Pisotón y sus amigos

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About This Presentation

Es un libro del Rincón que trata sobre el valor de la amistad. Ideal para alumnos de preescolar y primaria.


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AMIGOS |

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Pisotón el Hipopótamo se despertó más temprano que nunca.
Se bañó con agua fresca del pantano y perfumó su cuerpo
con una colonia de hojitas de limón. Se puso el uniforme y

cogió su lonchera.

El camino hacia el colegio estaba muy transitado. Iba la
señora Ardilla y su hija Pelusa.
También vieron a la señora Rana y a su hija Coplitas.

El señor Castor, le cantaba una canción a su hijo Ricardo,
y un poquito más atrás, el señor Cocodrilo y su hijo
Chapuzón charlaban entretenidos. Más atrás, venían

Dentoncito y su mamá.

Una vez que todos los nifios estuvieron en el salén, dofia
Buho, les dio los buenos dias. Y ellos respondieron con una
gran sonrisa, puesto que sabian que hoy seria un dia muy

emocionante en la escuela.

—Bueno, ahora, con los juguetes que tienen aquí, podrán
jugar a todo lo que ustedes quieran —les dijo doña Buho—.

Pero, antes —agregó la profesora—, hay que colocar la
lonchera en este puesto.
Chapuzón fue y la colocó, pero Pisotón no. No quería
desprenderse de ella, ni porque sus amigos le dijeron que lo
hiciera.

De pronto, algo mojé la cara de Pisotón. Era Chapuzón el
Cocodrilo, que lloraba a chorros. No tenía con quién jugar.
Las lágrimas del cocodrilo caían por todo el salón.

Doña Búho, que entendía lo que sucedía, abrazó a Pisotón

y a Chapuzón, y entonces les entregó un cajón lleno de

palitos de colores. Había palitos largos, cortos, gruesos,
delgados, rojos, verdes, amarillos. Eran muy lindos.

Chapuzón, poco a poco, dejó de llorar. Jugó con los
palitos y Pisotón también.

Al poco tiempo, llegó Livianita la Mariposa.
—iVamos a jugar a la "lleva"! Yo vuelo bajito y ustedes
tratan de alcanzarme.

—iVamos! —dijeron Chapuzón y Pisotón emocionados, y
jugaron largo rato, hasta que estuvieron muy cansados.

De pronto, oyeron a Dofia Búho que decía:
—iHora de meriendal, ihora de merienda!
Todos corrieron entusiasmados al puesto de las loncheras,
para buscar la suya.

Pisotón empezó a llorar. Había extraviado su hermosa
lonchera mientras jugaba.

Sus amiguitos lo consolaron y todos se pusieron a buscarla
y le preguntaban:
—Pero... édénde la dejaste?, édénde?

Pronto la encontraron debajo de una palmera.
—iGracias, amigos, gracias! —dijo Pisotón, y agregó más
calmado—: De ahora en adelante, guardaré mi lonchera en
su puesto para estar seguro de encontrarla.

Se sentaron todos en circulo en el jardin, abrieron su
lonchera y empezaron a comer. Coplitas la Rana comia unas
deliciosas hierbitas en vinagre de manzana. Dentoncito el
Conejo comia trocitos de zanahorias con apio.

Pisotón abrió la suya: “iYupiiil Un pedazo de pastel, de
esos que hace mi abuelita Tita, imi preferido!” Estaba
deleitado comiendo, cuando vio a Chapuzón con la boca bien
abierta mirando su comida.

—éMe regalas un poquito y yo te regalo una tortica de
cascarón de cangrejo? —dijo.
Y los dos amigos compartieron su merienda.

Pero Pisotén comió tanto, tanto, que ihip!, ihip!, a Pisotón
le dio hipo.

—Toma juguito de savia de árbol —le dijo Ricardo el
Castor.
—Glu, glu, glu —bebió Pisotón, pero...—: ihip!, ihip!, nada
que se le quitaba.

—Yo tengo jugo de zanahoria —dijo Dentoncito.
—Glu, glu, glu —bebió Pisotón, y...

El hipo se le quitó.
“iBravol!", aplaudieron sus amiguitos

Al terminar sus meriendas, todos recogieron la basura y
dejaron el salén bien limpio.

2

—Ahora, dijo dofia Búho, vamos a cantar.
Y todos muy contentos, cantaron sus melodías preferidas.

—Muy bien, pequeños, ya es hora de ir a casa —dijo doña
Búho—. Mamá y papá los están esperando.
Pisotón corrió por su lonchera. La abrió y buscó un
pedacito de torta de cascarón de cangrejo que había
guardado para su mamá.

Tenía muchas cosas nuevas que contarle. Había aprendido
la importancia de tener amigos, había cantado canciones,
había corrido y jugado. Se sentía muy bien.
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