5to acto Yago acompaña a Rodrigo, situándole al acecho para que mate a Casio, pero éste hiere a Rodrigo, aunque es herido por la espalda por Yago. Entra Otelo y alaba a Yago, creyendo que ha herido a Casio en atención a él mismo y a sus celos. Quedan gimiendo Casio y Rodrigo, éste moribundo, aquél herido. Y trascas Aparece Ludovico, con Graciano, pero no se atreve a acercarse. Entra Yago, en camisa, como si se hubiera acostado ya. Casio le dice que un hombre le ha herido, sin saber que es el mismo Yago quien lo ha hecho. Yago remata a Rodrigo para que no descubra su intriga. Llega Blanca, y se llevan herido a Casio, quien declara no conocer al hombre ya muerto (Rodrigo) que le atacó. Yago hace que le retiren. Llega Emilia, ante la cual Yago echa la culpa de la pelea a Blanca . En la alcoba de Desdémona, entra Otelo con una luz y la despierta. Otelo la acusa de infidelidad y, a pesar de sus negativas, la estrangula. Antes de que muera, entra Emilia para contar la riña en que fue herido Casio, pero la interrumpen los gritos finales de Desdémona ("¡injustamente asesinada!... Muero con muerte inocente"), la cual, sin embargo, muere sin acusar a Otelo. Éste declara a Emilia haberla matado y explica su motivo, la imaginada infidelidad. Emilia defiende la inocencia de Desdémona y, al saber que todo se basa en el testimonio de su marido, Yago, afirma que éste miente, y cuando le ve aparecer, junto con Montano y Graciano, le emplaza a que diga la verdad. Emilia aclara la historia del pañuelo perdido; Yago la mata entonces, furioso de que le descubra en sus intrigas. Se encuentran unas cartas en el cuerpo de Rodrigo que aclaran cómo fue engañado por Yago para atacar a Casio numerosas veces. Entonces hacen prisionero a Yago, y traen también a Casio, herido, para que se aclare todo. Otelo, desesperado, hiere a Yago y se da muerte a sí mismo.