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Es un viento de brisa
de movimiento inquieto,
como ráfaga viva,
deslizando, en su cuerpo
Nacida, vigorosa
con porte sabio, abierto,
elegante, y frondosa,
infundiendo respeto
En tu flujo de ondas,
eres mar de requiebros,
cuerpo serpenteante, y alas
de abismo, en sueños…
Brilla satén, en calma, de paraíso eterno,
perfumada de nácar con reflejos de cielo
vanidad sobre estampa de coral, es un broche
que luce y que realza como estrella, en la
noche
La mar
Ochenta
y dos…
También es apariencia, de rostro pétreo, serio
reflejo, con mirada de augurio y de misterio
como espada, afilada, más dura que el acero,
canto de mar, bramido, con atavío en negro
El mar, la mar, los mares
son cobijo, alimento,
silencios sepulcrales...
y tránsitos a puertos