Presentación sobre los 18 libros proféticos de la Sagrada Escritura Católica

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About This Presentation

Presentación hecha en Canva sobre los libros proféticos de la Santa Biblia


Slide Content

PROFÉTICOS
l
o
s 18 libr
o
s
de la Sagrada Escritura

Los profetas son hombres enviados por Dios para hacer llegar su palabra a
su pueblo. Con frecuencia, los profetas alertaban al pueblo de Israel sobre
las desgracias que ocurrirían si éste no se convertía al verdadero Dios. Pero
cuando llegaban las desgracias, Dios enviaba a profetas con mensajes de
consolación. Muchos profetas anunciaron la venida del Mesías.
¿Qué es un profeta?

Isaías
4 mayores
01
Jeremías02
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
03
Daniel
04

Oseas
12 menores
01
Joel02
Amós03
Abdías04
Jonás05
Miqueas06
Nahúm07
Habacuc08
Sofonías09
Ageo10
Zacarías11
Malaquías12

El libro de
Jonás
“Para entender el sentido literal de un texto bíblico "es
necesario comprenderlo según las convenciones
literarias de su tiempo ... Cuando se trata de un relato, el
sentido literal no comporta necesariamente la
afirmación de que los hechos narrados se han producido
efectivamente, ya que un relato puede no pertenecer al
género histórico, sino ser una obra de ficción” (PCB)

Llamó a la conversión
El pueblo y los reyes anteriores a
Ezequías habían sido seducidos
progresivamente por las prácticas
paganas de los cananeos. Isaías
anunció la destrucción si el pueblo
no se convertía:
Is. 1,18-20
Incluso en los momentos en que
todo parecía más oscuro, Isaías
profetizaba un tiempo en el
Jerusalén no sólo sería la capital de
Judá sino la capital espiritual del
mundo:
Is. 2,2-3
De la descendencia de David, hijo
de Jesé, surgiría el gobernante
perfecto -el Ungido del Señor, el
Mesías o Cristo- que iba a regir a
Israel con una justicia perfecta en
un tiempo que tenía que venir:
Is. 11,1-2.10-11
El gran profeta Isaías
Profetizó la restauración Anunció al Mesías

Durante el reinado de Ajaz, el impío rey paganizado,
los asirios atacaron Jerusalén. Daba la impresión de
que iba a ser el fin de Judá. Pero Dios envió a Isaías
con un mensaje para Ajaz:
Una Virgen...
(Isaías 7, 11-16)

Isaías también aparece
en 2 Re. 19,34...
“Saldrá un renuevo del tronco
de Jesé. Sobre él se posará el
Espíritu del Señor...”
(Is. 11, 1-2)

El precio de ser profeta
Jeremías ve el fin del mundo
El rey Ezequías ha decidido rebelarse contra Nabucodonosor,
confiando en la ayuda de Egipto. Jeremías le anuncia que Egipto
no lo salvará. Es más: pronto habrá una destrucción tan terrible,
tan espantosa, que no había casi palabras que pudieran
describirla (Jer. 19, 1-3.7-11; Jer. 4, 23-26).
Por anunciar malas noticias, el profeta Jeremías es encarcelado,
golpeado, arrojado a un pozo y repetidamente amenazado de
muerte. Sin embargo, la tozudez de Jeremías fue el mejor
testimonio de la verdad de sus profecías. Incluso el impío rey
Sedecías consultó a Jeremías en secreto.
Jeremías

La promesa imposible Oseas y Ezequiel
Sin embargo, la Creación no será totalmente
destruida. Como sucedió con el Diluvio, Dios
preservará un resto y la Creación tendrá un
nuevo comienzo. (Jer. 23, 3-6). Esta vez el
pueblo no estará unido por la Alianza de la Ley
ni incluso por la Alianza con David, sino por
una nueva Alianza (Jer. 31, 31-34)
El profeta Oseas vio su propio matrimonio como un
reflejo de la relación de Dios con su pueblo (Os. 3, 1-2)
Ezequiel, que vivió al mismo tiempo que Jeremías, vio
la terrible destrucción que se avecinaba, pero en un
futuro más lejano Dios redimiría a su pueblo (Ez. 36,
24-28). Era un castigo medicinal (Ez. 36, 31-32)

Ezequiel
Visiones tremendas
El profeta Ezequiel se encontraba entre los judíos deportados a Babilonia
el año 597 a.C. Convivió con los cautivos cerca del río Quebar. Después de
la destrucción de Jerusalén, Dios se sirvió de Ezequiel para enviar a los
exiliados un mensaje de esperanza y de futura restauración.
Ezequiel vio a Dios como Buen Pastor (Ez. 34, 11-31); también vio a los
cuatro evangelistas simbolizados en cuatro animales (Ez. 1, 4-12).
También vio revivir un valle repleto de huesos resecos (Ez. 37, 4-14), y vio
el agua que salía de abajo del altar reconstruido y regaba toda la Tierra
(Ez. 47, 1-12)...

Daniel: héroes en el exilio
Nabucodonosor tiene un sueño y solo Daniel es
capaz de interpretarlo.
(Dn. 2)
Tres jóvenes son arrojados a un horno de fuego
ardiente por no adorar la estatua del rey.
(Dn. 3, 91-91)
Una mano fantasmagórica escribe en la pared
del rey unas palabras que, otra vez, sólo Daniel
puede interpretar.
(Dn. 5, 22-28)
La Estatua Las letrasEl horno
Y susana... (Dn. 13)

Al volver de Babilonia
Durante años el proyecto de reconstruir el
Templo quedó a medio hacer, mientras los
ricos de Jerusalén se construían
espléndidas casas. El entusiasmo de
algunos profetas acabó por resolver la
situación (Ag. 1, 2.4.8).

Ved que envío a mi mensajero a preparar el
camino delante de Mí; enseguida llegará a
su Templo el Dueño, a quien buscáis, el
ángel de la Alianza, a quien deseáis.
(Malaquías 3,1)
Malaquías anuncia la Salvación

Después de escapar de la esclavitud de Babilonia, numerosos
judíos pobres se vieron obligados a venderse como esclavos para
poder pagar los préstamos a los ricos.
La idolatría ya no era el principal problema de Jerusalén. El
principal problema era la hipocresía. Hombres ricos compraban y
vendían a sus vecinos y después iban a presentar una pobre
ofrenda a Dios en el Templo (Ml. 1,8)
Al volver de Babilonia... Idolatría vs. hipocresía
Más aún, los sacrificios que ofrecían provenían con frecuencia de
lkos peores animales de sus rebaños. El profeta Malaquías
pronunció duras palabras contra los hipócritas que profanaban el
altar con saxcrificios sin valor (Ml. 1,8)
Pero tampoco estos sacrificios perfectos eran lo que Dios
realmente quería de su pueblo. Lo que Dios deseaba era la justicia.
¿Iba Dios a estar contento con el sarficio de un hombre ricoq ue
acabanba de vender a su vecino con esclavo? (Za. 7, 9-10)
Sacrificios imperfectos Dios desea justicia
Lo que Dios de verdad quiere

La Promesa
incumplida
Jerusalén había sido restaurada y el Templo se
convirtió de nuevo en un lugar de culto. Un resto del
Pueblo de Dios había regresado a la Tierra Prometida.
Pero Dios había prometido mucho más que eso (So. 3,
19-20). Los judíos eran ahora un pueblo pequeño y
débil, que cerraba las puertas de Jerusalén por las
noches (Is. 60, 11). El Rey David ideal, el Ungido,
todavía estaba por llegar (Za. 9,9).

fin de Profetas.
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