José Anibal Córdova Masías Residente de segundo año de Dermatología Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión Servicio de Dermatología ANATOMÍA DE ANEXOS (PELO, UÑAS, GLÁNDULAS)
HERPESVIRUS 7 Y 6 DEFINICIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
EPIDEMIOLOGÍA
ETIOPATOGENIA
ETIOPATOGENIA
COMPROMISO DE LA EPIDERMIS
CUADRO CLÍNICO
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DATOS HISTOPATOLÓGICOS
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
CONCEPTOS CLAVE La pitiriasis rosada es una enfermedad inflamatoria de la piel autolimitada, posiblemente causada por el herpesvirus humano tipo 6, 7, u 8 o drogas . Comienza con una placa heráldica inicial de 2 a 10 cm , seguida de una erupción centrípeta de pápulas y placas ovaladas con un borde ligeramente elevado y descamado, que suele aparecer típicamente a lo largo de las líneas de la piel. El diagnóstico se basa en la apariencia clínica y la distribución de las lesiones . Se trata con medicamentos antipruriginosos según sea necesario, y, posiblemente, corticosteroides tópicos y/o luz solar. La pitiriasis rosada durante las primeras 15 semanas del embarazo se asocia con nacimiento prematuro o con muerte fetal. A las mujeres embarazadas se les debe ofrecer terapia antiviral, aunque no se ha demostrado que esto reduzca las complicaciones obstétricas.
Se presenta el caso de una mujer de 78 años con una forma poco común, la pitiriasis rosada persistente (PRP), caracterizada por una erupción pruriginosa y prolongada. El caso subraya la importancia de identificar correctamente las variantes de PR para evitar errores diagnósticos y tratamientos inadecuados.
Una mujer blanca de 78 años, con hipotiroidismo controlado, consultó por una erupción pruriginosa de dos meses de evolución, iniciada como una lesión anular en el abdomen y posteriormente extendida a la cara, cuello, extremidades y vulva. Figura 1. Parches y placas eritematosas difusas que se extienden por el cuello y la parte superior de los brazos .
Ante la sospecha inicial de reacción alérgica a medicamentos, se suspendieron fármacos y se indicó corticosteroide oral, con leve mejoría. Persistieron máculas y pápulas pruriginosas que afectaban su calidad de vida. Figura 2. Pápulas y placas eritematosas en la parte superior de las piernas bilateralmente.
Se identificó alergia al cobalto y resinas epóxicas , pero la erupción continuó extendiéndose progresivamente hasta comprometer el 50 % de la superficie cutánea. Las lesiones evolucionaron a placas anulares con descamación periférica, sugiriendo un cuadro compatible con pitiriasis rosada persistente (PRP). Figura 3. Placas eritematosas con leve collarete de e scamas en antebrazos bilaterales.
Estudios: Los estudios de laboratorio ( hemograma, perfil metabólico, función hepática, reagina plasmática rápida y anticuerpos antinucleares ) fueron normales. Se realizó una biopsia por punción de una lesión en el muslo derecho. El examen histológico mostró acantosis epidérmica prominente , infiltrado linfocítico perivascular superficial y profundo, aumento de mastocitos, eritrocitos extravasados, algunas células plasmáticas y neutrófilos perifoliculares . No se observó un aumento significativo de eosinófilos. Estos hallazgos apoyan el diagnóstico de pitiriasis rosada persistente .
Se concluye:
La pitiriasis rosada (PR) es una enfermedad de la piel aguda, benigna y autolimitada, que inicia con una placa heráldica en el tronco y luego aparecen múltiples máculas rosadas y escamosas. Existen variantes clínicas según tamaño, distribución, forma o duración. La pitiriasis rosada persistente (PRP) es una forma poco común (menos del 2%) que dura más de 12 semanas. Puede afectar a niños y adultos, y a menudo presenta lesiones orales. Aunque no existe una prueba diagnóstica definitiva, se ha relacionado con el virus HHV-6/7. El tratamiento es principalmente sintomático: emolientes, corticosteroides tópicos y antihistamínicos. En casos severos o prolongados, se puede usar aciclovir. Reconocer las variantes de la PR es clave para evitar diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados. El estado de este paciente mejoró significativamente durante los 6 meses siguientes con intervenciones de soporte. No se ha presentado recurrencia.