LOS ÚLTIMOS AÑOS DE DAVID 935
que había traído sus ofrendas voluntarias: "¿Quién quiere
hacer hoy ofrenda a Jehová?"
La asamblea respondió con buena voluntad. "Entonces
los [815] príncipes de las familias, y los príncipes de las
tribus de Israel, tribunos y centuriones, con los
superintendentes de la hacienda del rey, ofrecieron de su
voluntad; y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco
mil talentos de oro y diez mil sueldos, y diez mil talentos de
plata, y dieciocho mil talentos de metal, y cinco mil talentos
de hierro. Y todo el que se halló con piedras preciosas,
diólas para el tesoro de la casa de Jehová, . . . y holgóse el
pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con
entero corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.
"Asimismo holgóse mucho el rey David, y bendijo a
Jehová delante de toda la congregación; y dijo David:
Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre,
de uno a otro siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia,
y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas
las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas.
Tuyo, oh Jehová, es el reino, y la altura sobre todos los
que están por cabeza. Las riquezas y la gloria están
delante de ti, y tú señoreas a todos: y en tu mano está la
potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza
de todas las cosas.
"Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y
loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién
es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer de nuestra
voluntad cosa semejante? porque todo es tuyo, y lo
recibido de tu mano te damos. Porque nosotros,
extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos
nuestros padres; y nuestros días cual sombra sobre la
tierra, y no dan espera. Oh Jehová Dios nuestro, toda esta
abundancia que hemos aprestado para edificar casa a tu