vivir en el reino de tinieblas, mientras que caminamos en el
Reino de la luz. El Señor nos ha llamado para “andar en luz, porque Él es
luz" (1 Juan 1:7). Jesús dijo: “Ustedes son la luz del mundo (...) Hagan brillar
su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y
laben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:14, 16).

ELCONOCIMIENTO ES IMPORTANTE

El reino de las tinieblas obtiene su poder de lo que nosotros no conocemos.
La verdad que ignoramos no puede protegernos contra el engaño de Satanas.

Poreso, debemos consagrarnos a estudiar, aprender, experimentar y practicar
La Palabra de Dios. La luz del conocimiento disipa las tinieblas del engaño y
la ignorancia; la luz de la verdad destruye las tinieblas de mentiras y error,

Satanás aborrece La Palabra de Dios. Él no tiene ninguna arma con la que
hacerle frente. Cuando La Palabra de Dios es enseñada o proclamada, Sata-
ás inmediatamente intenta robarla o cegar o confundir las mentes de las
personas para que no entiendan ni crean. Como gobernante del reino de la
oscuridad, él le teme a la luz. Le teme a Aquel que es la luz y a todos los que
caminan en luz. Satanás tiene miedo de nosotros porque, como creyentes,
somos hijos de luz. Poseemos y exhibimos en nuestras vidas la luz divina de
la verdad y el conocimiento que significan su destrucción.

Es importante saber la diferencia entre lo que el mundo llama conoci-
miento y el verdadero conocimiento del Reino de Dios, La Biblia nos enseña
que todos nosotros. como descendientes de Adán y de Eva y espiritual-
mente herederos de su pecado, hemos nacido como hijos de tinieblas. Eso
significa que hemos nacido en ignorancia. Aun cuando crezcamos, y sin
importar cuánta educación recibamos, nuestra ignorancia fundamental pet-
manece hasta que es removida en Cristo. No importa cuán inteligentes sea-

mos y cuántos títulos podamos poner delante de nuestro nombre, hasta que

AMA le de Mesa:

llegamos a conocer a Dios a 1

: de la fe en Cristo y comenzamos a obe-
decer su palabra, estamos en la oscuridad de la ignorancia espiritual. Sin la
iluminación espiritual de la verdad divina de Cristo, todo otro conocimien»
to finalmente es irrelevante,

El conocimiento sin la iluminación de la verdad de Dios es conocimiento
oscurecido, Podemos tener un bachillerato, o una maestría © un doctora-
do, pero nunca serán suficientes para ayudarnos a navegar en el mundo de
oscuridad, y por sí mismos nunca nos guiarán a la verdad. Apartados de la
revelación del Espíritu de Dios, ninguno de nosotros podrá jamás encontrar
su camino hacia la luz. La gente educada en la oscuridad son como aquellos
que Pablo Jes describía a su Joven protegido Timoteo, como los que “siempre
están aprendiendo pero nunca logran conocer la venlad” (2 Timoteo 3:7).

La oscuridad es la ausencia de la información acerca de Dios. Es posible
pasar toda una vida en las escuelas del reino de las tinieblas y nunca ver la
Juz. Por eso, Jesús le dijo a Nicodemo, un experto en la ley judia, que nece-
sitaba nacer de nuevo (vea Juan 3:3). En efecto, Jesús le dijo: “Nicodemo,
necesitas volver a empezar. Lo que has aprendido hasta ahora no es bueno”.
Una persona de altos estudios que no conoce al Señor no es nada más que
un necio bien educado.

ENTREGAR SU PASAPORTE CELESTIAL

Cuando un ciudadano de un pais es condenado por un delito contra el
estado y está a punto de ser encarcelado, una de las primeras cosas que
el gobierno le pide es que entregue su pasaporte. Un pasaporte es uno de
los simbolos más significativos de la ciudadanía, porque es un documento
oficial que identifica muestro estado legal como ciudadano de un país espe-
cifico. Nos garantiza la libertad como ciudadanos para viajar fuera del pais y
todavia disfrutar de todos los derechos y privilegios que tenemos en nuestro
país de origen.

Al requerir que un ciudadano entregue su pasaporte, el gobierno está
diciendo: “Usted está bajo condena y durante ese tiempo ha perdido sus
derechos de ciudadanía”. Los ciudadanos tienen el derecho de moverse li-
bremente, trabajar para vivir, poseer propiedades, comprar comida, condu-
cit un automóvil por las calles, pagar impuestos y recibir los heneficios y
servicios provistos por su gobierno. Un ciudadano que es condenado por
un crimen ha caído del favor o de la posición en la que estaba para con

su gobierno. Durante el tiempo de la sentencia, es privado de todos esos
derechos y privilegios, particularmente de la libertad de movimientos. Los
prisioneros deben soportar grandes restricciones de su libertad personal, El
sistema correccional los posee y controla cada aspecto de sus vidas, desde
que se levantan a la mañana, hasta cuando comen, lo que hacen durante el
dia y cuándo se deben ir a dormir,

Esta fue la experiencia de Adán cuando desobedeció al gobierno de Dios.
Cuando Adán pecó, perdió su estatus favorecido. En otras palabras. Adán
cayó de la posición con el gobierno, y todos sus derechos como ciudadano
fueron cancelados. Dios le retiró “su pasaporte”, y Adan se convirtió en
un prisionero de oscuridad, un esclavo del pecado y fue gobernado por un
“guardia” llamado Satanás.

PRISIONEROS EN TIERRA EXTRANJERA

Cada ser humano ha sido mantenido cautivo en este precario estado de
inconveniencia. Este es el dilema universal: hasta que seamos iluminados
y liberados por Cristo, todos somos prisioneros en el reino de las tinicblas,
“odos nacimos en una prisión de pecado y oscuridad. Por causa de nuestra
naturaleza pecaminosa heredada de Adán, no somos justos, Ser no justos
significa que aunque todavía seguimos siendo “creados a imagen de Dios
(aunque un poco estropeados), no poseemos los derechos del Reino”. Nues-
tra ciudadanía no existe hasta que dicha condición sea quitada,

En Lucas 4:18-19, Jesús describe su propósito al venir a la Tierra: “El Es
piritu del Señor está sobre mi, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas
alos pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los presos y dar vista a los
ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año del favor
del Señor”. Jesús vino para restaurar nuestra posición en el gobierno de Dios,
para hacernos justos. Vino para sestaurar muestro “pasaporte” para que poda-
‘mos otra vez reclamar y disfrutar de nuestras promesas como ciudadanos.

Hasta el tiempo indicado de la venida de Jesús, Dios ha establecido un
gobierno temporario sobre la Tierra llamado pacto. La historia, el desarrollo
y las circunstancias especificas están relatados en el Antiguo Testamento,
Dios estableció su pacto con Abram (posteriormente llamado Abraham) y le
prometió hacer de el una gran nación a través de la cual todas las personas
serian bendecidas (ver Génesis 12:2-3). Aunque Abraham y su esposa Sarai
luego sería llamada Sara) no tenían hijos y ya habían pasado hacia rato la

9

Dedescabrir el concepto de Reino

edad de procrear, Dios les aseguró que esta gran nación descenderia de un
hijo nacido en su vejez (vea Genesis 15:4). Las Escrituras dicen que a cau-
sa de esta promesa, “Abram creyó al Srñog y el Stxon lo reconoció a él como
justo” (Genesis 15:6)

Justicia significa estar en la posición correcta con Dios, entrar en relación
con su gobierno y estar facultados para reclamar los beneficios prometidos
en el pacto. Cuando Abraham le creyó a Dios, el Señor lo declaró justo por
causa de su fe, y Abraham se convirtió en un ciudadano calificado del Reino
de Dios. Recibió su “pasaporte”.

LA VENIDA DEL DIOS-HOMBRE

Siglos más tarde, Jesus aparecía, Para poder resolver el problema, Dios vi-
sitaría el planeta Tierra en la persona de su Hijo. Como descendiente de
Adán, abriría la puerta para que el hombre volviera a ser justo, Esto se reali
zaria a través del ofrecimiento de su sangre en la cruz. Jesús vino para nue-
vamente sincronizar nuestras vidas con el gobierno de Dios, para que otra
vez podamos reclamar nuestros derechos de ciudadanía. Esta es la manera
en que Dios quiso reconciliar al mundo consigo mismo: “Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia
de Dios en el” (2 Corintios 5:21 RVR 1960).

La palabra justicia es un término legal, no religioso, y significa “posi-
cionarse correctamente”. Jesús vino para hacernos justos de nuevo, para
ponernos otra vez en buenas relaciones con Dios de modo que estemos
calificados como para recibir sus promesas. Entender esto es vital para de-
sarrollar un pensamiento sólido del Reino, Cuando estamos en buenas rela-
ciones con Dios, Él puede extender su Reino =su liderazgo= a nuestras vidas
y gobernar en la Tierra a través de nosotros. Es mientras que gobernamos
aquí en el poder y la presencia de Dios, que el Reino de los cielos impacta
nuestro planeta mediante nuestras vidas físicas.

UN PERDÓN COMPLETO PARA TODA LA HUMANIDAD

A través de Cristo, nuestros pecados son perdonados, y recibimos perdón
completo de parte de Dios. El perdón es una cosa poderosa y potencialmente
peligrosa, ya que es irreversible. Una vez que un rey o gobernante ha perdo-
nado a alguien, esa persona es para siempre libre y exonerada del crimen u

0%

fensa por la que previamente estuvo bajo condena. A diferencia de la liber-
tad condicional, que es un estado probatorio que aun conlleva restricciones
para el acusado, el perdón hace “borrón y cuenta nueva” en forma absoluta,
El perdón declara que su beneficiario es tan inocente como si la ofensa nun-
a hubiera ocurrido. Una vez que una persona es perdonada, el gobierno le
devuelve su pasaporte y, desde ese momento en adelante, es libre para viajar,
trabajar, ocuparse en negocios, comprar y vender, y disfrutar de todos los
otros derechos y privilegios de su ciudadanía sin limitaciones. El perdón
justifica y restablece la justicia de una persona a los ojos de la ley.

Eso fue lo que Jesús hizo para todos nosotros en la cruz, Su muerte y su
sangre derramada nos trajeron el perdón y nos hicieron justos ante Dios una
vez mas, Nuestra ciudadanía del Reino y nuestros derechos fueron restau-
rados, y fuimos posicionados nuevamente como receptores y herederos de
todas las promesas de Dios. La justicia es hecha posible a través de la muerte
de Cristo y su resurrección, pero es impartida a nosotros a través de la fe, así
como lo fue para Abraham. Cuando creemos, nos convertimos en hijos de
Dios. Como Pablo les escribe a los gálatas: “Todos ustedes son hijos de Dios
mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cris-
to se han revestido de Cristo (...) Y siustedes pertenecen a Cristo, son ta descen-
dencia de Abraham y herederos según la promesa” (Gálatas 3:26-27, 29).

Muchos siglos -incluso milenios- han pasado entre el tiempo en que
“Adán y Eva pecaron en el Jardin del Edén y el tiempo en que Cristo vino a
restaurar nuestra justicia y devolvernos el “pasaporte” del Reino de Dios. Si
a muerte de Cristo en la cruz (ue tan vital para la restauración de la huma-
nidad, ¿por qué Dios esperó tanto tiempo para enviarlo a la Tierra?

of

Capítulo dos

Principios

El propósito de Dios para nosotros es que gobernemos sobre el orden de

lo creado como corregentes bajo su autoridad.

2. Porque Dios nos diseñó para liderar, las semillas del liderazgo yacen
dentro de nosotros, durmiendo hasta que sean activadas,

3. Como corregentes de Dios en este mundo, somos el Reino e Dos sobre
la Tierra.

4. El Reino de Dios sobre la Tierra es el gobierno de Dios dentro de los
corazones y espíritus de los creyentes, y el Reino de los cielos actúa
cuando ese liderazgo impacta en el ambiente terrenal humano.

5. El Reino de Dios es un Reino de luz, la luz del conocimiento del Señor.

6. El antídoto contra la ignorancia es el conocimiento. El conocimiento
viene por la verdad, y la verdad trae liberación.

7. Sin iluminacion espiritual en la verdad divina de Cristo, todo otro cono-
cimiento finalmente no significa nada,

8. Jesús vino a restaurar nuestra posición en el gobierno de Dios, vino a
hacernos justos.

9. Cuando estamos en buena relación con Dios, Él puede extender su
Reino -su gobierno- a muestras vidas y reinar en la Tierra a través de
nosotros.

10. A través de Cristo, nuestros pecados son perdonados, y el perdôn que
recibimos es completo de parte de Dios.

21, Jesus no podía venir hasta que existiera un modelo del Reino como
ilustración visual para que la gente pudiera comprender sus enseñanzas
acerca de su Reino.

12. El Reina de verdad de Cristo esta compuesto por ciudadanos que no

solo son buscadores de la verdad, sino también seguidores de ella

OC

"UNO no pueDe Perper Lo QUE
nunca Ha TenıDo"

ALR

CAPÍTULO TRES
Conozca al Rey y al Reino

EL NACIMIENTO DEL ANUNCIADOR DEL REINO

ace unos pocos años -justo luego del 11 de septiembre-, tenia
H programado hablar en una conferencia en Pensilvania. Cuando

arribé al aeropuerto de Pittsburgh, encontré que en la terminal
había una multitud inusual que me obstruta el paso. Luego de estar demo-
rado por más de una hora, nuestro chofer pudo avanzar y tener acceso al
automóvil. Observé que a medida que salíamos del área de busqueda del
equipaje, aquello se asemejaba a una zona de guerra. Había policía, segu-
ridad y oficiales del ejército por todas partes. Por un momento, pensé que
habia ocurrido algún acto de terrorismo. Mi chofer tuvo la valentía de pre-
guntarle a uno de los oficiales de la armada por qué había tanto operativo
de seguridad. Su respuesta me impactó. Luego de advertirnos que el tráfico
iba a estar pesado en toda la ciudad, dijo que debíamos estar preparados
para que nos solicitaran revisar nuestro vehículo en cualquier momento y
en cualquier lugar ese mismo dia. La razón -explico- para tan altas me-
didas de seguridad era que el Presidente de los Estados Unidos llegaría a
Pittsburgh en tres días. No podía creer lo que estaba oyendo. Toda esta
conmoción se debía un hombre que ni siquiera había llegado a la ciudad
todavia, jalguien que Hegaria en tres dias! Le pregunte al oficial por qué
toda es
la venida del Presidente”, me dijo.

“A medida que nos alejábamos del aeropuerto, no pude evitar pensar que
esto es lo mismo que ocurre en todos los reinos cuando se aguarda la lle-
gada de la realeza. En las Bahamas, donde naci y donde aún resido, cuando
éramos una colonia del Reino Unido de Gran Bretaña, siempre que la reina
© cualquier miembro de la familia real programaba una visita a nuestro te=
rritorio, los preparativos comenzaban con meses de anticipación. Se barrian
las aceras, se limpiaban las luces de la calle, las escuelas eran pintadas, se
colocaban banderas y mucho más. La regla dictaba que cuando un soberano

a actividad con tanta anticipación. “Nos estamos preparando para

estaba por llegar, era anunciado, y los preparativos tenían que hacerse mu-
cho tiempo antes. Incluso la gente tenía que prepararse.

Ese fue el rol de Juan el Bautista, el anunciador del Rey: Juan estaba guar-
dando el protocolo real del Reino. Su tarea era preparar a la gente, la nación
y el camino para la venida del Rey que traería el Reino. Las Escrituras des-
eriben a Juan de este modo:

“En aquellos días se presento Juan el Bautista predicando en el desierto
de Judea. Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cer
ca». Juan era aquel de quien habia escrito el profeta Isaías: «Voz de
uno que grita en el desierto: Preparen el camino para el Senor, hagante

sendas derechas."
Mano 3:13

“Yo soy la voz del que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor”
Juan 1:23

Por favor, note que el mensaje de Juan no era acerca de una religión,
sino acerca del Reino de los cielos. Es importante entender que Juan era el
proleta más singular en toda La Biblia, De hecho, Jesus dijo que Juan era el
mayor de todos los profetas que hubieran vivido jamás.

“Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande
que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos
es mas grande que él”

Marro LIL

¿Por qué Juan tenta una posición tan prominente entre los profetas?
Porque todos los profetas anteriores a Juan hablaban solo de la venida del
Reino, mientras que él tuvo el privilegio de anunciar, presentar, conocer y
bautizar al Rey del Reino.

ENTENDAMOS NUESTRO ROLCOMO REYES

El nacimiento de Jesús fue anunciado como el nacimiento de un rey
nfatiza el enfoque primario
de la misión de Jesus y su propósito al venir a la Tierra, Escuchen estas

no de

un sacerdote, Esto es muy importante, ya que

palabras concernientes a su propósito para venir. Su sacerdocio era su fun-

ntras que su reinado era su disposición eterna.

ción redentora, mi

“¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. (Jesus respondió) -Eres tú quien, dice

que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimo-

nio de la verdad, Todo el que esta de parte de la verdad escucha mi voz
Juan 18:37

“Desde entonces Pilato procuraba poner en libertad a Jesús, pero los
judios gritaban desaforadamente: ~Si dejas en libertad a este hombre,
no eres amigo del emperador. Cualquiera que pretende ser rey se hace
su enemigo”

Juan 19:12

“Pero él les dijo: «Es preciso que anuncie también a los demás pueblos
las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.» "
Lucas 4:43

¿CUÁLES ERAN LA MISIÓN Y EL PROPÓSITO DE JESÚS?

La mayor tragedia en la vida no es la muerte: es vivir una vida sin propósito.
El descubrimiento más importante en la vida de una persona es el descu-
brimiento de su propósito. El propósito se define como la imención origi-
nal o la motivación para algo. Propósito también se define como la razón o
el resultado deseado para comenzar a producir algo. Dicho sencillamente,
el propósito es el “por qué” de una cosa. Sin un claro entendimiento del
propósito, la actividad no tiene significado, y el tiempo y la energía están
desperdiciados. El propósito determina lo que es correcto, Nos protege de
hacer algo bueno a expensas de lo correcto. El propósito es el resultado
predeterminado, establecido e intencional de algo.

El gran rey de Israel, Salomón, en su libro de Proverbios expresó de esta
manera la importancia crítica del concepto de propósito:

“EI corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen

los designios del Suso”
ProveRuios 19:21

»

Esta declaración implica la prioridad de un propósito comparada con un
plan de acción. Sugiere que el interés supremo del Creador es su designio
original por sus acciones y su creación. Esa es la razón por la cual debe-
mos considerar seria y detenidamente, cuando debatimos sobre el tema más
importante del propósito y el plan de Dios para la humanidad, repasar el
propósito, el mensaje y la misión de Jesucristo.

LA MISIÓN ORIGINAL DE JESÚS

La controversial película del año 2004, La Pasión, producida por el actor
Mel Gibson, sacudió al mundo entero con la vida y muerte de Jesucristo, Ha
habido mucho debate y controversia a través de los años acerca de la vida,
el mensaje, la muerte y la resurrección de Jesucristo, especialmente dentro
de la comunidad religiosa. Hay muchas visiones y opiniones respecto de
cuál era su verdadera misión. Los eruditos han analizado minuciosamente,
examinado, revisado y escrito volümenes sobre estos temas, Pero todavia
muchos están confundidos sobre cuál era su misión, mensaje, métodos y
propósito para su venida a la Tierra

Sin embargo, para que descubramos el propósito original y la misión
de Jesus, sería obvio considerar sus propias declaraciones respecto de su
propósito y misión al venir a este mundo. Leamos algunas de ellas desde los
registros de sus amigos cercanos en la narrativa de los evangelios.

Su primera declaración pública fue hecha al comienzo de su ministerio
terrenal, cuando tenía treinta años, después de ser bautizado por su primo,
Juan el Bautista, y luego de cuarenta dias de ayuno, durante los cuales Él
venció las tentaciones de Satanás para que pusiera en peligro su misión:

‘Desde entonces comenzo Jesus a predicar: «Ang
no de los cielos esta cerca.”

jéntanse, porque el rei

Marto 4:17

La palabra cerca, en algunas ocasiones traducida como "a mano”, signi-
fica simplemente “ha llegado”. En otros términos, su primera declaración
fue la introducción y llegada de un reino, no de una religión. En esencia, EL
trajo un gobierno a la Tierra. Veamos algunas de las otras declaraciones de
Jesus concernientes a su propósito y misión

“Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: 'El reino de los cielos
esta cerca”

Margo 10:7

“En cambio, si expulso a los demonios por medio del Espiritu de Dios, eso
significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes”
Marro 12:28

“Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas
con sus siervos”

Mateo 18:23

“Y este evangelio del veino se predicard en todo el mundo como testimonio
a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”
Mateo 24:14

“Pero él les dijo: «Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las
buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado». Y siguió
predicando en las sinagogas delos judios”

Lucas 43-44

“Despues de esto, Jesús estuvo recorriendo los pueblos y las aldeas, pro-
clamando las buenas nuevas del reino de Dios”
Lucas 8:1

*(..) pero la gente se entero y lo siguio. Él los recibió y les hablo del reino
de Dios. También sanó a los que lo necesitaban”

Lucas 9:11

“Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les
serán añadidas”

Lucas 12:31

“No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del
Padre darles el reino”
Lucas 12:32

“La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan. Desde entonces se amın-
cian las buenas nucvas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar
en el. Es mas facil que desaparezcan el cielo y la tierra, que caiga una

sola tilde de la ley”
Lucas 16:16-17

“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de nin-
guna manera entrará en el”
Lucas 18:17

ismo les concedo un reino, ast como mi Padre me lo con-

Lucas 22:29

“Mi reino no es de este mundo contest Jesüs-. Si lo fuera, mis propios
guardias pelearian para impedir que los judtos me anestaran. Pero mi reino,
no es de este mundo--jAst que eres rey! —le dijo Pilato, -Eres tú quien dice
que soy vey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimo-
nio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz”
Juan 18:36-37

Estas son unas pocas declaraciones hechas por Jesús sobre su misión,
propósito y mensaje, y es evidente que su intención era declarar, establecer
e invitar a los hombres a entrar al Reino de Dios, Esto se halla en contras-
te directo con el enfoque en la actividad religiosa y la preocupación de la
religion sobre ir al cielo. Parece como si el mensaje y la prioridad de Jesús
fueran la ocupación y el reclamo de la Tierra, en vez de disehar para la hu-
manidad una escotilla de escape hacia el cielo, Hay un versículo de Las Es-
crituras que ha desafiado mi pensamiento por muchos años y tal vez arroje
algo de luz sobre este asunto para usted también.

“Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia”.
Mamo 5:5

Es interesante observar que la promesa es para heredar la Tierra en vez
del cielo, Además, su dominio sobre ella y su medioambiente fue declarado

por Jesús como el regreso del Reino de Dios.

al Hey y al Reine

“En cambio, si expulso a los demonios por medio det Espiritu de Dios, eso
significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes”
Maıro 12:28

Este versículo parece indicar el regreso del poder de dominio que Adán
perdió en su desobediencia. Jesús vino a la Tierra, no a traer una religión,
sino un Reino: la influencia gobernante del Reino de los cielos sobre la Tie-
rra, El mensaje proclama la oportunidad para la humanidad de recobrar su
dominio perdido y su medioambiente mediante el recibimiento del Espiritu
de Dios y, como resultado, la reconexión de la Tierra con el cielo. Por esta
razón, se llaman “buenas nuevas” o evangelio.

El mensaje del Reino de Dios son las noticias más importantes jamás entre-
gadas a la raza humana, Jesús vino a anunciar la llegada de su Reino y a esta-
blecerlo en los corazones de las personas a través de su ¡muerte y resurrección.
Como Hijo de Dios, Jesucristo fue la exacta apariencia de su Padre y lo repre-
sentaba perfectamente sobre la Tierra. Para todos aquellos que ereyeran en Él
y lo siguieran, Jesús restauraría sus derechos de ciudadania en el Reino de los
cielos e impartitia su Espiritu, de modo que ellos pudieran representarlo a Él
y al gobierno del cielo sobre la Tierra, Esta representación es conocida como
diplomacia. La siguiente afirmación es una declaración política que es muy
común en todos los reinos, incluidos nuestros gobiernos contemporáneos.

“Por eso, yo mismo les concedo un reino, así como mi Padre me lo con-
cedió a mi”
Lucas 22:29

Fsta declaración siempre se usa cuando un representante oficial del go
bierno tiene una misión ante otras naciones. Es la posición de un embaja-
dor. Esta no es una designación religiosa, sino una gubernamental

EMBAJADORES DEL CIELO EN LA TIERRA

Cada nación nombra embajadores y enviados para representar sus intere-
ses ante otras naciones. Como prototipo de un reino, el Reino de los cielos
no es la excepción. Dios eligió comunicar el mensaje de su Reino en toda
la Tierra: no a través de veligiosos, sino mediante representantes persona
les. La estrategia elegida por Dios para proclamar su Reino fue emplear

embajadores. Un embajador es una persona designada cuyo trabajo es re-
presentar y hablar en nombre de su gobierno de base ante los gobernantes
de otros paises. Ante los ojos de esos gobernantes, la palabra de un em-
bajador es la del gobierno que representa. Los buenos embajadores nunca
expresan sus propias opiniones, sino solamente las políticas oficiales del
gobierno que los ha designado pata ese cargo.

Del mismo modo, el pueblo de Dios es su embajador en la Tierra, Las
Escrituras lo enseñan con claridad. Dios escogió a Moisés para liberar a
los israelitas de Ja esclavitud en Egipto y para representarlo a Él delante de
ellos. Los profetas representaban a Dios y hablaban sus mensajes de adver-
tencia y juicio a una nación que le habia dado la espalda. En 2 Corintios
5:20, Pablo escribe: “Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los
exhortara a ustedes por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos
que se reconcilien con Dios”. Como embajadores del cielo, representamos el
Reino de nuestro Padre en la Tierra. Si hemos de ser eficaces, es importante
que entendamos de lo que estamos hablando.

CARACTERÍSTICAS DE UN EMBAJADOR

Un embajador es un ser politico único en todos los reinos, y su desempeño
debe ser comprendido plenamente, con ef objeto de poder apreciar el poder
y la distinción de su reverente posición. A continuación hay algunas cuali-
dades supremas de un embajador:

+ Es nombrado por el rey, no votado por la gente;

+ Esdesignado para representar el estado o reino;

+ Está comprometido solamente con los intereses del estado:

+ Representa físicamente a la nacion-estado o reino;

+ Es totalmente respaldado por el estado;

+ Es responsabilidad del estado:

+ Está totalmente protegido por su gobierno:

+ Nunca se convierte en ciudadano del estado o reino al cual es asignado:

+ Solo puede set retirado por el rey o presidentes

+ Tiene acceso a toda la riqueza de la nación por su asignación;

+ Nunca expresa su posición personal sobre algún tema, solamente la
posición oficial de su nación: y

+ Si objetivo es influenciar en el territorio para bien de su gobierno.

voy

Conorea al Rey yal Reine

Todas estas cualidades y

racterísticas están incorporadas en el mensaje
y ministerio del Reino de Dios y son perfectamente ejemplificadas por nues-
tro Embajador Principal (Secretario de Estado). Jesucristo.

Todas estas cualidades también se aplican a cada ciudadano del Reino de
los cielos que ha sido nombrado por el gobierno de los cielos para represen-
tar al cielo sobre la Tierra. Por esta razón, Jesús nos amonestó para que no
nos preocupáramos por nada concerniente a nuestras vidas, sino que nos
centráramos en el Reino; entonces, todo lo que precisáramos para nuestra
vida y para cumplir nuestro propósito en el Reino sería provisto por el go-
bierno de los cielos.

A continuación hay algunas declaraciones y referencias sobre el trabajo
de embajador, expresadas por el Rey, Jesús mismo, respecto de sus tareas di
plomáticas en representación de su gobierno celestial. Estas características
El se las ha transferido a usted, como ciudadano del Reino de los cielos

“Pero Jesus les respondía:
trabajo”

fi Padre aun hoy esta trabajando, y yo tam-

Juan 5:17

“Entonces Jesús afirmó: -Ciertamente les aseguro que el hijo no puede

hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre

hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo”
Juan 5:19

“Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que
vigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino
cumplirla voluntad del que me envio”

Juas 5:30

“Asi como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el
que come de mi, vivirá por mi”

Juan 6:57

“Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el
que me envio es veraz, y lo que le he oido decir es lo mismo que le repito
al mundo”

Juan 8:26

“Por eso Jesús uñadió: Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sa
bran ustedes que yo soy; y que no hago nada por mi propia cuenta, sino
que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado. El que me envio está

conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada”
Juan 8:28-29

“Si no hago las obras de mi Padre, no me crean”
Juan 10:37

“Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó
qué decir y como decirlo. Y sé muy bien que su mandato es vida eterna.
Asi que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir”

Juax 12:49-50

“iPero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavia no me co-
noces? El que me ha visto à mi, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme:
“Muéstranos al Padre”? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que
el Padre está en mi? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como
cosa mia, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras.
Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre esta en
mi; o al menos créanme por las obras mismas. Ciertamente les aseguro
que el que crec en mi las obras que yo hago tambien él las hara, y aun las
hará mayores, porque yo vuelvo al Padre”

Juas 14:9-12

* ¡La paz sea con ustedes! —repitio Jess. Como el Padre me envió a mi,
ast yo los envio a ustedes. Acto seguido, soplo sobre ellos y les dijo: -Re-
ciban el Espiritu Santo”

Jus 2021-22

Yo declaro que nosotros también somos embajadores de nuestro gobier-
no celestial, representando el pensamiento, la voluntad, el proposito y los
planes de nuestro gobierno en la Tierra, de modo que su Reino pueda venir
y su voluntad pueda ser hecha así como es hecha en el cielo, Se nos enco-
mienda hablar solamente lo que nuestro gobierno habla, no nuestras opi-
niones o puntos de vista personales. Por lo tanto, cada vez que se le solicita
a un embajador un comentario sobre algún tema, él esta obligado a declarar

106

Conerca al Rey y al Reine

la posición de su gobierno, Él simplemente cita la posición de su constitu
«ión (La Biblia) en todos los asuntos, Vaya y sea un embajador del gobierno
de los cielos, no de una religion. Estudie su constitución para conocer y
entender la posición de su gobierno en todos los aspectos de la vida.

ELREINO Y LA REPÚBLICA

La mayoría de nosotros que crecimos en una sociedad democrática tenemos
problemas a la hora de entender el concepto de reino. Por la misma razón,
también frecuentemente tenemos dificultades para entender La Biblia, ya
que ella no habla sobre democracias. Como vivimos bajo un sistema de-
mocrático de gobierno, tendemos a suponer que Dios es democrático. Y
no es así. Aunque muchos de los fundamentos y piedras angulares de la
democracia son bíblicos, tales como los principios de derechos humanos,
libertad y dignidad, la democracia en sí misma no es un concepto bíblico.
La democracia surgió en la antigua Grecia, como producto del pensamiento
de los filósofos griegos como Platón, Sócrates y Aristóteles. La democracia
es un invento del hombre; no provino de La Biblia.

En nuestro mundo moderno, las democracias usualmente adoptan una
de dos formas: o una república o una democracia parlamentaria. Una repti-
blica es una nación democrática dirigida por un presidente elegido por el
pueblo, El poder final de una republica descansa sobre los ciudadanos en
vez de sobre el liderazgo. Los Estados Unidos, Canadá, Nigeria, Inglaterra,
España, Jamaica, Brasil o cualquier otra forma democrática de gobierno o
una democracia parlamentaria, como en el caso de las Bahamas, son todas
repúblicas porque han elegido a sus presidentes.

Yo soy ciudadano de las Bahamas. Ella se rige por una democracia parla-
mentaria bajo una mancomunidad de naciones. La mayor posición de lide-
razgo en nuestro país no es un presidente, sino un gobernador designado.
bajo el cual hay un primer ministro elegido por el pueblo. El primer mi-
nistro es el jefe ejecutivo de las Bahamas y es responsable por ejecutar los
mandatos del gobernador. Luego de cada elección, el primer ministro le da
su plan de gobierno al gobernador, que lo revisa y se lo devuelve, En una
democracia parlamentaria, el primer ministro, aunque es el jefe ejecutivo,
recibe órdenes del gobernador, quien mantiene la posición más elevada en
el gobierno. Simbolicamente, sin embargo, incluso el gobernador no tiene
la posición más alta, ya que la Reina de Inglaterra es, de nombre, quien

gobierna nuestro país (aunque en realidad no gobierna nada). En nuestra
mancomunidad de naciones, ell es la titular del estado

Ya sea que vivamos en una republica como los Estados Unidos o en una
nación parlamentaria como las Bahamas, el problema que tenemos como
ciudadanos de una democracia es tratar de entender lo que significa como
creyentes vivir en un Reino, Esta es una distinción muy importante. La Bi-
blia enseña sobre un Reino regido por Dios. Un reino es totalmente opuesto
una democracia. Para vivir exitosamente en el Reino de Dios debemos
hacer un cambio completo en nuestra mente. No podemos ser ciudadanos
efectivos del Reino de Dios y continuar pensando de manera democrática.

DESARROLLAR UN PENSAMIENTO DE REINO

Las primeras palabras registradas del ministerio público de Jesús se dirigen
directamente a nuestra necesidad de pensar y actuar en un contexto de Rei-
no. Jesús, luego de ser bautizado por Juan en el rio Jordán y pasar cuarenta
días en el desierto siendo tentado por Satanás, inició su misión terrenal de
este modo:

“Desde entonces comenzo Jesús a predicar: 'Arrepiéntanse, porque el sci
no de los ciclos está cere

Marto 4:17

Jesús vino al mundo a introducir el plan de Dios para este planeta, y lo
primero que dijo fue: “¡Arrepiéntanse!”. En su primer discurso al mundo,
Jestis comenzó diciéndonos que necesitábamos cambiar nuestra mente, Eso
es esencialmente lo que significa la palabra arrepentirse. Tal vez una mejor
manera de decirlo es que necesitamos cambiar nuestro pensamiento o nues-

tra mentalidad,

Hablando literalmente, arrepentirse significa parar, dar la vuelta e ir en
la dirección contraria. Es como cuando uno va caminando por la calle y de
pronto se da cuenta de que está yendo en la dirección equivocada, entonces
ira ciento ochenta grados para dirigirse al sentido correcto. Esto sugiere
acción, pero la acción sigue al pensamiento. Antes de poder darnos vuelta,
tenemos que haber decidido hacerlo. Algunos consideran que la primera
palabra de Jesús hacia nosotros es insultante, ya que El está diciendo: “Us-
redes tienen un pensamiento errado, Todo lo que aprendieron está mal, y

sob

Convera al Rey yal Reino

necesitan cambiar”, Por ejemplo, en muestro entorno democrático hemos
sido enseñados que los gobiernos operan por la voluntad y el voto del pue-
blo, aun al escoger a muestro propio lider. En una democracia, cada voto
vale, y cada opinión es importante, La mayoría gobierna. No así en un reino.
El voto de la gente no significa nada en un reino, y
que importa: la del rey.

No hay votaciones en el Reino de Dios; su Palabra es suprema y abso-
Ita. No votamos por nuestro Lider; Él ya está en su posición, y el suyo es
un oficio permanente. La posición de Dios como Rey es eterna, un reino
que nunca terminará, ni por muerte ni por conquista, En el Reino de Dios,
‘nuestra opinión no tiene importancia. Su Opinión es todo lo que cuenta: su
voluntad y sus caminos suplantan a todo lo demás. El concepto de mayoría
no es aplicable en el Reino de Dios. Aunque una mayoría de la población de
la Tierra vive en ignorancia y rebeldía contra Dios, Él es y seguirá siendo el
soberano Rey de la creación. No hay votación en el Reino de Dios; su Palabra
es suprema y absoluta.

una sola opinión es la

CONTRASTE ENTRE UN REINO Y UNA DEMOCRACIA

Un reino y una democracia son dos mundos completamente diferentes. Esa
es la razón por la que es dificil para los creyentes que nacieron bajo una
democracia vivir una vida fuerte en el Reino, Queremos debatir los temas
© interponer nuestros propios pensamientos u opiniones. Tratamos de al-
canzar el consenso o comprometemos algunas cosas con tal de mantener a
todos felices, en vez de simplemente reconocer que la palabra del Rey es ley.
Si Dios dice que el adulterio es pecado, esaes la palabra del Rey y su palabra
es ley. El tema no está abierto a debate. Podemos discutir sobre las palabras
de Dios y sus decretos hasta que nos quedemos azules, pero su Palabra se-
‘guia siendo ley. No importa que filosofía humanística se predique desde los
Púlpitos de las escuelas y las corts, la ey de Dios es absoluta.

En una democracia, los ciudadanos pueden reunirse a protestar por las
políticas de gobierno y formar comités y grupos para ejercer presión politica
en los cuerpos legislativos y cambiarlas leyes. Eso no sucede en un reino.
La Palabra de Dios es absoluta en su Reino, y ella es la “constitución” del
Reino de Dios, El Rey ha decretado que el adulterio es un pecado, Esto está
escrito en la “constitución”, en el Ariculo Éxodo, Punto 20, Subpunto 14

‘No cometas adulterio”, y el Artículo Levítico, Punto 18, Subpunto 20 dice:

109

“No tendrás trato sexual con la mujer de tu prójimo, para que no te hagas im-
pus por causa de ella”. Estos decretos, y otros al igual que ellos, son más
fuertes que la piedra, porque ellos son las palabras del Rey. Su Palabra es ley
y nunca cambiará,

Si decimos que estamos viviendo la vida del Reino, no podemos estar
constantemente formando nuestros grupitos para presentar nuestra propia
opinión o para desafiar La Palabra del Rey. Como ley, su Palabra no es nego-
ciable y es inmutable. Nos metemos en problemas cada vez que tratamos de
aplicar nuestra mentalidad democrática en la vida del Reino.

UNA LECCIÓN DE UN HOMBRE LLAMADO JOB

Hariamos bien en aprender la lección de Job. Siendo un hombre grande-
mente bendecido por Dios en familia y riquezas, Job perdió todo lo que
tenia luego de que Dios le permitiera a Satanás probar su fe. A través de
mucho dolor y sufrimiento, incluido el consejo inutil de sus amigos bien
intencionados, Job deseaba debatir con Dios porque creta que estaba siendo.
tratado injustamente.

All fue cuando Dios intervino para recordarle a Job su lugar y la natu
raleza de su relación:

“El Señor le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo: ¿Quién es éste,
que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido? Prepárate a
hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás. ¿Dónde estabas
cuando puse las bases de la tierra? ;Dimelo, si de veras sabes tanto! ¡Se-
guramente sabes quién estableció sus dimensiones y quién tendió sobre
ella la cinta de medir! ¿Sobre qué están puestos sus cimientos, o quién
puso su piedra angular mientras cantaban a coro las estrellas matutinas
y todos los angeles gritaban de alegria?”

Jos 38:1-7

Aqui comienza un aluvión de preguntas que Dios le hace a Job, que abar-
can cuatro capículos y lo dejan a él (y a nosotros tambien) sin duda alguna
de Quién es el que manda. Para el tiempo en que todo se hubo acabado, Job
había cambiado su forma de pensar. El obtuvo una actitud completamente
nueva y una mirada mucho más humilde:

Comoren ol Hey y ul Remo

“Job respondio entonces al Senor Le dijo: «Yo sé bien que tii lo puedes
todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. ¿Quién es éste, has
preguntado, que sin conocimiento oscurece mi consejo? Reconozco que he
hablado de cosas que no alcanzo a comprender de cosas demasiado ma-
ravillosas que me son desconocidas. Ahora escúchame, que voy a hablar,
dijiste; yo te cuestionare, y ti me responderds. De oidas habia o1do hablar
de i, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo
que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.»"

Jon 42:1-6

Job se arrepintió. Tuvo un cambio de mentalidad que cambió todo lo de-
‘mas. Comenzó a ver su propia vida desde la perspectiva del Reino. Nosotros
necesitamos arribar al mismo lugar y darnos cuenta de que no podemos
hacernos los tontos con Dios. Él es el Rey, no el presidente. No lo votamos y
no podemos destituirlo, Necesitamos dejar nuestra mentalidad democrática
y comenzar a pensar como ciudadanos del Reino,

VOLVER A PENSAR EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

Una parte vital del pensamiento sano del Reino es tener una comprensión
clara y correcta sobre lo que Las Escrituras dicen respecto al regreso de
Cristo y otros temas apocalípticos, Es relevante, ya que como ciudadanos
del Reino tenemos un rol importantísimo en preparar el regreso de Cristo.
Hay mucha confusión y mala información en la Iglesia sobre el tema de
los tiempos finales. Tenemos la responsabilidad de estar bien informados,
basados en lo que La Palabra de Dios dice en verdad, y debemos evitar a
toda costa las especulaciones e interpretaciones de los supuestos maestros
proféticos de hoy.

Un dia los discípulos de Jesús le hicieron una pregunta sobre la cual la
genic ha meditado a través de todos los siglos:

“Mas tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, cuando llega
von los discipulos y le preguntaron en privado: —¿Cuándo sucederá eso,
y cual sera la señal de tu venida y del fin del mundo? ~Tengan cuidado
de que nadie los engañe —les advirtió Jexús— Vendrán muchos que, usan-
do mi nombre, diran: "Yo soy el Cristo, y engañarän a muchos. Ustedes
irán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse.

Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin, Se levantará na-
ción contra nación, y reino contra reino. Habra hambres y terremotos por
todas partes. Todo esto serd apenas el comienzo de los dolores, Entonces
los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán
todas las naciones por causa de mi nombre. En aquel tiempo muchos se
apariarän de la fe; unos a otros se traicionaran y se odiarán; y surgirá
un gran nümero de falsos profetas que engañaran a muchos. Habrá tanta
maldad que el amor de muchos se enfriara, pero el que se mantenga firme
hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino se predicara en todo el
mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”
Matto 24:3-14

¿CUÁNDO VENDRÁ EL FIN?

Esta pregunta parece interesar a todos, creyentes y no creyentes por igual.
Este pasaje del capítulo 24 del Evangelio de Mateo es una de las escrituras
favoritas para aquellos que están buscando información sobre los tiempos
finales, Habla acerca de guerras y rumores de guerras, hambre, terremotos,
falsos profetas, tribulación, dificultades extremas y el aumento de la maldad
en la Tierra. Muchos predicadores y maestros citan estos eventos y señalan
‘ejemplos del tiempo actual, y luego proclaman: “¡El tiempo esta cerca! ¿No
ven todo lo que sucede a nuestro alrededor?

Debemos ser cautos y discernir cuándo se trata de profecías como esta
y la gente que las proclama. Nuestra generación no es única; los maestros
profetas han estado operando por cientos de años. Muchos de ellos son le-
gílimos y son estudiosos prudentes de Las Escrituras, mientras que muchos
otros estudian La Palabra de Dios lo suficiente como para atemorizar a otros.
Ellos ven “las señales del tiempo” en ca
oyes decir: “¿Recuerdas este terremoto en la India? ¡Eso significa que Cristo
regresa pronto!”; "el Señor dijo que habria pestes y epidemias en los últimos
días. Con el azote del sida alcanzando a tanta gente alrededor de todo el
mundo, sabemos que la venida del Jesús está a la vuelta de la esquina”

Lo que a menudo estos maestros no mencionan y que muchos creyentes
no ven son las palabras de cautela por parte de Jesús en estos versículos. Él
dice que habri
necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin”. Las hambrunas y terre-
motos “son apenas el comienzo de los dolores”.

la suceso, grande o pequeño. Los

“guerras y rumores de guerra, pero procuren no alarmarse. Es

Comuzca al Key y al Reino

La clave venladera para entender el tiempo del regreso de Cristo y el final
de todas las cosas, se halla en el versículo 14:

“Y este evangelio del reino se predicard en todo el mundo como testimonio
a todas las naciones, y entonces vendra el fin”
Matto 24:14

La señal del final de los tiempos será esta: la predicación del evangelio
del Reino en todo el mundo. Este versículo revela el tiempo de la venida de
Jesús, pero no la hora. Es bastante obvio que la “hora” solo la conoce el Pa-
dre. Jesús mismo dijo: “Pero en cuanto al dia y la hora, nadie lo sabe, ni siquie-
ralos angeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). Cuando
llegue el momento del fin, el evangelio del Reino será predicado “en todo
el mundo como testimonio a las naciones”. La palabra griega ethnos (nacio.
nes) se refiere a cada grupo de gente, cada cultura, cada raza, cada tribu,
cada lengua, cada sistema político y cada estado nacional. Luego de que el
evangelio del Reino sea predicado a todos ellos, entonces vendrá el fin

¿Quién hará esto? La respuesta tiene que ver con el mismo mandato de
dominio que tenemos. Somos nosotros, los creyentes y seguidores de Cris-
10 y ciudadanos del Reino de Dios, quienes tenemos la responsabilidad de
proclamar el evangelio al mundo. Esta es la comisión que Jesús nos entregó
cuando ordenó: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizán-
dolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, enseñándoles a
obedecer todo lo que les he mandado a ustedes” (Mateo 28:19-20). ¿Cuándo
volverá Jesús y será el fin? Cuando nuestra comisión sea cumplida, La hora
específica de su regreso está en manos de Dios, pero el tiempo general esta
en las nuestras. Es lamentable que hayamos pasado tanto tiempo especulan-
do con la hora de su regreso y tan poco cumpliendo la verdadera señal que
impulsará su retorno

UNA CLAVE DEL REINO: PREDICAR EL EVANGELIO

Si Jesus no ha venido todavia es porque nuestra comisión de predicar el
evangelio y hacer discípulos en todo el mundo no ha sido cumplida aun.
¿Cuántas iglesias, hoy, están predicando el evangelio del Reino activamente
y a conciencia? Predican de la prosperidad, predican sobre sanidad, libera-
ción, predican sobre las lenguas, pero ¿cuántos predican del Reino de Dios?

1

No cualquier mensaje lo hará. Estos son temas legítimos, pero secundarios
cuando los comparamos con la proclamación del mensaje del Reino. Jesús
regresará solamente cuando el mensaje del Reino haya sido proclamado en
roda la Tierra, y esa proclamación es responsabilidad de la Iglesia

Hablando en términos generales, la Iglesia como un todo ha decaído en
esta responsabilidad. Todo lo que tenemos que hacer es mirar alrededor
nuestro para ver que esto es cierto. ¿Por qué tenemos tantos musulmanes,
hinduistas, budistas, sintoistas, cienciologistas, animistas, ateístas y todos los
tros "istas”, buscando inútilmente a Dios? ¿Por qué hay tantas personas que
pasan toda su vida con poco y nada de conocimiento de su Reino y lo que él
puede significar para ellos? Es porque la Iglesia no ha hecho su trabajo,

Dios sabe lo que cada persona en la Tierra necesita y lo que está buscan-
do, aun cuando nosotros no lo sabemos. La posibilidad de su salvación está
contenida en el mensaje del Reino. A través de todo su ministerio terrenal,
Jesús se enfocó en la predicación y enseñanza acerca del Reino:

“Jesus recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas,
anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad
y toda dolencia. Al ver « las multitudes, tuvo compasión de ellas, por-
que estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. «La
cosecha es abundante, pero son pocos los obreros les dijo a sus dis-
cipalos-. Pidanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envie obreros
a su campo.”

Marco 9:35.38

¿DÓNDE ESTÁN LOS OBREROS?

Jesús dijo que la cosecha estaba lista. Hay una abundancia siega de granos
maduros y listos para la hoz del segador. El estaba rodeado por todas partes
de multitudes que estaban "agobiadas y desamparadas”, gente que estaba va
gando sin esperanzas o dirección, gente que estaba madura para ser recogida.

Lo que fue real en los tiempos de Jesús, hace dos mil años, es todav
real en nuestros días: nuestro mundo está lleno de personas que están bus-
cando la verdad, gimiendo por Dios y tropezando en la penumbra de la
oscuridad espiritual. No hay nada “malo” con estas personas; simplemente
ellas estan maduras para ser cosechadas. Ya sea que se den cuenta o no,
la gente precisa ser cosechada. Todos necesitan saber que la vida tiene un

Pr

Convsre al Keys al Reino

significado y proposito y que tienen un Padre celestial que los ama y se
interesa por ellos. No tenemos que “madurar” a un budista o à un hindú o
a un musulmán o a cualquier otro para la cosecha. Ellos ya están maduros,
y lo han estado por dos mil años.

El problema radica no en el grado de preparación de la cosecha, sino en
la disponibilidad de los segadores. Cuando Jesús dijo: “La cosecha es abun-
dante pero son pocos los obreros”, no estaba hablando solo de la cantidad de
los obreros, sino de su calidad también. Existe un doble problema: muchos
creyentes que deberian estar trabajando en el campo de la cosecha no lo
están, y muchos de los que sí están trabajando no están haciendo un buen
trabajo, El mundo entero está maduro para el Reino de Dios, pero nosotros,
que somos los ciudadanos y representantes de ese Reino, estamos fallando
en nuestra responsabilidad de levantar la cosecha

“Designé a doce -a quienes nombró apóstoles-, para que lo acompañaran
y para enviarlos a predicar”
Marcos 3:14

Hay un tiempo para sentarse a los pies de Jesús y disfrutar de su pre-
sencia, pero también hay un tiempo en que somos enviados a predicar este
evangelio del Reino. Ese tiempo es ahora.

Muchas personas que vienen a la iglesia son salvas porque quieren “un
seguro contra incendio”. Quieren asegurarse de que no irán al infierno. Por
eso, vemos tantas personas que se apartan 0 tantas “bajas” espirituales. Al-
guien tiene temor del fuego y viene a una reunión en donde el predicador
le dice cómo evitar el infierno volviéndose a Cristo. Por causa del temor,
esa persona corre al frente en la iglesia, confiesa sus pecados, acepta a Jesús
y obtiene su póliza de seguro contra incendios a la que llama “salvación”.

Luego de un par de meses, eventualmente se vuelve frustrado, aburrido
dose al
mundo. ¿Por qué? Porque el mundo promete la misma cosa que él esperaba
encontrar en la iglesia, pero que esta no supo darle: poder para vivir. El Rei-
no de Dios se trata de poder, pero muchos creyentes y otros se lo pierden,
porque hay pocas iglestas que realmente lo enseñan.

Todos queremos poder en nuestras vidas. A todos nos gusta estar en
control. Por eso, resistimos los intentos de los demas por dominarnos. Por
eso, detestamos deberles dinero a otros, porque al que le debemos es quien

y deprimido con esta cosa de su nueva “religión” y acaba vol

nos controla, Estamos en la búsqueda del poder para controlar nuestras cir-
eunstancias. La busqueda de poder de la humanidad es lo que hace que el
mensaje del Reino sea tan atractivo. El reino de Dios representa poder.

Durante su ministerio terrenal, miles de personas de toda clase se sentían
attaidas hacia Jestis, conducidas a Él, porque todo en Él hablaba de poder.
El demostró su poder sobre la enfermedad, poder sobre la naturaleza, poder
sobre la muerte, poder sobre el pecado, Todos venían a Él ricos, pobres, no
importaba- porque se sentían impotentes en sus circunstancias, Cada uno
de ellos, a su manera, estaba buscando el Reino.

“NICO” EN LA NOCHE

Nicodemo, un líder religioso judío muy respetado, vino a Jesús buscando
el Reino. Jesús le dijo que él necesitaba “nacer de nuevo” (vea Juan 3:3)
Un joven gobernante rico vino a Jesús buscando el Reino: *... ¿Qué debo
hacer para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17). Tenía dinero, pero algo
estaba faltando en su vida. Jesús le respondió que debía dar todas sus ri-
quezas a los pobres y luego seguirlo (Marcos 10:21). Una mujer samarita-
na que había tenido cinco maridos ni siquiera sabía que estaba buscando
el Reino hasta que se encontró con Jesus, mientras sacaba agua de un
pozo en las afueras de su aldea, Alli El le habló del “agua viva” que podía
darle y que satisfaria su sed para siempre y se transformaría en una “fuen-
te de aguas vivas” (Juan 4:10, 14). Ella le respondió: “Señor dame de esa
agua...” Guan 4:15). En otras palabras, ella estaba preguntando “¿Cómo
entro en este Reino?”.

La gente por todas partes está buscando el Reino, aunque ellos mismos
no lo reconozcan con ese nombre. Por eso, la cosecha está lista. Todo lo
que ellos necesitan es alguien que les muestre el camino. Cuando estuve en.
Malasia, no podía predicar de Jesús públicamente debido a que ese es un
país musulmán, Me reunía con las personas más importantes del gobierno
por cinco horas cada día y no podía mencionar a Jesucristo como salvador
y Señor. ¿Qué podía hacer? ¡Les hablé sobre el Reino! Cuando terminé,
todos compraron mis cintas y mis libros, y yo me fui a casa. Al poco tiempo
comencé a recibir correos electrónicos de algunos de ellos diciendo cosas
como: “Estuve leyendo su libro e hice la oración...”

Algunos de esos lideres fueron salvos. ¿Por qué? Porque la gente no está
buscando religión: están buscando poder, y el Reino ofrece poder. El Reino

ne

representa el dominio que perdimos cuando Adán y Eva cayeron, y nuestra
naturaleza nos dirige en un intento constante de recuperarlo. Si predicamos
el evangelio del Reino de Dios, la gente responderá.

EQUILIBRAR LA VIDA MIENTRAS VIVIMOS EN DOS REINOS

Jesus comenzó su ministerio público con las palabras: “Arrepiéntanse, porque
el Reino de los cielos está cerca” (Mateo 4:17). Como creyentes enfrentamos
el desafío diario de vivir en dos reinos a la misma vez: el Reino de los cielos,
donde está nuestra ciudadanía, y el reino de este mundo, donde residimos
actualmente. El hecho de que estos dos reinos estén constantemente en
conllicto le agrega un ingrediente a ese desafío

Como siempre, debemos mirar a Jesús en busca de un modelo de cómo
equilibrar la vida en los dos reinos. Un día, algunos líderes religiosos judios
que se oponían a Jesús quisieron atraparlo con una pregunta. Era una pre-
gunta aparentemente sencilla, pero que podría haber puesto a Jesús entre la
espada y la pared si Él no hubiera entendido claramente la realidad de los
dos reinos y la relación entre ambos.

“Entonces salieron los fariscos y tramaron cómo tenderle a Jesus una tram-
pa con sus mismas palabras. Enviaron algunos de sus discipulos junto con
los herodianos, los cuales le dijeron: Maestro, sabemos que eres un hom:
bre integro y que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad. No te
dejas influir por nadie porque no te fijas en las apariencias. Danos tu opi-
ion: ¿Está permitido pagar impuestos al césar o no? Conociendo sus ma-
las intenciones, Jesús replicó=¡Hipócritas! ¿Por qué me tienden trampas?
Muéstrenme la moneda para el impuesto. Y se la enseñaron. —¿De quién
son esta imagen y esta inscripción? les preguntó. -Del césar -respondie-
ron. —Entonces denle al césar lo que es del césar y u Dios lo que es de Dios
AL otr esto, se quedaron asombrados. Ast que lo dejaron y se fueron”
Mateo 22:15-22

LA IMAGEN DE UN REY

La respuesta de Jesús a la pregunta de sus enemigos era simple, pero conte-
nia una profunda verdad. Como un hombre de reino, Jesus reconocía que
todos los sistemas de gobierno tienen reclamos y demandas legítimas de su

er

ciudadanía. Él simplemente dijo que debíamos darle a cada gobierno lo que
le corresponda, Cada reino terrenal tiene su propio sistema de impuestos.
Porque la moneda utilizada para pagar las tasas de Roma llevaba la imagen
del César, eso significaba que el César las reclamaba como propias, Él era el
rey y simplemente estaba pidiendo lo que era suyo, Todo lo que llevara la
imagen del César le pertenecía a él.

Del mismo modo, todo lo que Neva la imagen de Dios le pertenece a
Dios. Como seres creados a imagen de Dios, nosotros le pertenecemos a El, y
El puede reclamarnos de una manera que ningún reino terrenal puede. Los
líderes humanos de la nación en donde vivimos y trabajamos y quienes nos
otorgan la ciudadanía pueden hacernos reclamos legítimos sobre nuestro
tiempo, dinero, labor, pero no pueden reclamar nuestro carácter. Nosotros
portamos tna imagen más profunda y respondemos a una demanda supe-
rior porque le pertenecemos a Dios.

Si el “César” pide nuestro dinero, debemos dárselo, porque pagar nues-
tros impuestos es una responsabilidad como ciudadanos de un país libre,
pero si nos pide muestra lealtad principal, alli es donde tenemos que trazar
el limite

DANIEL Y EL REINO

in el Antiguo Testamento, nadie escribió más acerca del Reino que Daniel
Aunque estaba en el exilio judío, Daniel era también un oficial importante y
del alto rango en el Imperio Babilónico. Al mismo tiempo, era un problema
para el gobierno porque él comprendía los principios del Reino.

Una vez, Daniel acabo en un foso de leones por negarse a obedecer el
decreto del rey. El rey exigia que todas las personas oraran exclusivamente a
él por treinta dias. Como Daniel adoraba y servía a Dios, el desafió la orden
del rey y fue echado a los leones como consecuencia de su desobediencia.
Dios preservo su vida cerrando las bocas de los Icons, y Daniel vivió para
servira su rey por muchos años más. Cuando el rey sobrepasó su autoridad
y demandó de Daniel una lealtad que solamente se le debía a Dios, entonces
Daniel silenciosa pero deliberadamente se negó. Mediante sus acciones, es-
taba dicióndole al Rey: “Ti mandas sobre mi tiempo, mi dinero, mi trabajo
y, en asuntos de estado, sobre mi lealtad, pero tú no mandas sobre mi alma.
Mi alma está estampada con una imagen superior, la imagen de Aquel que
me demanda la mayor de las lealtades”.

eu al les vat Roco

TRES JUDÍOS Y EL REINO

Daniel también escribió sobre otros tres judios exiliados quienes, al igual
que él, eran oficiales del gobierno y también entendían y obedecían los
principios del Reino. Sadrac, Mesac y Abednego rehusaron directamente
obedecer las órdenes del rey de inclinarse y adorar un idolo que él habia
erigido. Como resultado, fueron echados en un horno ardiendo, tan ca-
Tiente que mató a los hombres que los habían arrojado adentro de él. Dios
los protegió y los liberó sanos y salvos de las llamas, y ellos continuaron
sirviéndolo a El y a su rey por muchos años mas (vea Daniel 3). Su testi
monio era el mismo que el de Daniel: en cuestiones del espíritu, Dios nos
demanda una lealtad indivisible,

USTED Y EL REINO

Usted puede trabajar en una oficina, y tal vez su jefe venga pidiéndole que
haga algo que usted sabe que no es lo correcto. Puede ser algo poco ético o
incluso ilegal. ¿Qué debe hacer? Si usted está comprometido con los princi-
pios del Reino, debería con todo respeto, pero también firmeza, recordarle
à su jefe que aunque él pueda hacer demandas de su tiempo y labor mien-
tras que usted está en el trabajo, no puede hacer demandas que afecten su
carácter. Él puede ser el dueño de los papales, las lapiceras, los clips, la
computadora y aun la empresa, pero no es el dueño de su vida. Levántese
y defienda lo que es justo, aun si eso pone su puesto de trabajo en riesgo.
Una vez que usted negocie su carácter e integridad por un simple empleo,
entonces su jefe pasará « ser su dueño, Recuerde que tiene una imagen más
profunda grabada en usted y que responde a una autoridad más alta porque
pertenece a otro Reino.

Tal es el desafío de vivir en dos reinos. Cada uno hace sus demandas
sobre nosotros todos los días, y esas demandas exigen elecciones de nuestra
parte. Siempre que estas no entren en conflicto mutuamente, está todo bien
Durante el tiempo en que el conflicto asoma, mostramos lo que realmente
creemos y dónde está nuestra verdadera lealtad.

ny

Capitulo tres
Principios

1. Como embajadores de Cristo, representamos el Reino de muestro Padre
en la Tierra

2, No podemos ser ciudadanos efectivos del Reino de Dios y continuar
pensando en forma democrática.

3. Un pensamiento correcto siempre precede un actuar correcto.

4. Debemos hacer a un lado nuestra mentalidad democrática y comenzar
a pensar como ciudadanos del Reino.

5. El fin llegará cuando el evangelio del Reino haya sido predicado en todo
el mundo.

6. La hora específica del regreso de Cristo está en las manos de Dios, pero
el tiempo general está en las nuestras.

7. El problema radica no en el grado de preparación de la cosecha, sino en
la disponibilidad de los segadores,

8. El Reino de Dios representa poder.

9. La gemte en todas partes está buscando el Reino, aunque no lo reconoz-
can con ese nombre,

10. Como seres creados a imagen de Dios, le pertenecemos a Él, y Él puede
reclamarnos en un modo que ningún reino terrenal puede hacerlo

11. En cuestiones del espíritu, Dios demanda una lealtad indivisible.

MOR

“los creó La nación, Y eL
Homsre HIZO La CIUDAD"

AR

CAPÍTULO CUATRO

La misión de Jesús:
restaurar el Reino

Dios nos ereó a cada uno para resolver un problema. Hay algo que Él

deseaba que se realizara y que requería de nuestra existencia, la exis-
tencia de cada uno de nosotros. Ninguno de nosotros existe por accidente.
Ninguno está aquí por error. Nuestro lugar en este planeta está relacionado
con una misión que Dios tenía en mente mucho tiempo antes de crear el
mundo. Esto nos hace cruciales en su plan global.

T das las personas del mundo han nacido para alcanzar un propósito.

REVERTIR LA MALDICIÓN DE LA DESERCIÓN DEL HOMBRE

El propósito de Dios para nosotros es el mismo de siempre: ejercer dominio
y autoridad sobre el plano terrenal bajo su reinado soberano. Eso nunca ha
cambiado, Lo que sí ha cambiado es nuestra posición. La abdicación de Adán
y de Eva de su lugar de autoridad legal le permitió a Satanás, un querubin
desernpleado, usurpar el trono que Dios planeó que ocupáramos nosotros.
Relegados al estado de súbditos indefensos de un devastador reino de tinie-
blas, no podemos regresar a nuestro lugar original sin la ayuda de Dios.

Afortunadamente para nosotros, Él no nos tacho ni hizo algo así como "a
u Propósito eterno nunca será torcido;
su perfecta voluntad se cumplirá, Desde el comienzo mismo, Dios tenía un
plan que resolveria el problema de nuestra deserción: “Pero cuando se cum-
plio el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para
rescatar a los que estaban bajo ta ley, a fin de que fueramos adoptados como
hijos” (Gálatas 4:4-5). El propósito de Dios era restaurarnos a nuestro esta-
do pleno como sus hijos e hijas, y traernos de regreso a su reino, El envió
a Jesús como el Camino. La fe en Jesucristo como el Hijo de Dios y en su
muerte por nuestros pecados y resurrección de nuestra vida es la puerta a
través de la cual entramos al Reino de Dios.

‘otra cosa, mariposa” con nosotros.

UN REY Y SU REINO

Jesús no solamente fue la puerta al Reino, sino que también fue el men-
sajero que anunció la llegada del Reino a la Tierra, Antes de que ninguno
de nosotros pudiera entrar al Reino de Dios, teníamos que saber que había
llegado y donde podíamos hallar la entrada. Por eso vino Jesús. Su propósi-
to era doble: proclamar el arribo del Reino de Dios y. a través de su sangre,
proveer la entrada al Reino para todos lo que vendrían.

El Reino de Dios es el centro de su propósito en la eternidad. Todo lo que
Dios hace se relaciona con su Reino. Aun en el plano terrenal, el Reino de
Dios estaba a la delantera en la creación y será el enfoque central del final
de los tiempos. Jesús dijo: “Y este evangelio del reino se predicara en todo el
mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendra el fin” (Mateo
24:14), Si el Reino es central para todo lo que Dios es y hace, es natural es-
perar que sea central también en la misión y el mensaje de Jesús. De hecho,
así es como La Escritura lo declara.

LA DECLARACIÓN DE MISIÓN DE JESÚS

Toda organización exitosa, ya sea una empresa, una agrupación sin
luero, una familia o cualquier otra, precisa una declaración de misión. Tanto
en una oración formal por escrito o simplemente un acuerdo informal, una
declaración de misión debería definir claramente y cristalizar el propósito, la
filosofía y los objetivos de la organización, Cada miembro debería internali-
zar y entender la declaración, de modo que todos trabajen juntos para cum-
plirla, Una declaración de misión ayuda a mantener a todos en un mismo
curso de acción, lo cual es importante porque el producto, servicio o mensa-
je de la organización saldrá de la declaración de misión que esta tenga.

Según el Evangelio de Mateo, cuando Jesús inició su ministerio público,
su primera declaración pública fue un mensaje que reflejaba la declaración
de misión para su vida: “Arrepientanse, porque el reino de los cielos esta cer-
ca” (Mateo 4:17). Como ya hemos visto, arrepentirse significa “un cambio
‘completo de mente y pensamiento una mentalidad completamente nue-
va- y un cambio completo de dirección”. El Reino de los cielos se refiere
a la presencia y autoridad soberana de Dios “invadiendo” e impactando la
dimensión terrenal. Jesús desafió a sus oyentes a cambiar de una mentali-
dad que ignoraba o negaba el Reino de Dios a una que reconocía y daba la
bienvenida a su llegada.

es de

4

ME hen de reis: restaurar el Reino

La misión de Jesús era proclamar el Reino de los ciclos. Esta misión
asignada por el Padre se rellejaba en su declaración de misión, la cual Él
anunció aquel día de reposo en la sinagoga de Nazaret, su aldea natal: “El
Espiritu del Señor esta sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres, Me ha enviado para proclamar libertad a los presos y dar
vista a los ciegos, para poner en libertad a tos oprimidos, para proclamar el año
del favor del Senor” (Lucas 4:18-19).

REINTRODUCIR EL REINO

Más que simplemente revelar el Reino, la misión de Jesús era reintroducirlo.
El vino para traer nuevamente a la humanidad un conocimiento del Reino de
Dios, asf como también para cambiar su pensamiento para que pudieran vi-
vir verdaderamente en ese Reino, Con una santa pasion, Jesús obraba según
esa misión divina. Antes de regresar al trono de su Padre, Él entrenó a sus
discípulos para que continuaran esa misión hasta el final. Este mandato de
Reino ha pasado de generación en generación con distintos grados de éxito.
Desafortunadamente, gran parte de la Iglesia cristiana ha perdido de vista el
‘mensaje del Reino y en vez de ello predica temas religiosos alternativos.

Este es un serio problema, particularmente porque cumplir la misión de
predicar el Reino es la lave para activar el tiempo de la venida del Señor.
Jesús dijo que el fin vendria cuando el evangelio del Reino fuera predicado
a todas las naciones, Cada tribu, cultura y grupo de personas deben oír de
el antes de que Jesus pueda regresar. El hecho de que no haya vuelto todavia
es una prueba de que su misión, la cual Él delegó a sus seguidores de toda
generación, no ha sido cumplida todavía.

Tengo un problema con las personas que están predicando y profetizan-
do que estamos en los “últimos días” y que la segunda venida está a la vuelta
de la esquina, Consideremos los hechos: Jesús vendrá luego de que el evan-
gelio del Reino haya sido predicado a todas las naciones. Actualmente, la
población mundial excede a los seis billones. China solamente tiene un bi-
llón de personas, la gran mayoría de las cuales nunca han siquiera escucha-
do mencionar el nombre de Cristo. La población de la India ha atravesado
el umbral del billón. Aproximadamente el 98% de los indios son hindúes, o
musulmanes. Repito, el 1% o menos cree y sigue a Cristo. Lo que significa
es que tan solo en estas dos naciones, más de 2.2 billones de personas no
conocen a Cristo, y la mayoría de ellas nunca han escuchado el evangelio.

5

Más de 800 millones de personas viven en Africa, muchos de quienes
nique el cristianismo
está establecido firmemente en Africa, miles de creyentes alticanos nunca
han oido el evangelio del Reino de Dios, Conocen a Jesús, pero nunca se les
ha enseñado sobre su posición como hijos de Dios y ciudadanos y herederos
de su Reino.

Incluso en Europa y el occidente, incluidos Norteamérica, Sudamérica
y el Caribe, pocas personas han oido el evangelio del Reino. Muchos han
escuchado acerca de Jesús, y una gran porción de gente en esos lugares
son seguidores de Cristo, pero varios de esos creyentes nunca han oído el
mensaje del Reino. Todavia hay mucho trabajo por hacer antes de que la
misión de Jesús de predicar el evangelio del Reino a todas las naciones vea
su cumplimiento.

son minimalistas. Muchos otros son musulmanes.

LA MISIÓN DEJESÚS: PREDICAR EL REINO

Por dondequiera que iba, Jesús predicaba el Reino. Esa era su misión. El
saje principal de Jesús no era el “nacer de nuevo” que predomina en
la predicación actual del evangelio. En todos los registros de su ministerio,
Jesús habló solo una vez sobre nacer de nuevo, y eso fue en medio de una
noche a un fariseo llamado Nicodemo que vino a El en forma privada. Nacer
de nuevo es la forma de entrar en el Reino, es el primer paso necesayio. Pero
el evangelio del Reino abarca mucho más.

No solamente que Jesús habló muy poco sobre nacer de nuevo, sino que
tampoco hizo de otros temas el centro de su predicación: prosperidad, sani-
dad, bautismo en el Espiritu Santo o muchas de las otras cosas que nosotros
predicamos tanto en estos días. Jesús enseñó sobre esas cosas y las demostró
en el ministerio diario, pero no predicó acerca de ellas, Hay una gran dife-
rencia. jesús tenía solo un mensaje: el Reino de Dios. Esta era su misión, y
la delegó en nosotros. Su misión es muest

El dejo el mundo terrenal para completar la tarea que había empezado,
Se sienta en el trono del cielo dirigiendo ese trabajo a través de sus repre-
sentantes, Tristemente, muchos de nosotros no entendemos realmente lo
que Jestis quiso decir cuando habló acerca del Reino. Por esta razón, ne
cesitamos estudiar profundamente su mensaje, para poder predicarlo con
exactitud y ayudar a cumplir su misión preparando, asi, su venida. Como
Jesús hizo, nosotros debemos proclamar que el Reino de los cielos esta

misión.

1.6

Lu mision de Jesus, restaurer el Reine

cerca, que Dios está trabajando para restaurarnos a nuestro lugar original y
legitimo como sus hijos, como herederos de su Reino y como gobernantes
del dominio terrenal

RESTAURAR NUESTRO LUGAR EN EL PLAN DE DIOS

¿Por qué es tan importante predicar el evangelio del Reino de Dios? ¿Por
que Jesus se focalizó tan resueltamente en ese mensaje? Todo tiene que
ver con el propósito inmutable de Dios. Desde el principio, la intención
de Dios ha sido la de extender su Reino celestial a la Tierra a través de la
humanidad, Ese sigue siendo su plan, a pesar de la caída del hombre. Al
principio, Adán y Eva estaban completamente plenos, tenían comunión
‘con Dios y ejercían su autoridad de dominio como Él había plancado. Sin
embargo, su pecado y desobediencia los hizo perder su autoridad. Final-
mente, perdieron el Reino.

El evangelio del Reno revela como Dios nos está restaurando a nuestro
lugar original, cómo nos está llevando de regreso a donde vinimos. Este es
un punto importante que debemos entender. Muchos de nosotros supone-
mos o nos han enseñado que el evangelio significa que Dios se está prepa-
rando para llevarnos al cielo como nuestro hogar. Esa no es la verdadera
restauración, porque nosotros no venimos del cielo. Restauración significa
poner nuevamente en el lugar o condición original. Ya que no caímos del
cielo, sino desde muestra autoridad de dominio sobre la Tierra, ser restaura-
dos significa ponernos de nuevo en nuestro lugar de dominio terrenal

Imagine un libro encima de una mesa. Si ese libro se cae al suelo, y yo lo
recojo y lo ubico en un estante, ¿lo he restaurado? No, porque no lo puse
nuevamente en donde estaba antes, sino que lo deposité en otro lugar. Elli
bro no puede volverse por si mismo al lugar indicado; yo tuve que agachar-
me. levantarlo y ponerlo allí. Del mismo modo, en nuestro estado caído no
podíamos retornar al lugar original por nuestros propios medios. Dios tuvo
que bajar, levantarnos y restaurarnos a nuestra condición anterior.

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRO HOGAR?
A la mayoría de nosotros nos enseñaron a esperar el cielo en el dulce “por
venir”. El unico problema es que el cielo no es de donde venimos. Fue
Satanás el que cayó del cielo, no el hombre. Nosotros fuimos creados para

la Tierra, Dios nos creó del polvo del suelo, sopló su vida en nosotros y nos
constituyó como gobernantes en la dimensión física. Desde nuestra caida,
El ha estado obrando su plan para restaurarnos al lugar de donde caímos. Ya
que no caímos del cielo, ese no es el objetivo final de Dios para nosotros.

Uno de los mayores obstáculos de Dios para llevar su mensaje del Reino
al mando es el hecho de que nosotros, como sus representantes en la Tie-
rra, somos muy lentos para comprender el mensaje. El sueño de las calles
de oro y las brisas celestiales nos ha cegado respecto de nuestras respon-
sabilidades sobre la Tierra, Nos gusta hablar sobre el cielo porque, para
nosotros, representa nuestro objetivo supremo, ya que nos ayuda a quitar
nuestra mente de los problemas que tenemos aquí. Mientras que estamos
“ocupados cantando “Yo volaré, oh qué gloria” y “Cuando todos vayamos al
ciclo, qué dia de regocijo será”, es fácil olvidar -por un momento- nuestro
automóvil que tiene problemas, nuestras deudas abultadas, el último au-
mento de la renta o el empleo que acabamos de perder,

El deseo de Dios es restaurarnos a nuestro lugar legítimo anterior, lo
‘cual significa regresarnos a la posición de autoridad y dominio sobre pe-
ces, aves, ganado, plantas y todo el resto del reino terrenal. Como peca-
dores, éramos esclavos de Satanás en el reino de las tinieblas, pero como
creyentes limpiados por la sangre de Jesús, somos hijos de Dios en el
Reino de la luz. Dios desde siempre ha deseado no tener sirvientes, sino
verdaderos hijos que sean ciudadanos de su Reino celestial y vivan en
continua relación con Él.

RELACIÓN CONTRA RELIGIÓN

Dios está más interesado en tener comunión diaria con nosotros que en
tener servicios de adoración “perfectos” donde todo este exactamente
“adecuado” y donde nuestras tradiciones y rituales estén exactamente en
su lugar. El hombre desea la religion mientras que Dios desea una relación.
Somos fácilmente impresionables por ritos religiosos construidos sobre el
fundamento de un entendimiento inadecuado de los propositos eternos de
Dios. El hombre busca relacionarse con Dios a través de los principios de
la religión, mientras que Dios busca relacionarse con el hombre a través
del misterio de una relación personal. Es claro que muchos de nosotros no
tenemos una relación real o profunda con el Señor porque no emendemos
la naturaleza o el significado del Reino.

La mixiôn de Jesús: restaurar ri Reino

No había “adoración”, al menos como nosotros conocemos la adoración,
en el Jardin del Eden. No habia altares, sacrificios, cantos, aplausos, danza,
Biblias, himnarios, sermones o plegarias: ninguna de estas cosas que llama-
mos “religión”. Solo habia relación: Adán y Eva caminaban y hablaban con
Dios en perfecta comunión y armonía

El hombre cayó de esta relación intensa y apasionada con Dios, y Dios
está buscando restaurar al hombre nuevamente a la simplicidad de la expe-
riencia del jardin. Más aún, nuestra autoridad regia sobre la Tierra es algo
que Él quiere que ejerzamos y disfrutemos ahora, no en algún día distante
en el futuro, luego de que hayamos muerto e ido al cielo.

Pensamiento de Reino significa reconocer que no tenemos que resi
narnos a vivir en pobreza, dolor, sufrimiento y problemas “aquí debajo”
hasta que el Señor nos rescate. Podemos reclamar y afirmar ahora nuestra
autoridad como hijos e hijas del Rey del universo. Podemos experimentar
{a victoria que es nuestra como pueblo del Reino.

ELREINO ESTÁ CERCA

Después de todo, Jesús no dijo: “Arrepiéntanse porque el Reino de los cielos
viene algún día”. Él dijo: “Arrepiéntanse porque el Reino de los ciclos está
cerca”. Sus discípulos pensaron que el Reino era solo para el futuro, pero
Jesús les dijo: “No, porque yo estoy con ustedes, el Reino de los cielos está
con ustedes. Cuando el Espiritu Santo venga a morar en ustedes, el Reino
estará dentro de ustedes también”.

Esencialmente, el Reino de los cielos no se refiere a un territorio físico.
Es una jurisdicción sobre la cual la influencia de Dios tiene plena autori-
dad. Es el “punto de inflexión” donde el Reino de Dios impacta lo físico,
el medioambiente terrenal. En otras palabras, el Reino de los cielos está en
mi. Porque el Reino está en mí, la casa que poseo y ocupo es propiedad del
Señor de los ejércitos. Como creyentes, tenemos el Reino de los cielos en
nosotros. Así que dondequiera que vayamos, y a dondequiera que nuestra
influencia se extienda, traemos el Reino de los cielos a ese lugar.

EL PODER DE UN EMBAJADOR

Un ejemplo paralelo a esta autoridad de dominio es ilustrado mejor en
las funciones de los embajadores y las embajadas. Los embajadores son

9

diplomáticos que llevan a cabo la diplomacia para el gobierno que represen-
tan. Como embajadores de Cristo, represeniemos el gobierno del Reino de
Dios, Somos diplomáticos de su Reino en este mundo. Aprender a vernos
como embajadores cambiará el modo en que pensamos y vivimos.

Cuando dos naciones establecen relaciones formales diplomáticas entre
sí, abren embajadas en la ciudad capital de cada pais. La Tierra en ta cual
cada embajada está ubicada es considerada territorio soberano de la nación
cuya embajada está situada allí. Esa soberanía es reconocida y respetada
por el gobierno de la nación anfitriona, así como también por todas las de-
mas naciones. En otras palabras, por ejemplo, la embajada de los Estados
Unidos en Nassau es suelo norteamericano tanto como Miami, Washington
o Nueva York. Aunque está ubicada geográficamente en suelo bahameno,
dentro de sus límites, el gobierno de la Mancomunidad de Bahamas no tiene
jurisdicción o autoridad.

Si un ciudadano bahamenio, o un ciudadano americano o de cualquier
otra nacionalidad está huyendo de la ley y se las arregla para entrar en el
terreno de la embajada de los Estados Unidos, esa persona está segura y no
será capturada (al menos por el momento). Ya que la embajada es territo-
rio nosteamericano, la policía bahamena no puede perseguir legalmente al
fugitivo dentro de ese suelo, El gobierno de las Bahamas debe emplear los
«anales diplomáticos para acordar sobre la extradición del fugitivo.

Esa es una muestra de lo poderosa que es una embajada. Cualquiera sea
el área en donde ella ejerza la autoridad de su gobierno, esta se convierte en
propiedad de dicho gobierno. Toda la autoridad, los derechos y los poderes
de la nación representada por ese gobierno están en pleno efecto en esa
propiedad. Del mismo modo, nosotros somos embajadores de Cristo y del
Reino de Dios. Nuestro hogar, oficina, iglesia y, por cierto, todo lugar donde
nuestra influencia se extienda se torna una “embajada” del cielo, Levitico
25:23 dice que la Tierra le pertenece a Dios y que nosotros somos meros
extranjeros y peregrinos aquí. Ocupamos tierra en una nación “extranjera”,
pero la propiedad le pertenece al gobierno de los cielos.

LA INFLUENCIA DE UN EMBAJADOR

‘Toda vez que nos hallemos en la presencia de un embajador, estamos en la
misma presencia del gobierno que este representa. Las palabras del emba-
jador de los Estados Unidos son las palabras del gobierno de los Estados

ES

La misrón de Jesus; restaurar el Heino

Unidos. Hablando en t ismo. Cuando
encontramos a un embajador, estamos encontrando más que a una persona:
estamos en presencia de un país.

Como embajadores de Cristo, representamos a nuestro “gobierno natal”,
el Reino de Dios. Cuando la gente entra en contacto con nosotros, ellos no
deberían simplemente encontrar a una persona, sino al Dios a quien perte-
necemos y que habita dentro de nosotros a través de su Espíritu Santo. Si
nuestro espiritu está en armonía con su Espiritu, entonces lo que digamos
y hagamos reflejará el gobierno que representamos y al Reino del cual tene-
mos la ciudadanía.

El Espiritu Santo es la Nave de nuestra autoridad. Siempre que Él está den-
tuo de una persona y ella le permite tener el control, entonces el Reino de Dios
puede venir; su gobierno en la Tierra puede tomar su hugar a través de esa
persona. Si el Espiritu Santo se marcha, la autoridad del Reino se retira junto
con Él. Eso fue lo que sucedió con Adán y Eva cuando pecaron. Sin el Espiritu
Santo, ya no poselan su autoridad de dominio sobre la Tierra como corregen-
tes de Dios y no tenían poder para impedir que Satanás usurpara el trono.

minos diplomáticos, ambos son lo

CUANDO LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS SE ROMPEN

Cada vez que un gobierno nacional cambia sus lideres, el nuevo liderazgo
convoca a los antiguos embajadores, quienes ya no representan más al go-
bierno, y designa a los nuevos que reflejarán las perspectivas y políticas de
la nueva administración. A veces, las naciones en conflicto cortan las rela-
ciones diplomáticas y Haman a sus embajadores. En un sentido espiritual,
eso fue lo que ocurrió en el Jardín del Edén. Cuando Adán pecó, el reino del
hombre entró en conflicto con el Reino de Dios. El gobierno de Dios rompió
lazos diplomáticos con el hombre y “retiro” al Espíritu Santo. A rafz de su
pecado, Adán se convirtio en un recipiente impuro, y Dios retiró su gloria,
su presencia y su autoridad de gobierno,

‘Cuando el hombre perdió al Espiritu de Dios, el Reino no pudo venir en
plenitud a la Tierra. Luego de haber pecado, Adán era como un embajador
sin poderes, un hombre sin una nación, esclavizado en el reino de las tinie-
blas de Satanás. Desde Adán hasta Jesús, hubo incontables generaciones de
“embajadores” humanos que representaban mal el gobierno de Dios, ya que
no tenían poder o autoridad legítimos, Para que cl Reino de Dios pudiera
venir a la Tierra, tenía que hallarse una manera de hacer que el Espiritu

EN

Santo regresara al hombre. De algún modo, la autoridad de dominio y la
ciudadanía del Reino tenían que ser restauradas. Jesús vino para restaurar al
hombre a su posición original en el universo.

Hay un reino de oscuridad regido por Satanás, y un Reino de luz gober-
nado por Dios. Todos nosotros nacimos en el reino de oscuridad. Por eso,
no podemos dejar de pecar. El poder de Satanás estaba reinando ahora en
lugar del hombre, Él había logrado reducir al hombre a un estado de impo-
tencia. Jesús vino para destruir las obras del diablo (vea 1 Juan 3:8), para
libramos del reino de las tinieblas y llevarnos al Reino de luz (vea 1 Pedro
2:9), y darnos poder para tomar el lugar que nos corresponde.

Aunque una vez fuimos hijos de oscuridad, ahora somos hijos de luz, y
debemos pensar y vivir como tales: “Todos ustedes son hijos de la luz y del
día. No somos de la noche ni de la oscuridad” (1 Tesalonicenses 5:5); “Porque
ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos
de luz” (Efesios 5:8). El objetivo de Jesús era limpiarnos de nuestro pecado,
cambiarnos de ser vasijas profanas a vasijas santas, adecuadas para que el
Espiritu Santo habite en ellas. “Pero si vivimos en la luz, así como él está en la
luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos lim-
pia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Al hacer esto, se vuelve posible para Dios
establecer plenamente su Reino, un Reino compuesto por sus hijos que lo
representan fielmente en la Tierra,

Juan 1:12 dice que a todo el que cree en Él, Jesús te da el poder de
ser hecho hijo de Dios, Estamos acostumbrados a confiarnos el control de
nuestras vidas. La mayoría hemos hecho un trabajo bastante miserable con
esa confianza, Una vez que depositamos nuestra confianza en Dios, somos
introducidos a un nuevo poder para vivir la vida, Ese poder también nos
capacita para cumplir la comisión como embajadores del Reino celestial,
una comisión que Él nunca revocará. Como verdaderos hijos de Dios ahora
estamos conectados con el gobierno del Padre, Ahora comienza el proceso
de Ja enseñanza de reinar como parte de la realeza. Este proceso de prepara-
ción es obra del Espiritu Santo.

PREPARANDONOS PARA EL ESPÍRITU SANTO

Desde Adán hasta Jesús, el Espiritu Santo no habitó dentro de ningún hom-
bre. No podía, ya que el gobierno de Dios es santo, pero las vasijas huma-
nas diseñadas para contenerlo eran no santas. Previo a la venida de Jesús,

A

La misión de Jesús: restaurar el Reino

ningún sacrificio jamás ofrecido era bueno o suficiente para hacernos santos
nuevamente. Nadie sobre la Tierra era lo bastante santo como para proveer
una habitación adecuada para el Espirita de Dios.

Eso no significa que el Espíritu Santo no estuvo presente ni activo duran-
te los días del Antiguo Testamento. Por el contrario, existe una diferencia
singular y notoria entre la presencia del Espíritu en el Antiguo Testamento
y en el Nuevo Testamento. En este el Espíritu Santo llena a los creyentes y
viene a morar dentro de ellos de manera permanente. En aquel, solo venía
sobre ciertos individuos por un pertodo de tiempo y luego se marchaba. El
pueblo del Antiguo Testamento no conocía al Espiritu de Dios como una
presencia que habita continuamente en sus vidas. Ellos solo conocían la
influencia exterior del Espiritu

El Espiritu vino sobre Sansón, y él llevó a cabo poderosas proezas de
fuerza, Vino sobre Moisés y Elias y Eliseo, y los faculté para hacer grandes
señales y milagros. Vino sobre Gedeón, quien luego derrotó a un ejército
de miles con tan solo trescientos hombres. El Espiritu también vino sobre
el rey Saúl, quien profetizó con los profetas. En cada caso, no obstante, el
Espíritu vino por un lapso breve y luego se marchó, porque ninguno de
ellos todavía eran vasos adecuados para que babite su presencia, Ninguno
de ellos era capaz de ejecutar la administración del Reino de Dios de ma-
nera cotidiana.

VIENE UN NUEVO ORDEN

Tal era la situación hasta que vino Jesús. Aunque ninguno de los profetas
del Antiguo Testamento experimentó el Espíritu Santo como una presencia
interior, algunos de ellos sí recibieron vislumbres de esta relación futura.
El profeta Joel escribio: “Después de esto, derramart mi Espiritu sobre todo el
genero humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizaran, tendran sueños los
“ancianos y visiones los jovenes. En esos días derramare mi Espiritu aun sobre
los siervos y las siervas” (Joel 2:28-29), Después de Malaquías, el último
profeta del Antiguo Testamento, hubo un período de cuatrocientos años co-
nocido como “los años de silencio”, donde no hubo voz profética en Israel.

Este silencio profético llegó a su fin cuando Juan el Bautista apareció en
el desierto, predicando un mensaje de arrepentimiento y proclamando que
el Mesías venía pronto. Aunque Juan aparece en los cuatro Evangelios del
Nuevo Testamento, en realidad él era el último de los profetas del Antiguo

sa

Testamento. Su muerte bajo la orden de Herodes Antipas y el comienzo del
ministerio público de Jesús marcaron el fin de una era y el inicio de otra
Más específicamente hablando, el bautismo de Jesús por parte de Juan fue
el punto de transferencia. Desde ese momento en adelante, un nuevo orden,
el Reino de Dios, sería establecido. “La ley y los profetas se proclamaron hasta
Juan. Desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos
se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16).

JUAN Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Aún siendo tan grandioso como lo fue, Juan todavía representaba el viejo
orden. La llegada de Jesús inauguró un periodo mayor, el período del Reino
de los cielos en la Tierra. Jestis mismo dijo: “De cierto os digo: Entre los que
nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el
más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Desde los días de Juan
el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo
carebatan” (Mateo 11:11-12 RVR 1960).

“Desde los días de Juan el Bautista”, el Reino ha estado avanzando con
“violencia” hasta que llegó Jesús. Antes de Juan, el Reino nunca había esta-
do presente en la Tierra en un estado tan poderoso y visible como sucedió
desde la venida de Jesús. Nadie desde Abraham hasta Juan entendió clara-
mente el Reino. Ellos hablaban acerca de él y profetizaban sobre él. Tenían
pequeñas pistas del futuro, pero nunca vieron su manifestación en sus días.
Juan el Bautista predicó sobre el Reino, pero ni siquiera él percibió acertada-
mente todas las implicancias de su propio mensaje, Él presenció su venida
en la persona de Jesús, pero nunca entró plenamente en él.

Juan era un profeta del Antiguo Testamento con una revelación del Nue-
vo Testamento, Él introdujo al Rey que había de reintroducir el Reino, pero
nunca lo experimentó por sí mismo. El Reino era una nueva era, y Juan
estaba muriendo junto con la antigua. Él munca recibió al Espiritu Santo.
Vio al Espiritu venir sobre Jesús en su bautismo, pero ese Espiritu que ha:
bitaria dentro del hombre también era una parte de la nueva era que Juan
no experimentaría en su capacidad plena. Por esa razón, Jesús dijo que, aun
con lo grande que Juan era, aquellos más pequeños en el Reino de los cielos
sertan mayores que él.

Juan fue un hombre que estuvo en el medio, suspendido entre dos di-
mensiones de tiempo. Su voz fue una voz de preparación, instruía a la gente

La misión de Jesús: restaurar ei Heng

para entrar en este nuevo orden, Una vez que comenzo el ministerio publico.
de Jesús, el de Juan llegó a su final. Y él lo entendió claramente. Compren-
dió que a medida que el ministerio de Jesús aumentaba, él debía menguar
hasta que. eventualmente, se desvaneciera, Con el encarcelamiento de Juan,
vemos el inicio del ministerio de Jesus. “Despues de que encarcelaron a Juan,
Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas nuevas de Dios. «Se ha cumplido
el tiempo —decta-. El reino de Dios esta cerca. ¡Arrepientanse y crean las bue-
nas nuevas!” (Marcos 1:14-15). Jesús comenzo a proclamar su mensaje del
Reino luego de que Juan fue encarcelado. El viejo orden se había terminado,
y uno muevo había comenzado.

CIUDADANOS DE UN NUEVO ORDEN

Después de que Jesús fue bautizado por Juan en el rio Jordán y fue “lleno
del Espiritu Santo”, este lo llevó al desierto, donde ayunó por cuarenta dias
y cuarenta noches y fue tentado por el diablo. Habiendo salido victorioso
de la tentación, “Jesús regresó a Galiléa en el poder del Espiritu” (Lucas 4:14)
y comenzó a proclamar su mensaje del Reino. Jesus estaba lleno sin medida
del Espiritu Santo. A lo largo de los Evangelios, no se encuentra evidencia o
registro de que mientras Jesus estuvo en la Tierra, el Espíritu Santo estuvie-
ra presente o activo en ningún otro lugar excepto en la persona de Él. Cristo
era la vanguardia de un nuevo orden, el primero de una nueva generación de
personas que serían llenas con el Espíritu Santo.

Jesús vino a reconectarnos con su Padre y su glorioso Reino. El vínculo
conector es el Espiritu Santo. Por esa razón, el centro de su mensaje era
“Arrepientanse, porque el Reino de los cielos está cerca”. El propósito pri-
mordial de Jesús no era sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, echar
fuera demonios o realizar ninguna otra obra milagrosa. Esas cosas eran tan
solo señales de que el Reino de Dios había venido a la Tierra, pero no eran
su enfoque principal. La misión final de Jesús era abrir camino a la venida
del Reino introduciendo a los hombres al poder del Espíritu Santo.

UNA INVASIÓN DEL CIELO

EI Calvario se transforma entonces en una puerta hacia este majestuoso
Reino. La esencia del evangelio es que podemos regresar a nuestra co-
nexión espiritual con nuestro Padre, Ahora existe un poder disponible para

15

nosotros, de modo que podamos cumplir nuestro rol en el avance del Reino
a las regiones de la Tierra. Este poder fue puesto a nuestra disposición a
través de una invasión del Espiritu Santo en nosotros. Jesús abre la puerta
para que esa invasión suceda.

Jestis prometió que nos daría el Reino y el poder para caminar en ese
Reino. Él dijo: “No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena vo-
Tuntad del Padre darles el reino” (Lucas 12:32). Es el contentamiento y deseo
de Dios darnos el Reino. Él desea restaurar nuestra conexión con El. Este es
el corazón de un Padre amoroso:

“¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en
cambio una serpiente? ¿0 si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues
si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto
más el Padre celestial dard el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!”
Lucas 11:11-13

La muerte de Jesús en la cruz fue realmente un medio para un fin, El
Calvario se convirtió en una fuente de limpieza, Todo aquel que tomara de
esta fuente, sería limpiado de la inmundicia de vivir en este mundo. Esta
purificación los prepararta para recibir el poder del Espiritu Santo.

Luego de que su obra estuvo consumada, Jesús se les apareció a sus
discípulos y les dejó su comisión: “¡La paz sea con ustedes! Como el Padre
me envió a mi, así yo los envio a ustedes” (Juan 20:21). Luego de anunciarles
su tarea, El soplo sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espiritu Santo” (x. 22).
Con el proceso de limpieza completado y ahora llenos del poder del Espiri-
tu Santo, los discípulos estaban listos para avanzar como sus embajadores,
llevando su Reino a todo el mundo.

DIOS VIENE A VIVIR CON EL HOMBRE

AL igual que aquellos primeros discipulos de Jesús, nosotros los creyentes
tenemos el Espiritu Santo viviendo en nosotros como una Presencia con
tinua. Esto nos constituye, al igual que a ellos, en ciudadanos de un nue-
vo orden. La autoridad y el poder que ahora poseemos como embajadores
llenos del Espíritu Santo nos dan una muestra de lo que Adán debe haber
«disfrutado antes de la caída. Nuestra reconexión con el Reino de Dios es ver
‘el Edén restaurado en nuestra vida y experiencia cotidiana. Con el Espiritu

La misión de Jesús: restaurar el Reino

Santo en control y guiándonos dia a día, podemos hacer de cada lugar al que
vayamos, una pequeña porción del “cielo sobre la Tierra”.

Como ciudadanos de un nuevo orden espiritual, somos mayores que
aquellos hombres y mujeres del Antiguo Testamento. Esto no es debido a
‘ningun mérito personal, sino por el Espiritu Santo que mora en nosotros,
y que ellos no conocieron. Desde el momento en que tenemos al Espiritu
de Dios en nosotros, somos mayores que Abraham, somos mayores que
Moisés, mayores que Sansón, Samuel y Saúl; mayores que David y Salo-
món, y mayores que Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel y todos los demás
profetas. Ellos solamente hablaban acerca del Reino, pero nosotros esta-
mos viviendo en él.

VIOLENCIA EN EL REINO

Nuevamente, en Mateo 11:12 Jesús dijo: “Desde los días de Juan el Bautista
hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”.
(RVR 1960). En otras palabras, desde los días de Juan, una invasión ha es-
tado en curso. Un golpe de estado militar está en progreso, del cual nadie
sabe, excepto los que han sido capturados, ¿Usted ha sido capturado? Yo
si, por el Reino de Dios. Ha capturado mi corazón, mente, alma, cuerpo y
futuro por completo. Ha capturado mis actitudes y me ha hecho un hombre
peligroso (para el reino de las tinieblas).

El Reino de los cielos está avanzando con violencia, y los que somos ciu-
dadanos de él, como parte de la “fuerza de avance” debemos continuar asal-
tando la fortaleza del enemigo. El mundo puede estar en contra de nosotros,
pero estamos capacitados para hacer avanzar eficazmente el Reino, porque
tenemos un poder mayor viviendo en nosotros que el poder que controla
el mundo (vea 1 Juan 4:4). Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que
en mi hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero janimense! Yo he
vencido al mundo” (Juan 16:33)

Podemos ser victoriosos por el poder del Espíritu de Dios que reside en
nosotros. Eso es lo que significa ser ciudadanos de un nuevo orden del Rei-
no de los cielos. Ya pasaron los días en que nos dábamos vuelta y nos ha-
ciamos los muertos ante el avance del mundo, Como ciudadanos del Reino
ya no nos damos vuelta ni nos hacemos los muertos ante nadie; avanzamos
con violencia. Ya se fueron los días de refregar nuestras manos en señal
de preocupación e impotencia ante los problemas, las tribulaciones y las

E

dificultades. Se acabaron esos días en que tratabamos de vencer sin lograr
nada. A pesar de la aflicción y la oposición del mundo, hemos aprendido a
superar al enemigo por el poder de Aquel que vive en nosotros.

El Reino del cual formamos parte es tan poderoso que no debemos te-
mer a ninguna potencial oposición. Los hombres y mujeres del Reino di-
cen: “Que vengan esos problemas, y avanzaremos por encima de ellos”
Nuestro Reino no huye y no se retira; nuestro Reino permanece firme,
avanza y arrolla

REPRESENTAR AL REY: EL PODER DE NUESTRA POSICIÓN

Vernos a nosotros mismos como embajadores de Cristo y representantes de
su Reino nos quita mucha de la presión autoimpuesta. Ser un embajador
de Cristo es un privilegio maravilloso, pero también implica tremendas res-
ponsabilidades, las cuales son:

+ Hablar las palabras del Rey;

+ Ocuparse solo de los intereses del Rey;

+ Hablar solo en nombre de su gobierno;

+ Mantener la conexión y comunicación con el Rey;
« Llevar a cabo las políticas establecidas por el Rey.

Aunque nuestro llamado a ser embajadores del rey del universo pare-
ce ser abrumador, la presión de esa responsabilidad es aliviada de algún
modo una vez que nos damos cuenta de que solamente tenemos que pre-
ocuparnos por hablar las palabras de nuestro Rey. Jesús siguió esa direc-
ción sin excepciones, lo cual es la razón por la que fue tan exitoso en
“... Cuando hayan levantado al Hijo del
hombre, sabrán ustedes que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta,
sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado” (Juan 8:28); “Mi
Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo. (...) Ciertamente les
aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente
Lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace
también el hijo” (Juan 5:17,19).

Como embajadores de Cristo, deberíamos preocuparnos tan solo por los
intereses de nuestro Rey. Todo lo que decimos o hacemos debe reflejar su

su ministerio terrenal. Él afirmo:

deseo y propósito. Nuestra opinión personal no cuenta. En el mundo de

E

La misión de Jesus: restaurar el Resno

Ja diplomacia, un embajador nunca expresa su opinión. Es absolutamente
impropio que exprese su opinión personal, mientras actúa en su investidu-
ra oficial como representante y vocero de su gobierno. Un embajador que
traspasa la linea y entra al territorio de lo personal, pone en peligro la repu-
tación de su nación y posiblemente su seguridad, y se expone a una posible
censura y retirada,

Un embajador que entiende su rol tan solo comunicará la posición de
su gobierno, independientemente de su punto de vista. No es distinto en
el Reino de Dios. Como embajadores de nuestro Rey, nuestra opinión no
es importante, La única opinión que importa es la del Rey. A menudo los
creyentes nos metemos en problemas porque, habiendo sido criados en una
democracia, estamos demasiado acostumbrados a dar muestra opinion. A
veces incluso confundimos nuestra opinión con la del Rey y acabamos re-
presentándolo incorrectamente al presentar nuestros pensamientos e ideas
como si fueran sus opiniones, y por lo tanto, creamos confusión en la Iglesia
y en el mundo.

LLEVARA CABO LAS POLÍTICAS DEL REY

La única responsabilidad que tenemos como embajadores de Cristo es ase.
gurarnos de estar conectados con nuestro Rey de un modo tal que podamos
saber y entender lo que Él dice, y luego hablar y actuar consecuentemente.
Aquí es donde la presión es quitada, No somos responsables de establecer
políticas; solo somos responsables por llevar a cabo aquellas que el Rey ha
establecido. No es nuestra tarea decidir qué creemos y qué pensamos. Nues-
tro trabajo es saber y discernir lo que nuestro Rey piensa y luego entrar en
acuerdo con Él

Toda vez que alguien nos tiente o desafíe a adoptar una posición con-
traria a la de la voluntad de nuestro Rey, todo lo que tenemos que hacer es
respaldarnos en lo que Él dijo. Alguien puede preguntarnos: “¿Qué tiene de
malo que un hombre y una mujer vivan juntos sin estar casados? ¿Qué hay
de malo con el sexo fuera del matrimonio? Este es un tiempo nuevo, y nece-
sitamos actualizarnos”. En respuesta podemos simplemente decir: “Bueno,
la posición de mi gobierno (mi Rey) es que eso es pecado”. No hay debate,
discusión ni ambigäedad. Simplemente os respaldamos en La Palabra de
Dios y dejamos que la responsabilidad descanse all.

139

Siempre y cuando nos concentremos en los intereses de nuestro Rey y en
representarlo fielmente, Él cuidará de nosotros. Eso es lo que ha prometido
hacer, y sus promesas nunca fallan, Jesús les dijo a sus discípulos:

“Así que no se preocupen diciendo: '¿Qué comeremos? o Qué bebere-
‘mos? o '¿Con qué nos vestiremos? Porque los paganos andan tras todas
estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Mas bien,
busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas
les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual
tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”

Marco 6:31-34

APOYO PROCEDENTE DEL LUGAR DE ORIGEN

No deberíamos focalizarnos en otras cosas, sino que muestra concentración
debería estar exclusivamente en la voluntad de Dios y la venida de su Rei-
no, aun en nuestras oraciones. El gobierno de su país de origen le provee
al embajador todo lo que necesita para vivir y realizar su función oficial:
oficina, casa, automóvil, recursos, fondos, etc. Del mismo modo, mientras
buscamos el Reino de Dios y su justicia, El suplira todo lo que necesitemos
para el diario vivir y para cumplir su voluntad. Si nos disponemos a mane-
jar los asuntos del Rey, Él se ocupará de los nuestros. Es una relación de fe,
confianza y obediencia, que nos permite ejercer la autoridad y el poder en
su nombre. Una fe así proviene de un entendimiento creciente de nuestra
posición como embajadores de Cristo.

La misión de Jesús fue reintroducir el Reino de Dios a la Tierra. Predicó
sobre él y demostró su realidad y poder mediante las señales y maravillas
que realizó. Completó su misión por su muerte en la cruz, ofreciendo su
sangre como un poder limpiador para remover la influencia y los efectos del
pecado en nuestras vidas. Esta limpieza nos prepara para recibir el Espíritu
Santo y conectarnos al Reino de Dios. Como sus embajadores, se nos ha
confiado la proclamación del mensaje del Reino a todas las naciones. La
Iglesia ha experimentado una mezcla de éxito y fracaso en su misión para
con el mundo, porque desafortunadamente hemos creado mucha confusión
con nuestro mensaje. A fin de que la Iglesia cambie al mundo eficazmente,
ella debe clarificar su mensaje y abocarse a una predicación renovada del
evangelio del Reino.

40

10,

il

2

Capitulo cuatro
Principios

El propósito de Jesus era doble: proclamar la llegada del Reino de
Dios y, a través de su sangre, proveer entrada al Reino para todos los
que vinieran.

La misión de Jesus era reintroducir el Reino.

Nacer de nuevo es Ia forma de entrar al Reino -y el primer paso necesa-
rio-, pero el evangelio del Reino abarca mucho más.

El Reino de los cielos es una jurisdicción sobre la cual la influencia de
Dios tiene plena autoridad.

Como embajadores de Cristo, representamos el gobierno del Reino
de Dios.

La venida de Jesus inauguró el periodo del Reino de los cielos en la
Tierra.

La misión final de Jesús era hacer volver al Espíritu Santo a nosotros.
Como ciudadanos de un nuevo orden espiritual, somos mayores que
aquellos hombres y mujeres del Antiguo Testamento que nos precedie-
ron, no por causa de ningún mérito personal, sino por la morada del
Espíritu dentro de nosotros, la cual ellos no conocieron.

El Reino de los cielos está avanzando con violencia, y los ciudadanos
de ese Reino son parte de esa “fuerza de avance” que está asaltando las
fortalezas del enemigo

Nuestro Reino no huye ni se retira; nuestro Reino permanece firme,
avanza y arrolla,

|. Como embajadores de Cristo, deberíamos preocuparnos solamente de

los intereses de nuestro Rey.
Siempre que nos concentremos en los intereses de nuestro Rey y en re-
presentarlo fielmente, Él se ocupará de nuestros intereses.

y

MOON
"EXISTEN MUCHAS BUENAS
PIEZAS MUSICALES EJECUTADAS
CON un VIEJO VIOLÍN”

CAPÍTULO CINCO

Las buenas nuevas del Reino

principales razones por las que tan menudo malinterpretamos a Dios
es debido a que fallamos a la hora de reconocer esto. Desde el princi-
pio, Dios planeó extender su dominio real del mundo invisible y espiritual
al plano visible y físico. Esto seria logrado al gobernar a través de los seres
humanos a los que Él creó y puso en autoridad sobre el resto de lo creado.
A raíz del pecado, el hombre abdicó su lugar de autoridad y quedó de-
bajo del dominio de Satanás, cayó en esclavitud y ceguera espiritual. Como
el propósito de Dios nunca cambia, Él promulgó un plan creado desde
antes de la fundación del mundo para ayudarnos a redescubrir su Reino.
El objetivo de Dios es restaurar al hombre a su lugar original de dominio
y liderazgo terrenal.

T odo lo que Dios hace sirve a los propósitos de su Reino, Una de las

TRAER EL CIELO A LA TIERRA

Otra manera de decirlo es que el propósito de Dios es restaurar su gobierno.
sobre la Tierra a través de la humanidad. Satanás, el usurpador, debe ser
quitado del trono terrenal que él robó. Esta restauración del gobierno de
Dios sobre la Tierra a través de la humanidad es lo que forma verdadera-
mente el centro de la fe que nosotros guardamos como creyentes y seguido-
res de Cristo. Es la razón por la que Jesús vino para alcanzar nuestras vidas,
Jesús predicó un mensaje muy simple: el Reino de los ciclos ha venido a
la Tierra. El mensaje de Jesús, el cual le fue dado por su Padre, reflejaba
su misión divina en la Tierra, asi como también la pasión y el deseo de su
corazón. La motivación conductora de la vida de Jesús no era llevarnos al
cielo —esa es la meta de la “religión”-, sino traernos el cielo a nosotros. La
pasión de Jesús era establecer el Reino de su Padre sobre la Tierra, en los
corazones de los hombres.

Hemos oído mucho en años recientes sobre el aumento del odio religio-
50, las luchas y los conflictos alrededor de todo el mundo, Los musulmanes

us

han atacado y matado a cristianos, judíos e hindues, quemando iglesias
y templos. Los cristianos, judíos e hindúes han hecho lo mismo con los
musulmanes, y también entre ellos mismos. Distintas sectas de la misma fe
pelean unas contra otras. Todo este conflicto deja como resultado una re-
percusión de muerte, desesperación, enojo, odio, resentimiento, amargura,
lucha, enfermedades y pobreza: todo en nombre de "servir a Dios”.

¿Estos devotos militantes sirven al mismo Dios que nosotros? Muchas
cosas son hechas en nombre de Dios, pero distan de provenir de su Espiritu,
Desgraciadamente, la Iglesia cristiana a través de la historia no ha quedado
exenta de culpa y cargo en este aspecto. Cada vez que se obsesiona con
“hacer avanzar el Reino por la causa de Jesús” hasta el punto de abusar e
incluso matar a personas, sustraer la propiedad de otros y pelear con sus
miembros, deja de representar eficaz y acertadamente a Dios en este mundo,
Literalmente cesamos de ser Iglesia. Podemos portar el nombre de Jesús,
pero nos hemos apartado de su Espiritu

Dios no mata gente, no incendia edificios o destruye la propiedad. Hacer
avanzar el Reino de Dios no significa una invasión del territorio físico, Sig-
nifica una invasión a las partes internas del alma del hombre, capturando
su corazón y mente para el propósito de Dios. Nuestra misión no es invadir
naciones y tomar a la gente por el cuello y sacudirlos hasta que “vean la luz”
y se vuelvan a Jesús. Esa no es la forma en que Dios actúa. El Reino de Dios
ya ha invadido la Tierra, pero su objetivo son los corazones de las personas,
no el territorio geográfico.

Dios no precisa conquistar la Tierra porque ya le pertenece a Él: “Del
Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan”
(Salmo 24:1). El Reino de Dios no busca la Tierra en el sentido de desear
poseer su propiedad. El Reino de Dios está en busca del “mundo” que afecta
la Tierra, el mundo de los corazones y las mentes humanos. Nuestro Reino
no es de este mundo, pero el pecado ha cegado nuestros ojos, y no sabemos
quienes somos ni de dónde venimos. Dios quiere restaurarnos a nuestro
lugar anterior de honor, dominio y autoridad. Él quiere que redescubramos
y reclamemos nuestra herencia,

DEJAR UNA HERENCIA PARA LA PRÓXIMA GENERACIÓN

Jesús vino para reintroducir el Reino de Dios en nosotros y al ofrecer su
vida en la cruz, proveer los medios por los que podamos entrar en ese

4

a il

Reino, Una parte vital de nuestra introducción a las poderosas verdades
del Reino es nuestra herencia como hijos de Dios. Mateo registra una
parábola que Jesús relató al referirse a la herencia. La parábola en sí trata
sobre el juicio y sobre las características distintivas de los justos e injus
tos. El Rey está sentado en juicio y ha colocado a los justos, representados
por las ovejas, a su diestra, y a los injustos, representados como cabras, a
su izquierda.

“Entonces dira el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, a
quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado
para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y uste-
des me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y
me dieron alojamiento; necesitó ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y
me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron. Y le contestarán los
justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y e alimentamos, o sedien-
toy te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alo-
Jamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuando te vimos enfermo
0 en la cárcel y te visitamos?” El Rey les responderá: ‘Les aseguro que
todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño,
lo hicieron por mi”

Marzo 25:34-40

REY, REYES Y UN REINO

Jesús es el Rey, pero Él no es muestra herencia. Nuestra herencia es el Reino,
preparado para nosotros desde la creación del mundo. El regalo que el Rey
nos da es un Reino. Nosotros heredamos el Reino, pero Jesús rige sobre él.
Este Reino ha sido nuestro desde la creación del mundo. Adán y Eva cono-
cieron y disfrutaron de ese Reino en el Jardin del Edén. Satanás, sin embar-
go, los engañó para hacerlos pecar y les robó su (y muestra) herencia,

Como nuestra herencia, el Reino nos pertenece por derecho legal. Adán
y Eva perdieron “sus papeles” en el Jardín y perdieron los beneficios del
Reino, para ellos y sus futuras generaciones. Jesús vino a remover a Satanás
de su usurpación ilegal y a hacer posible para nosotros reclamar nuestra he-
rencia. Él es, en un sentido, el albacea de nuestros bienes. Aunque nuestra
herencia ha estado esperándonos desde la creación del mundo, debemos ir
a través de Jesús y recibi

Ms

Suponga que su padre muere mientras usted todavia es un niño, le
deja una herencia de diez millones de dólares y me nombra a mí como su
fideicomiso y albacea. À pesar de que la herencia es completamente suya,
usted no puede reclamarla hasta que no alcance la edad legal para tener
acceso a ella o la edad designada por su padre en el testamento. Como
albacea, yo tengo la autoridad y responsabilidad de cuidar y administrar
los bienes hasta que llegue el día en que pasarán plenamente a sus manos.
Mientras tanto, yo estoy entre usted y su herencia, lo que me convierte en
un mediador, Hasta que usted llegue a Ja edad adecuada, todos los benefi-
cios de su herencia que usted desee deben pasar por mf.

CÓMO OBTIENE SU HERENCIA

En el plano espiritual, Cristo es el mediador entre Dios y el hombre. Él se
para entre el Reino y nosotros. Media entre nosotros y nuestra herencia.
No podemos recibir todos Jos beneficios de nuestra herencia a menos que
vayamos a través de Jesús. Ast como los diez millones de dólares eran
nuestros como hijos, incluso antes de que lo supiéramos, así el Reino de
Dios es nuestra herencia desde la fundación del mundo.

Una vez que usted llega a la mayoría de edad, viene a mí como fidei-
comiso de su herencia de diez millones de dólares y dice: “Ahora tengo la
edad indicada, ya califico para cobrarla. Dame la herencia que mi padre
dejó para mí”. Todo lo que yo necesito de usted es una prueba que de-
muestre su identidad y que cumple los requisitos. Cuando veo que todo
está en orden, ya no puedo retener por más tiempo los diez millones. Son
suyos, claramente, y usted tiene acceso a todos los derechos, privilegios y
oportunidades que eso conlleva

Jesus nos dice: “Hay una gran herencia esperándote, un Reino que es
1uyo, aunque no sabías nada sobre él. Yo estoy aqui para revelärtelo y ayu-
darte a reclamarlo. Yo soy el Mediador, Yo soy la puerta. Ven y pasa a través
de mí. Confía en mí y entra al Reino que está preparado para ti”. Cuando
tomamos en serio las palabras de Jesus, cuando confiamos en Él como el
único que puede limpiarnos de nuestro pecado, cuando le damos el con-
trol y reconocemos que Él es Señor de nuestras vidas, cumplimos todos los
“requisitos” necesarios para recibir el Reino como herencia,

6

Las buenas nuevas det Reino

EL PRIMER PASO: NACER DE NUEVO

A través de Jestis podemos entrar por la puerta del Reino y comenzar a
vivir, pensar y actuar como lo que realmente somos: hijos del Rey: En el
Evangelio de Juan, Jesús se refiere a este paso como “nacer de muevo".

Esto es exactamente lo que significa nacer de nuevo: un paso. Es un
paso indispensable, ya que no podemos entrar al Reino sin él, pero es tan
solo un paso. Nacer de nuevo es tan solo el primer paso para una vida
completamente nueva, una travesía de aprendizaje, para saber, apreciar y
experimentar nuestros derechos, privilegios y responsabilidades como ciu-
dadanos del Reino.

Pero si pasamos todo nuestro tiempo en‘océndonos solamente en ese
primer paso, perderemos muchas de las alegrías y bendiciones que están
detrás de la puerta. Hay muchas habitaciones en la casa de Dios, pero si
elegimos no avanzar más allá de la puerta de entrada, nos perderemos de
experimentar sus maravillas,

LA VIDA PUERTAS ADENTRO DEL REINO

Muchos creyentes tienen una fijación absoluta con Jesús como Salvador
y con “nacer de nuevo” que, tan pronto como están dentro del Reino,
acampan en el umbral y no avanzan más. Jesús es la puerta al Reino; pero,
créame, hay más riquezas esperando por delante. Jesús lo dejó en claro
cuando dijo:

“Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los
que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las
Ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta,
que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallara pastos.
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para
que tengan vida, y la tengan en abundancia”.

Juan 10:7-10

¡Vida... al máximo! De eso se trata nuestra herencia, y todo comienza
con Jesús. Pero todo no termina en la puerta. Recuerde que la vida es un
peregrinaje y que la vida en el Reino requerirá que usted avance de sus
experiencias originales con Dios y madure y crezca como un verdadero
hijo del Reino.

7

Reclamar nuestra herencia no es unirse a una denominación o iglesia
en particular. No tiene nada que ver con hacerse “religioso”. Y tiene todo
que ver con entender que somos ciudadanos de un Reino establecido y re-
gido por Dios, el cual permanecerá para siempre. Como ciudadanos del
Reino, tenemos derechos legales sobre el gobierno. La razón por la que tan-
tos reciben tan poco de Dios es porque no se reconocen como ciudadanos
de su Reino, no entienden sus derechos como ciudadanos y, por lo tanto,
carecen de seguridad y confianza para pedir. Ser ciudadanos del Reino es
una realidad espiritual, pero también una mentalidad. Como creyentes, ya
tenemos el Espíritu de Dios, pero necesitamos conocer la mente y el corazón
de Dios, necesitamos entrenamiento en pensar y vivir como hijos de Dios.

CIUDADANOS DE UNA NUEVA NACIÓN

Una vez que nos hacemos creyentes y entramos al Reino de Dios, “cambia-
mos naciones”. Dejamos nuestra ciudadanía en el mundo para naturalizar-
nos como ciudadanos del Reino de los cielos. Estamos en el mundo, pero
no somos del mundo. Entramos al Reino a través de Jesús, que es la puerta.
Dios nos acepta, nos naturaliza como ciudadanos del Reino, y luego nos
comisiona como embajadores de su gobierno de modo que podamos ayudar
a otros a hallar la puerta también.

En el trabajo, la escuela o dondequiera que vayamos, debemos recor-
dar que somos ciudadanos del Reino que residimos en tierra extranjera, y
la autoridad de nuestro gobierno de origen nos respalda, Todos los dere-
chos, privilegios y beneficios de nuestra ciudadanía se aplican plenamente a
nosotros aunque vivimos en una tierra extranjera. En cualquier momento,
podemos pedir los recursos de nuestro Rey, los cuales son muchísimo más
abundantes que los de este mundo. Cuando cinco mil personas necesitaban
comer, los discípulos de Jesus vieron solamente los recursos limitados de
este mundo: cinco panes y dos pescados. Jesús, en cambio, miró la despensa
de su Padre y vio suficiente comida como para alimentar a todos, y queda-
ron doce cestas llenas con las sobras.

Nuestro Reino es un Reino de provisión abundante. Debemos cambiar
nuestra mentalidad de pobreza por una mentalidad de provisión. Siempre
que nos ocupemos de los negocios del Padre, Él nos proveerá todo lo que ne-
esitamos. No importa cuál sea nuestra situación, podemos focalizarnos en el
Reino, reclamar nuestros derechos y decir con confianza: “Mi Dios suplirá”.
a

Las buenas nuevas del Heino

¿QUÉ EVANGELIO ESTAMOS PREDICANDO?

Si el Reino de los cielos está tan lleno de promesas, poder y provisión -si
verdaderamente las “buenas nuevas” son tan buenas- ¿por qué no hay
más gente en el mundo corriendo para entrar? Todos quieren saber que
tienen poder para vencer las tragedias de la vida, así como también la
habilidad de levantarnos y aceptar los desafíos que nos confrontan diaria-
mente. Todos deseamos saber que nuestras vidas tienen significado, pro-
pósito y esperanza.

Todos quieren descubrir su destino y el poder para hacer que sus sue-
hos se hagan realidad. El evangelio del Reino de Dios promete todo esto
y mucho más, pero la gran mayoría de las personas del mundo no lo han
descubierto y mucho menos recibido. ¿Por qué no?

+ Todavía no han escuchado el mensaje del Reino;
+ Sus mentes han sido cegadas para que no puedan ver el Reino;
+ Han escuchando un mensaje erróneo sobre el Reino.

Hay muchas razones. Por una parte, muchas personas simplemente no
han oído el evangelio porque nadie se los ha predicado. Otra razón es que
Satanás cegó los ojos y ensordeció los oidos espirituales de millones de
personas para que ellas no puedan oir o entender el evangelio, aunque sea
predicado. Hay una tercera razón que es quizás la más grave de todas: la
Iglesia esta predicando un mensaje incorrecto.

Mateo, en su Evangelio, se refiere a “las buenas nuevas del Reino” y “el
evangelio del Reino”. Marcos habla de “el evangelio de Dios”, mientras que
Lucas usa la frase “las buenas nuevas del Reino de Dios”. ¿A qué se están
refiriendo específicamente?

Todas estas frases bíblicas, aunque son levemente diferentes, tienen el
mismo significado. La palabra evangelio quiere decir “buenas nuevas”. La
palabra griega para evangelio es evangelion, de la cual derivan las palabras
“evangelismo” y “evangelista”. Evangelion significa "buenas nuevas” 0
“buen reporte”. El evangelismo es, entonces, el proceso de comunicar las
buenas nuevas, y el evangelista es un instrumento para comunicarlas. Se-
gün esta definición, toda buena noticia es un “evangelio”. Si yo le informa-
ra que usted ha heredado diez millones de dólares, eso sería un “evangelio”
~una buena noticia- para usted,

EL EVANGELIO DEL REINO

El evangelio del Reino de Dios que como creyentes estamos llamados a pre-
dicar debe ser cuidadosamente definido para que no haya ambigúedades,
Estrictamente hablando, el “evangelio” no es el mensaje en sí mismo, sino
más bien una descripción del mensaje. Somos comisionados por Jesús a pro-
‘lamar el mensaje del Reino de Dios, y ese mensaje es descrito como buenas
nuevas para todo aquel que lo oye.

Jesús nunca nos dijo que vayamos y sencillamente prediquemos “un
evangelio”. Hay muchas clases de buenas nuevas sobre las que podemos
hablar, pero solo hay una que Jesús identificó como el enfoque central de
nuestro mensaje. Él nos dijo que prediquemos el evangelio del Reino. In-
cluso se puso a sí mismo como ejemplo al hacer de Él el centro de sus
mensajes. Recuerde que cuando Jesús comenzó su ministerio publico, sus
primeras palabras fueron: “Arrepiéntanse porque el Reino de los cielos está cer-
ca” (Mateo 4:17). Con esas palabras, Jesús estableció la norma y el modelo
para que nosotros sigamos.

Cristo proclamó las buenas nuevas de que el Reino de Dios había venido
ala Tierra una vez mds, Ese era su evangelio. No eran noticias acerca de una
nueva religión o denominación. No fuimos llamados a hacer que la gente
se sienta bien con un mensaje que crea un cálido sentimiento de confusio
El mensaje de Jesús era las buenas nuevas de que el Reino de Dios había ve-
ido a la Tierra y que cualquiera que viniera sería reunido en espíritu y co-
unión con Él y sería restaurado a su posición plena y a sus derechos como
hijos de Dios y ciudadanos de su Reino. Las buenas nuevas del Reino son que
hemos recuperado lo que Adán perdio. Otra vez podemos ocupar el lugar de
dominio y autoridad que Dios planeó para nosotros desde el principio.

Jesús predicó el evangelio del Reino de Dios. Ese es el único evangelio que
El predicó. Por lo tanto, en lo que a nosotros concierne como creyentes y se-
guidores de Cristo, el evangelio del Reino de Dios es el único evangelio ver-
dadero. En otras palabras, no hay otras buenas nuevas para nosotros además
de las asombrosas y poderosas nuevas del Reino de Dios. Este mensaje del
Reino es el único mensaje legítimo que tenemos que comunicar al mundo.

UNA PERSONA INMUTABLE Y UN REINO INCONMOVIBLE

Uno de los mayores problemas en la Iglesia es que ha sido atrapada pre-
dicando algo que el Señor nunca le dijo que predicara, Él nos dijo que

150

has buenas nuevas del Rein

predicäramos las buenas nuevas del Reino, pero nosotros hemos enfocado el
mensaje exclusivamente en Jesús como la puerta. Predicamos su muerte en
la cruz por nuestros pecados y su resurrección como la garantía de nuestra
vida eterna. Todo esto ciertamente es verdad, y efectivamente son buenas
nuevas, pero no es todo el evangelio que Jesús nos dijo que predicáramos.
Él nos dijo que predicáramos el Reino. Jesus es el que vino a proclamar el
Reino y es el único que nos proveyó la entrada a través de su muerte. Pero
nos hemos vuelto tan obsesivos predicando de la puerta que nunca hemos
salido de allt para contarles de la vida puertas adentro. Ese es el mensaje que
Jesús nos ordenó predicar. Jesús es el Rey que reina sobre el Reino. Debemos
hacerle saber al mundo que hay un Reino al que ellos pueden entrar y que
cambiará radicalmente el orden total de sus vidas.

Una de las razones por las que la Iglesia no es más efectiva al alcanzar las
naciones es porque no estamos predicando el mensaje que ellos necesitan
escuchar. La gente en todo el mundo está buscando el Reino de Dios, aun
cuando no son conscientes de ello. Todos quieren poder. Desafortunada.
mente, han buscado ese poder a través del dinero o el estatus en la vida.
Estas cosas, como muchos se están dando cuenta, no nos dan el poder que
realmente buscamos. No nos dan el poder de alcanzar la felicidad o de con-
trolar las influencias negativas en muestras vidas. En sus mismas manos, la
Iglesia tiene el mensaje que llevará a la gente al poder que están buscando.
Ese mensaje es el evangelio del Rey y su Reino. Lamentablemente, muchos
en la Iglesia han descubierto al Rey, pero no tienen ni la menor idea sobre el
Reino que Él vino a traer a la humanidad.

La gente responderá al mensaje de que hay un Reino de vida, poder,
“autoridad y gozo, que está completamente disponible para ellos. Este Reino
es la respuesta a todos sus sueños. Es la fuente de poder que ba estado bus-
cando. El Reino de Dios les dará el valor para enfrentar todas las presiones
de vivir en un mundo postmoderno. Es triste que un gran porcentaje de
Cristianos no hayan experimentado las realidades del Reino de Dios, mucho
‘menos se hayan comprometido para transmitir este mensaje.

¿QUÉ ES LO QUE JESÚS PREDICÓ?

Cuando Nicodemo buscó a Jesús en la noche para hacerle preguntas en
privado, no estaba en verdad buscando a una persona; estaba buscando
un Reino. EI había reconocido el poder de Dios en acción en la vida y las

15

actividades de Jesús, y eso había despertado su curiosidad. Se dio cuenta de
que Jesus había penetrado en una dimensión de realidad espiritual que él
nunca había experimentado,

“Había entre los fariseos un dirigente de los judtos Uamado Nicodemo.
Este fue de noche a visitar a Jesús. -Rabi -le dijo-, sabemos que eres un
‘maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podria hacer las
señales que tú haces si Dios no estuviera con él. -De veras te aseguro
que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios -dijo Jesus
-¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? -pregunté Nicode-
mo-. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y
volver a nacer? ~Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espiritu,
no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesüs-. Lo que nace del
cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de
que te haya dicho: Tienen que nacer de muevo”.

Joan 31-7

En efecto, Nicodemo estaba diciendo: “Veo el Reino de Dios en acción
en tu vida. ¿Cómo puedo alcanzarlo?”. Jesús le respondio diciéndole que
él tenía que entrar al Reino, naciendo de nuevo. En el versículo 3, cuando
Jesús le dice: “De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede
ver el Reino de Dios”, la palabra griega para “ver” (eido) significa ver en el
sentido de conocer, percibir o entender. Jesús declara explícitamente en
el versículo 5 que sin nacer de nuevo del Espíritu nadie “puede entrar al
Reino de Dios".

Jesús habló de nacer de nuevo en respuesta a la pregunta de Nicode-
mo. No hay evidencia bíblica, sin embargo, de que Jesús alguna vez haya
hecho del nacer de nuevo el enfoque de su mensaje a las multitudes que
Jo seguían por todas partes. El corazón del mensaje de Jesús no era sobre
nacer de nuevo; Él predicó sobre el Reino de Dios. Raramente, habló sobre
la cruz o muchos otros temas que han llenado el lugar en nuestros sermo-
nes. El enseñó esas cosas a sus seguidores y a otros que vinieron buscando
mas conocimiento. Su mensaje era bastante diferente cuando trataba con
los escribas y fariscos que lo desafiaban. Pero con la gente común, Jesús les
predicaba el Reino de Dios.

EL REINO ES PREDICADO EN PALABRA Y
DEMOSTRADO EN PODER

Jesús describió la esencia del Reino en las muchas historias que Él le con-
16 a la gente. Esas historias son ricas en simbolismos y verdades porque
El magistralmente describía la naturaleza y las características del Reino
de Dios. En estas historias creativas exhibió el carácter de aquellos que
pertenecían a este Reino. La naturaleza de la proclamación de Jesús no
estaba solamente en las palabras que hablaba. Era demostrada en el poder
que emanaba de su vida. El poder del Reino era demostrado a través de
Jesús en los milagros, señales y prodigios que Él realizaba. Las multitudes
se acercaban al Reino por las palabras y acciones de Jesús. Los que “cap-
taban” el mensaje eventualmente se convertían en sus seguidores y eran
introducidos en el conocimiento pleno de quién era Jesús y cómo entrar
al Reino a través de la fe en Él.

Cuando predicamos de Cristo sin predicar sobre el Reino de Dios, le ha-
cemos a la gente un gran daño. En realidad, los dos son inseparables. Uno
no puede divorciar al Rey de su Reinó. Es realmente muy injusto decirle al
mundo que Jesucristo es la puerta que ha sido abierta a ellos, sin decirles
lo que hay del otro lado de la puerta. No tiene sentido. Si proseguimos y
les contamos sobre el Reino, esa es otra cosa. Cuando les decimos sobre un
ámbito en donde hay vida, esperanza, paz, gozo y el poder de sobreponerse
alos problemas y dificultades diarias ahora mismo, y vivir exitosa y victorio-
samente ahora mismo, ellos dirán: “Hey, ¡yo me identifico con eso! Puedo
entenderlo”. Como Iglesia debemos completar el mensaje de Jesús enfocán-
donos en el Reino de Dios, el cual es el centro de las palabras de Jesus.

Seamos sinceros, la vida es dura y está llena de dolor y sufrimiento. Vi
vimos en un mundo de gran ansiedad. Terrorismo, colapsos económicos,
confusión política, desempleo, divorcio, desesperación; la gente necesita las
buenas nuevas. El Reino de Dios es esas buenas nuevas. Es el mensaje per-
dido de Jesús que necesita resucitar en nuestros tiempos,

¿Por qué corrertan los pequeñitos a Jesús? ¿Por qué podrían seguirlo los
ricos y pobres por igual? ¿Por qué más de cinco mil personas se aferrarían a
Et por tres días, soportando el hambre y la sed con tal de verlo y escucharlo?
¿Por qué hombres, mujeres y ninos dejarían sus granjas, barcos de pesca,
comercios, hogares y aldeas solo para sentarse a sus pies? ¿Por qué suspen-
derian sus actividades por un tiempo para correr hasta el Ingar en donde
oyeron que Él estaba predicando?

Era porque amaban lo que El tenía para decir. Era porque Fl les hablo
sobre la ciudadanía en un Reino que les otorgaría un mejor estilo de vida
y un futuro más promisorio que el que jamás encontrarían en ningún otro.
ingar en los reinos de los hombres. Jesus encarnó el mismo mensaje que
predicaba y llevó a hombres y mujeres de todo estrato de la vida, Este es un
gran desafío para nosotros en nuestro tiempo. El mensaje que predicamos
debe ser el mensaje que vivimos.

La forma más efectiva de alcanzar a la gente es primero abrirles el ape-
tito con las buenas nuevas del Reino de Dios. Luego de que conocen sobre
el Reino y lo descan por sí mismos, debemos explicarles cómo entrar en él
mediante la confianza en Jesús para limpiarlos y salvarlos de sus pecados,
rindiendo sus vidas bajo el control del Señor. Una persona debe primero
entrar al Reino antes de que esté lista para cosas más profundas, como ser
aquellas que Jesus les enseñó a sus discípulos en privado.

Por esta razón, Jesus le enseno a la gente usando parábolas. Aquellos
que no tenían interés en las cosas de Dios, simplemente consideraban las
parábolas de Jesus como lindas historias con moralejas prácticas, Por otra
parte, para aquellos que estaban buscando genuinamente la verdad, sus
historias tocaban una cuerda en sus corazones que los conducían hacia El
y los provocaba a buscar en Él las respuestas a lo que estaban necesitando.
A través de Jesús, ellos obtenían entrada al Reino, donde eran libres para
explorar cada habitación y descubrir cada beneficio que el Reino tenía
para oftecerles,

UN EVANGELIO TERGIVERSADO

“El Reino de Dios ha venido a la Tierra. Todos los que deseen, arre-
piéntanse y vengan a él”. Ese es el evangelio que Jesus predicaba y que
comisionó a sus seguidores a predicar. En algún lugar del camino, la Isle
sia perdió su enfoque. Rara vez en estos días escucharemos el mensaje
del Reino ser predicado en nuestros pulpitos. Predicamos sobre muchos
otros temas, pero casi nada acerca del Reino, Predicamos sobre prospe-
ridad, fe, dones, ministerios y otros temas secundarios, pero no acerca
del Reino.

Satanás nos ha desviado. Una de sus estrategias más efectivas es pre-
ocuparnos con cosas secundarias en vez de lo primordial. El diablo es
astuto. Él sabe que esto es mejor que intentar hacernos hacer cosas que

154

has buenas nurcas del Heino

son marcadamente incorrectas o malignas. En cambio, desvía nuestro en:
foque hacia temas que, aunque son importantes, no son lo que el Señor
ns dijo que nos centréramos.

Si hacemos algo bueno, pero no es lo que el Señor nos dijo que hiciéra-
mos, ¿está bien o está mal? Suponga que usted me contrata como chef en su
hogar y, planificando una gran cena, me pide que prepare pavo con varias
guarniciones, ¿Qué sucedería si usted acompaña a sus invitados a la mesa
y all descubre que yo cociné carne a la cacerola en vez de pavo? La carne
puede estar de lo más jugosa, sabrosa y suculenta en su boca, pero aun así
no es lo que me pidió. Tenemos una tendencia a creer que siempre y cuando
algo no esté mal, entonces debe ser bueno. No obstante, aun las cosas bue-
nas son malas cuando son hechas en el tiempo o en el lugar equivocado, 0
cuando alguna otra cosa buena debería haber sido hecha en su lugar.

Hace dos mil años, Jesús fue muy claro en la misión que le dio a la Igle-
sia, No dejo lugar a la incertidumbre o a malas interpretaciones. El especifi-
6 lo que debíamos predicar y enseñar:

“Por tanto, vayan y hagan discipulos de todas las naciones, bautizando-
los en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré
con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”

Mateo 28:19-20

"Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”
Marcos 16:15

“Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio
a todas las naciones, y entonces vended el fin”
Matro 24:14

El Nuevo Testamento proclama toda clase de “buenas nuevas” (evange-
lio, evangelion). Las buenas nuevas que Jesús predicó -y que nosotros debe-
tamos predicar tambien- son que el Reino de Dios ha venido a la Tierra y
que, a través de Jesús, todos podemos formar parte de él

Nos hemos dejado desviar mucho en temas secundarios y periféricos.
Parece como si el mensaje del Reino hubiera desaparecido. No hay dudas
de que Jesús murió en la cruz para que nosotros fuéramos perdonados de

156

nuestros pecados y hallemos vida eterna en El, Tampoco hay dudas de que
necesitamos decirle a la geme que Él es el camino, la verdad y la vida, y que
es el único camino a la vida eterna. Todo esto es parte del mensaje del Reino,
pero no es todo el mensaje. La cruz de Cristo es el punto de comienzo de la
vida del Reino de Dios, pero no el punto de llegada, No hay punto de llega-
da, porque la vida en el Reino no tiene fin,

Nuestro problema es que pasamos demasiado tiempo diciéndole a la gente
como entrar al Reino, pero rara vez les enseñamos qué hacer cuando estan
dentro. A menudo ni siquiera nosotros lo sabemos, porque nadie nos lo ha
enseñado tampoco. Pasamos tanto tiempo predicando sobre la puerta que
olvidamos todo sobre el palacio que se encuentra detrás de ella.

ATORADOS EN LA PUERTA

Necesitamos volver a predicar el evangelio que Jesús nos dijo que predicára-
mos: las buenas nuevas de que el Reino de Dios vino a la Tierra, Dios quiere
que tengamos el Reino, y Jesús es la puerta para entrar a él. Jesus mismo
dijo: “No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del
Padre darles el reino” (Lucas 12:32). jPienselo! A muestro Padre le complace
darnos el Reino. Eso es lo que Él desea hacer. Eso es lo que Él planeo desde
el comienzo mismo.

Si pensáramos en el Reino de Dios como un palacio o una mansión
gloriosa, hemos perdido totalmente el mensaje. Estamos atorados en la
puerta. ¿Cuál es el propósito de una puerta? Provee entrada a la casa o a
los diferentes cuartos de la casa. Del mismo modo, Jesús nos brinda una
entrada al Reino del Padre. Jesús dijo: “Yo soy el camino”. Una puerta es
un portal a través del cual pasamos de un lugar a otro. Jesús es la puerta a
través de la cual pasamos de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz,
de la culpa al perdón, de la vergüenza al gozo, de la lucha a la paz, de la
derrota a la victoria. Así es el contraste entre el reino de este mundo y el
Reino de Dios.

Si nos quedamos “atorados” en la puerta, nunca experimentaremos la
plenitud del Reino que el Padre ha preparado para nosotros. Tenemos
que dar un paso hacia delante, pasar la puerta para descubrir un mundo
completamente nuevo de riquezas y gloria que espera delante, Recuerde
que Jesús dijo: “Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo,
sera salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos (...) y (...) vida

156

De E EVER MENO:

en abundancia” Juan 10:9-10). El Reino es un lugar en donde podemos
experimentar vida en abundancia.

¿Puede imaginarse a alguien que hereda una maravillosa propiedad con
una bella mansión, pero que está tan absorto con la puerta que nunca pasa
a través de ella? “¡Te amo, puerta! Tú eres una puerta tan hermosa, Tienes
paneles tan graciosos, un vidrio tan adorable. ¡Eres tan maravillosa!”. Jesus
es nuestra puerta al Reino de Dios. Es vitalmente importante que deposite-
mos nuestra fe en Jesús para salvarnos y perdonar nuestros pecados, pero
también es importante que después de eso avancemos por la puerta para
participar y disfrutar ese Reino al máximo.

Jesus dijo: *... yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10:7), pero también
dijo: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (x. 11).
Los pastores cuidan sus ovejas. Las guían, las protegen y las llevan a lugares
en donde pueden hallar comida y agua. Los pastores no les dan el pasto a
sus ovejas, sino que las guían a donde las ovejas pueden encontrar el buen
pasto. Jesús es mayor que el Rey Arturo, y su Reino es más glorioso que el
de Camelot,

Jesus es el pastor que nos lleva a los pastos abundantes del Reino de su
Padre, pero cuánto alimento y refresco recibamos depende de nosotros. El
Señor no nos alimentará por la fuerza. Él quiere que nosotros participemos
plenamente en el gozo, los beneficios y las bendiciones de su Reino, pero no
lo hará contra nuestra voluntad. El grado en el que disfrutemos de nuestra
ciudadanía del Reino dependerá del nivel de disposición que tengamos a ser
valientes y reclamar lo que es nuestro, lo que Jesús restauró para nosotros a
través de su muerte y resurrección.

Desafortunadamente, muchos están varados en el patio exterior y nunca
han podido salir de las inmediaciones externas del glorioso Reino de Dios.
Ellos nunca se han aventurado a entrar al lugar santísimo donde vive el Rey
y donde su Reino es plenamente manifestado,

Imagine por un momento que usted es dueño de una zapatería que se
especializa en calzado costoso, elegante, de estilo y bien moderno, de la
más alta calidad. Usted ha invertido. un par de millones de dólares para
construir una elegante y hermosa zapatería, y ha gastado miles de dólares
ás para adquirir el stock de zapatos más refinados posibles. Su deseo es
alcanzar a la mayor cantidad de personas con la noticia de los excelentes
zapatos que pueden encontrar en su negocio. ¿Qué hace usted? Segu-
ramente hará publicidad, por supuesto. Publicitar es una buena forma

57

de predicar; usted está extendiendo el “evangelio”, las “buenas nuevas”
sobre el calzado que tiene a la venta.

Suponga que su aviso dice algo así como: “Hola. Quiero invitarlo a
visitarnos en el Mundo Internacional del Zapato, donde encontrará solo
la más fina calidad en calzado para toda su familia. Estoy seguro de que se
enamorará de nuestro local y particularmente de nuestra puerta. Tenemos
una hermosa puerta hecha de roble macizo, forrada con láminas de oro y
con bisagras de plata esterlina. Una elegante ventana de vidrio espejado
y bordes biselados se halla en la mitad superior de la puerta, La puerta
tiene dos metros y medio de alto y un metro ochenta de ancho, y es una
puerta verdaderamente asombrosa y magnifica. Le aseguro, amigo, que
por nada del mundo querrán perderse esta puerta. Ella los hipnotizara
Simplemente, no podrá creer la belleza de la puerta que contemplará.
¡Esperamos verlo pronto!”

¿Cuántos zapatos usted cree que vendería con un aviso como ese? ¿Cuán-
tos clientes atraerá a su comercio? Quizás consiga un puñado de curiosos
que vengar: a mirar su puerta y luego se marchen mascullando y sacudiendo
sus cabezas, pero no logrará ganar mucho dinero. El objetivo de hacer pu-
blicidad es lograr que los clientes pasen de la puerta y entren al local donde
puedan ver la mercadería que tiene para que ellos compren,

Lo mismo es con el Reino de Dios. No habremos cumplido todo lo que
el Señor desea hasta que avancemos dentro y aprovechemos todo lo que el
Reino tiene para ofrecernos, Solo entonces podremos comenzar a alcanzar
el potencial que Dios ha depositado dentro de nosotros. Sí, Jesus murió por
nosotros, pero murió para obtener algo para nosotros: la entrada al Reino
de su Padre. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
1a vida que Él nos da es la vida abundante de su Reino, un Reino que tiene
todo lo que podemos llegar a necesitar o desear, un Reino de superabundan-
y provisión inagotable.

EXPERIMENTAR EL CIELO EN LA TIERRA

Juan el Bautista, el profeta del Antiguo Testamento con una revelación del
Nuevo Testamento, predicó sobre el Reino de Dios: “En aquellos días se
presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decta: "Arrepién
anse, porque el reino de los cielos está cerca” (Mateo 3:1-2). Después de
Juan, Jesús apareció en escena predicando el mismo mensaje: “Después de

158

SA

que encarcelaron a Juan, Jesus se fue a Galilea à anunciar las buenas nuevas
de Dios. “Se ha cumplido el tiempo -decia-. El reino de Dios está cerca. ¡Arre-
piéntanse y crean las buenas nuevas!” (Marcos 1:14-15). “Desde entonces
comenzo Jesús a predicar: ‘Arrepientanse, porque el reino de los cielos esta
cerca” (Mateo 4:17). ¿Dónde está el Reino? Solo a un paso de distancia de
donde usted está parado.

Las buenas nuevas que Juan y Jesús predicaban -y que también la Iglesia
primitiva predicaha- son las buenas nuevas del Reino de los cielos. Muchas
veces nos llega el mensaje equivocado, porque predicamos las buenas nue-
vas del cielo. Y ambas no son lo mismo. Le decimos a la gente que ponga su
fe en Jesús para salvación y luego nos concentramos en el cielo como nues
ro objetivo y destino. Jesús munca predicó sobre el cielo. Sus discípulos
nunca predicaron sobre el cielo, y tampoco nosotros deberíamos hacerlo.
La gente precisa escuchar las buenas nuevas del Reino de los ciclos: que
el Reino de Dios hz venido a la Tierra y que todos pueden experimentar la
realidad de ese mundo.

¿ESCAPAR DEL MUNDO O CAMBIAR EL MUNDO?

Puede ser que la idea de ir al cielo sea muy atractiva, pero la gente que lucha
de continuo con su vida cotidiana en la Tierra necesita un mensaje que le
ayude “aquí y ahora”. Ellos necesitan que se les enseñe cómo vivir en este
mundo, no cómo escapar de el

A través de los siglos, se ha puesto un énfasis en el cielo en el mensaje
de la Iglesia, que antes no estaba allí. Cada vez que la humanidad enfrenta
sucesos catastróficos, se empieza a pensar en el cielo: un lugar de escape,
reposo y consuelo, Para los europeos, esa catástrofe fue la peste negra; para
los africanos, la esclavitud. En las dos circunstancias, la expectativa de vida
era muy baja, los pronósticos del futuro parecían muy limitados, y la brev
dad y fragilidad de la vida se volvió muy real y personal para la gente. Du-
tante la peste negra, millones de personas murieron en Europa, y muchos
de los sobrevivientes se volcaron a la esperanza del cielo como consuelo.
Bajo el cruel yugo de la esclavitud, millones de africanos, privados de toda
esperanza en este mundo, también se volvieron a la enseñanza del cielo
como su esperanza futura,

Si todos a su alrededor parecen estar muriendo, y usted sabe que podría
ser el siguiente, tendería a aferrarse poco a las cosas de este mundo y, en

159

cambio, a amartarse con todas sus fuerzas a la esperanza de un mundo
venidero. Si se da cuenta de que no posee nada, sino que otras personas lo
poseen a usted, incluidos a su esposa e hijos, todo lo que tendría que espe-
rar de cada día sería un trabajo matador, entonces una promesa de descanso
permanente le brindaria un fuerte consuelo. La consecuencia de esta clase
de predicación es que todo lo que podemos decir sería: “Solo resiste. Las
cosas están terribles, pero el Señor viene pronto, y cuando lo haga, Él nos
sacará a todos de este embrollo”.

VENCER AL MUNDO

El consuelo del cielo nos ayuda a mantenernos y estar de pie durante las
horas oscuras, pero no es =y nunca debería ser- el enfoque del evangelio
que predicamos. Las Escrituras no nos prometen que Jesus nos rescatará del
mundo cuando esté a punto de vencernos, sino que por medio de Él noso-
tros vencertamos al mundo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mi hallen
paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero janimense! Yo he vencido al
mundo” Juan 16:33); “porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.
Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al
mundo sino el que cree que Jesus es el Hijo de Dios?" (1 Juan 5:4-5).

Lo que esto significa es que cuando vivimos, pensamos y actuamos como
ciudadanos del Reino, podemos experimentar éxito, victoria y productivi-
dad, no en el “futuro distante”, sino hoy mismo, esta semana, Significa que
podemos vencer ahora mismo. No tenemos que ser o seguir siendo víctimas
de nuestras circunstancias. Podemos aprovechar muestra ciudadanía y todas
sus bendiciones, derechos y privilegios que nos ayudarán a levantarnos por
encima de nuestras circunstancias, o cambiarlas, o prosperar y salir adelante
a pesar de ellas. La vida del Reino no es sentarse sumisamente en someti-
miento y derrota delante de la arremetida de este mundo, Por el contrario,
ella nos lleva adelante en confianza, avanzando violentamente en la sabidu-
ría, el poder y la bravura que es nuestra como hijos de Dios.

Nada afuera de nosotros es mayor que lo que está dentro de nosotros.
Eso fue lo que Juan quiso decir al escribir: “Ustedes, queridos hijos, son de
Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más
poderoso que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Esta es la formula imbati-
ble de la victoria, Si somos vencidos por el mundo, entonces no estamos ex-
perimentando lo que el Señor quiere que tengamos. Algo nos está faltando.

bo

Ins buenas nuevas del Reino

Si la vida nos está golpeando duro, entonces hemos escuchado las buenas
nuevas incorrectas o no hemos tenido buenas nuevas en absoluto. Las bue-
as nuevas son que en Cristo somos ciudadanos del Reino de los cielos, y
todos los recursos de ese Reino están disponibles para ayudarnos a vivir en
victoria cada día desde ahora en adelante,

ELUNICO EVANGELIO VERDADERO

El evangelio del Reino es el unico evangelio verdadero. Todo lo demás que
predicamos no es el verdadero evangelio, o al menos, no el evangelio com-
pleto, Predicar sobre Jesús es de vital importancia y es una parte esencial
de predicar el evangelio del Reino, porque Él es nuestro camino al Reino.
Sin embargo, solo porque pongamos nuestra fe en Jesús, no significa que
automáticamente entendamos lo que es ser un ciudadano del Reino o cómo
vivir como uno de ellos. Hay muchos creyentes que confían y aman a Jesús,
pero nunca se les ha enseñado sobre el Reino o su verdadero y legítimo
lugar dentro de él

Jesus predicó el evangelio del Reino de los cielos, pero su mensaje no
tenía nada que ver con ir al cielo. De hecho, Él predicaba lo contrario. Jesús
predicaba que el cielo estaba viniendo a la Tierra; por cierto, que ya estaba
aquí y que El era su heraldo: “Ustedes deben orar ast: ‘Padre muestro que estás
en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la
sierva como en el cielo” (Mateo 6:9-10).

LA ORACIÓN DE JESÚS

Ante todo, Jesús dijo: “Padre nuestro”. No es mío o suyo solamente, sino
que es el Padre de todos los que creemos. En segundo lugar, nuestro Padre
se encuentra “en los cielos”. No está en la Tierra, sino que rige su Reino
en el cielo, Cuando oramos deberfamos dirigirnos a Él como estando en
ol cielo en vez de en la Tierra, El cielo, no obstante, no está muy lejos. Es
la dimensión adyacente a la nuestra. Cualquier creyente que muere llega
alls instantáneamente. Así es cuán cerca se encuentra Dios. Jestis luego nos
cuseña a respetar y honrar a Dios: “santificado sea tu nombre”. Santificado
significa “santo”, y santo significa “puro y sin motivación ulterior, separado,
apartado de toda maldad”, Dios quiere decir exactamente lo que dice, y
Siempre guarda su palabra.

m

Luego vienen las palabras: “venga tu Reino, hágase tu voluntad en fa tierra
como en el cielo”. Observe que debemos orar que el Reino de Dios venga (no
que vaya), así como también orar que su voluntad sea hecha. La palabra
voluntad también significa “propósito”. Cuando oramos que la voluntad de
Dios sea hecha en la Tierra, le estamos pidiendo que lleve a cabo sus propó-
sitos, que cumpla su plan original. Estamos orando que cualquier cosa que
suceda en el cielo sea manifestada en las regiones de la Tierra. Cuando Adán
cayó, él provocó un nuevo fenómeno en la Tierra: una voluntad distinta ala
voluntad del Padre. El enfoque de los hombres y las mujeres del Reino debe
estar en unir al mundo nuevamente a la voluntad única del Padre.

El propósito original de Dios era extender su reinado celestia) a la Tierra
a través de seres humanos. Su deseo era que nuestra dimensión terrenal
fisica reflejara su dimensión celestial espiritual, Como el Reino de los cielos
sobre la Tierra fue el plan original e inmutable de Dios, también ese fue el
enfoque del mensaje y ministerio de Jesús. Los cuatro evangelios en conjun-
to contienen más de cien referencias al Reino, Juan el Bautista predicaba del
Reino. Jesús predicaba del Reino; era su único y exclusivo mensaje. Pedro,
Santiago, Juan y los otros apóstoles predicaban del Reino. Pablo predicaba
del Reno. La Iglesia primitiva predicaba del Reino.

Un mundo oscuro y agotado, desesperanzado y desanimado aguarda
y desesperadamente necesita otr= las buenas nuevas del Reino de Dios.
Al predicar el evangelio del Reino a todas las naciones, preparamos el ca-
mino para el regreso de Cristo. Esa es nuestra misión, la tarea que se nos
ha encomendado como el Cuerpo de Cristo. Si no lo predicamos nosotros,
¿quién lo hará?

1

Capitulo cinco
Principios

El propósito de Dios es restaurar su gobierno sobre la Tierra a través de
la humanidad.

Jesús vino a reintroducir el Reino de Dios a nosotros y, mediante su san-
are ion en la cruz, proveernos los medios por los cuales entrar
en &

El Reino de Dios nos pertenece por derecho legal, en calidad de
herencia

Proclamamos el mensaje del Reino de Dios, y ese mensaje es buenas
nuevas para todo el que lo escucha.

Jesús nunca predicaba acerca de nacer de nuevo; Él predicaba más bien
sobre el Reino de Dios.

Las buenas nuevas que Jesus predicaba -y que nosotros deberíamos pre-
dicar también- son que el Reino de los cielos ha venido a la Tierra y; a
través de Jesus, todos podemos formar parte de él.

El grado en que disfrutemos de nuestra ciudadanía en el Reino depende
del nivel de nuestra disposición a ser valientes y reclamar lo que es le-
alimente nuestro, lo que Jesús ha restaurado para nosotros a través de
su muerte y resurrección.

Las buenas noticias son que en Cristo somos ciudadanos del Reino de
los cielos, y todos los recursos de ese Reino están disponibles para ayu-
darnos a vivir en victoria cada día desde aquí en adelante.

163

HOO

"sI Deseas SET BIEN SETVIDO,

entonces sirve Bien.
a Los Demás”

ANA

CAPÍTULO SEIS

Un Reino de reyes siervos

brado rey. Su reinado no es sobre la gente, sino sobre un área especi-

fica relacionada con sus dones. Por esta razón, a Jesús se le llama el
Rey de reyes y Señor de los señores. Nosotros somos reyes que servimos al
mundo con nuestro don dado por Dios, Nuestro servicio nos convierte en
líderes. Eso es lo que Jesús quiso expresar al decir: “El mayor de ustedes será
el que sirve”. El Reino funciona sobre la base de un liderazgo de servicio.

Una vez que hemos pasado por la puerta, no hay nada más vital para
nuestro crecimiento espiritual que comprender la naturaleza del Reino del
cual ahora somos ciudadanos. Nuestros corazones deberían rellejar el cora-
zon de Cristo, y nuestras mentes, su mente, Todo lo que Dios dice y hace se
relaciona con su Reino, Por eso, es tan importante que entendamos su na-
turaleza. Si queremos ser ficles hijos del Rey y estar preparados para reinar
sobre el dominio que Él nos ha entregado, debemos conocer su corazón y
cómo gobernar en su nombre,

Nuestra cultura se está desintegrando a nuestro alrededor. La gente está
viviendo en un estado de desesperación. Todo lo que tenemos que hacer
es leer los periódicos o escuchar los noticieros cualquier día de la semana
para darnos cuenta de que la vida diaria en el mundo en que vivimos está
llena de incertidumbre e inestabilidad. Guerras, hambre, pobreza, igno-
rancia, limpieza ética, odios y prejuicios de antaño, bombardeos suicidas,
terrorismo, sida y otras aflicciones, e inestabilidad económica con amplias
Nuctuaciones en el mercado de valores son factores que nos muestran a las
claras que nuestro mundo es un lugar aterrador y poco confiable. Ya que el
reino de este mundo es temporal y un día pasará, no tiene nada con carac-
terísticas duraderas en las cuales podamos depositar confianza alguna,

Millones de personas mueren a diario a causa de enfermedades, hambre o
violencia. El mercado de valores colapsa, y los que eran millonarios un día son
Pobres al dia siguiente, Las corporaciones se reducen, y miles de empleados
“quedan desocupados de repente. El desempleo extendido produce un vacío

E 1 Reino de Dios es el único Reino en el que cada ciudadano es nom-

65

a salojos, lo cual incrementa la cantidad de personas
Financiero que acaba en desalojos, el
‘en la calle, sin hogar, y que terminan siendo una carga para el estado. El odi
religioso entre musulmanes, cristianos y judios alimenta el conflicto a diario
‘en muchas partes del mundo, particularmente en el Medio Oriente.

UN REINO QUE NO PUEDE SER VOLTEADO

¿Hay alguna buena noticia en medio de todo esto? Si, por cierto la bay Para
aquellos que vivimos y caminamos en el Reino de Dios, cada dia puede ser
un buen día, a pesar de las circunstancias del mundo. No importa cuánta
turbación y confusión nos rodee en el mundo físico, el Reino de Dios es es-
table, No puede ser movido. Los gobiernos de este mundo se sacuden y no
son confiables, la economía mundial es impredecible, El gobierno de Dios,
en cambio, está firmemente establecido desde la eternidad pasada i ny
en su lugar a wavés de la eternidad futura; es seguro, fuerte e inconmovil ‘
‘A diferencia de los gobiervos de este mundo, el Reino de Dios está fundado
en prinipios eternos que manic se desvanecen ni desaparecer |
El hombre ha tratado de muchas maneras de aliviar. el temor, dolor y sufri-
miento que caracteriza a la vida humana sobre la Tierra. Una de ellas esa través
de la religión, la cual no ha resultado más exitosa que las otras formas, po
es un producto de la invención y el diseño! humano. La religión es! elintento. a lel
ombre por descubrir a Dios y hallar ls soluciones a sus propios problemas.
Por esa razón, Dios no nos envió una religión. En cambio, Él nos envió
su Reino, eterno e inconmovible. El Reino de Dios vino a la Tierra a través
de la persona de su Hijo Jesucristo, que era su heraldo, asi como también su
puerta de entrada, Cristo no vino a iniciar una religión o una organizacion
religiosa. Jesus predicó sobre el Reino, pero la Iglesia predica de muchas
otras cosas en vez de predicar sobre el Reino.
La misión de Jesús consistía en cinco objetivos principales;

+ Vino a reintroducir el Reino de Dios en la Tierra a través del hombre.

+ Vino a restaurar la justicia y santidad de la humanidad.

+ Vino a restaurar al Espiritu Santo en el hombre.

+ Vino a entrenar a la humanidad para el liderazgo del Reino,

+ Vino a restaurar el gobierno del Reino de Dios sobre la Tierra a través
de la humanidad, a devolver la administración del Reino de Dios a los
reyes terrenales de Dios,

166

MB ETO E PETE S(O SRO

ELORDEN ORIGINAL DEL REINO

La misión integral de Jesús eta reintroducir el Reino de Dios sobre la Tierra
a través de la humanidad, El prefijo re significa “hacer de nuevo" o "vol
ver al estado original”. Cada vez que nosotros re algo, estamos volviendo
hacia atrás. El pequeño prefijo de dos letras es uno de los prefijos más
importantes de toda La Biblia, tan importante que, de hecho, yo lo deno-
mino “el prefijo paradójico de Dios”. Casi todas las palabras utilizadas en
La Biblia para describir el plan de Dios para la humanidad comienzan con
él. Aquí hay algunos de ellas: redimir, revivir, restaurar, reconciliar, resu-
rrección, regreso, recompensa, renovación, remordimiento, retribución.
Todas estas palabras se relacionan de un modo u otro con el plan de Dios
para la salvación del hombre.

Cuando decimos que Jesús vino a reintroducir el Reino de Dios sobre
la Tierra, eso implica que en un tiempo estuvo aquí anteriormente. Cristo
ho trajo un Reino nuevo, sino uno viejo, un Reino original que se había
perdido, En un tiempo, Adán y Eva eran el Reino de Dios sobre la Tierra
y reinaban sobre el Jardin del Eden: Cuando se rebelaron contra Dios y
cayeron en pecado, el Reino se apartó. ¿Cómo fue que se marchó el Reino
de Dios?

El plan de Dios había sido gobernar la Tierra a través de una familia,
llamada humanidad. La conexión de Adán y Eva con Dios era el Espiritu
Santo, quien habitaba en ellos, Su pecado los corrompió y los hizo vasos
profanos que ya no servían para contener al Espiritu, Así este se alejó,
llevando consigo la única conexión directa del hombre con Dios y, por lo
tanto, la única conexión directa entre la Tierra y el Reino de Dios.

Es así como el Reino se suponía que debía funcionar. Dios, el Padre y
Creador, estaba en el cielo, donde siempre ha estado. Recuerde que Jesús
nos enseñó a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos”. El cielo es el
ámbito del Padre, un dominio espiritual que es invisible, aunque mucho
más grandioso y real que el mundo visible, el plano físico que fue creado
a partir de el. Dios es el Rey de los cielos, el Señor de todo, el Creador
y Consumador de todas las cosas. Él es el Todopoderoso, omnipotente,
omnisciente y omnipresente, Elohim, Yahvé, Adonai, El Shaddai; hay mu-
chos nombres y títulos que podemos atribu
la superficie de quién es Él es realidad.

le, y solo conseguimos arañar

wo

REDESCUBRA FL REINO

LOS ORÍGENES DEL HOMBRE

El hombre como criatura está en la Tierra, Creado a la imagen de Dios y
formado del polvo del suelo, el hombre fue puesto en autoridad administra-
tiva sobre ella y todas las demás criaturas. El libro de Génesis usa distintas
palabras para referirse al “hombre”, tanto para designar a la raza humana
como un todo, como asi también para distinguir entre el género masculino
y femenino. Por ejemplo, en Génesis 1:26 Dios dice: "Hagamos al ser huma-
o a nuestra imagen y semejanza”. En este caso, la forma hebrea de “hombre”
es adam, y se refiere genéricamente a toda la raza humana, tanto femenina
como masculina. También es usada como nombre propio del primer hom-
bre, Adán. La palabra adam literalmente significa “rubicundo” o “tierra os
cura”, en referencia al color original de la piel y a la materia de la cual fue
formado el hombre,

‘Cuando la narrativa en Génesis habla de la creación de la mujer, emplea
términos todavía más específicos.

“De la costilla que le habia quitado al hombre, Dios el Señor hizo una
mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamo: «Esta sí es hueso de
mis huesos y carne de mi carne. Se llamará ‘mujer’, porque del hombre
‘Jue sacada.» Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a

'su mujer y los dos se funden en un solo ser”
Genesis 2:22:23,

Aunque el versículo 23 usa la palabra adam para “hombre”, el 26 em-
plea un término diferente: ish, el cual se refiere a un hombre en el sentido
específico de la masculinidad. La forma femenina de ish es ishshah, que
tambien se usa en los versículos 22 y 23 para “mujer”, para designar a la
forma femenina del “hombre”, como distintiva del “hombre” masculino.
Aunque adam es a veces utilizado para nombrar individuos especificos
(tal es el caso de Adán, el primer hombre), es usado más a menudo en un
sentido genérico para referirse a la raza humana como un todo. Por ejem-
plo, Génesis 5:1-2 (RVR 1960) dice: “Este es el libro de las generaciones
de Adán. El día en que creó Dios al hombre adam, a semejanza de Dios lo
hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán
adam], el dia en que fueron creados”. Por lo tanto, “hombre” es el nombre
general que se emplea para designar a la especie humana, tanto masculina

como femenina.

68

Un Reino de reyes siervos

LO ESPIRITUAL Y LO NATURAL

Dios creó al hombre a su propia imagen. Como Dios es espíritu, eso signi-
fica que el hombre fue creado primeramente como un espíritu con la ha-
bilidad de comunicarse con la dimensión espiritual. Cuando el aliento de
Dios fue soplado sobre el hombre, él se convirtió en un alma viviente y fue
dotado de conciencia, personalidad y libre albedrío. Para poder cumplir
con su designio y su intención de regir la Tierra a través de un representan-
te físico, Dios depositó a ese hombre espiritual que había creado dentro de
una especie de caparazón o cubierta física, un cuerpo formado del polvo
(“tierra oscura” o adam) del suelo.

De modo que aquí tenemos dos dimensiones: una espiritual capaz de
alcanzar el plano de Dios, y una física capaz de comunicarse en las re-
giones de la Tierra. El propósito de Dios para el hombre era que este
gobernara la Tierra en su nombre y bajo su autoridad. Eso significaría
que los pensamientos y deseos de Dios iban a manifestarse en la mente
del hombre, para que la voluntad de Dios pudiera ser hecha en la Tierra.
La única manera en que esto ocurriera sin que Dios dejara su lugar en el
cielo era que Él pusiera su voluntad en la mente y el corazón del hombre.
En otras palabras, para que Dios pudiera gobernar la Tierra a través del
hombre que había creado, tenía que existir una conexión que uniera las
dos dimensiones. Por esta razón, Dios creó al hombre con la capacidad de
recibir su Espíritu.

EL ESPÍRITU SANTO: EL NEXO ENTRE DIOS Y EL HOMBRE

El Espíritu Santo era el nexo vital entre el dominio del hombre en la
Tierra y el dominio de Dios en el cielo. Él revelaba la voluntad de Dios y
proveía sabiduría y guía para que el hombre pudiera llevar a cabo la vo-
luntad de Dios sobre la Tierra, En este orden original de las cosas, existía
perfecta armonía entre Dios y el hombre. Había unidad entre el cielo y la
Tierra. Todo operaba como se suponía que debía hacerlo. Pero no conti-
nud de ese modo.

JESÚS VINO PARA REINTRODUCIR EL REINO

Así como Dios hizo a la mujer como ayudadora y compañera del hombre,
del mismo modo le dio el Espíritu Santo al hombre (tanto masculino como

16)

femenino) para ayudarlo a administrar su dominio terrenal según la vo
luntad de Dios. El evangelio de Juan se refiere al Espíritu Santo como un
“Consolador”. Jesús dijo:

“ yo le pedire al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acom
pane siempre: el Espiritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar
porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes st lo conocen, porque vive con

ustedes y estara en ustedes”
Juan 14:16-17

En griego, la palabra para consolador es parakletos, que también signi-
fica “abogado”. Literalmente, parakletos significa “uno llamado a estar al
lado”. El propósito del Espiritu Santo, entonces y ahora, era estar al lado
de la humanidad y ayudarnos a saber y hacer la voluntad del Padre. Él nos
convence cuando hacemos algo incorrecto, nos guía a lo largo del camino
más conveniente, nos impulsa a hacer la voluntad de Dios y dirige nuestro
andar, pero puede controlar tanto como le rindamos a Él.

Cualquier cosa que Dios quería, el Espiritu Santo se la revelaba al hom-
bre, y este lo manifestaba en la Tierra. Dios quería que el gobierno de su
Reino viniera a la Tierra, pero solamente podía hacerlo a través de sus hijos
que estaban conectados con Él por medio del Espiritu de Dios.

“Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espiritu, pues
el Espiritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios, En efecto,
¿quien conoce los pensamientos del ser humano sino su propio esptritu
que está en él? Asi mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino
el Espiritu de Dios, Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo
sino el Espiritu que procede de Dios, para que entendamos to que por
su gracia él nos ha concedido. Esto es precisamente de lo que hablamos,
no con las palabras que enseña la sabiduría humana sino con las que
enseña el Espiritu, de modo que expresamos verdades espirituales en

términos espirituales”
1 Corınnıos 2:10-13

Con el Espíritu de Dios morando dentro del hombre y dirigiendo sus
pensamientos y su vida de acuerdo a la voluntad de Dios, el hombre podria
manifestar el Reino del Padre sobre la Terra.

Un Keino de reyes siervos

UN DISTURBIO EN LA FUERZA

La clave para que el hombre fuera capaz de manifestar el Reino de Dios so-
bre la Tierra era la presencia del Espíritu Santo. El hombre no podía cono-
cer la voluntad de Dios excepto a través del Espíritu Santo viviendo dentro
de él, y este solo podía morar en una vasija santa, Adán y Eva, la primera
pareja humana, estaban llenos del Espíritu Santo y tenían una comunión
íntima con Dios. Cuando fueron seducidos y engañados por la tentación
de Satanás y desobedecieron a Dios, esa línea de comunicación se rompió
y creó disturbios en la fuerza del universo, El pecado los corrompió, y se
convirtieron en vasos profanos, y el Espíritu Santo se alejó, cortando toda
conexión con el ámbito celestial

El hombre todavía estaba sobre la Tierra, Todavía era un espíritu que ha-
bitaba dentro de un cuerpo de carne y sangre. Aún conservaba el propósito
de dominar la Tierra, pero ahora esta estaba dominándolo a él. Todo fue
alterado de su orden original. Contra su voluntad, el hombre se encontró
esclavizado a sus pasiones incontrolables, sus deseos desenfrenados y sus
instintos camales. De este modo, se volvió sujeto a las mismas cosas que
se suponía que debía controlar. Como el Espíritu Santo se había marchado,
el hombre vino a estar bajo control de otro espíritu, un espíritu maligno,
Lucifer, ese querubín expulsado.

Miles de años pasaron, tiempo durante el cual Dios estuvo ejecutando
su plan de restaurar su orden y diseño original. Llamó a Abraham, creó una
nación de los descendientes de Abraham, los liberó de la esclavitud en Egip-
to y los condujo a su propia tierra. Dentro de esa nación, Él estableció una
línea real a través de David, una linea de la que prometió que reinaría para
siempre. En la plenitud de los tiempos, Jesús vino en carne, como descen
diente de David nacido de una joven virgen llamada María; pero en espíritu,
como el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

EL ESPÍRITU SANTO REGRESA

En Jesucristo, el Espíritu Santo regresó a la Tierra para habitar en plena
fuerza en un ser humano por primera vez desde que se había marchado de
Adán y Eva en el Jardín del Eden. Crisio, el Ungido, el Hijo eterno de Dios
vino a la Tierra, nació bajo la forma de un ser humano llamado Jesús. El
hombre Jesús era came, pero el Cristo auentro estaba lleno del Espiritu, Él
era Jesucristo, el Dios-hombre, Dios en carne. En Él habitaba la plenitud de

Dios en forma corpórea (vea Colosenses 2:9). Esa plenitud era el Espíritu
Santo, quien ahora habitaba en carne humana por primera vez desde el
Edén. Jesús representó para toda la humanidad el potencial espiritual que
podía pertenecerles si ellos recibían el poder del Espiritu de Dios.

‘Cuando Jesús, leno del Espíritu Santo, comenzó su ministerio público,
su mensaje era el simple anuncio: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos
está cerca” (Mateo 4:17). Sus palabras se dirigían a todos nosotros, la entera
raza del hombre (adam). La palabra arrepentirse significa “cambiar nuestra
mente”. Jesús estaba diciendo: “Arrepiéntanse, cambien la manera de pen-
sar porque sus pensamientos están corruptos”. ¿Por qué corruptos? Por el
pecado. ¿Por que deberíamos cambiar nuestra mentalidad? Porque el Reino
de los cielos, que estuvo ausente en la Tierra por siglos, ahora ha regresado.
Jesús vino a reintroducir el Reino de los cielos a la Tierra, Está aquí ahora, y
necesitamos adaptar nuestro pensamiento a esta nueva realidad.

JESÚS VINO PARA RESTAURAR LA JUSTICIA Y LA SANTIDAD
EN LA HUMANIDAD

No solo que Jesús vino a reintrodueir el Reino, sino que también vino a res-
taurar la justicia y la santidad en la humanidad, ambas cosas las perdimos en
el Jardin del Edén. Muchas personas tienen una idea equivocada acerca de la
justicia. Suponen que ser justos significa hacer cosas buenas. Para algunos,
significa usar ropas largas o trajes y corbatas, o no sonreír nunca, no reírse y
no divertirse jamás. Significa usar cruces alrededor de su cuello y cargar gran-
des Biblias, Ellos proclaman este mensaje diluido, adornando sus autos con
autoadhesivos que dicen cosas, tales como: “Toque su bocina si ama a Jesús”.

Eso no es justicia. La justicia tiene más que ver con una condición de
vida, caso contrario a las acciones religiosas. Las acciones justas son im-
portantes, pero ellas deberían ser producto de la condición de ser justo que
tenga una persona. Mucha gente se retrotrae, creyendo que actuar correc-
tamente los hace a ellos justos. No es así. Justicia es en realidad un término
legal que significa estar correctamente posicionado. Una persona justa, por
lo tanto, es alguien que está bien posicionada con las autoridades.

Cuando Adán y Eva pecaron, perdieron el Espíritu Santo. Perdieron su
comunión con Dios y cayeron de su posición correcta para con el único
gobierno, el Reino de los cielos. La relación que una vez habían disfrutado
con Dios como su Padre ahora estaba rota. Aunque habían sido creados

Eu Mano de reyes sicreos

para dominar la Tierra, con su conexión con el Reino de Dios ahora inte-
rrumpida, ellos no sabían qué hacer o como hacerlo. Adán y Eva perdieron
completamente la visión de su propósito.

En un mundo caído, no existe tal cosa como una persona “normal”.
Dios nos disenó para la justicia y santidad, y sin ellas somos anormales.
Somos deficientes y defectuosos, incapaces de funcionar apropiadamente
en el entorno para el cual fuimos diseñados. Por eso existe el crimen. Por
eso, entre las diferentes razas nos odiamos los unos a los otros, peleamos y
nos matamos, Nuestra falta de justicia y santidad se manifiesta en nuestras
vidas. Nos destruimos mutuamente porque no sabemos por qué estamos
aquí, y el mismo ambiente que fuimos creados para dominar ahora nos esta
gobernando a nosotros.

Jess nos restauró a Ja justicia -una posición correcta delante del Padre~
a través de su muerte por nuestros pecados. Nos hizo justos nuevamente, y
al hacerlo, también restauró muestra santidad. Ser santos significa ser puros,
sin mancha alguna, apartados exclusivamente para Dios. Cuando Adán y
Eva pecaron, mostraron desprecio por su estado santo, tomando lo que se
suponía que era para Dios y usándolo para propósitos comunes y profanos.
Eso sería algo así como tomar una hermosa copa de oro macizo y usarla para
poner en ella la grasa de un tocino.

¿CÓMO UNO SE VUELVE SANTO?

¿De qué modo Jesús nos hace justos y santos otra vez? Se necesita nada
‘menos que su sangre. La Palabra de Dios dice: “De hecho, la ley exige que
casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay
perdón” (Hebreos 9:22). Solamente la sangre de Jesús podía limpiar nuestro
pecado y quitar la verguenza de nuestras acciones, Por esa causa, Él tuvo
que morir. Ast como el viejo himno declara: “¿Qué me puede dar perdón?
Solo de Jesús la sangre”. Cristo, el Hijo de Dios, era Espiritu, no carne o
sangre; Jesús, el hombre, tenía ambas cosas. Jesucristo era cien por ciento
hombre de carne y sangre, y cien por ciento divino Hijo de Dios. No pode-
‘mos separar las dos naturalezas; hacerlo sería negar la obra que Él hizo en
la cruz. No podemos adorar a Cristo y olvidar a Jesús, ya que sin Jesús no
podríamos tener al Cristo. La sangre de Jesús limpió nuestro pecado y echó
los cimientos para nuestro perdón, haciendo posible para Cristo restaurar
nuestra justicia y santidad, y traernos al Espíritu Santo,

ei

Por esa razón, cualquier religión que niega a Jesús tiene un problema.
Todo está envuelto en Jesucristo y en lo que El hizo sobre la cruz, Si no
tenemos a Jesús, eso significaría que nuestros pecados están todavia con no-
sotros, Sin Jesús no tenemos su sangre para limpiar nuestros pecados, y sin
esta limpieza, no podemos volvernos santos. A menos que seamos santos,
no podemos recibir el Espiritu Santo. Y a menos que recibamos el Espiritu
Santo, no podemos ser hechos ciudadanos del Reino de Dios.

LA IMPORTANCIA DE LA SANGRE DEJESÚS

En la economía del Reino de Dios, la sangre es absolutamente necesaria
para nuestra restauración. Por eso, la ley judía en el Antiguo Testamento
requería sacrificios de animales. Ellos eran un constante recordatorio visual
de que la sangre de una víctima inocente era el precio exigido para llevarse
nuestros pecados. De este modo, el sistema sacrificial judío prefiguraba, 0
miraba hacia el día en que Jesús, el Cordero de Dios, puro y sin pecados,
derramaria su sangre. Esta fue suficiente una vez y para siempre para lim-
piarnos y cubrir muestro pecado.

Lo primero que Dios hizo para tratar con el pecado de Adán y Eva fue cu-
brirlos con sangre inocente: “Dios el Sexor hizo ropa de pieles para el hombre
y su mujer, y los vistió” (Génesis 3:21). Dios maté un animal de alguna clase,
probablemente una oveja, carnero o cabra, tomó su piel ensangrentada e
hizo vestiduras para que Adán y Eva se pusieran. Con este acto, Dios les
reveló que el costo de cubrir su pecado era derramar sangre de una víctima
inocente. Solo la sangre puede cubrir el pecado. Adán y Eva habían tratado
de cubrirse con hojas de higuera, pero eso era inadecuado porque no había
sangre de por medio. Todavía estaban con su pecado encima.

Un sacrificio animal era tan solo un símbolo de que el pecado estaba
cubierto; la muerte de un cordero nunca podría verdaderamente llevarse el
pecado de un hombre. Solamente el sacrificio igual en estatura a un hombre
podría calificar, En otras palabras, unicamente la sangre derramada de un
ser humano sería suficiente para limpiar el pecado humano. No de cualquier
humano que lo hiciera; debía ser un humano sin rastro de pecado personal,

un humano que ya fuera puro y santo. Jesucristo, el Hijo de Dios sin pecado,
nacido de la virgen Maria, era la única Persona que reunía las condiciones.
Dios envió a su unigénito Hijo como sacrificio para pagar el rescate por no
sotros, porque nadie más podía hacerlo. Solo Cristo estaba calificado.

EL REINO NO ES NINGUNA RELIGIÓN

El reino no es una religión porque es

es la búsqueda de Dios por parte
del hombre. Con el Reino esa búsqueda se acabó: Dios se ha revelado a
sí mismo y ha enviado a su Hijo a hacernos libres de nuestros pecados y
restaurarnos a sí mismo. El Reino no es una religión sino una relación,
una comunión íntima en la cual entramos en una relación profundamente
personal con el Cristo viviente. De todos los sistemas de fe que existen en
el mundo, solamente el Reino es efectivo, porque solo él tiene la sangre de
Cristo, la cual lava el pecado del hombre. Tan solo el Reino tiene el Espiritu
de Dios habitando en las vidas de los creyentes. Solamente él puede restau-
rarnos a la justicia y santidad.

La sangre de Jesús es vital. No importa con que frecuencia vayamos a
la iglesia, no importa qué tan activos seamos, cuántas veces recibamos la
comunión, cuánto dinero entreguemos en la ofrenda, ni cuánto tiempo pa-
semos ayudando a los pobres o a los enfermos: -a menos que hayamos con-
fesado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador y hayamos permitido que
su sangre nos cubra y nos limpie- todavía estaremos perdidos y seremos ex-
tranjeros en el Reino. Las buenas obras no lo lograrán. La sana doctrina no
lo logrará. Solo la sangre de Jesús puede limpiarnos del pecado y hacernos
justos y santos otra vez. Las buenas obras, la teología, la doctrina correcta,
1odo es resultado de una vida que crece en el Espíritu. Pero apartadas de la
sangre de Jesús, esas cosas no tienen poder:

Jesús vino para reintroducir el Reino de Dios a la humanidad y a restau-
rar en nosotros la justicia y la santidad. El logró estas cosas muriendo en la
cruz, en donde su sangre derramada tuvo el poder de cubrir y lavar nuestro
pecado. Por causa de muestro pecado, estábamos espiritualmente muertos,
éramos esclavos del pecado y rehenes de Satanás y su reino de tinieblas. Con
su muerte en la cruz, Jesus pagó el rescate para liberarnos de las garras del
diablo. Él se hizo nuestro sustituto por nosotros, de modo que pudiéramos
ser hechos justicia de Dios (vea 2 Corintios 5.21). Su cuerpo muerto yació
en La tumba durante tres días, frío y sin vida. La muerte no pudo contenerlo.
En la mañana del tercer dia, se levantó de entre los muertos. La resurrección
de Jesús garantiza que todo aquel que ha sido lavado del pecado por su san-
re, también tiene su vida: la vida eterna.

ES

JESUS VINO A RESTAURAR EL ESP{RITU SANTO
EN ELHOMBRE

El tercer objetivo de la misión de Jesús en la Tierra era restaurar el Espiri-
tu Santo en el corazón del hombre. Antes de que esto pudiera suceder, El
tenia que alcanzar los otros dos objetivos: reintroducir el Reino y restaurar
nuestra justicia y santidad a través de su sangre. Solo cuando estuviéramos
limpios y santos de nuevo, seríamos vasijas adecuadas para ser habitados
por la presencia del Espíritu Santo.

¿Por qué es tan importante el Espíritu de Dios? Como hemos visto an-
teriormente, Él es el nexo, la conexión espiritual entre nosotros y el Reino.
Él es quien nos llena de poder espiritual, nos guía al conocimiento de la
verdad y nos trae a nuestra memoria todas las cosas que Jesús enseñó. Jesús
les prometió a sus discípulos que luego de que Él se marchara, enviaría al
Espíritu Santo para que estuviera con ellos para siempre.

El Espíritu Santo no podía venir hasta que Jesús hubiera completado su
obra en la cruz, resucitara y aplicara su sangre para la limpieza del pecado.
del hombre. Una vez que fuimos limpiados y hechos santos nuevamente,
entonces, estábamos listos para recibir el Espíritu. Jesús se ocupó de eso,
también, antes de ascender a los cielos.

“Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos
los discipulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entr Jesús y,
poniéndose en medio de ellos, los saludó. —-¡La paz sea con ustedes!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los dis-
cipulos se alegraron.-jLa paz sea con ustedes — repitió Jesus. Como
el Padre me envió a mi, así yo los envío a ustedes, Acto séguido, sopló
sobre ellos y les dijo: -Reciban el Espiritu Santo. A quienes les perdo-
nen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no
les serán perdonados".

Juan 20:19-23

En el atardecer del mismo día en que resucitó, Jesús se apareció a sus
discípulos, soplo sobre ellos y les impartió el Espíritu. Más adelante, en el
dia de Pentecostés, ellos recibirían la Ilenura del Espíritu Santo en poder,
pero aquí Jesús les soltó el Espíritu Santo como una presencia que habita
en el interior continuamente. Por medio de este acto, Jesús le devolvió a
la humanidad lo que Adán y Eva habían perdido en el Jardín del Edén,

16

Un Remo de rapes aereos

La conexión estaba restaurada, Todos los que creyeran y confiaran en Je-
sus para la limpieza de sus pecados y le entregaran sus vidas recibirían el
Espiritu Santo y por lo tanto, recobrarían su conexión y ciudadanía con el
Reino de Dios, Ahora ellos podrían conocer la voluntad de Dios, y también
a través de ellos su voluntad podría ser hecha en la Tierra.

ENTRENAMIENTO PARA FORMAR PARTE DE
LA REALEZA EN EL REINO CELESTIAL

Como hijos de Dios, somos parte de la familia real del Reino de los cielos. Al
igual que cualquier otro miembro de la realeza, no entramos a ejercer el rol
sin preparación alguna: debemos ser entrenados, Un entrenamiento adecua-
do y cuidadoso es esencial para los gobernantes en proceso de formación.

Podemos ver un ejemplo perfecto de esto mismo en la familia real
británica, en la crianza del principe William y su hermano menor, el
principe Harry. Los jóvenes hijos del príncipe Carlos, el futuro rey de
Inglaterra, y de la difunta princesa Diana, han sido preparados desde
su nacimiento para el lugar tan especial que ocuparian como herederos
del trono. Desde sus primeros días, se les enseñó que ellos eran parte de
la realeza, aun cuando todavía no tenían ni siquiera la edad como para
comprenderlo. ¿Puede imaginarse lo que significa tratar de hacerle en-
tender a un niñito de dos años que algún dia será rey? A esa altura, a él
no le interesa; está demasiado ocupado ensuciándose la cara con mante-
quilla de maní. De todos modos, aun a tan corta edad, es importante que
se le diga quién es. Ninguna edad es demasiado joven para comenzar a
aprender la identidad de uno.

Como el mayor de los dos hermanos, el príncipe William está segundo
en la línea al trono de Inglaterra, luego de su padre, el príncipe Carlos.
Aun antes de que el principe William hubiera nacido, mientras que su ma-
dre Diana estaba en la sala de partos, un grupo de tutores se hallaba allí
para comenzar su tarea, Aunque cada uno de ellos tenía una responsabili-
dad diferente, su tarea en general era la misma: enseñarle al joven principe
quién era y entrenarlo para actuar congruentemente, Hay una cierta pos-
tura, comportamiento, actitud y forma de hablar que se espera por parte
de la realeza, y eso no se desarrolla automáticamente. Desde el día en que
nacieron, a los príncipes William y Harry se les enseñó a caminar, hablar,
Pensar y actuar como reyes.

En el mismo sentido, nosotros debemos aprender a pensar y actuar como
los hijos reales del Rey celestial. Hemos pasado tanto tiempo en la condición y
"mentalidad de esclavos en el reino de las tinieblas, que automáticamente pen-
samos y obramos como esclavos. Si hemos de ejercer nuestro estado pleno de
embajadores de nuestro Padre, debemos ser entrenados en el comportamien-
oy la mentalidad del Reino. En esta tarea, el Espiritu Santo es nuestro tutor

El día en que el principe William llegó del hospital, fue depositado bajo el
cuidado primario de aquellos responsables de educarlo como a un principe.
La princesa Diana ciertamente tenia acceso regular a su hijo, pero su entre-
amiento diario como principe estaba en manos de sus tutores. La realeza
amina de un cierto modo, así que al principe William se le enseñó a caminar
como un rey. La realeza se sienta de una manera especial, así que también le
enseñaron a sentarse como un rey. La realeza además habla de un modo par-
ticular, entonces le enseñaron a hablar así. Su dicción, tono de voz y manera
de hablar fueron rasgos cuidadosamente enseñados y pulidos. Le enseñaron a
no levantar el volumen de la voz, porque la realeza nunca grita. El poder dela
voz de un rey no radica en su volumen sino en la autoridad de su posición.

Cuando nosotros nos convertimos en creyentes, recibimos nuestro nue-

vo nacimiento de Jesus, quien luego nos “entrega”, por asi decirlo, a alguien
más —el Espiritu Santo para ser entrenados y criados como hijos del Rey:
Nuestra fe está basada en una relación personal con Jesucristo, pero como
Él está en el cielo sentado a la diestra del Padre, la manera en que nos rela-
cionamos es a través del Espíritu Santo. En su encarnación terrenal, Jesús
no podía estar para siempre presente fisicamente con todos sus seguido-
es, así que prometió enviarnos a su Espiritu que habitaria en nosotros por
siempre y nos enseñara cómo pensar y actuar como la realeza que somos:

y yo le pedire al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acom-
pate siempre: el Espiritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar
porque no lo ve ni lo conoce, Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con
"ustedes y estará en ustedes (...) Pero el Consolador el Espiritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les
hard recordar todo lo que tes he dicho”

Juan 14:16-17, 26

Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago,
el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a

vs

Un Ketau de reyes siervos.

ustedes (..) Pero cuando venga el Espíritu de la verdad,

d u de la verdad, ellos guiará a
toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dira solo
lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”

Juan 16:7, 13

EL ESPIRITU SANTO ES NUESTRO TUTOR PERSONAL
Nosotros necesitamos un tutor como el Espíritu Santo porque nuestra men-
1e y pensamiento están corrompidos, y nos lleva tiempo captar -
nuinamente la verdad de quiénes somos en os jo se del

‘sto. Somos hijos reales del
Reino de Dios, pero hemos pasado nuestras “

s enteras viviendo en lo:

cuarteles de los esclavos. Nuestros pensamientos y la conducta no nb
rán del día a la noche. El Espiritu Santo que vive en nosotros como una pre-
sencia continua, con paciencia y amor nos enseñará quiénes somos y cómo
debemos pensar, hablar y comportarnos.

A la realeza, como por ejemplo a los principes William y Harry, se les
enseña cómo caminar, hablar, sentarse y comer en una manera congruente
con quienes son. Cada acción suya, cada gesto y ademán están diseñados
para mostrar autoridad. Esto fue evidente incluso en el funeral de su madre.
Luego de que la princesa Diana murió tan trágicamente, sus hijos, los prin-
cipes William y Harry, aunque lloraron y lamentaron su muerte, igualmente
se comportaron como parte de la realeza, asi como les habían enseñado.
Incluso en medio de sus lágrimas, nunca perdieron su aura de autoridad.

Una de las cosas que el Espíritu Santo nos enseña es cómo pararnos en
autoridad como verdaderos hijos e hijas de Dios, sin importar qué proble-
mas o dificultades estemos atravesando. Como hijos reales de nuestro Padre
celestial, podemos tomar el control de nuestras circunstancias, en vez de
estar esclavos de ellas. Podemos vivir diariamente en poder y victoria, en
vez de en debilidad y derrota. Todo eso lleva entrenamiento, para el cual el
Espiritu Santo es nuestro Maestro

JESUS VINO A ENTRENAR NUEVAMENTE A LA
HUMANIDAD PARA EL LIDERAZGO DEL REINO
El cuarto objetivo de la misión de Jesús sobre la Tierra fue reentrenar a la
humanidad para el liderazgo del Reino. Él vino a enseñarnos cómo pensar y
actuar como Dios una vez más. Jesús repitió el mensaje que proclamé, y por

mn

el poder del Espiritu nosotros también somos “investidos de poder” para
ser modelos y predicar el mensaje del Reino. Jesús estableció la norma por
medio del ejemplo con su propia vida. En cada palabra, acción y momento
de su vida en la Tierra, nos mostró cómo es el Padre y cómo deberíamos ser
nosotros como hijos suyos. Al igual que Jesús, sus discípulos no siempre
entendían todo esto tan fácilmente:

-Dijo entonces Tomás: -Señor, no sabemos a donde vas, así que ¿cómo
podemos conocer el camino? -Yo soy el camino, la verdad y la vida e
contestó Jesus-. Nadie llega al Padre sino por mi. Si ustedes realmente
me conocieran, conocerian también a mi Padre. Y ya desde este momento
lo conocen y lo han visto. -Señor ~dijo Felipe-, muéstranos al Padre y
con eso nos basta. —¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y
todavía no me conoces? El que me ha visto a mi, ha visto al Padre. ¿Cómo
puedes decirme: “Muéstranos al Padre”? ¿Acaso no crees que yo estoy en
el Padre, y que el Padre está en mi? Las palabras que yo les comunico,
no las hablo como cosa mia, sino que es el Padre, que está en mí, el que
realiza sus obras".

Juan 14:5-10

Entrenarnos para pensar y actuar como hijos del Rey fue quizás la parte
más difícil de la misión de Jesús, ya que tendemos a ser obstinados, cabe-
zas dura y lentos para aprender. Esto se debe, en parte, a nuestra ceguera
y sordera espiritual por causa del pecado y, en parte también, al hecho de
“que nosotros como raza hemos estado separados del entorno real y santo de
Dios por mucho tiempo. Dios nos creó a su imagen como sus hijos reales y
nos diseñó para gobernar en el plano terrenal, así como Él gobernaba en el
celestial. Nuestro pecado nos desalojó del lugar para el que fuimos diseña-
dos para ocupar, y por milenios hemos sido como el hijo pródigo de la pará-
bola de Lucas 15:11-32, viviendo en el chiquero y comiendo de las mismas
algarrobas que los cerdos comían. Hemos estado sin contacto con nuestra
“casa” por tanto tiempo que hemos perdido de vista, no solo nuestra iden-
tidad, sino también nuestro destino. Jesús vino a llevarnos a redescubrir
ambos y a entrenarnos nuevamente para reclamarlos y disfrutarlos.

Jesus logró esto para nosotros al brindamos el modelo perfecto del Pa-
dre. Como mencioné anteriormente, si queremos conocer cómo es Dios el

ES

Un Reino de reyes siervos

Padre, todo lo que debemos hacer es mirar a Jesús, Si queremos saber cómo
deberíamos ser nosotros como hijos de ese Padre, todo lo que debemos hacer
5 mirar a Jesús, quien es el Hijo unigenito del Padre. El Espíritu Santo en
nosotros nos capacita para entender lo que vemos en Jesús y lo que oímos en
sus enseñanzas, y nos da el poder para llevarlas a cabo en nuestras vidas.

SANAR EL DANO MENTAL QUE PRODUJO LA GRAN CAÍDA

En el reino de las tinieblas, hemos estado bajo el dominio de Satanás. Ha-
biendo sido expulsado del cielo por rebelarse contra Dios, Satanás cayó a la
Tierra como un don nadie, Pero allí pretendió ser alguien engañando a Adán
y Eva y usurpando su autoridad terrenal. Desde ese momento, él ha estado
enseñándole a la humanidad a pensar acerca de sí mismos como si fueran
poca cosa, así como es él. Luego de toda una vida de alimentarnos de nega-
tividad e imposibilidad, la mayoría de nosotros tenemos una cierta dosis de
dano mental que el Espiritu Santo debe sanar. Hemos sido esclavos por tan-
10 tiempo que no sabemos cómo manejar la libertad. Nos disculpamos por
salir adelante, No creemos que merezcamos 0 tengamos derecho a ser los
mejores, Eso puede haber sido cierto mientras éramos pecadores perdidos
y estábamos separados de Dios. Como creyentes, sin embargo, hemos sido
restaurados a nuestro lugar como hijos de Dios y se nos han confiado todas
las bendiciones y beneficios de ese estado.

El entrenamiento de nuestras mentes es parte de lo que significa entre-
garnos como sacrificio vivo a Dios. No podremos vivir vidas efectivas para
el Señor hasta que no aprendamos a pensar como El, Eso es lo que el apóstol
Pablo quiso enseñar cuando les escribió a los creyentes romanos:

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les
ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo
como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo ac-
tual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Ast po-
drán comprobar cual es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”

Romanos 12:1-2

Pablo está diciendo que no deberíamos permitirnos más ser moldeados
por el mundo, sino que debiéramos más bien ser transformados mediante

la renovación de nuestro entendimiento, para pensar conforme a la mente

de Cristo, Renovar nuestra mente significa regresar a la mentalidad original
que tuvimos antes de la caída, una mente que ama y honra a Dios y que
entiende su lugar legítimo como corregentes del dominio terrenal bajo el
reinado soberano del Reino de Dios.

JESÚS VINO PARA RESTAURAR EL GOBIERNO DEL REINO EN
LATIERRA

Finalmente, la misión de Jesús sobre la Tierra era restaurar el gobierno del
Reino de Dios sobre la humanidad. Una vez más, su propia vida fue un
ejemplo del Reino en acción. Cada vez que Jesús sanaba a un enfermo,
resucitaba a un muerto, caminaba sobre las aguas, calmaba una tormenta
con tan solo una palabra o alimentaba una multitud con unos panes y unos
pescados, estaba demostrando la verdad de que el Reino de Dios había ve~
nido a la Tierra. Cada vez que predicaba las buenas nuevas del Reino, o les
enseñaba a sus discípulos acerca de la vida en el reino, y cuando la gente le
vespondia en fe, Él demostraba el poder del Reino para impactar la vida y el
entorno humano.

A pesar de la caida de Adán y Eva en el jardin del Eden, el deseo de Dios
nunca cambió. Él todavía quería reinar en la Tierra manifestando su Reino
a través del Espiritu Santo en las vidas de las personas que estaban com-
prometidas con Él y entregadas a su liderazgo. Por dos mil años, desde los
dias de Jesús, Él ha estado haciéndolo en un grado creciente, a medida que
hombres, mujeres y ninos de cada generación han dado sus vidas a Jesus y
Je han permitido al Espíritu Santo obrar en ellos y a través de ellos.

SU LUGAR EN EL REINO

Cada uno de nosotros que se vuelve a Jesús se convierte en una “piedra”.
en el magnifico “palacio” espiritual del Reino de Dios en la Tierra, Somos
llamados y entrenados como reyes y sacerdotes para representar ese reino
delante del resto del mundo. El apóstol Pedro lo expresó de esta manera:

«Cristo es la Piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida
y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras
vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual, De este modo
llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales

que Dios acepta por medio de Jesucristo. Ast dice la Escritura: «Miren
que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que
confie en ella no será jamás defraudado» () Pero ustedes son linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios,
para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los Ham de las
tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes nisiquiera eran pueblo, pero
ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero
ahora ya la han recibido”

1 Peso 2:4-6, 9-10

A lo largo de la historia humana, la comunidad religiosa generalmente

ha separado al rey y al sacerdote en dos oficios y funciones distintas, pero
Dios no los diseñó de ese modo en el principio. Cuando Dios nos creó, Él
tuvo la intención de que seamos sus representantes en el gobierno -sus
embajadores- sobre el resto del orden de lo creado. Debíamos ser reyes/
sacerdotes en la Tierra: como sacerdotes, representariamos la naturaleza y
el carácter de Dios; como reyes, su gôbierno real.

A través de Cristo, somos un “sacerdocio santo”, un “linaje escogido”, un
“real sacerdocio” y una “nación santa”. Como tales, hemos sido restaurados
a nuestras Funciones sacerdotales de representar y reflejar la naturaleza de
Dios y su carácter ante el mundo. También somos el “pueblo de Dios”, no
una nación de súbditos, sino de hijos e hijas. Si Dios es un Rey, entonces
nosotros, su pueblo, también somos integrantes de la linea real. Por lo
tanto, también hemos sido restaurados a nuestras funciones reales de re-
presentar el gobierno de Dios sobre la Tierra.

Dios no está interesado en tener súbditos en su Reino. El quiere sola-
mente hijos, herederos reales de los tesoros de su dominio. Nuestra misión
como embajadores del Reino de Dios es llevar a aquellos que han sido
esclavizados en el reino de las tinieblas a Cristo, la puerta, de modo que

El los libere y puedan entrar a su plena ciudadanía en el Reino de Dios, el
Reino de la luz |

ua

tulo seis

Principios

1. El Reino de Dios está fundado sobre principios eternos que nunca se
desvanecerán o desaparecerán.

2. La misión primordial de Jesús cuando estuvo en la Tierra era reintrodu-
Cir el Reino de Dios sobre la Tierra en Ja humanidad.

3. La clave para que el hombre pueda manifestar el Reino de Dios aqui en
la Tierra es el Espiritu Santo,

4. Jesús vino para restaurar la justicia y la santidad en el hombre.

5, En la economía del Reino de Dios, la sangre es absolutamente necesaria
para muestra restauración.

Jesús vino para restaurar el Espíritu Santo en la humanidad.

7. Si hemos de ejercer nuestro estado y potencial plenos én el dominio
terrenal como embajadores de nuestro Padre, debemos ser entrenados
en el comportamiento y la mentalidad del Reino.

8. Como hijos reales de nuestro Padre celestial, tomamos el control de
nuestras circunstancias en vez de ser esclavizados por ellas.

9. Jesús vino para volver a entrenar a la humanidad para el liderazgo del
Reino.

10. Jesús vino para restaurar el gobierno del Reino de Dios sobre la Tierra a
través de la humanidad.

ROOT

“LOS reyes Tienen
BIAazOS LarGos”

© ARR

CAPÍTULO SIETE

Reyes, profetas y el Reino

ormalmente, cuando hablamos del Reino de Dios, pensamos solo
N en lo que Jesús dijo acerca de él y que está registrado en los cuatro

Evangelios. Aunque es cierto que en su vida y sus palabras Jesús
reveló el Reino como nunca antes, ellas eran la culminación de lo que Dios
venía haciendo desde el principio, así como lo fue su vida en forma general.
Todo lo que Dios dice y hace se relaciona con su Reino, La Biblia entera tra-
ta sobre el Reino de Dios. Desde Génesis hasta Apocalipsis, Las Escrituras
revelan a Dios como el grande y poderoso Rey del cielo y la Tierra, determi-
nado a obrar su plan de los siglos.

°C.) ustedes serán para mi un reino de sacerdotes y una nación santa
Comunicales todo esto a los israelitas”
Exopo 19:6

*(..) porque del Srsor es el reino; él gobierna sobre las naciones”
Saxo 22:28

“Ti trono, oh Dios, permanece para siempre; el cetro de tu reino es un

cetro de justicia”
Samo 45:6

“Que hablen de la gloria de tu reino; que proclamen tus proezas”
Sano 145:11

“En los dias de esos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás
será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para

siempre y hará pedazos a todos estos reinos”
Dar 2:44

mn

El plan es revertir y destruir las obras de maldad y restaurar completa-
mente su gobierno sobre el dominio terrenal a través de sus representantes
humanos. Anteriormente hemos dicho que La Biblia no trata de religión,
sino de un Reino. Todo se centra alrededor del Reino de Dios, Todos los
santos del Antiguo Testamento reconocieron este hecho, Abraham lo sabía,
Moisés lo sabía. Samuel lo sabía. David, el rey de Israel, lo sabía. Los pro-
fetas lo sabían. Jesús lo sabía. Todos los apóstoles y los otros creyentes del
Nuevo Testamento también lo sabían. Todos, parece ser, entendían la prio-
ridad del Reino; todos, excepto nosotros.

En los últimos años, el enfoque que prima en el Cuerpo de Cristo se ha
desviado desde el Reino de Dios hacia otros asuntos. El trágico resultado
es que multitudes de creyentes hoy saben muy poco sobre el Reino, y aún
‘menos entienden su lugar y sus derechos como sus ciudadanos.

A menudo, aun a pesar de toda nuestra sofisticación, educación y tecno-
logía, nosotros, los de las sociedades democráticas modernas e “iluminadas”
estamos en peores condiciones que aquellas personas de los tiempos del An-
tiguo Testamento, cuando se trata de asuntos que requieren comprensión
del Reino de Dios y cómo este se relaciona con nuestro mundo.

UN REY HABLA SOBRE EL REINO

El libro de Los Salmos está leno de referencias que dejan en claro que David y
otros salmistas de Israel sabían y consideraban a Dios como el Rey de reyes:

“ae establecido a mi rey sobre Sion, mi santo monte.» Yo proclamar
el decreto del Sexo: «Tú eres mi hijo», «me ha dicho; hoy mismo te he
engendrado. Pideme, y como herencia te entregare las naciones; ¿tuyos
serán los confines de ta tierra! Las gobernarás con puño de hierro; las
harás pedazos como a vasijas de barron”

Samo 2:69

No solo que estos versículos hablan de Dios como Rey, sino que ademas
miran hacia delante proféticamente, a la venida de Jesús, quien heredarta el

Reino de manos de su Padre.

“EL Sess es rey eterno; los paganos serán borrados de su tierra
Samos 10:16

158

Reyes, profesas y el Reino

David entendió que los reinos humanos son temporarios, pero el Reino
de Dios es eterno.

“Eleven, puertas, sus dinteles; levantense, puertas antiguas, que va a
entrar el Rey de la gloria, ¿Quién es este Rey de la gloria? El Seson el
Suerte y valiente, el Señor el valiente guerrero. Eleven, puertas, sus din-
teles; levantense, puertas antiguas, que va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es este Rey de la gloria? Es el Señor Todopoderoso; jel es el Rey
de la gloria!”

Samo 24:7-10

"EI Sesor tiene su trono sobre las lluvias; el Señor reina por siempre”.
Sato 29:10

En estos versículos, David, el segundo y más grande rey de Israel, alaba-
ba y reconocía al Señor Dios como el “Rey de gloria” que era entronado por
los siglos de los siglos. La palabra gloria significa literalmente “pesado” o
“denso”, especialmente en el sentido de referirse a alguien de gran impor-
tancia y alta estima. Con la frase “Rey de gloria”, David exalta a Dios como
el mayor Rey y digno de la más alta estima.

“Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; el cetro de tu reino es un
cetro de justicia”

Sarmo 45:6

“¡Cuán imponente es el SEsor Altísimo, el gran rey de toda la tierra! (...)
Canten salmos a Dios, cántenle salmos; canten, cántenle salmos a nuestro
rey, Dios es el rey de toda la tierra; por eso, cántenle un salmo solemne.
Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono”
Samo 47:2, 6-8

Estos versículos de los Salmos (atribuidos a los hijos de Coré) hablan
sobre el trono de Dios, desde donde Él “reina sobre las naciones” y extien-
de su “cetro de justicia”. Un cetro es un símbolo de gobierno y autoridad
regios. Muchos reyes terrenales han levantado sobre sus súbditos un cetro
de crueldad y opresión. El cetro de Dios -la característica definitoria de su
reinado- es un cetro de justicia

“EI Senor ha establecido su trono en el cielo; su reinado domina sobre
todos”
Saumo 103:19

“Que te alaben, SEñox, todas tus obras; que te bendigan tus fieles. Que
hablen de la gloria de tu reino; que proclamen tus proezas, para que todo
‘el mundo conozca tus proezas y la gloria y esplendor de tu reino. Ti reino
es un reino eterno; tu dominio permanece por todas las edades. Fiel es el
Sexo a su palabra y bondadoso en todas sus obras”

Saum 145:10-13

David, una vez más, estaba concentrado en el Reino de Dios. Aunque
él mismo era rey, sabía muy bien cuál era su lugar. Más que el rey Saul que
le había precedido, y que todos los otros reyes que le sucedieron, David
comprendió su rol no solamente como rey debajo de Dios, con obligaciones
cívicas para con su pueblo, sino también como sacerdote delante de Dios
con responsabilidades espirituales a favor de su pueblo. Él es un ejemplo
ara todos nosotros acerca de nuestro lugar en el Reino. Al igual que David,
somos llamados a reinar como reyes en este mundo, así como también a
cumplir nuestro rol sacerdotal llevando a cabo el cuidado espiritual de la
gente en las regiones terrenales,

LOS PROFETAS ANTIGUOS Y EL REINO DE DIOS

Los salmistas tales como David y los hijos de Coré no eran las únicas per-
sonas del Antiguo Testamento que entendían el reinado de Dios y como los
reinos de los hombres se relacionan con él. Muchos de los profetas también
recibieron visiones poderosas y vislumbre de la gloria y el esplendor de Dios
y de sa Reino. Uno de los más conocidos a causa de sus visiones de este tipo
fue Isatas:

“El año de la muerte de rey Uzias, vial Señor excelso y sublime, sentado
en un crono; las orlas de su manto llenaban el templo. Por encima de él
habia serafines, cada uno de los cuales tenta seis alas: con dos de ellas
se cubrian el rostro, con dos se cubrian los pies, y con dos volaban. Y se
decian el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda
la tierra está llena de su gloria». Al sonido de sus voces, se estremecieron

e

Reyes, profetas y el Mean

los umbrales de las puertas y el templo se lleno de humo. Entonces grite
«¡Ay de mi, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en
medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto
al Rey, al Stsor Todopoderoso!»”

Isaias 6:1-5

Sería dificil encontrar una descripción más poderosa de un rey sobre su
trono que la imagen en Isaías del Señor rodeado de una multitud de servi-
dores angelicales que sin cesar lo adoran y se apresuran a cumplir sus órde-
nes. Isaías reconoció inmediatamente que estaba en la presencia de la más
absoluta santidad y gloria. Él había “visto al Rey, el Señor Todopoderoso”,
y la majestad de su visión lo abrumó de tal manera que temió por su vida,
Su pecado afloró de repente con tal crudeza en contraste a esta asombrosa
pureza y santidad de Dios, que Isaías pensó que en cualquier momento seria
consumido.
En vez de eso, él experimento la piadosa justicia de Dios:

“En ese momento voló hacia mi uno de los serafines. Trata en la mano
una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. Con ella me
toco los labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha
sido borrada, y tu pecado, perdonado». Entonces oi la voz del Señor que
decía: =¿A quién enviare? ¿Quién ira por nosotros? Y respondi: ~Aqut
estoy, ¡Enviame a mit”

Is 6:68

La visión que tuvo Isaías acerca de Dios, el Rey, precipitó una crisis es-
piritual en su vida. Una vez que él había experimentado la limpieza de su
pecado, el poder de su visión lo inspiró a responder al Hlamado de Rey. Isaías
se convirtió en un embajador del Señor Todopoderoso, llamado y comisio-
nado para proclamar el mensaje del Reino de Dios a un pueblo rebelde que
lo habia ignorado y rechazado.

En otro lugar, el profeta escribe la visión que habia recibido concerniente
al heredero del Rey y la naturaleza y el carácter de su Reino:

“Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la sobera

nía reposara sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero.
admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Principe de paz. Se extenderán su

y

soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y
sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde
“ahora y para siempre”.

Isatas 9:6-7

¿Cómo es el Reino de Dios? Es un reino regido por un Dios poderoso y
eterno, un maravilloso Consejero (un Juez sabio y justo); un Reino carac-
terizado por la paz, la justicia y la rectitud.

Jeremias fue otro profeta que tuvo un entendimiento profundo con res
pecto a la naturaleza real y el estado sublime de Dios. Él dijo:

“¡No hay nadie como tú, Sesor! ¡Grande eres tú, y grande y poderoso
es tu nombre! ¿Quién no te temerd, Rey de las naciones? ¡Es lo que te
corresponde! Entre todos los sabios de las naciones, y entre todos los rei-
nos, no hay nadie como tú (... Pero el Señor es el Dios verdadero, el Dios
viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra; las naciones
no pueden soportar su ira”

Jrmenías 10:6-7, 10

Para Jeremias, Dios era el “Rey de las naciones”, el “Dios verdadero, el
Dios viviente, el Rey eterno” a quienes los pueblos de todas las naciones
debían brindar reverencia y honra. Como Rey, Dios se sentaba justamente
sobre su trono como Juez de la Tierra, y bajo su ira y furor las naciones no
podrían soportar. ¡Qué poderosa descripción de Dios! Jeremías lo conocía
como un Rey que era verdaderamente soberano sobre todo su dominio, tan-
to el físico como el espiritual. El reino humano más fuerte y temible no era
nada en comparación con el Reino de Dios.

UN REINO HECHO NO CON MANOS HUMANAS

Tal vez, nadie en el Antiguo Testamento recibió más revelación y visión del
Reino de Dios que el profeta Daniel. De hecho, el enfoque completo del
libro de Daniel incluye la soberanía del Reino de Dios sobre los reinos de
los hombres, Varias veces a lo largo de su libro, la fuerza y la voluntad de
reyes terrenales compiten con la fuerza y la voluntad de Dios, y Dios sale
victorioso cada vez, El horno ardiente de Nabucodonosor no pudo tocar
a los siervos de Dios que estaban cubiertos por su poderosa mano, y así

192

Reyes. profetas y el Reino

Sadrac, Mesac y Abednego emergieron de las lamas sin siquiera el minimo
rastro de humo en sus ropas. Un foso lleno de leones hambrientos no pudo
compararse con el ángel de Dios que cerró sus bocas y protegió a Daniel de
convertirse en su próxima comida.

Daniel era miembro de la “generación de exiliados”, aquellos judíos que,
© fueron erradicados de su tierra natal por los babilonios y reubicados a
la fuerza, o bien nacieron bajo el exilio en Babilonia. Incluso como un ex-
tranjero exiliado, Daniel fue elevado a una posición de gran prominencia
y confianza como lider civil y administrativo en el gobierno babilónico. Él
era un hombre realmente astuto, un verdadero intelectual, magníficamente
educado y altamente dotado como administrador. Además de estas cualida-
des, Daniel era un hombre de impecable integridad que amaba a Dios. A raiz
de sus extraordinarios talentos y competencia, Daniel sirvió directamente
à una sucesión de reyes babilonios. Esos reyes querían hombres confiables
alrededor de ellos y no podrían haber encontrado otro mejor que Daniel.

DANIEL Y EL SUEÑO DEL REY

Entre los dones de Daniel, estaba la habilidad dada por Dios de interpretar
sueños, cosa que hizo en varias ocasiones. En una oportunidad, el rey Na-
bucodonosor tuvo un sueño confuso y perturbador que no podía entender.
Llamo a sus principales magos, encantadores, hechiceros y astrólogos de su
reino, y exigió so pena de muerte que primero le dijeran lo que él habia so-
ado y que luego se lo interpretaran. Cuando ellos Je explicaron que nadie
podía decirle cuál había sido su sueño, el rey ordenó la ejecución de todos
los sabios de Babilonia, Antes que el decreto del rey pudiera ser llevado a
cabo, Daniel escuchó lo que estaba sucediendo y se ofreció a hacer ambas
‘cosas: a describir el sueño del rey y a proporcionarle la interpretación,

Cuando fue llamado a venir delante del rey, Daniel correctamente expli-
có el sueño con todo detalle. Nabucodonosor había visto una gran estatua
‚con una cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el abdomen y los mus-
los de bronce, las piernas de hierro, y los pies hechos en parte de hierro y en
parte de barro. Después de esto, una piedra cortada no con mano humana
golpeó contra los pies de hierto y barro y procedió a quebrar el resto de la
estatua en miles de partes diminutas, las cuales el viento esparcio. Luego de
esto, la piedra creció hasta convertirse en una gran montaña que llenó toda
la Tierra (vea Daniel 2:31-35)

HEDESGCORRA FL REINO

Después de describir el sueño del rey, Daniel comenzó a darle su inter
úpretación, Él le explicó que las diferentes partes de la estatua representaban.
diferentes reinos que se levantarian. El reino de Nabucodonosor, Babilonia,
era la cabeza de oro. Luego Daniel dijo:

“Después de Su Majestad surgirá otro reino de menor importancia. Lue-
o vendrá un tercer reino, que será de bronce, y dominará sobre toda la
tierra. Finalmente, vendrá un cuarto reino, sólido como el hierro. Y así
como el hierro todo lo rompe, destroza y pulveriza, este cuarto reino hará
polvo a los otros reinos. Su Majestad veía que los pies y los dedos de la
estatua eran mitad hierro y mitad barro cocido. El hierro y el barro, que
Su Majestad vio mezclados, significan que éste será un reino dividido,
aunque tendrá la fuerza del hierro. Y como los dedos eran también mitad
hierro y mitad barro, este reino será medianamente fuerte y medianamen-
te debil, Su Majestad vio mezclados el hierro y el barro, dos elementos
que no pueden fundirse entre si. De igual manera, el pueblo será una
mezcla que no podrá mantenerse unida. En los días de estos reyes el Dios
del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a
‘otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos
estos reinos. Tales el sentido del sueño donde la roca se desprendía de una
montaña; roca que, sin la intervención de nadie, hizo añicos al hierro, al
bronce, al barro, a la plata y al oro. El gran Dios le ha mostrado a Su
Majestad lo que tendrá lugar en el futuro, El sueño es verdadero, y esta
interpretación, digna de confianza”

Dana. 2:39-45

Los estudiosos bíblicos generalmente están de acuerdo en que, excepto
los pies de hierro mezclado con barro, los distintos segmentos de la estatua
se refieren a reinos e imperios que han venido y ya han pasado sobre la Tie.

tra. Babilonia, la cabeza de oro, dio paso al Imperio Persa, representado por
el pecho y los brazos de plata, Persia, a su vez, cayó ante el Imperio Griego,
simbolizado mediante el abdomen y los muslos de bronce. Las piernas de
hierro representan el Imperio Romano, el cual fue más fuerte y extendido
que el de los griegos o que ningún otro imperio que le hubiera precedido.

Durante siglos los romanos aplastaron toda oposición, establecieron un go-

bierno estable basado en leyes y se convirtieron en el mayor imperio jamás
conocido.

El último reino, compuesto por los pies de hierro y barro, todavía no ha
apatecido en la escena de la historia mundial, pero muchas personas creen
que ya esta en proceso de formación. El hierro y el barro no se mezclan; no
pueden unirse o formar una aleación duradera. Esta imagen, por lo tanto,
se refiere a un imperio o federación que no puede mantenerse unida. Mu:
chos creen que es una profecía que se trata de Europa y en particular, de
la Unión Europea de nuestros días. Las naciones de Europa siempre han
luchado para coexistir mutuamente, alternando entre guerras devastadoras
y paz inestable. Según el libro de Apocalipsis, es desde este sistema guber-
namental que se levantará “la bestia” y el Anticristo. Algunos interpretan la
profecía diciendo que antes de que Cristo regrese, habrá un resurgimiento
del Imperio Romano, y que la Unión Europea representa eso mismo en el
proceso del cumplimiento.

EL ULTIMO REINO

De todos modos, esta futura sucesión de reinos terrenales no es el punto
principal del enfoque de Daniel sobre la interpretación del sueño del rey.
Otro reino viene, simbolizado mediante una roca, un reino que despedazará
a todos los demás, un reino que crecerá hasta abarcar toda la Tierra y durará
para siempre. ¿Cuál es este reino que Daniel anticipó en su visión profética?
Este reino eterno final, este reino de la “piedra”, es el Reino de Dios que
sería lanzado en la venida de Cristo y eventualmente reinaría de manera
absoluta y sin oposición.

Cuando Jesus vino a la Tierra, habló sobre la piedra. Un día les preguntó
a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” (Mateo
16:13). Luego de la respuesta de ellos, se tornó más personal todavía:

“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? -Tü eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente ~afirmd Simón Pedro. -Dichoso tú, Simon, hijo de Jonás —le dijo
Jesis-, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está
en el cielo. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi
iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella”

Marco 16:15-18

Jesús estaba empleando un juego de palabras aquí. El nombre “Pedro”, 0
petros, en griego significa “piedra”, como una roca pequeña. Cuando Jesús

195

dijo “piedra”, sin embargo, El usó la palabra petra, que se refiere a un gran
canto rodado, Jesús mismo era la “piedra” sobre la que se edificaría su Igle-
sia, Él mismo era la roca en el sueño de Nabucodonosor que destrozaba a
todos los reinos de la Tierra hasta convertirlos en polvo. Suyo es el Reino no
hecho con manos humanas y que durará por la eternidad.

ELCARÁCTER DEL REINO

El capitulo 7 del libro de Daniel relata un sueño y una visión que vino a
Daniel y que revela el carácter y la asombrosa majestad del Reino de Dios.
Daniel vio una procesión de cuatro bestias aterradoras que se levantaban
desde el mar. La primera era “como un león” con “alas de águila”. Las alas
le eran arrancadas, y la bestia se paraba sobre sus dos pies y le era entregado
el “corazón de un hombre” (vea Daniel 7:4). Después venía una criatura que
parecía ser un 050. Siguiendo a esta, la próxima era un leopardo, excepto
porque tenía cuatro cabezas y cuatro alas como de ave en su espalda, La
cuanta bestia era las más horrible de todas: con grandes colmillos de hierro,
que “aplastaba y devoraba a sus víctimas”, y diez cuernos. Mientras Daniel
miraba, tres de los cuernos fueron arrancados y reemplazados por uno más
pequeño, el cual “tenía ojos como los ojos de un hombre y una boca que
hablaba insolencias” (Daniel 7:8)

Estas cuatro bestias -y la cuarta bestia en particular— representan las
fuerzas demoniacas y satanicas que yacen detrás del poder, la maldad y la
corrupción de muchos de los reinos del mundo. Tan aterradores como pa-
recen, la próxima escena en el sueño de Daniel los pone en la perspectiva
correcta. Lo que sigue nos asegura la derrota certera de Satanás y el triunfo
absoluto del Reino de Dios.

"Mientras yo observaba esto, se colocaron unos tronos, y tomó asiento
un venerable Anciano. Su ropa era blanca como la nieve, y su cabello,
blanco como la lana. Su trono con sus ruedas centelleaban como el fuego.
De su presencia brotaba un torrente de fuego. Miles y millares le servían,
centenares de miles lo atendian. Al iniciarse el juicio, los libros fueron
abiertos, Yo me quedé mirando por causa de las grandes insolencias que
proferia el cuerno, Seguí mirando hasta que a esta bestia la mataron,
la descuartizaron y echaron los pedazos al fuego ardiente. A las otras
bestias les quitaron el poder, aunque las dejaron vivir por algún tiempo.

196

Reyes. prnfrsas y el Reino

En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venta entre
las nubes del cielo, Se acercó al venerable Anciano y fue Hevado a su
presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos,
naciones y lenguas lo adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que
no pasará, y su reino jamás sera destruido!”

Dani 79.14

UN VISTAZO AL REINO CELESTIAL

Qué magnífica escena es esta, que revela al Rey de los cielos en toda su glo-
ría, esplendor y majestad. Daniel puso a prueba su vocabulario, ya que tra-
taba de hallar palabras para describirlo indescriptible. El “Anciano de días”,
‘en los versículos 9 al 13, se refiere a Dios el Padre, eterno, sin comienzo ni
final. Sus vestiduras blancas hablan de su pureza y santidad, mientras que
el blanco de su cabello sugiere la sabiduría de los siglos, Las llamas abrasa-
doras y el rio de fuego también simbolizan la pureza y santidad de Dios, ast
como también su majestad y poder, *

El Anciano de días tomó asiento en medio de los tronos; había miles de
ellos. Los tronos son para los gobernantes, y esos tronos eran los asientos de
autoridad de los ciudadanos reales del Reino, es decir, la corte real. Daniel
vio muchos reyes, hasta que entró el Rey de los reyes, y toda la atención
estuvo centrada en El. Miles lo servían, algo apropiado para un gran Rey:
Estos versículos dan a entender que aquellos que ocupaban los tronos alre-
dedor de Rey estaban también entre los que lo servían, Esta era una escena
diferente a todo lo visto sobre la Tierra: los reyes sirviendo al Rey; gober-
nantes cuidando del Gobernante. Los reyes terrenales tienen sirvientes y
«consejeros que los asisten. El Rey de reyes, el Anciano de días, tiene reyes
como sus asistentes.

Luego de que el Anciano de días tomó su lugar, toda la corte se sentó
(nadie se sienta mientras que el Rey está de pie), y los libros fueron abiertos.
Esta es una escena de juicio, no de juicio de los hombres, sino de Satanás,
Daniel vio esto en una visión quinientos años antes del nacimiento de Jesús,
Satanás era juzgado; su poder, destruido; y su cuerpo, “echado al lago de
fuego”. El fuego consume y aquí simboliza la pérdida de poder. A las otras
bestias también les fue quitada su autoridad, pero se les permitió vivir por
un tiempo más.

ot

LA DESTRUCCIÓN FINALY EL HIJO DEL HOMBRE

Lo que esto significa para nosotros es que, aunque Satanás y las fuerzas de
scuridad todavía estén rondando para acosarnos si los dejamos, su poder
y autoridad sobre nuestras vidas han sido quebrados. Ellos ya han sido juz-
gados. Su destrucción final espera la consumación de todas las cosas con la
venida de Cristo, pero es tan cierta como si ya hubiera ocurrido. Por eso,
no tenemos que rendirnos a la derrota o a la desesperación o impotencia,
porque el poder de nuestro enemigo ha sido quebrado. El Señor nos ha dado
autoridad sobre él. Nosotros estamos entre los que se sientan en el juicio
contra él junto al Rey.

Inmediatamente después de eso en el sueño de Daniel, la razón de la
destrucción de Satanás se hace más clara, “Uno como el Hijo del Hombre,
viniendo entre las nubes" se acerca al Anciano de dias y es Ilevado a su
presencia. Esta es una referencia directa a Jesús, quinientos años antes
de su nacimiento. El titulo preferido de Jesus para sí mismo era el “Hijo
del Hombre”. A través de su muerte en la cruz y su resurrección, Jesús el
Hijo del Hombre conquistó a Satanás y quebró su poder y autoridad para
siempre. Con esta victoria entró al cielo triunfante, donde le fue dada
“autoridad, gloria y poder soberano”, fue adorado por gente de todas las
naciones y gobernó en “un dominio eterno”, un reino que nunca será des-
ruido, Esta imagen es muy similar a las palabras de Pablo a los flipenses
acerca de Jesus:

“Al manifestarse como hombre, se humillö a sí mismo y se hizo obedien-
te hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo
sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el
nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo
de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre”

Fuuenses 28-11

LOS SANTOS OBTIENEN EL REINO
Sería perfectamente comprensible si Daniel quedara casi exhausto con
lo que vio en esta visión. Si yo hubiera visto lo mismo que él, sé que
lo hubiera estado. Pienso que muchos de nosotros también quedaríamos
sobrecogidos. De hecho, Daniel estaba profundamente alectado por esta

‚os

Reyes. profetas y el Reino

visión, no solo por el poder y la majestad de las imágenes mismas, sino
también por el misterio que las rodeaba. Daniel descaba saber lo que ellas
significaban,

“Yo, Daniel, me quedé aterrorizado, y muy preocupado por las visiones
que pasaban por mi mente. Me acerqué entonces a uno de los que esta-
ban allt, y le pregunte el verdadero significado de todo esto. Y ésta fue su
interpretación: Las cuatro grandes bestias son cuatro reinos que se levan-
tarán en la tierra, pero los santos del Altísimo recibirán el reino, y será
suyo para siempre, ¡para siempre jamás!"

Davin. 7:15-18

Aunque las cuatro bestias representaban cuatro reinos humanos que se
habrian de levantar, ese no es el punto principal. Lo importante es la prome-
sa del versículo 18, de que los santos —los hijos de Dios- recibirían y posee-
rían el Reino para siempre, infinitamente mas largo que la duración de los
reinos mundanos, sin importar cuán grandes y poderosos puedan parecer.

Daniel, entonces, queria saber el significado de la cuarta y más terrible
bestia, así como también el significado de los diez cuernos que había en su
cabeza, y del cuerno que tenia ojos y una boca que reemplazó a tres de los
diez anteriores.

“Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos
y los venció. Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los
santos del Altísimo. En ese momento los santos recibieron el reino. Esta
Jue la explicación que me dio el venerable Anciano: ‘La cuarta bestia
es un cuarto reino que surgirá en este mundo. Serd diferente a los otros
reinos; devorará a toda la tierra; ¡la aplastará y la pisotcard! Los diez
cuernos son diez reyes que saldrán de este reino. Otro rey les sucede-
va, distinto a los anteriores, el cual derrocará a tres reyes. Hablarä en
contra del Altísimo y oprimird a sus santos; tratará de cambiar las
festividades y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder
durante tres años y medio. Los jueces tomarán asiento, y al cuerno se
le quitará el poder y se le destruirá para siempre. Entonces se dara a
los santos, que son el pueblo del Altísimo, la majestad y el poder y la
grandeza de los reinos. Su reino será un reino eterno, y lo adorarán y
obedecerán todos los gobernantes de la tierra.” Aquí termina la visión.

199

Yo, Daniel, me quede desconcertado por tantas ideas que me pasaban
por la mente, a tal grado que palideció mi vostro. Pero preferi mantener
todo esto en secreto”

Dart 7:21-28

EL HOMBRE PIERDE EL REINO

iQué, pues, perdimos nosotros como raza humana en la caída? ¿El cielo?
No. Nosotros no provinimos del cielo ni fuimos creados para él. Fuimos
creados del polvo de la tierra para reinar sobre ella. Lo que perdimos en la
caida no fue el cielo sino el Reino. Jesús murió en la cruz y resucitó de entre
los muertos no tanto para llevarnos al cielo, sino más bien para llevarnos
nuevamente a la posesión del Reino que perdimos. Cuando lo recibamos, lo
poseeremos para siempre

Satanás peleará con todo lo que tiene en contra de nuestra restauración y
de su pérdida de poder. Este es el conflicto que subyace detrás del levanta-
miento y las actividades de la cuarta bestia. El cuarto reino probablemente
represente tanto el Imperio Romano como el reino futuro del anticristo. Al
igual que antes, sin embargo, el enfoque de este pasaje no está en el poder
opresivo y la crueldad de esta bestia, sino en su certera y completa destruc-
ción, y en la venida de los santos al Reino eterno. Estos son los mismos
santos a quienes la bestia perseguía y oprimia.

El versículo 27 menciona tres cosas específicas que los hijos de Dios
recibirán cuando vengan al Reino:

+ Soberanía
+ Poder
+ Grandeza

Soberanía significa absoluta autoridad. En una verdadera monarquía, un
rey es soberano porque su palabra es ley. Dios es el único verdadero soberano
porque no tiene que rendirle cuentas a nadie, excepto a sí mismo. Toda otra
soberanía es autoridad delegada, lo cual implica la existencia de alguien que
la delega y que es mayor que aquel a quien le delega la autoridad. Dentro del
alcance de nuestra autoridad delegada, tenemos absoluta autoridad.

Esto significa que no tenemos que sentarnos en desesperanza, mientras
que el enemigo hace estragos en nuestras vidas. Podemos levantarnos en el

Neves. projetas y el Reino

nombre de Jesús y tomar autoridad sobre la situación. Ese es nuestro de-
recho como ciudadanos del Reino en correcta posición. Muchas veces nos
inclinamos ante cargas que no debiéramos llevar. Jesus levó nuestras cargas
en la cruz y nos dio la victoria. Nuestro problema es que rehusamos recla-
marla. Nuestra mentalidad de esclavos obstruye nuestro acceso a muchas
cosas concedidas a nosotros para que las pidamos, y nos conformamos con
el sueño de lo que traerá el “dulce porvenir”.

Cuando Jesús restauró el Reino para nosotros, Él no nos dio una her-
mosa cubierta con nada adentro. Junto con el Reino nos dio el poder:
poder para vencer, prosperar, vivir en victoria, estar gozosos y alcanzar
nuestro potencial

Por último, con el Reino viene la grandeza. El hombre fue creado a la
imagen de Dios, como corona de su actividad creadora, diseñado para gober-
nar sobre el dominio terrenal. Como pecadores perdidos y caidos, todavía
llevamos la imagen de Dios, pero solo como una sombra borrosa de la gloria
que tuvimos. Cuando somos restaurados al Reino, somos restaurados a la
grandeza, porque regresamos al lugar y al medio para el que fuimos creados.

Jesús dijo que la llave a la verdadera grandeza es la humildad y el servi-
cio. Recuerde que en su vision, Daniel vio a los reyes sirviendo al Rey. Una
vez mas, Jesus puso el ejemplo cuando Él, el Rey de reyes, tomó una toalla
y una cubeta y, como un sirviente, les lavó los pies a sus discípulos. En otra
ocasión, les dijo: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45 RVR 1960)
No fuimos creados para dominarnos unos a otros o para ser dominados,
sino para servimos unos a otros igualmente como reyes y sacerdotes del
Reino de nuestro Padre. Es solo cuando entendemos nuestro lugar en el
Reino que podemos apreciar plenamente el significado de la grandeza,

Capitulo siete
Principios

El cetro de Dios -la caracteristica de su reinado- es de justici
Podemos vivir en victoria y caminar confiados porque el poder de nues-
tro enemigo ha sido quebrado.

Jesús murio en la cruz y se levantó de la muerte, no tanto para llevar
nos al cielo, sino más bien para llevarnos nuevamente a la posesión del
Reino que perdimos.

Como hijos de Dios, recibimos tres cosas específicas cuando venimos al
Reino: soberanía, poder y grandeza.

Dentro del alcance de nuestra soberanía delegada, tenemos absoluta
autoridad,

Cuando somos restaurados al Reino, somos restaurados a la grandeza,
porque regresamos al lugar y al medio para el que fuimos creados.

at

MA

"EL Mayor DESCUBTIMIENTO
€s EL DESCUBTIMIENTO
De uno mismo”

ARO LORIN

CAPITULO OCHO

La prioridad del Reino

we tan importante es el Reino? Tan importante que nuestras
vidas dependen de él, literalmente. Todo lo que somos, lo que
vemos y oímos, el aire que respiramos, la comida que come-
mos, el agtia que bebemos: este mundo físico es nuestro como resultado del
Reino de Dios, efectuado por su mano en la creación. El Reino de Dios es el
centro de todo. Cada acción y actividad del Padre es motivada por su deseo
y pasión de ver su Reino establecido en la Tierra.

¿Qué tan importante para el Cuerpo de Cristo es el mensaje del Reino de
Dios? Sinceramente, no tenemos otra cosa que enseñar o predicar. El men-
saje del Reino son buenas nuevas, y la Iglesia existe para proclamarlas. Si
estamos haciendo nuestra tarea, todo lo demás estará centrado en el Reino:
cada sermón que prediquemos, cada estudio biblico que enseñemos, cada
ministerio que realicemos, cada actividad que cumplamos, cada servicio de
adoración que celebremos.

El Reino de Dios debe ser nuestra mayor prioridad; Jesús no nos dio
otra comisión. Cuando dijo: “Vayan y hagan discípulos de todas las nacio-
nes” (Mateo 28:19), Él nos estaba ordenando proclamar el Reino de Dios a
un mundo que no lo conocía. A pesar de que el hombre está muy familia-
rizado con el mundo, es esencialmente ignorante acerca del Reino de Dios.
La gente de cada nación necesita saber que el Reino de Dios ha venido a
la Tierra, y que la fe en Jesucristo como Salvador y Señor es la manera de

entrar en él

LOS MUNDOS VISIBLE E INVISIBLE

Todos vivimos en dos mundos: uno visible y físico, que comprende nues-
tros cincos sentidos, y uno invisible y espiritual, que va más allá de lo que
vemos, sentimos, tocamos, olemos y escuchamos en lo natural. Muchas
personas desprecian el mundo espiritual como si se tratara de superstición.
Otros reconocen la existencia de lo espiritual, pero consideran que tiene

205

poca o ninguna influencia sobre sus vidas, o que es una dimensión para ser
manipulada para su propio beneficio.

En verdad, el mundo espiritual es mas real que el natural, Primero que
nada, el reino espiritual es mayor que el fisico y; segundo, es el plano desde
el cual este se origino. Todas las cosas fueron creadas a partir de la mente de
un poderoso Hacedor. Lo que El imaginó y planed en su mente, lo dio a luz
por el poder de La Palabra.

“(... porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y
en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o au-
toridades: todo ha sido creado por medio de él y para él”

CoLosensts 1:16

Por lo tanto, el mundo físico es un reflejo del mundo espiritual del cual
provino. Lo que vemos en el mundo físico tiene una realidad correspon-
diente mayor en el mundo espiritual. En su segunda carta a la iglesia en
Corinto, el apóstol Pablo se refirió a esta dualidad de mundos en su esfuerzo
por alentar a sus lectores a ver más allá de sus problemas temporarios actua-
les, para lograr ver el cuadro completo que hay por delante:

“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos va-
mos desgastando, por dentro nos vamos renovando dia tras día. Pues los
sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una glo-
ría eterna que vale muchisimo más que todo sufrimiento. Ast que no nos
fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero,
mientras que lo que no se ve es eterno”

2 Comxnos 4:16-18

Como es eterno, el mundo espiritual es más real que el visible, el cual es
solo temporal. El propósito original de Dios al crear el mundo visible fue
el de establecer su Reino invisible en ese mundo visible, para manifestar lo
espiritual en lo físico. Su plan para lograrlo requería de hijos que pudieran
habitar en cuerpos físicos visibles. Por esta razón, El creó al hombre a su
imagen y semejanza. Lo creó espiritu, alma y cuerpo, con la capacidad de
comunicarse con ambos mundos, el del espíritu y el fisico

206

La prioridad del Rein

CREADOS PARA SER REYES EN EL MUNDO DE DIOS

Dios nos creó como “hombres” espirituales, nos depositó en cuerpos fisi
cos, algunos femeninos y otros masculinos, nos ubicó en el mundo físico y
visible que Él habia creado y dijo: “Gobiernen esto por mi". De este modo,
planeó para nosotros que gobernemos y ejerzamos control sobre la Tierra
en su nombre. A través de nosotros, su gobierno del Reino celestial seria
extendido a la Tierra

Fuimos creados como administradores del Reino de Dios sobre el pla-
neta. Es así de simple. Adan fue el primero, el prototipo. Luego vino Eva, a
quien Dios moldeó de una parte del costado de Adán, y que gobernó junto
a él como ayudadora y compañera en igualdad de condiciones. De ellos des-
cendieron todos lo que han vivido o vivirán jamás; una raza entera de seres
diseñados originalmente para dominar el mundo físico, para que el dominio
del Reino de Dios pudiera cubrir la Tierra

Adán y Eva desobedecieron a Dios y por medio de ese acto perdieron
su derecho al Reino, Satanás, un intruso y proscrito del cielo, usurpó ile-
galmente el trono que ellos habían abdicado, e hizo estragos a partir de
ese momento en los corazones y las vidas de las personas en todas partes y
en todas las generaciones. Él confunde nuestras mentes y bloquea nuestra
habilidad de ver a Dios, de tal manera que ni siquiera podamos conocerlo
ni saber cómo es, ni tampoco podamos entendernos a nosotros mismos y
comprender quiénes somos como hijos creados a su semejanza.

Como fuimos creados a imagen de Dios, nuestros corazones gimen por
Él. Pero como nuestro pecado nos ha separado de Él y no podemos verlo,
todo lo que podemos hacer es crear dioses por nuestra cuenta, según nues-
tro entendimiento defectuoso. Habiendo sido separados de Dios, nuestra
Fuente, vivimos vidas caracterizadas por el temor, la desesperanza y la de-
cepeion, Peor att
El, quien nos ama con un amor eterno: Todos somos víctimas de la desobe-
diencia de Adán y Eva. Ellos se escondieron de Dios movidos por el temor, y
nosotros hacemos lo mismo, cada uno a su modo. Heredamos su naturaleza
pecadora, convirtiéndonos en hijos de desobediencia tanto como ellos,

vivimos temiendole a Aquel que nos creó para ser como

UNA AYUDITA DEL CIELO

¿Qué podemos hacer? En nuestro estado caído, estamos desahuciados. Nada
de lo que podamos hacer en nuestro propio poder sería suficiente como

ser

para restaurarnos al favar de Dios y a nuestro estado anterior, Necesitamos
la ayuda que solo Dios puede brindarnos. Por esa razón, envió a Jesús, su
Hijo unigénito ~el “segundo Adán"- para deshacer la maldición que vino
sobre la humanidad por medio del primer Adán. Lo que el primer Adán, el
hijo de desobediencia, perdió, el segundo Adán, el Hijo de obediencia, lo
restauró. En un sentido bien real, es como haber sido levantados de la muer-
te: nosotros, que estábamos muertos espiritualmente en nuestro pecado,
hemos sido resucitados a una nueva vida en Cristo, el segundo Adán, Pablo
se los explicó a los corintios de este modo:

“Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como pri-
micias de los que murieron. De hecho, ya que la muerte vino por medio de
tun hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los
muertos. Pues ast como en Addn todos mueren, también en Cristo todos
volverán a vivir (..) Así está escrito: «El primer hombre, Adán, fue hecho
un ser viviente»; el último Adán, un Esptritu que da vida”

1 Corıyrios 15:20-22, 45

Adán perdió el Reino; Jesus restauró el Reino, Adán no perdio el cielo,
porque él nunca estuvo en el cielo; €l fue formado del polvo de la terra. El
cielo no era el hogar de Adán ni tampoco es el nuestro (en última instancia).
Para los creyentes, el cielo es un lugar de espera hasta que el plan de Dios
sea completamente consumado, pero no es nuestro destino final. El cielo
¢ un Jugar real, el dominio espiritual donde Dios reina, pero no olvidemos
que Él e dio la Tierra al hombre como su dominio para gobernar en su
nombre: “Los cielos le pertenecen al Sıxog pera a la humanidad le ha dado la
tierra” (Salmo 115:16),

Lo que el primer Adan, el hijo de desobediencia, perdió, el segundo
Adan, el Hijo de obediencia, lo restauró.

Desde la caída de Adán, Dios ha estado ejecutando su plan de restaurar
a la humanidad a su lugar de dominio. Nada toma a Dios por sorpresa;
nada lo agarra desprevenido. Él anunció su plan para la restauración del
hombre en el mismo capitulo de La Biblia que describe la caída del hombre
Pronunciando su juicio sobre Satanás, esa serpiente astuta que engañó a
la humanidad para hacerla pecar, Dios dijo: "Pondre enemistad entre tu y la
mujer, y entre tu simiente y la de ela; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú
le morderäs el talón” (Genesis 3:15).

ridad det eine

Aquí la palabra cabeza simboliza autoridad. Por el fracaso en no haberse
levantado contra Satanás y usar su autoridad de Reino para derrotarlo, Adán
y Eva perdieron esa autoridad, Dios prometió, sin embargo, que llegaría el
dia en que otro se levantaria, un retoño y descendiente de la mujer, que
aplastaria la autoridad de Satanás, tomaría el poder que él había robado y
restauraría el cetro del dominio terrenal al hombre, su portador original.

ELHIJO DEL HOMBRE Y ELANCIANO DE DIAS

Cuando Daniel interpretó el sueno de Nabucodonosor sobre la estatua gi-
gante, le dijo al rey que los reinos de los hombres, representados mediante
la estatua, serían despedazados y que el Dios de los cielos establecería en su
lugar un Reino eterno bajo su gobierno. Este Reino estaba representado en
el sueño por medio de la piedra no cortada por mano humana que destro-
zaba a la gran estatua:

“En los días de estos reyes el Dios del ciel establecerd un reino que jamás
sera destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para
siempre y hard pedazos a todos estos reinos. Tal es el sentido del sueño
donde la roca se desprendía de una montaña; roca que, sin la intervención
de nadie, hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, ala plata y al oro”
Danita 2:44-45

Mas aun, este Reino eterno sería establecido en la Tierra por una persona
divina a quien Daniel se refirió como el “Hijo del Hombre”.

“En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venia entre
las mubes del cielo, Se acercó al venerable Anciano y fue Htevado a su
presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos fos pueblos,
naciones y lenguas lo adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que
no pasara, y su reino jamás será destruido!”

Davie 7:13-14

Este “Hijo del Hombre” vino entre las “nubes del cielo”, lo cual es una
referencia, no a nubes literales en cielo, sino a huestes angelicales, El Hijo
del Hombre es llevado a la presencia del “Anciano de días”, otto nombre
para Dios el Padre. ¿Quién es este “Hijo del Hombre”? Durante mas de

209

quinientos años, desde los dias de Daniel a los dias de Jesús, los judíos
consideraban el término “Hijo del Hombre” como una referencia al Mesias,
el Ungido que Dios enviaría para liberar a su pueblo. Tal como los cuatro
Evangelios del Nuevo Testamento lo demuestran, Jesús adoptó ese nombre
para sí mismo. “Hijo del Hombre” era la designación preferida por Jesús.

No es de maravillarse que Él se enojara tanto con los lideres religiosos
de su tiempo. Ellos conocían las profectas de Daniel. Cuando escucharon a
Jesus llamarse a sí mismo “Hijo del Hombre”, ellos entendieron que se esta-
ba identificando con la figura celestial de Daniel 7:13-14, que aparecía ante
el Anciano de dias para recibir el “dominio eterno”. Al identificarse con Él,
Jesús estaba diciendo que era el Mesías, el ungido Hijo de Dios.

Nosotros conocemos a Jesús como el Hijo de Dios, nombre que también
es cierto. ¿Por qué prefería el titulo “Hijo del Hombre”? Un pasaje en el
quinto capítulo del Evangelio de Juan nos da una pista. Era el dia de reposo,
y Jesus acababa de sanar a un ciego en el estanque de Siloé, en Jerusalén,
Para los líderes religiosos, esto constituía un trabajo, y por lo tanto era una
violación de la ley del sabbat,

“Precisamente por esto los judios perseguían a Jesús, pues hacia tales co-
sus en sábado, Pero Jesús les respondía: -Mi Padre aun hoy está trabaja
do, y yo también trabajo. Ast que los judíos redoblaban sus esfuerzos para
matarlo, pues no sólo quebrantabu el sábado sino que incluso llamaba à
Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios. Entonces
Jesus afirmo: Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada
por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque
cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo”

Juax 5:16-19

EL PADRE SIEMPRE TRABAJA
Los líderes religiosos judios censuraron a Jesús por trabajar en un día de
reposo, La respuesta de Jesús fue que Él simplemente estaba siguiendo el
ejemplo de su Padre: “Mi Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo”.
¿Qué quiso decir Jesus con esta declaración? ¿No nos dice el segundo capltu-
lo de Genests que Dios trabajó durante seis días en la creación y luego al sép-
timo descansó? ¿Por que Jesus dijo que su Padre estaba trabajando siempre?
¿No era ese, acaso, el día de descanso conmemorado y establecido como una

La privridad del Reino

norma del pueblo de Dios en la ley sabática? Si, Jesús dijo que el Padre estaba
siempre trabajando, Tal vez hayamos malinterpretado el significado del día de
reposo. Quizás descansar durante el sabbat signifique cambiar nuestro modo
de trabajar, algo así como disfrutar de aqueilo para lo que trabajamos.

El punto importante aquí es que Jesús, como Hijo del Padre, estaba en-
tregado a trabajar cuando fuera que su Padre trabajara, y a hacer cualquier
‘cosa que su Padre estuviera haciendo. Como el Padre estaba siempre traba-
Jando, Jesús estaba trabajando siempre también, sea o no el día de reposo.
Además, Jesús dijo lisa y llanamente: “El sabado se hizo para el hombre, y
no el hombre para el sábado -anadio-. Ast que el Hijo del hombre es Señor
incluso del sábado” (Marcos 2:27-28). Dios nunca tuvo la intención de que
fuéramos esclavos, ligados a una estricta interpretación legalista del día de
“reposo”, sino que pudiéramos vivir como un pueblo libre haciendo lo que
es correcto y bueno en todo tiempo. Por su Palabra y su ejemplo, Jesus nos
mostró que es siempre bueno hacer el bien, incluso en el día de reposo.

Como hijos de nuestro Padre, nosotros también deberíamos estar tra-
bajando cada vez que nuestro Padre está trabajando. Jesús, como nuestro
hermano mayor, nos dio el ejemplo. La buena obra del Reino de Dios nun-
ca se toma vacaciones ni tampoco nosotros deberíamos tomärnoslas. Aun
cuando estemos de vacaciones, y en otras ocasiones en que no estemos en
muestro trabajo, todavía debiéramos estar trabajando para el Reino. Dema-
siadas veces cuando los creyentes se van de vacaciones, también se toman
un tiempo lejos del Señor y de su iglesia; ellos no asisten a servicios de
adoración en otras partes, no envían sus diezmos, no estudian La Palabra de
Dios, no les hablan a otros acerca de Jesús y de su Reino. Eso no está bien.
La obra del Reino nunca se detiene, Nuestro Padre está siempre trabajando,
y nosotros deberíamos hacer lo mismo.

TODO POR UNA BOTELLA DE AGUA

Una vez estaba en el acropuerto de Cincinnati, esperando un vuelo. Me diri-
1 hasta un quiosco para comprar una botella de agua, y la mujer que estaba
detrás del mostrador me reconoció.

= Usted es el hombre de la TV- exclamó ella

Cuando le dije que si, ella respondió:

- Estoy con usted en un minuto-,
que estaban delante de mi.

terminó de atender a las dos personas

Cuando llegó mi turno, preguntó:

—¿Que precisa?

-Solo una botella de agua.

—¿Algo más?

Cuando le dije que no, me pregunto:

-¿Puedo comprarle un almuerzo? Soy la encargada de este negocio. Todo
lo que necesite, digamelo. Siéntase como en su casa,

Entonces le pedí un sándwich y una botella de jugo. Mientras me servía,
abrió su corazón y empezo a contarme.

Estoy con el agua al cuello -me confesó, Estoy al punto del suicidio.
Cuando me levanté esta mañana, le dije a Dios: “Si no me das una palabra
hoy, voy a matarme esta misma noche”.

Me dijo que era adicta a la heroína y estaba tratando de dejar el vicio.
Esta mujer estaba en terrible estado, extremadamente delgada y con los ojos
hundidos. Dijo:

Estoy muy cansada de tomar drogas. Este es mi decimonoveno empleo.
Le he pedido una palabra a Dios hoy. y cuando lo vi, supe que Él habia res-
pondido mi oración.

Todo ese tiempo habia estado tratando de escucharla amablemente, pero
ala vez pensaba: Tengo que tomar mi vuelo. No tengo tiempo para esto. Enton-
ces las palabras de Jesús retumbaron en mi mente: "Mi Padre está siempre
trabajando, y yo también estoy trabajando”. Supe que debía tomar tiempo
con esta mujer en necesidad.

Luego ocurrió lo más extraño, Este era un acropuerto congestionado con
gente que pasaba constantemente, Yo estaba con la mujer en ese quiosco y
la ministré. Levantamos las manos por encima del mostrador, oré por ella,
tomé mi almuerzo, le di mi tarjeta personal y le compartí algunas referen-
cias cristianas. Durante todo ese tiempo, nadie entró al local

Ella se percató de esto y dijo:

—Nadie vino. Eso es imposible, Dios lo envió a usted para salvarme la vida.

No importa el tiempo, el lugar o las circunstancias, Dios está siempre
trabajando, El deliberadamente nos pone en situaciones en donde pode-
mos ministrar a otras personas. Dios siempre está trabajando, y como sus
hijos, nosotros debemos estar siempre trabajando también. De eso se trata
el Reino,

La privesdad del Reino

HIJO DE DIOS/HIJO DEL HOMBRE

Jesus asombro a los líderes religiosos de su epoca cuando habló de Dios
como su Padre. En este tiempo, los judios no tenían un entendimiento ge-
neral del concepto de Dios como Padre en una forma personal. Por lo tanto,
la declaración de Jesús de tal intimidad los ofendia. La paternidad impli-
ca origen. Cuando decimos que alguien es nuestro padre, lo reconocemos
como el origen de quienes somos nosotros, sugiriendo que estamos hechos
de “la misma madera”. Esto era lo que Jesús estaba manifestando cuando
amó a Dios su Padre. Los líderes religiosos entendieron su declaración y
por eso lo persiguieron. La teología judía no tenía una imagen de la pater-
nidad de Dios. Ellos sabían que Dios era santo, justo y misericordioso, pero
también lo veían como a un juez aterrador, un fuego consumidor, un Dios
para ser temido. No sabían o no lo veían como a un Padre.

Luego de su declaración sin precedentes de una intimidad con Dios,
Jesús prosiguió comparando sus actividades y su autoridad con las de su
Padre. Básicamente, eran las mismas. Jesús ejercía la misma autoridad que
su Padre, particularmente en asuntos de vida y de juicio.

“Porque ast como el Padre resucita a los muertos y les da vida, ast tam-
bien el Hijo da vida a quienes a el le place. Además, el Padre no juzga
a nadie, sino que todo juicio lo ha delegado en el Hijo (...) Ciertamente
les aseguro que el que oye mi palabra y crec al que me envió, tiene vida
eterna y no serd juegado, sino que ha pasado de la muerte a la vida
Ciertamente les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los
muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque
así como el Padre tiene vida en si mismo, ast también ha concedido al
Hijo el tener vida en si mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, puesto

que es el Hijo del hombre”
Juan 5:21-22, 24-27

Jesús declaró que Él tenía el poder de dar vida y el poder de ejecu-
tar juicio sobre los hombres, estos dos atributos pertenecían a Dios so-
lamente. Es significativo que Jesús se refiera a sí mismo como “el Hijo
de Dios” en relación con su autoridad para dar vida, y como “el Hijo del
Hombre” en relación con su autoridad para juzgar. Solo Dios puede dar Ja
vida, y como el Hijo de Dios tiene la misma esencia la misma “madera”
que el Padre, también puede darla. Por otra parte, cl único calificado o

a

“legitimo” sobre la Tierra para en
descendiente del hombre. Para poder calificar, este descendiente no debe
tener pecado, porque solamente aquel que no tiene pecado puede llevar
los pecados de otros.

Nadie excepto Jesús ha reunido las condiciones para calificar, pero El las
reunió todas perlectamente. Nacido de una mujer, nacido de una virgen, na-
ido en la línea ancestral de David, Jesús era un “Hijo del Hombre” porque
era completamente humano. Él era, como dijo Pablo, el “segundo Adán”.
A diferencia del primer Adán, Jesús cumplió perfectamente el plan original
de Dios. Hizo lo que Adán no pudo hacer. Porque cumplió perfectamente
la voluntad del Padre y fue hallado sin pecado, Jesús el Hijo del Hombre es-
taba calificado para juzgar a la raza humana. Él emitió ese juicio en la cruz,
donde tomó nuestro pecado y nuestra culpa sobre sí mismo, haciendose
pecado por nosotros (vea 2 Corintios 5:21), y se semtenció a muerte. Luego.
de juzgar nuestros pecados como el Hijo del Hombre, estaba capacitado,
como Hijo de Dios, para darnos vida.

Todo lo que Jesús hizo en su ministerio terrenal -sanar a los enfermos,
resucitar muertos, echar demonios, calmar tormentas, alimentar multitudes
con escasos puñados de comida- lo hizo bajo su autoridad como el Hijo
del Hombre. Era necesario que Dios se hiciera hombre para soltar su amor
y poder en la dimension terrenal. Por diseño, Dios le dio dominio sobre la
Tierra a la humanidad, y solo los humanos tenían jurisdicción “legitima”.
Por esa razón, cada vez que Dios quiere hacer algo en la Tierra busca obrar
a través de agentes humanos. En Jesús, Él tuvo un perfecto hombre para
iniciar su obra.

¿Qué significa eso para nosotros? Significa que aunque Jesús era el Hijo
de Dios, en la carne no tenía ventajas inherentes sobre nosotros. Muchos
tendemos a suponer que porque Él era Dios encarnado, estaba mejor pre-
parado que nosotros. No es así. esti tenta el mismo equipamiento humano
que nosotros. Tenía un cuerpo físico que se cansaba y sentía dolor. Necesita»
ba descanso regular al igual que nosotros. Tenía hambre y precisaba comer,
y tenía sed y necesitaba beber, Enfrentó las mismas tentaciones, pero nunca
cayó en pecado. Operaba bajo el poder del Espiritu Santo y luego nos dio el
mismo Espíritu a nosotros. En todo lo que hizo, declaró su autoridad como
Hijo del Hombre, Porque nosotros estamos dotados de las mismas cosas,
tenemos la misma autoridad sobre la Tierra. En Cristo somos autoritativos
sobre la Tierra porque somos humanos, así como Ello fue.

tir juicio sobre los hombres es el que es

24

La preoridad del Reine

UN REINO DE REYES IGNORANTES

El problema para muchos de nosotros es que no sabemos quiénes somos. Nos
hemos vuelto un reino de reyes ignorantes: ignorantes de nuestra identidad,
habilidad, poder y autoridad. Hace mucho tiempo olvidamos (si es que algu-
na vez lo supimos) todo lo que el enemigo nos ha robado. Despojados, de-
rrotados y abatidos, como el hijo pródigo, nos sentamos en el barro y la paja
con los cerdos, mordisqueando las mazorcas de maiz reseco, y no clevamos
los ojos de nuestro espíritu para observar las riquezas de las propiedades de
nuestro Padre, que son nuestras si tan solo nos levantamos y las reclamamos.

Nuestro mayor enemigo hoy no es ni Satanás ni el pecado, porque Jesus
los venció a ambos en la cruz. El poder no es el problema tampoco. Tene-
mos poder. Por eso, Dios no envió poder para resolver nuestro problema.
Nuestro mayor enemigo hoy es la ignorancia. Lo que no sabemos está ma
tándonos o al menos está privándonos de una vida plena y abundante. El
antídoto contra la ignorancia es el conocimiento, así que Dios nos envió su
Palabra: su Palabra viviente en la persona de su Hijo. Cristo vino a remover
nuestra ignorancia sobre Dios y su Reino y a enseñamos sobre nuestra he.
rencia y parentesco como hijos del Padre

En tanto y en cuanto vivamos en la oscuridad de Satanás, munca sabre-
‘mos que somos prisioneros en nuestro propio territorio, esclavos de un
déspota ilegal. Nunca sabremos que somos los gobernantes legítimos de
este planeta o que el diablo es un enemigo ya vencido. Porque no conoce-
‘mos nada mejor, porque no nos damos cuenta del poder que tenemos, le
permitimos a Satanás que gobierne nuestras vidas, que azote nuestros euer-
pos con enfermedades, que drene nuestras finanzas, que destruya nuestros
matrimonios, que arruine a nuestros hijos con drogas y alcohol, y generale
mente que haga estragos,

Jesus es la luz del mundo. Luz significa conocimiento. Él vino a mostrar-
nos quiénes somos en realidad y a exponer el reino falso del enemigo. Para
decirlo de otro modo, Jesus vino a reintroducirnos a nosotros mismos, y a
llamarnos a ser el pueblo que Dios siempre supo que podiamos ser. Él vino
a llamarnos de regreso al hogar.

Daniel 7:18 dice que “los santos del Altísimo recibirán el reino, y será
suyo para siempre, ¡para siempre jamás!”. Muchos creyentes están confun-
didos acerca del término santo. A algunos les han enseñado que los santos
son creyentes súper espirituales que viven por encima de plano de los de-
más y merecen este título exaltado después de su muerte, En verdad, cada

creyente es un santo, Cuando La Biblia usa la palabra santo, se refiere a
“todo hijo de Dios, toda persona que ha entrado en el Reino a través de la fe
y la confianza en Jesüs como Señor y Salvador”. Si usted es un creyente, es
un santo, y si es un santo, entonces es heredero del Reino de Dios.

La palabra santo viene de la misma raíz que la palabra santificado. Ser
santificado significa “ser apartado para un uso específico; ser reservado para
un propósito especial”. Piense en el juego de porcelana de la boda de sus pa-
dres. ¿Está al alcance para uso diario? Probablemente no. La porcelana fina
por lo general se reserva para ocasiones especiales, tales como dias feriados,
cuando la familia completa se reúne o cuando hay invitados muy especiales
y particularmente honrados. En este sentido, la porcelana está “santificada”
solo para ser utilizada en esas ocasiones.

Del mismo modo, nosotros como santos estamos santificados y apartados
para el propósito especial de Dios. De forma colectiva, somos la Iglesia, la
ecclesia en griego, que también significa "los convocados”. Somos los que re-
cibirán el Reino, Somos los que veremos nuestro poder, autoridad y dominio
restaurados. El Reino no está reservado para nosotros solamente, sino para
muchos, muchos otros también que están todavía afuera y necesitan ser traf-
dos a él, Esa es la razón por la cual, cuando Cristo nos salvó y nos trajo a su
Reino, nos hizo embajadores: para que podamos ir y traer a otros a él.

EL PODER PARA CAMBIAR NUESTRA VIDA

Ser santos también significa que estamos equipados y tenemos el poder
para vivir en victoria y ejercer nuestra autoridad de dominio ahora mismo,
en muestras vidas cotidianas, No tenemos que esperar hasta que muramos
o hasta que Jesús regrese para comenzar a disfrutar de los beneficios del
Reino. Eso significa que podemos hacernos cargo de muestra situación
Significa que no tenemos que arañar día a día para sobrevivir manteniendo
el equilibrio económico ni estar desesperadamente colgados de las uñas
hasta que llegue el cheque de pago. Tenemos la autoridad del Reino, y el
Señor quiere que la usemos. El quiere bendecirnos y llevarnos al pleno
potencial que puso en nosotros. Él espera que tomemos en fe todo lo que
El puso a nuestra disposición. La elección es nuestra, Es cuestión de desa-
rrollar nuestra mentalidad de Reino, de aprender a pensar, hablar y actuar
como la realeza que en verdad somos, en vez de como los esclavos que el
diablo nos ha hecho creer que éramos.

Desafortunadamemte. esta no es nuestra mentalidad natural, y la mayo-
ría de los creyentes tienen problemas a la hora de efectuar el cambio. Mu-
chos miran sus luchas cotidianas con una actitud de desdén o resignación,
convenciéndose de que las circonstancias nunca mejorarán y de que ellos
simplemente deberian tratar de hacer lo mejor posible. Miran su hipoteca
la cuenta del agua corriente, y luego miran su billetera vacía y preguntan:
“¿Cómo voy a pagar esto?”. Cada día está lleno de preocupación y estrés
acerca de las necesidades financieras. ¿Esa es la manera de pensar para un
ey? ¿Que clase de rey se queja o se preocupa acerca de sus cuentas por pa:
gar? Todo es cuestión de mentalidad.

La mentalidad de Reino dice: “Traigan los problemas. Veamos esos de
safíos. ¡Nací para esto! Esta es la clase de situación que me desafía, Jesús
y yo estamos listos para todo, Vamos, jträiganlos todos juntos!”. En un
sentido bien real, la mentalidad de Reino es una mentalidad de guerrero.
Cuando era necesario, los reyes salían a la guerra para defender su domi-
nio, Estaban dispuestos a pelear hasta la muerte para preservar su reino o
para expulsar al atacanıe.

El reinado se trata de protección, de ejercer autoridad y de reclamar el
territorio conquistado. A veces se trata hasta de llevar la guerra al campo
del enemigo. El enemigo está siempre al acecho por todas partes, buscando
dividir y conquistar, destruir nuestras vidas y devorar nuestra sustancia.
Una mentalidad esclava simplemente se da por vencida ante las demandas
del enemigo, suponiendo que no hay otra opción. La mentalidad de Reino
enfrenta a los escuadrones contrarios y dice: “¡De ninguna manera! Esto es
mio, y tú no vas a robarme más. Soy un rey y un hijo del Rey, ¡y Él me ha
dado este territorio a mil”. Debemos estar dispuestos a pelear por lo que
sabemos que es nuestro. Debemos estar listos para pararnos firmes, tomar la
autoridad en el nombre de Jesús y reclamar lo que es muestro por derecho.

SACERDOTES QUE ADEMÁS SON REYES

Dios desea construir sobre la Tierra un Reino de reyes y sacerdotes; no dos
clases o castas separadas, sino dos oficios combinados en la misma persona.
Excepto por Jesucristo, una combinación asi no existía desde Adán, Un rey
es un ejecutivo real, un administrador que ejerce gobierno y juicio sobre un
territorio, mientras que un sacerdote es un representante espiritual entre
Dios y su pueblo, y es responsable por el bienestar espiritual de la nación

Adán no necesitaba ni un sacerdote ni un rey, porque él era ambas cosas,
Antes de la caida, era un rey con autoridad administrativa sobre el dominio.
terrenal, pero también era un sacerdote que disfrutaba la comunión inme-
diata, directa y abierta con Dios.

El plan original del Padre fue que la misma persona contuviera ambas
funciones, pero desde la caída, la humanidad se ha empeñado en tratar de
mantenerlas por separado. Cuando Dios libró a la nación de Israel de la
esclavitud en Egipto y los llamó a ser su pueblo, les dij:

“Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto, serán
mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra
me pertenece, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una na-

ción santa”
Exooo 19:5-6

Era el deseo de Dios bendecir a todas las naciones y pueblos de la Tierra
a través de Israel, como Él le había prometido a Abraham siglos antes. Por
so llamó a los israelitas “un reino de sacerdotes”, ellos debian ser sus repre-
sentantes ante el resto del mundo. Aunque la nación de Israel como un todo
fracaso en este aspecto, Dios no abandonó su plan y diseno original. En la
plenitud de los tiempos, Jesus vino, en la carne como un hijo de Israel, y en
el Espiritu, como la promesa de Dios al mundo.

Dios siempre ha descado un sacerdote con una corona, El problema en una
democracia, república, monarquia, dictadura o cualquier otro sistema de
gobierno humano es que ellos separan los oficios de rey y sacerdote. En un
mundo caído, esta es probablemente una concesión necesaria, porque con
gente pecadora, el poder del estado combinado con el poder de la religión
con facilidad se volvería abrumadoramente opresivo, Separar los oficios de
rey y sacerdote puede servir como equilibrio uno del otro.

REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES

Esta separación no es lo que Dios diseñó o planeó originalmente, y su pro-
pósito es restaurar los oficios de rey y sacerdote en uno solo. Jestis cumplió
esto cuando vino a la Tierra. Al igual que Adán. Jesus fue (y es) un Rey.
ado Pilato le preguntó a Jesus: “¿Eres tú el rey de los judios?” Guan
18:33). Jestis le respondio: “Mi reino no es de este mundo (...) Eres tú quien

ry

dice que soy rey, Yo para esto naci, y para esto vine al mundo: para dar tes
monio de la verdad” (vv36-37). Él es Aquel de quien el libro de Apocalipsis
dice: “Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:16)

Al mismo tiempo, Jesus era también un sacerdote. El libro del Nuevo
Testamento, Hebreos, presenta a Jesús como el gran sumo sacerdote que
intercede por nosotcos delante del Padre:

“Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo
sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesa-
mos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma
manera que nosotros, aunque sin pecado. Asi que acerquémonos con-
Jiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la
gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”
Hemaros 4:14-16

Jesús es el ejemplo, el prototipo dé lo que Dios desea de todos sus hijos.
Él quiere que seamos como Jesús, reyes y sacerdotes en el mundo: reyes
para representar fielmente su gobierno y ejecutar su autoridad sobre la Tie-
rca, Él desea que seamos sacerdotes que representarán su amor, gracia y mi
sericordia a un mundo de gente que tropieza en la oscuridad sin conocerlo a
EI ni a su Reino. Este es el propósito que subyace en su llamado a cada uno
de nosotros cuando venimos a Cristo. Como Pedro escribió en su primera
carta del Nuevo Testamento:

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel
que los llamo de las tinicblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquie-
ra eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido
misericordia, pero ahora ya la han recibido”

E Peoro 2:9-10

SÚPER AGENTES DE DIOS EN UN MUNDO DE TINIEBLAS
Nosotros, la Iglesia, los “convocados” de Jesucristo, somos “un linaje esco-
do, real sacerdocio, nación santa” llamados por Dios para declarar sus vir-
tudes a un mundo en oscuridad, Un real sacerdocio es otra forma de decir

ay

que cada uno de nosotros es tanto sacerdote como rey. Nuestro Señor nos
ha llamado y comisionado a cada uno como sus embajadores -sus agen-
Les para guiar a aquellos que aun están atrapados en la oscuridad, hacia
la “luz admirable” de su Reino. Pablo describió muestro llamado especial
de este modo:

“Por lo tanto, si alguno esta en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo
ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por
medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dío el ministerio de la
reconciliación: eto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo
consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a
nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de
Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En
nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios». Al que no co-
metió pecado alguno, por nosotras Dios lo trató como pecador, para que
en el recibiéramos la justicia de Dios”

2 Comos 5:17-21

Como seguidores de Cristo, hijos de Dios y ciudadanos de su Reino, no
tenemos mayor prioridad que proclamar su Reino, Jesús dedicó su ministe-
rio terrenal a proclamar el Reino, y su prioridad debe ser la nuestra tambien.
‘Cuando Él vino, cumplió la primera parte del plan de los siglos de su Padre:
restauró el Reino de los cielos sobre la Tierra. A través de su Espíritu, nos
ha llamado a cada uno de nosotros al hogar, a nuestro lugar original como
ciudadanos reales, para que podamos ejercitar nuestros derechos y autori-
dad ahora mismo y experimentemos la victoria del Reino en nuestras vidas
cotidianas. Él también nos invitó a unirnos a Él en su obra de reconciliar
al mundo consigo mismo. Ese es su enfoque y debe ser el nuestro también.
Todo lo demás es secundario. El Reino de Dios es todo lo que cuenta, y ade-
más del Reino de Dios, nada importa.

El mandato de Jesús para nosotros es el mismo que Él le dio a sus dis-
cipulos hace dos mil años: “Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje:
“El reino de los cielos está cerca” (Mateo 10:7). Somos su pueblo, un real sa
cerdocio, una nación santa, un ejército de embajadores comisionados para
traer reconciliación entre Dios y las naciones. Seamos cuidadosos en aten-
der el mandato del Señor. ¡Prediquemos el Reino de Dios!

Capítulo ocho
Principios

1. El Reino de Dios debe ser nuestra mayor prioridad; Jesus no nos dio
otra comisión.

2. Lo que vemos en el mundo físico tiene una realidad correspondiente
mayor en el mundo espiritual.

3. Dios envió a Jesucristo, su Hijo unigénito -el “segundo Adán”- para
deshacer la maldición que vino sobre la humanidad a través del primer
Adan.

4. Nuestro Padre está siempre trabajando, y nosotros deberiamos estar tra-
bajando también.

5. Solo Dios puede dar vida, y como el Hijo de Dios es de la misma esencia
“de la misma “madera” que el Padre, el Hijo también puede dar vida.

6. Como El cumplió la voluntad del Padre perfectamente y sin pecado, Je-
sús el Hijo del Hombre estaba calificado para juzgar a la raza humana.

7. En Cristo, somos autoritativos sobre la Tierra porque somos humanos,
así como El lo fue.

8. Si usted es creyente, es un santo, y si usted es un santo, es un heredero
del Reino de Dios.

9. El reinado se trata de protección, de ejercer nuestra autoridad y de re-
clamar el territorio conquistado,

10. El propósito de Dios es restaurar los oficios de rey y sacerdote en uno
solo,

11. El Reino de Dios es todo lo que cuenta, y aparte de él nada importa.

HOO

"No Hay NADA Tan PODETOSO
como un concepTo,
Y naba más PeLIGroso QUE
un concepro erróneo”

AS

CAPÍTULO NUEVE

Comprendamos los
conceptos del Reino

cia real. Cada persona entre los casi siete mil millones que habitan

el planeta Tierra está buscando el Reino de Dios. Este es su objetivo
final. Cada religión y actividad de la humanidad es un intento por hallar el
Reino. Es la perla más valiosa de todas las perlas, y el único 1esoro que so-
brepasa todos los otros tesoros en la vida. El Reino es vida en sí mismo, Por
lo tanto, es imperativo, crucial y necesario que todos comprendamos los
conceptos de los reinos con el in de poder apreciar mejor las buenas nuevas
traídas a la Tierra por nuestro Señor y Creador.

Todos los verdaderos reinos contienen las mismas características y
componentes. A continuación hay algunos conceptos y principios de los
reinos. Usted debería conocerlos y familiarizarse con ellos. Estüdielos y
apliquelos al mensaje del Reino de Dios enseñado por el Rey mismo, Je-
sucristo, para poder entender mejor su propósito, potencial, poder y po.
sición en la vida,

E mensaje de La Biblia es acerca de un Rey, un Reino y Su descenden-

1. El principio del rey del reino: los reyes son el componente central de
todo reino y corporizan su esencia, El rey es la fuente principal de autori-
dad en el reino, y mediante su autoridad se establece el reino. La sobera-
nia del rey es inherente a su autoridad real. Aquí hay algunas cualidades
singulares de un rey:

+ Un rey nunca Mega al poder por votación:
+ La autoridad de un rey es por derecho de nacimiento;
+ Un rey no puede ser destituido del poder por votación;
+ La palabra del rey es ley en su territori
+ Un rey posee personalmente todo lo que se halla en su dominio;
+ El decreto de un rey es inmutable;

a

+ El rey clige quién será ciudadano de su reino;
+ El rey encarna el gobierno de su reino;

+ La presencia del rey es la presencia de su completa autoridad real;
+ El rey mide su riqueza por la riqueza de su propiedad;

+ El hogar del rey expresa su naturaleza;

+ El nombre del rey es la esencia de su poder.

“Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuen-
tas con sus siervos”
Mateo 18:23

“Digan a la hija de Sión: Mira, tu rey viene a ti, humilde y montado en
un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga”
Matto 21:5

“El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas
para su hijo”.
Mateo 22:2

¡Así que eres rey! -le dijo Piluto.-Eres tú quien dice que soy rey: Yo
para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la ver-
dad. Todo el que esta de parte de la verdad escucha mi voz”

Jean 18:37

“Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amen”
1 Tmorro 1:17

“Le haran ta guerra al Cordero, pero el Cordero los vencera, porque es
Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son sus llamados,
sus escogidos y sus fieles”

Arocaurss 17:14

El principio del señorío del reino: todos los reinos verdaderos deben
tener la propiedad o el dominio sobre el cual ejercer su gobierno. Por
lo tanto, todos los reyes verdaderos son propietarios legitimos de toda
propiedad, territorio o dominio. Otra palabra para referirse a dueño es

los A dd

“señor”. Todos los reyes verdaderos son automáticamente señores. Los
reyes poseen todo lo que está dentro de su dominio, Ellos gobiernan o
disponen sobre cualquier cosa que esté en su propiedad o dominio. Tie-
nen absoluta autoridad y control sobre su propiedad. La riqueza de los
reyes se mide por la riqueza de su territorio. Los reyes pueden dar su
propiedad a quienes ellos quieran.

“Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo
habitan; porque él la afirmo sobre los mares, la estableció sobre los ríos”
Samo 24:1-2

“¡Cuán imponente es el Srsor Altísimo, el gran rey de toda la tierra!”
Sano 47:2

*(..) que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu co-
razón que Dios lo levantó de entre los muertos, serds salvo”
Romanos 10:9

“(..) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre”
Fiuvenses 2:11

El principio del dominio del reino: el dominio de un rey es el territorio
sobre el cual él ejerce su autoridad, control y dominio. El rey posee su
dominio y puede expandirlo o extenderlo por el poder de su fuerza. La
riqueza del dominio determina la gloria del rey. Cuando el rey impacta
el dominio con su influencia, se le llama "su reino”. El rey puede de-
legar autoridad a otros para compartir el gobierno y la administración
de su dominio,

“(...) su dominio es eterno; su reino permanece para siempre. Ninguno
de los pueblos dela tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que
quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay
quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos”
Daniel 4:34-35

25

4. El principio de la consti

ıciön del reino: la constitución de un reino es
la voluntad, la intención, los deseos y los propositos documentados por
parte del rey para sus ciudadanos y su reino,

“Puesto que la palabra del rey tiene autoridad, ¿quién puede pedirle
‘cuentas? EI que acata sus órdenes no sufrira daño alguno. El corazón
sabio sabe cuándo y cómo acatarlas”

Ecuestasres 8:45

“En tus decretos hallo mi deleie, y jamas olvidare tu palabra”
‘Sato 119:16

“Tu palabra, Seven es eterna, y esta firme en los cielos. Tu fidelidad per-
manece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme. Todo subsiste
hoy, conforme a tus decretos, porque todo está a tu servicio. Situ ley no
fuera mi regocijo, la aflicción habria acabado conmigo. Jamás me olvi-
daré de tus preceptos, pues con ellos me has dado vida”

‘Sato 119:89-93

“Jesús le respondio:
Escrito esta: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios”

Matto 44

. El principio de la ley del reino: la ley del reino es la palabra proclamada,
los decretos y edictos del rey, y esas leyes determinan las normas y los
preceptos mediante los cuales el reino es gobernado.

“Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Sesor
nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos”
Deurionomo 6:25

La ley del Sesor es perfecta: infunde nuevo aliento, El mandato del
Sevon es digno de confianza: da sabiduria al sencillo. Los preceptos del
Sesox son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Srxor es
clare: da luz alos ojos”

amo 19:7-8,

26

+ El principio de la ciudadanía del reino: la

Compreadamus loi conceptos del Heine

“Mejor me esla ley de tu boca que millares de oro y plata”.
Sano 119:72 RVR 1960

“Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una
tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido”
Marco 5:18

6. El principio de las llaves del reino: las llaves de un reino son los princi-

pios, los preceptos, las leyes y los sistemas por los cuales el reino funcio-
ma. Las llaves deben ser aprendidas y aplicadas por los ciudadanos para
poder apropiarse de los beneficios y privilegios de ese reino,

“Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra
quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedara
desatado en el ciclo”

Marco 16:19

udadania en un reino no
es un derecho sino un privilegio y está a disposición del rey mismo. Los
ciudadanos son elegidos por el rey y son los beneficiarios de sus placeres
y promesas.

“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos
recibir al Salvador el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo
miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con
que somete a sí mismo todas las cosas”

Ficarenses 3:20-21

“Mi reino no es de este mundo contesté Jesüs-. Silo fuera, mis propios
guardias pelearian para impedir que los judios me arrestaran. Pero mi
reino no es de este mundo”

Juan 18:36
“Ustedes son de aquí abajo continuo Jesüs-; yo soy de alla arriba.

Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo”
Jum 8:23

Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo".
Joan 17:16

8. El principio del privilegio real del reino: los privilegios reales de un

9

10.

8

reino son los beneficios que el rey les otorga a sus ciudadanos. Ellos fun-
cionan como un aval para que guarden su buena posición ante el rey

“Mas bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el ma-
hana, el cual tendrá sus propios afanes”

Marto 6:33-34

“Asi que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las
gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”

Fuurenses 4:19

El principio del código de ética del reino: este es el estándar o la norma
de conducta establecida por el rey para el comportamiento y las relacio-
nes sociales de sus ciudadanos. También es la expectativa del rey respec-
to de los valores y normas morales que los ciudadanos deben seguir. El
código de ética se convierte en el fundamento de la cultura del reino y se
manifiesta en el estilo de vida de sus ciudadanos,

“¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se
dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni
los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el
reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados,
Ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor
Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”

1 Corinto 6:9-11

El principio de la mancomunidad del reino: todos los reinos funcio-
nan bajo el principio de una mancomunidad. Ella es el compromi-
so del rey de ver que todos sus ciudadanos tengan igual acceso a las
riquezas y los recursos del reino. Esto es importante para el rey, ya
que la calidad de vida de los ciudadanos de un reino refleja la gloria

il.

12.

Comprendamos los conceptos del Reino

y reputación del rey. Cuando la riqueza de los ciudadanos es exce-
lente, entonces la reputación del rey entre otros reyes es honorable
Los reinos proveen para las necesidades de sus ciudadanos; y el rey
está personalmente comprometido € involucrado en la riqueza de
sus ciudadanos.

“Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué bebe-
remos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras
todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más
bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
‘cosas les serán añadidas”

Mateo 6:31-33

“El Sesion es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor
brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha”
Sato 84:11

El principio de la cultura del reino: es el estilo de vida y la forma de vi-
vir de sus ciudadanos manifestada en su lenguaje, vestimenta, hábitos
alimenticios, valores, moral, sentido de dignidad y concepto personal.

“No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del malig-
no. Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santificalos en la
verdad: tu palabra es la verdad. Como ti me enviaste al mundo, yo los
envio también al mundo. Y por ellos me santifico a mi mismo, para que
tambien elos sean santificados en la verdad”

Juan 17:15-19

El principio de la economia del reino: todos los reinos funcionan
con un sistema que asegura y sustenta la fuerza y viabilidad del rei-
no. El sistema comprende la participación del gobierno para brindar
a los ciudadanos oportunidades de participar en el programa de be-
neficios del reino, a través de su contribución a la ética del trabajo
del reino. Esta economía generalmente incluye un sistema impositi-
vo, oportunidades de inversión y desarrollo creativo de programas
para ciudadanos.

29

1B.

ae

“Den, y se les dan: se les echará en el regazo una medida llena, apreta-
da, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se
les medirá a ustedes”

Lucas 6:38

“Al oir esto, Jesás añadio:
Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repdrtelo entre los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo, Luego ven y sígueme”

Lucas 18:22

El principio de los impuestos del reino: todos los reinos incorporan
un sistema de impuestos, el cual les permite a los ciudadanos part
cipar en el proceso de mantener la infraestructura del reino. Dicho
sistema le permite al ciudadano tener su parte en la mancomunidad y
devolver una porción establecida de los recursos del rey. En esencia,
en ua reino todo ya le pertenece al rey, incluidas las tasas requeri-
das de parte del ciudadano; por lo tanto, la carga impositiva es sin
plemente el gobierno permitiendo que sus recursos pasen a manos
del ciudadano.

“Danos tu opinión: ¿Esta permitido pagar impuestos al césar o no?
(..) Entonces denle al césar lo que es del césar y a Dios lo que es
de Dios”

Marco 22:17, 21

“En los diezmos y en las ofiendas. Ustedes -la nación entera- estan
bajo gran maldición, pues cs a mi a quien están robando. Traigan in-
tegro el diezmo para los fondos del templo, y asi habrá alimento en mi
casa. Pruebenme en esto -dice el Srxor Todopoderoso-, y vean sí no
abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta
que sobreabunde, Exterminare « la langosta, para que no arruine sus
cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto -dice el Senor
Todopoderoso. Entonces todas las naciones los llamarán a ustedes
dichosos, porque ustedes tendrán una nación encantadora —dice el
Sunor Todopoderoso”.

Marquis 3:8-12

Comprendamo» lus conrepton del Ker

14. El principio del ejército del reino: todos los reinos incosporan un
ejército de seguridad para proteger y defender su territorio ya sus
ciudadanos.

“Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos
Con sus propias manos te levantardn para que no tropieces con piedra
alguna”

Sato 91:11-12

15. El principio de la autoridad delegada en el reino: todo reino estable-
ce un sistema representativo que delega responsabilidad a ciudadanos
"nombrados para servir como enviados o embajadores del reino o estado.
Los embajadores personifican o encarnan la autoridad del rey y el reino
estado. Los embajadores son propiedad y responsabilidad del estado y
por lo tanto, no se ocupan de sus necesidades personales. Su propósito
primario es representar el interés de su reino.

“Como ti me enviaste al mundo, yo los envio tambien al mundo. Y por
ellos me santifico a mi mismo, para que también elos sean santificados
en la verdad”

Juas 17:18-19

“¡La paz sea con ustedesi=rcpitió Jesus-. Como el Padre me envió a
mi, asi yo los envio a ustedes, Acto seguido, soplo sobre ellos y les dio:
Reciban el Espiritu Santo”

Juan 2021-22

16. El principio del embajador del reino: un embajador habla en nombre
del reino y no se representa a sí mismo, solamente a su reino. El embar
jador es el agente del reino para transmitir su voluntad, descos y propó-
sitos en el territorio al que es asignado.

=(... encargandonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Ast
que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes
por medio de nosotros: En nombre de Cristo les rogamos que se recon
cilien con Dios”

2 Comwrios 5:19-20

ES

17. El principio de la educación del reino: todos los reinos establecen
un sistema y un programa de entrenamiento y educación de sus ciu-
dadanos. El sistema educativo está diseñado para translerir, relorzar e
inculcar leyes, valores, moral y modales del rey y del reino a las gene-
raciones siguientes y a los nuevos ciudadanos.

“Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador el Es-
piritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas
las cosas y les hara recordar todo lo que les he dicho"

Juan 14:25-26

"St ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pedire al
Padre, y él les dara otro Consolador para que los acompañe siempre: el
Espiritu de verdad”

Juan 14:15-17

18. El principio de la administración del reino: todos los reinos esta-
blecen un sistema a través del cual administran juicios y programas a
los ciudadanos. El programa administrativo es también diseñado para
proteger los derechos y privilegios de los ciudadanos y su acceso al
favor real.

“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las
buenas obras de ustedes y alaben al Padre que esta en el cielo”
Mareo 5:16

19. EI principio de la gloria del reino: la gloria del rey es todas y cada una
de las cosas que en el reino representan y manifiestan la verdadera na-
turaleza del rey mismo. Gloria literalmente significa “verdadera esencia
© peso total”

*¿Quién, Señor se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en
grandeza y santidad? Tú, hacedor de maravillas, nos impresionas con
tus portentos. Extendiste tu brazo derecho”

Éxovo 15:11-12

«a

20.

Comprendumos los conceptos del Brino

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra
de sus manos”
Saro 19:1

“Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran ast
que son mis discipulos”
Juan 158

El principio de la alabanza del reino: la alabanza de un rey es la ex-
presión de la gratitud de los ciudadanos y el aprecio hacia él por el
favor, los privilegios y la seguridad de estar en el reino. La alabanza
es también un indicativo del valor del rey percibido por parte de la
ciudadanía. Esta siempre incluye la ofrenda de regalos al rey, y eso
indica que los ciudadanos se percatan de que todas las cosas que ellos
disfrutan son debido su favor. Además es una muestra de reconoci-
miento de que todo le pertenece al rey. La alabanza también expresa la
dependencia del rey, el cual activa a su vez la obligación de cuidar de
sus ciudadanos que proclaman su nombre como su rey:

“Adora al Sevo tu Dios, y él bendecird tu pan y tu agua. Yo apartaré
de ustedes toda enfermedad. En tu país ninguna mujer abortard ni serd
estéril. ¡Yo te concedert larga vida!”

Exono 23:25-26

“No adores a otros dioses, porque el Scxor es muy celoso, Su nombre es
Dios celoso".
Éxodo 34:14

+ ¡Vete, Satanas! —le dijo Jesis~. Porque escrito esta:"Adovarás al Señor
tu Dios, y a él sólo serviras”
Mareo 4:10

„EI principio de la provisión del reino: en todos los reinos verdade-

ros, el rey está obligado a proveer para sus ciudadanos y. por lo tan-
to, hace provisión a expensas propias por la seguridad y el bienestar
de ellos.

“He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miserta,
ni que sus hijos mendiguen pan. Prestan siempre con generosidad; sus
jos son una bendición”

“Asi que no se preocupen diciendo: '¿Qué comeremos? o “¿Qué bebere-
mos? o “¿Con qué nos vestiremos?””

Marso 6:31

22,
a hacer sentir la influencia del rey y su voluntad en toda la nación.

“Les contó otra parábola más: El reino de los cielos es como la levadura
que una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que
Jermenté toda la masa”

Mateo 13:33

“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizando-
los en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré
con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”

Mareo 28:19-20

23. El principio del favor real en el reino; el favor real es la prerrogativa
soberana del rey para extender una ley personal a un ciudadano, que lo
posiciona para recibir privilegios especiales y ventajas que son perso-
nalmenıe avaladas por el rey.

*Y el Señor le respondió: -Voy a darte prucbas de mi bondad, y te daré a
conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla,
y soy compasivo con quien quiero serlo”

Exono 33:19

24. El principio del decreto del reino: un decreto real es una declaración
de un rey que se convierte en ley para todos. Es sustentado por el
compromiso personal del rey para hacer que esa declaración o pro-
mesa se cumpla.

En

El principio de la influencia del reino: todos los reinos están abocados

Comprendamos lus conceptos del Rerao

“No olvide Su Majestad que, según la ley de los medos y los persas, nin-
gün decreto ni edicto emitido por el rey puede ser derogado”.
Danie: 6:15

“Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una
tilde de la ley desaparecerá hasta que todo se haya cumplido”
Marco 5:18

25. El principio de la reputación del reino: la reputación del rey es impor-

tante para él y es la fuente de la gloria de su nombre. La reputación de
un rey es creada y sustentada por las condiciones en que se encuentran
sus ciudadanos y su reino. Por lo cual, los reyes actúan de maneras que
sean favorables al engrandecimiento de su nombre.

“Por amor a su gran nombre, et Stxor no rechazará a su pueblo; de he
cho él se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo”
1 Sanet 12:22

“Has hecho estas maravillas en cumplimiento de tu palabra, según tu
voluntad, y las has revelado a tu siervo”
2 Sweet 7:21

26. El principio de darle al rey del reino: darle al rey activa la obligación

de parte de este, de mostrar su gloria y poder al dador para probarle que
él es un rey mucho mas grandioso que los demás reyes, Darle al rey su
reino es el reconocimiento de que todas las cosas le pertenecen a ese rey
y que el ciudadano está agradecido. Porque darle a un rey es imposible
(debido a que todas las cosas ya le pertenecen a él), el acto de dar hene-
ficia al ciudadano más que al rey. Por lo cual, uno nunca debería venir
delante de un rey con las manos vacías.

“Luego Ta reina le regaló a Salomón tres mil novecientos sesenta kilos
de oro, piedras preciosas y gran cantidad de perfumes. Nunca más Île-
garon a Israel tantos perfumes como los que la reina de Saba le obse-

quid al rey Salomón”
1 Revs 10:10

“Tanto en riquezas como
los demás reyes de la tierra. Todo el mundo procuraba visitarlo para
oir la sabiduría que Dios le habia dado, y año tras año le Hevaban
regalos: artículos de plata y de oro, vestidos, armas y perfumes, y
caballos y mulas”

sabiduria, el rey Salomón sobrepasó a

1 Reves 10:23-25

Del repaso que hemos hecho sobre los reinos, uno puede ver que un rei-
no es mas ventajoso que una república. Por lo tanto. es más beneficioso es-
‘ar en un reino que en una democracia o cualquier otra forma de gobierno.

Yo lo desafio a abrazar y aceptar la invitación del Rey, Jesucristo, para
venir y renovar su ciudadanía en el Reino de los cielos, naciendo de nuevo
en el Reino de Dios a través del recibimiento del Espíritu Santo del Rey,
aceptando la provisión de la obra redentora del Rey mismo. Esta es su opor-
tunidad, no de unirse a una religión o de convertirse en esclavo de rituales o
tradiciones que no tienen un significado práctico, sino de migrar de un reino
de oscuridad a uno de luz y renovar su estatus inmigratorio en la Tierra.

Usted fue creado para representar a Dios y su gobierno celestial a través
del dominio sobre el territorio de la Tierra mediante el don que usted posee.
Tal vez redescubra su verdadero destino a través de redescubrir su lugar en
el Reino de Dios como su representante rey- gobernante sobre esta colonia
llamada Tierra. Usted nació para nacer de nuevo. ¡Es su decisión y su des-
tino! Bienvenido al hogar de su dominio, Reconózcalo a Él verdaderamente
como el Rey de reyes y Señor de señores.

¡Que venga su Reino!

en

Esperamos que este libro
haya sido de su agrado.
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Muchas gracias.

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