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PORFIRIO DIAZ #215
COL. GUAYULERA
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SALTILLO, COAHUILA
C.A.M. Nº 5 PROGRAMA ESCOLAR DE MEJORA CONTINUA CICLO ESCOLAR 2021-2022
“2021, Año del reconocimiento al trabajo del personal de salud por su lucha contra el COVID-19”
sanitaria. Para los próximos meses de cierre de ciclo las características de contagio de COVID-19 indicaban un incremento, y esto llevó
a concluir el ciclo en confinamiento; entonces a tal fecha los padres de familia e integrantes cuidadores de los menores se convertían
en facilitadores de aprendizaje para sus hijos, un reto que indiscutiblemente modificaba la dinámica familiar, empleos, economía y
principalmente la convivencia social.
Al inicio del ciclo escolar 2020-2021, se notificó al sector educativo la continuidad de la contingencia, ante ello se indicaba que el
aprendizaje se llevaría en casa, que se daría apertura a nuevas tecnologías para llevar el conocimiento a los alumnos y se priorizaría en
la conducción socioemocional de las familias y alumnos para adaptarse a la nueva modalidad. Dicho lo anterior, las familias se
enfrentaron al desempleo, a la disminución del ingreso económico y por tanto a replantear los egresos; en algunos casos se perdió el
empleo, en otros se trabajó al 50% de jornada laboral y salarial, otros se apegaron al confinamiento sin salario y sin embargo el hecho
de que hijos y padres se encontraran en casa representaba un incremento en el consumo de alimentos considerando que la canasta
básica afectada por el suministro y aumento de precios no cubría las necesidades de la familia. También crecieron los costos de
consumo de luz, agua, gas, y en algunos casos de telefonía, internet y televisión de paga. Otro punto a discernir es la dinámica de la
familia, la organización en las actividades escolares y cumplimiento de evidencias, rutinas de limpieza, promoción de hábitos de higiene,
protección de la salud y seguridad personal.
La mayor preocupación se concentró en cómo llevar el aprendizaje a casa, el paso de los días y meses de confinamiento, comprender
que padres e hijos no habían pasado tanto tiempo juntos, que usualmente cada quien tenía sus propias actividades, que el tiempo libre
en días ordinarios era utilizado para el descanso, la recreación o la diversión, y la deficiente preocupación por el cuidado de la salud
personal, fueron situaciones que obviamente frenaron la armonía de las actividades diarias de cada familia; por lo tanto diseñar y
organizar entre ellos nuevas rutinas y hábitos básicos sería una ardua tarea ya que debían cubrir las acciones de la educación formal
(escuela) y convertirse en maestros, cuidadores, compañeros de juego, etc. En este sentido la expresión de emociones se puso de
manifiesto y en la mayoría de los casos resultó benéfico. A partir del temor por preservar la salud se incrementó en gran medida la
comunicación entre todos los integrantes, además de tener mejores y mayores hábitos de higiene, no obstante dentro de esta nueva
normalidad se presentaron dificultades en el uso del tiempo libre, las horas adecuadas del sueño y de la alimentación, etc.