Es responsabilidad de las familias, acompañar ,INVOLUCRARSE con la institución en la
difícil tarea de formar hombres y mujeres para un mañana competitivo, donde deberán
hacer frente a nuevos desafíos en forma autónoma y profesional.
A uds., chicos, les compete asumir el compromiso, la dedicación y el esfuerzo frente a las
nuevas competencias a desarrollar. Sabemos que son capaces de ello.
Como verán, el prestigio de la educación, de la enseñanza, es una tarea de todos: a todos
nos compete y a todos nos afecta. Y es una tarea lenta, silenciosa, cargada de sacrificios
cuyos frutos se conocen con el tiempo.
Como nunca antes en su historia institucional, la I.E. Republica Argentina se encuentra
en una coyuntura que habilita la posibilidad de crecimiento, de maduración y de
proyecciones insospechadas. Sin embargo, este propósito será realizable en la medida
en que cada miembro de la comunidad – director, sub, docentes, padres y alumnos-
asuma el rol que se requiere para estar entre los mejores.
Como colegio aceptamos los nuevos desafíos y tendencias, conscientes de que
contamos con recursos insustituibles: un capital intelectual valioso, una sólida
administración y gestión, recursos humanos orgullosos de pertenecer a una organización
en búsqueda de la excelencia, una comunidad muy comprometida con el proyecto
educativo, soportes tecnológicos y de vanguardia y una infraestructura adecuada para
lograr nuestros objetivos
Estos primeros 63 años nos marcan como colegio. Invito a nuestra comunidad educativa
a comenzar a replantearnos y repensar algunas ideas para nuestros alumnos del siglo
XXI, a saber:
La necesidad de formar en valores y no solo en utilidades.
El compromiso de reactualizar la herencia de nuestra cultura y nuestras tradiciones.
La revalorización del papel de la familia, sobre todo en los primeros estadios de
socialización.
La convicción de apostar por la formación del carácter ya que es imprescindible recuperar
el valor de la voluntad, responsabilidad y del esfuerzo y del sacrificio para alcanzar las
metas propuestas.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recuperar la autoridad , el
respeto y el prestigio social del profesor, del educador. Esa autoridad que confiere no sólo
el saber sino también el saber enseñar, el despertar vocaciones y provocar el cambio.
Esa autoridad en el aula que es para nuestros alumnos un segundo padre una segunda
madre
Como dijo el pedagogo francés Philipe Meirieu: “si la educación tiene sentido es porque
encierra unas metas, es decir, porque no queremos que los alumnos sean como son,
porque creemos que si incorporan otras capacidades serán mejores compañeros,
alumnos y ciudadanos. Más allá de todas las incertidumbres y relativismos de la sociedad
postmoderna, si educamos es porque creemos que hay desempeños , valores y, en suma,
unas competencias más deseables que otras. Por tanto, queremos que nuestro alumnado
sea más competente y más capaz, un peaje probablemente necesario para conseguir que
sean también más felices”.
Muchas gracias