La importancia de toda investigación debe ser buscar respuestas a determinados interrogantes mediante la aplicación de procedimientos científicos. Este proceso puede llevarse a cabo de diferentes formas, según se trate de los distintos ámbitos de la investigación. El protocolo debe ser la guía, los pasos a cumplir, que acompañan cualquier trabajo de investigación, es un documento académico debe incluir varios aspectos: importancia del tema (o problema), delimitación del problema, marco teórico, marco conceptual y marco referencial, hipótesis, métodos y técnicas, fuentes, cronograma, presupuesto, entre otros. No es posible elaborar un buen proyecto o protocolo de investigación cuando no se conoce nada de la materia o materias tratadas, si se ignora que es una hipótesis, se pierde de vista el objeto de investigación, no se sabe cuál es el método o métodos a utilizar y se confunden varias materias afines al problema. Un aspecto fundamental en la redacción de un protocolo de investigación es la necesidad de que todos los apartados estén relacionados entre sí. Es decir, que de la lectura del apartado de antecedentes se conecte y tenga una relación con los objetivos y la hipótesis del estudio, que el diseño y el apartado de la metodología respondan a dichos objetivos, y que otros apartados, como el cronograma, el plan de trabajo o el presupuesto, sigan también bajo la mima idea, en otras palabras debe tener secuencia lógica y congruente desde el inicio hasta el fin de la investigación. Desde una perspectiva metodológica, al proceso de investigación se le puede dividir en tres grandes etapas que representan pasos establecidos, cada uno de los cuales tiene resultados y a su vez, los dos primeros son imprescindibles para el último