Pedro mentía y hacía bromas con todos, sin escuchar los consejos de su tío. Un día él subió la colina con su rebaño de ovejas y el lobo las atacó mientras estaban en el pasto.
Pedro gritó y pidió ayuda, pero nadie le creyó, y el lobo mató a todas sus ovejas. Pedro aprendió la lección, pidió disculpas a todos y nunca más volvió a mentir.
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QUERIDO PEDRO: Los niños de Cerca de piedra te pedimos que nunca más mientas.