ANGELICA DOSSETTI
~Maxi sueña con conocer a alguien que lo quiera, que
lo ame y a quien amar, pero cree que eso nunca sucederá,
porque se siente rechazado.
=No sigas, Ema.
tu hijo, Carmen, no es un vecino, es tu hijo! le grté.
= Yo te quiero mucho, Ema, pero no voy a dejar que me
faltes el respeto! -mi nana me miró desafiante.
No te estoy faltando el respeto, te estoy diciendo que
despiertes, que no te olvides que tu obligación es proteger
a todos tus hijos, sin importar cómo sean.
—Te estás pasando de la raya, Ema, y eso no te lo voy a
aguantar. Le voy a contar a tu mamá.
~Dile, me da lo mismo, no me pienso callar. -Carmen
se secó la lágrima que comenzaba a rodar por su mejilla
Dejó el vaso en el lavaplatos y se fue a sentar al banquito
del lavadero, conmigo tras ella-. Perdóname, Carmen,
pero Maxi es mi amigo y lo está pasando mal, pésimo.
Estoy segura que, si contara con tu apoyo, todo sería más
soportable para tu hijo.
~En el pasaje le dicen marica -mi nana hablaba sin mi-
rarme-. Yo no esperaba tener un hijo marica, los maricas
no se casan, no tienen hijos y terminan trabajando en las
esquinas. Yo no quería eso pall Maxi, lo quería estudiando
enla universidad, sintiendome orgullosa de él. Pero no, me
tuvo que salir maricón, y ahora me queda la pura Alejandria.
No, Carmen, eso no es verdad. Maxi puede ir a la
universidad, puede tener un titulo, puede ser feliz, puede
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LA DECISIÓN DE EMA
amar y sentirse amado. Si no tiene hijos, no importa, no
‘reo que la razón de ser de una persona sea solo tener hijos.
ser feliz, Carmen. El mundo está lleno de homosexuales
tados, es cosa que te pongas a ver la tele: periodistas,
fotógrafos, estilistas, abogados, chefs, modistos o médicos.
A Maxi, antes de entrar ala universidad, no le van a pre-
ar si le gustan los hombres o las mujeres.
ii no entiendes, eres muy chica.
laro que no entiendo, pero no tiene que ver con ser
grande. El amor de una madre no puede estar con-
nado por la opción sexual de su hijo, por eso que no
entiendo que Maxi te pueda dar asco. Tampoco entiendo
¿que no esté yendo al colegio, ni entiendo que su papá qui-
siera pegarle por no ser un machote. ¿Cómo es posible que
tuna cabra chica, que se mete en conversaciones de grandes,
te tenga que explicar cómo se siente tu hijo, porque no te
has dado el tiempo para sentarte a hablar con él?
“armen se puso a llorar. Me acerqué a ella y la abracé.
quieres dile a mi mamá que soy una mal educada, y
me aguanto el castigo, pero era algo que te tenía que decir.
Miré a mi nana por unos segundos y luego volví a mi
dormitorio, sin saber si todo lo que le había dicho serviría
de algo. Por un momento, me arrepenti de esta boca tan
grande, incapaz de mantenerse cerrada, que en la mayoría
de los casos es la causante de todos mis castigos. Me di un
par de vueltas en la cama, rogando que no me acusara a
mamá, lo que me puso tan nerviosa, que hasta me volvió