PPT SEGUNDA MITAD SIGLO XIX_d4951663d9dc2d7a18c0d1eea9571e1e.pdf

belesanchez60 17 views 41 slides Sep 09, 2025
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About This Presentation

el documento es una presentacion de la segunda mitad del sigo XIX de la edad media, habla específicamente de la.epoca victoriana, es de historia de la indumentaria y cuenta como era la moda en aquella epoca, las orendas mas comunes y las características de estas


Slide Content

SEGUNDA MITAD
SIGLO XIX
ÉPOCA VICTORIANA

LA ERA VICTORIANA
Fue una era donde la grandeza
británica alcanza su cúspide
con Victoria I de Inglaterra
(1819-1901), quién subió al
trono en 1837 y gobernó el
Imperio Británico,
devolviéndole la estabilidad a
la corona.
Su reinado es considerado uno
de los más prósperos de su
época, por lo cual llegó a
convertirse en símbolo de un
período que tomara su nombre:
 “la era victoriana”.

Durante la era victoriana (1837-1901), el Reino Unido
atravesó profundas transformaciones sociales, políticas e
industriales. El largo reinado de la reina Victoria coincidió
con la consolidación del Imperio Británico, el
fortalecimiento de valores conservadores y el avance del
capitalismo industrial. Este periodo se divide en tres
etapas:
Victorianismo temprano (1837-1851): fue un tiempo de
transición tras la Revolución Industrial. La sociedad
comenzaba a adaptarse a los nuevos ritmos urbanos,
laborales y tecnológicos. A pesar de las dificultades
sociales, se percibía un espíritu de esperanza en el
progreso.
Victorianismo medio (1851-1873): marcado por la Gran
Exposición en el Crystal Palace, simbolizó el auge
económico y la estabilidad interna. El Reino Unido se
consolidó como potencia industrial y comercial, mientras
que las clases medias comenzaron a ganar influencia
social y política.
Victorianismo tardío (1873-1901): esta etapa mostró las
tensiones internas del sistema. Aumentaron los conflictos
en Irlanda y las colonias, y surgieron movimientos obreros
más organizados, con demandas de mejores condiciones
laborales y mayor participación política. La confianza en el
progresocomenzóaversecuestionada.

La sociedad victoriana se distinguió por
una moral rígida y puritana, basada en
valores como el trabajo, el ahorro, la fe y
las buenas maneras. El ideal burgués
promovía una vida ordenada y sobria,
donde las emociones y el desorden eran
mal vistos y considerados una amenaza al
orden social. La apariencia de rectitud era
esencial, aunque muchas veces se trataba
solo de una fachada sostenida por la
presión social y el control moral.En cuanto
a su estructura, la sociedad estaba
fuertemente estratificada. La clase alta,
integrada por la nobleza y la gentry,
controlaba gran parte del territorio y
ocupaba los principales cargos políticos,
militares y religiosos. La alta burguesía,
compuesta por empresarios y banqueros,
acumulaba poder económico gracias al
desarrollo industrial, mientras que las
clases medias aspiraban a emular a los
sectores superiores y el proletariado
constituía la base trabajadora del sistema.

En la era victoriana, se impuso un ideal
femenino basado en la obediencia, la
delicadeza y la modestia, al que la
mayoría de las mujeres aspiraban.
Desde niñas eran educadas para ser
agradables, cultas y graciosas, con
formación en música, idiomas, canto y
baile, todo orientado a conseguir un
buen matrimonio. Su rol principal era
cuidar del hogar y los hijos, siempre en
función del marido. Las oportunidades
laborales para las mujeres eran muy
limitadas y solo algunas profesiones
como enfermera, maestra o institutriz
eran consideradas respetables.
Aunque aún no tenían derecho al voto,
podían acceder al divorcio y luchar por
la custodia de sus hijos. En contraste
con este ideal, en zonas como el Este
de Londres proliferaron la prostitución
y otras formas de entretenimiento, lo
que reflejaba la desigualdad y la doble
moral de la época.

En el siglo XIX, el corsé era
esencial para lograr la figura de
avispa ideal, fabricado con acero
o huesos de ballena. Su uso
excesivo y ajustado provocó
problemas de salud, incluso
muertes, lo que llevó a su
abandono a comienzos del siglo
XX por razones prácticas y
médicas. En cuanto a la
vestimenta, las mujeres llevaban
vestidos con faldas chatas al
frente y abultadas en la parte
trasera. Tenían atuendos distintos
para el día y la noche: los de día
eran recatados, con cuellos altos
y mangas largas, mientras que los
de noche incluían escotes y
mangas cortas. Completaban el
atuendo con guantes elegantes y
botas de cuero, usualmente sin
taco o con uno muy bajo.

En la época victoriana, el corsé era una
prenda fundamental en el vestuario
femenino, considerada indispensable
para lograr la figura ideal de la época:
cintura extremadamente estrecha, busto
prominente y postura erguida. Se
confeccionaban con materiales rígidos
como ballena o acero, lo que permitía
moldear el torso con gran fuerza. Su uso
era símbolo de decoro, feminidad y
estatus social, ya que se asociaba con la
virtud y la disciplina corporal. Sin
embargo, el uso prolongado y excesivo
del corsé causaba graves
consecuencias para la salud. Se
registraron casos de deformaciones
óseas, desplazamiento de órganos y
desmayos frecuentes por la compresión
del abdomen y los pulmones. A medida
que avanzaba el siglo XIX y se
desarrollaban nuevas ideas sobre el
cuerpo, la salud y el rol de la mujer,
comenzaron las críticas a esta prenda.

Corset corto, 1.795
-1.800
Corset largo, 1.820s

El cambio de siglo trajo consigo una novedad
importante en la moda: la silueta en S. Las
caderas (y el gran trasero) se desplazan hacia
atrás mientras que el pecho se adelanta y se
unifica. Al contrario que en los estilos
anteriores en los que los pechos se separaban.
Se llamó «pecho palomo» y se mantuvo en
boga hasta aproximadamente 1.909.
La médica Inés Gâches – Sarraute llegó a la
conclusión de que los problemas
ginecológicos que sufrían sus pacientes
estaban producidos o agravados por el corset
actual y la forma en la que comprimía el
abdomen. De esta forma crea el corset S-bend
o de pecho recto.

“En los años 60 del siglo XIX, el miriñaque
alcanzó su máxima extensión lateral,
creando una forma de campana completa.
Esta estructura, hecha de aros de acero
suspendidos de cintas, permitía a las
mujeres llevar faldas amplísimas sin el peso
de múltiples enaguas.”— Tortora, P. G., &
Eubank, K. (2010). Survey of Historic
Costume (5th ed., p. 314). New York:
Fairchild Publications.
El miriñaque, popular entre 1855 y 1870, fue
una estructura interior femenina compuesta
por aros de acero liviano sostenidos por
cintas textiles, que daba a las faldas una
silueta en forma de campana. Su uso,
ampliamente difundido hacia 1860 en
Europa y América, representó una evolución
del crinoline al reducir el peso de las
prendas y facilitar el movimiento. Adoptado
por mujeres de clases medias y altas, el
miriñaque se convirtió en un símbolo
icónico de la moda victoriana.

}

A partir de 1870, la burguesía
se tranquiliza después de las
locuras de fiestas y de los
vestidos princesa que
necesitaban más de 14 metros
de tejido y un buen artesano
que los cosiera.
Así, los vestidos se echaron
para atrás y se colocaron
encima de un polisón.
Consistía en un armazón
interior atado a la cintura bajo
un par de enaguas, que usaron
las mujeres acomodadas de
finales del siglo XIX para que
abultasen los vestidos por
detrás, pero cayendo rectos
por delante. El polisón cambió,
de este modo, la silueta
femenina. A partir de 1890, se
dejó de usar, haciendo que las
prendas cayeran sin artificio al
suelo.

Vestidos con polisón de la
década de 1880
Polisón,1870-1880 Museo del traje de Madrid

La "Chica Gibson", ilustrada por Charles
Dana Gibson a fines del siglo XIX y
comienzos del XX, se convirtió en el símbolo
del ideal femenino moderno de la época.
Representaba a la llamada "Nueva Mujer":
elegante, refinada y siempre a la moda, pero
también activa, con una figura atlética y una
presencia que reflejaba autonomía y
confianza. Era habitual verla representada
con la última indumentaria, accesorios
sofisticados, y una actitud segura, lo que la
convertía en un referente de estilo y de
cambio social. Este modelo de mujer se
vinculaba con los primeros movimientos
hacia la emancipación femenina, ya que
muchas Gibson Girls eran retratadas
ejerciendo alguna profesión o practicando
deportes, algo novedoso para su tiempo. A
pesar de su modernidad, no abandonaba los
ideales de belleza convencionales: lucía una
silueta estilizada, con cintura definida,
peinados elaborados y vestidos ajustados a
las tendencias del momento.

Charles Dana Gibson, destacado
ilustrador de la Era Dorada y creador de
la emblemática Gibson Girl, es conocido
por satirizar con agudeza los
comportamientos de la alta sociedad de
Nueva York y Boston. En una ilustración
realizada durante un viaje a París en
1893 o 1894, cuando ya conocía bien la
ciudad gracias a sus estudios en la
Académie Julian, Gibson representa con
humor y detalle una escena en un café
al aire libre. En ella aparecen diversos
personajes: una pareja bohemia, una
dama elegante, un artista callejero y un
soldado zuavo, todos retratados con
rasgos característicos que reflejan su
pertenencia a distintos mundos sociales.
La obra revela la capacidad del artista
para observar y captar, con sutileza e
ironía, las diferencias culturales y de
clase en los espacios urbanos.

Las Balmoral se caracterizan por ser botas con
cordones que cuentan con entre seis y nueve
ojales y que se cierran completamente de modo
que la lengüeta sólo queda visible en la parte
superior de la caña. Esto, unido a que suben unos
centímetros por encima del tobillo, hace que sean
ideales para el invierno.
Son de tacón bajo y de punta redondeada, y sus
costuras que dividen el calzado en porciones bien
diferenciadas lucen un precioso brogueado que les
aporta un toque de distinción. Este troquelado da
mucha personalidad a este modelo y se deja ver en
la puntera, en el empeine, en la caña y en el cosido
en torno al talón.
Se trata de un tipo de bota que protagonizó la reina
Victoria en los años 1840 para esos largos paseos
en el castillo de Balmoral ubicado en Escocia. Se
cuenta que fue el Príncipe Alberto, esposo de la
reina Victoria, quien los estreno primero en
sociedad; éste pidió una bota elegante que vaya en
sintonía para las reuniones en espacios cerrados
como al aire libre. El diseño y el acabado fue tan
encantador que la misma reina Victoria solicitó
que elaborasen varios pares para ella.
La reina Victoria y el príncipe Alberto
con botas Balmoral negras en 1854

1895. Botines de charol, aceptados para
los conjuntos de noche.

La reina Victoria fue monarca del Reino
Unido desde 1837 hasta 1901,
convirtiéndose en una de las soberanas más
emblemáticas de la historia británica. Su
reinado, de más de 63 años, marcó un
período de grandes transformaciones
políticas, sociales, culturales y tecnológicas.
Durante ese tiempo, el Imperio británico se
expandió enormemente, la Revolución
Industrial alcanzó su auge y se consolidaron
valores como el deber, la moral estricta y el
decoro social. Se llama "época victoriana"
precisamente en honor a ella, ya que su
figura simboliza los ideales y características
de ese tiempo. Este período se asocia con el
progreso científico, la expansión imperial, la
estricta moral burguesa y también con
importantes desigualdades sociales. En el
arte, la moda y la arquitectura, lo
"victoriano" denota un estilo ornamentado,
detallado y, en muchos casos, una mezcla de
influencias históricas.

Camisas y cuellos en el período victoriano :
Durante el victorianismo, se popularizaron
las camisas de etiqueta con pechera rígida,
conocidas como “boiled shirts”, debido al
proceso de hervido necesario para
mantenerlas blancas e impecables. Estas
camisas solían estar hechas de piqué, lino
o algodón tableado.
Un detalle clave de la época fue el uso de
cuellos y puños desmontables, inventados
en EE.UU. en la década de 1820 y muy
difundidos por su practicidad: permitían
mantener estas partes limpias y
almidonadas sin lavar toda la prenda. Sin
embargo, en el Reino Unido los más
tradicionales preferían los cuellos y puños
fijos, considerados más elegantes. En
cuanto a la etiqueta masculina, los cuellos
aceptados eran solo dos tipos:
El cuello alto recto.
El cuello recto con puntas dobladas.
Los puños podían cerrarse con botones o
con gemelos, que formaban parte de los
accesorios de lujo para los caballeros.

En la década de 1890 las
corbatas tipo “pajarita” (tira
de tela fina formando un
pequeño lazo) es la
adecuada para los
conjuntos de etiqueta. De
color negro no eran muy
aceptadas e indicaban que
el caballero que la llevaba
no asistiría a un evento
verdaderamente formal. La
corrección británica exigía
que fueran blancas, de lino
o algodón grueso y de
textura lisa.

CAMISA: Era lisa,
sin ningún tipo de
volantes en la
pechera,
adornada
solamente por
finos pliegues
planchados y
perfectamente
estirados. Para
lograr la máxima
rigidez del pecho
de la camisa,
algunos utilizaron
un sistema que
permitía a la
prenda ser
ajustada por
medio de un
botón, a la cintura
del pantalón.

Levita (siglo XIX):Es una prenda masculina de
abrigo largo, generalmente hasta la rodilla,
que tiene su origen en la indumentaria militar,
especialmente en la casaca. Conserva
características como la abertura trasera,
pensada originalmente para facilitar el montar
a caballo. Aunque la levita no surge en el
período victoriano, ya que estaba de moda
desde principios del siglo XIX y durante el
Romanticismo, es en este período cuando
comienza a transformarse. Uno de los
cambios más notorios es la reducción
progresiva del tamaño de las solapas, en
comparación con modelos anteriores. Se
distinguen dos variantes según la ocasión:
Levita con faldón frontal: usada en ocasiones
formales diurnas.
Levita sin faldón frontal (frac): utilizada en
galas y eventos nocturnos.
Hacia fines del siglo XIX, el faldón se va
acortando y adoptando una forma redondeada
en el frente, lo que dará lugar al chaqué,
prenda emblemática del período 1860–1900, y
base del traje formal masculino moderno.

TERNO: Con esta
denominación se identificó al
conjunto resultante de utilizar:
pantalón, chaleco y americana
de la misma textura y color.
Con ello, se brindaba un poco
más de ‘formalidad’ a la prenda
que, de no estar combinada de
esta forma, resultaría
totalmente informal.
Como se observa en los
figurines, por estas fechas se
define el uso del calzado de
corte bajo con cordones, entre
los más utilizados: los OXFORD,
BLÜCHER y BROGUE.

La americana se caracterizaba por su
corte suelto, poco ajustado y sin ‘cortar’
en la cintura. Poseía solapas estrechas,
un bolsillo de ojal en el pecho y dos
bolsillos en las caderas. Según algunos
autores, es un ‘producto’ de los sastres
de EEUU (usado posteriormente por las
tropas de la Guerra Civil de EEUU), de
ahí su denominación. Otros aseguran
que surgió en Inglaterra, utilizado por
obreros y soldados, pero donde se
propagó fue en Norteamérica. Cuando
pasa a formar parte del armario del
hombre burgués, se limita como prenda
para deportes o paseos al campo o a la
playa. En 1860 comienza a aceptarse su
uso para salidas de mañana en la ciudad.
SACK COAT, SACK SUITE o AMERICANA 1847

Sombrero Hongo o Bombín (siglo XIX):
Es un sombrero masculino de fieltro,
con copa dura redondeada y ala corta.
Fue creado en 1849 por los
sombrereros James y George Lock, a
pedido de Edward Coke, y fabricado
por los hermanos Bowler, de ahí su
nombre en inglés: bowler hat.Su
diseño rígido tenía un propósito
funcional: proteger la cabeza de los
golpes con ramas al montar a caballo,
pensado inicialmente para
guardabosques. Comenzó a usarse en
la década de 1850, y hacia finales del
siglo XIX ganó gran popularidad como
una alternativa menos formal a la
chistera, especialmente en entornos
urbanos.
En sus inicios, solo era aceptado con
vestimenta muy informal, como la
chaqueta americana. Con el tiempo, se
convirtió en un símbolo de elegancia
sobria y moderna.

La chistera, también
conocida como
sombrero de copa alta,
tiene sus raíces en el
siglo XVIII en Inglaterra.
Fue inicialmente
diseñada como un
sombrero de montar a
caballo y se convirtió en
un accesorio
indispensable para los
caballeros elegantes de
la época victoriana.

El chaqué se compone de cuatro piezas más los
complementos, muy importantes.
-Levita. Es quizá la parte más vistosa porque es la más
grande. Lleva cola larga y redondeada, y tiene la
particularidad que el cierre de esta prenda, desde el
inicio es sencillo y muy alto. Suele ser negro o en
tonos grises, aunque había quienes se animaban a
otros colores, pudiendo llevar vivos negros que a
veces eran de terciopelo. Así mismo, existe el chaqué
francés, el más largo, y el chaqué inglés con una cola
más corta.
-Chaleco. Por lo general era gris para la gente joven o
negro para los más mayores, aunque en este período
se admitía el uso de colores oscuros.
-Pantalón. originalmente podía usarse con pantalones
lisos, con rayas o a cuadros. En los últimos años del
siglo XIX se define que sea usado con pantalones de
tejido gris oscuro con finas rayas en gris claro.
-Corbata de plastrón.
Su uso sigue siendo para las mismas actividades que
se creó–diurnas o nocturnas- de aire familiar (bodas,
bautizos, funerales). Podía estar acompañado con
sombrero de copa o con el bombín u hongo.

El chaleco: para
los conjuntos de
vestir debía ser
de cierre sencillo.
Su corte era
recto en la parte
inferior y mas
adelante fue
introducida la
solapa en forma
de chal. El color
del tejido se
volvió mas sobrio,
podía ser de
color blanco,
negro, u otros.

CORBATAS
Para los conjunto de noche, la
corbata (chalina) obligada era
blanca, la cual se hace cada
vez menos ancha. Mas tarde al
bajar el alto de los cuellos, la
corbata –a la manera heredada
de ‘los increíbles’, ancha y con
varias vueltas alrededor del
cuello-, pierde protagonismo. A
partir de 1840, en busca de una
solución más práctica para su
colocación, comienzan a ser
formadas por una tira ancha
que se anuda atrás a la cual se
le agrega el lazo ya hecho al
frente con una tira más fina,
algo que dará paso, años
después, a las corbatas
‘hechas’.

FRAC:
Ya establecido de color
negro, se impone en 1880’s
la moda de que las solapas
fueran ‘de chal’, forma
redondeada que ‘destrona’ a
la anterior y originaria forma
en pico, la cual retorna en la
siguiente década, pero
mucho más simple en su
corte que la original,
eliminando los ojales y
estrechando su ancho. Las
solapas continúan siendo
forradas en seda o satén
negro. La moda de los puños
o partes de las solapas
forrados en terciopelo
desaparece y el conjunto,
en general, se hace más
sobrio en su corte y
decoración.
1893. Conjuntos masculinos de
noche: izquierda: smoking,
centro: frac con chaleco negro
y derecha: frac de ‘completo
vestir’ con chaleco blanco.

Con el tiempo, la chaqueta de
estar por casa se convirtió en
chaqueta de esmoquin cuando los
hacendados la confeccionaban
con el mismo terciopelo suave
que sus batas para que absorbiera
el olor de los puros que se
fumaban después de cenar, una
vez que las damas se retiraban.
«Después de esto», escribe el
autor de moda masculina Nicholas
Antongiavanni, «les resultó muy
fácil pedir que se confeccionara
en lana negra, con ribetes de frac,
para que fuera lo suficientemente
elegante como para lucirla en el
comedor».
Material y acabados de un frac formal de
noche + una chaqueta informal de día de
longitud corta = un frac informal de noche,
también conocido como chaqueta de esmoquin.

En la época victoriana, las
mujeres usaban principalmente
botines de cuero o satén con
tacones bajos, zapatillas de
raso para interiores y botas de
cuero con cordones para paseos.
También se usaban zapatos con
tacón francés para eventos
sociales y botas de montar para
equitación, aunque eran menos
comunes.
Los hombres preferían botas
Chelsea sin cordones, botas
Balmoral con cordones y
zapatos Oxford para ocasiones
formales. Además, usaban botas
de montar y pantuflas de
terciopelo para interiores. El
calzado masculino era
generalmente oscuro y sobrio,
mientras que el femenino tenía
más variedad y decoraciones.

El uso de guantes en
actividades nocturnas pasó de
ser obligatorio a recomendable
durante la época victoriana, ya
que se consideraba
imprescindible que un hombre
elegante no tocara el guante
limpio de una mujer con los
dedos descubiertos. Sin
embargo, desde la realeza
inglesa y luego en
Norteamérica, esta obligación
comenzó a relajarse a partir de
los años 1860. Los colores de
los guantes variaban según la
ocasión: oscuros o pálidos
para uso general, y blanco o
amarillo pálido, usualmente en
piel de ante, para eventos muy
formales.

Las mujeres de la
época victoriana
utilizaban una gran
variedad de
accesorios para
complementar sus
atuendos, como
sombreros, guantes,
sombrillas, abanicos,
bolsos y joyas.
Además de estos,
también usaban
mantas, capas,
chalecos y otras
prendas para
protegerse del clima.