AGUAFUERTE Y PUNTASECA EN
PICASSO
La técnica
La técnica del aguafuerte es una de las llamadas “técnicas indirectas” dentro del
grabado calcográfico. Consiste en aplicar barniz, antiguamente cera, sobre una plancha
de metal (zinc, hierro, acero, latón, cobre…) y dibujar sobre ella. Hecho esto, se
introduce en un baño ácido que corroerá el metal por aquellas zonas que hemos
dibujado. A mayor tiempo de inmersión, o concentración, los surcos serán más
profundos, por lo que al entintar se depositará más tinta dando lugar a líneas
más oscuras.
De todas las técnicas del grabado en hueco es la punta seca la más simple y
directa, ya que consiste en hacer incisiones directas en la plancha por medio de una
punta dura que acostumbra a ser un punzón de acero montada en mango. En efecto, una
punta seca no es más que un dibujo hecho sobre una plancha de metal empleando una
punta de acero en vez de un lápiz y apretando más o menos según el valor que se quiere
obtener. Además de la ausencia de barnices y ácidos, posee todavía la ventaja de que el
artista tiene a la vista el resultado del trabajo que está realizando, y no pasa como en
otras técnicas en que no se hace patente hasta el momento de sacar la primera prueba.
Picasso y la estampa. El grabado al aguafuerte
A Picasso, sin duda, le apasionaba la técnica del grabado y se puede decir que casi
practicó todas sus variantes, siendo la más habitual el aguafuerte y la punta seca, no
faltando ocasiones en las que utilizó el buril. Aunque de la técnica que sacó un mayor
provecho fue del aguatinta al azúcar ‒el método más pictórico para hacer una estampa,
dejando al margen la litografía‒, técnica que Picasso emplea en los últimos grabados de
la Suite Vollard.
La rapidez e inmediatez en la ejecución de la técnica del aguafuerte sería la
principal causa de su utilización por Picasso, aunque también contribuiría el sencillo
aprendizaje que requería. Ambas circunstancias habían convertido el aguafuerte en la
técnica de grabado más usada entre los grabadores no profesionales, es decir,
fundamentalmente entre los pintores, que encontraron en la punta de grabar casi la
misma libertad de trazos que se emplea para el dibujo, pues no hay duda de que con este
procedimiento se puede lograr una enorme riqueza expresiva.
Picasso dibujaba directamente sobre el barniz de la plancha y, en la mayor parte de
los casos, de una sola vez; es decir, el primer estado quedaba como definitivo. Sin
embargo, en ocasiones recurría a añadir a los distintos estados líneas entrecruzadas para
remarcar los negros, reforzar los contornos, decorar paños o simplemente llenar un
vacío a base de garabatos. Raras pero explícitas son las ocasiones en las que el artista,
después de una primera prueba al aguafuerte, decide hacer cambios, pero introduciendo
nuevas técnicas en las que emplea el buril y la punta seca. Incluso puede recurrir a la
combinación con otras técnicas, como aguafuerte, aguatinta y buril.