Fuentes de ignición Flama abierta. La tenemos en los quemadores de la estufa, en los calentadores de los hogares, en calderas, sopletes, encendedores, cerillos, etcétera. Chispas eléctricas. Ocasionadas por un tablero eléctrico, contacto o apagador eléctrico, por el arco de la soldadura eléctrica, cables o terminales flojos, pelados o rotos. Rayo eléctrico. Provocado por las tormentas eléctricas. Rayos solares . Es una de las fuentes de calor más comunes en nuestro entorno, también puede hacerse fuego usando una lente o lupa, un reflector curvo o el fondo de una botella para concentrar los rayos del sol sobre el material combustible. Incluso en determinadas condiciones una gota de agua sobre un pastizal seco podría servir como lupa. Fricción o impacto . Pueden generar chispas con la suficiente energía para iniciar la combustión. Este tipo de chispas se producen al golpear o friccionar metales, principalmente cuando utilizamos herramientas de golpe. Corriente eléctrica. Los circuitos eléctricos están expuestos al flujo de corriente de acuerdo al calibre del cable. Éstos, al sobrecargarse con varios equipos al mismo tiempo y no tener considerado dicho calibre, tienden a calentarse y pueden llegar a prender el forro protector del cable. Otro peligro que presentan los circuitos eléctricos son las resistencias eléctricas o parrillas que generan suficiente calor, provocando que los vapores combustibles cercanos se enciendan. Electricidad estática. Al fluir líquidos y gases por tuberías y equipos, generan energía estática que se va acumulando hasta llegar a cantidades tales que al momento de aterrizarse produzcan descargas eléctricas, generando chispas que llegan a alcanzar temperaturas de hasta 350 °C, por lo que todos los equipos (bombas, tuberías recipientes, etcétera) deben estar conectados a tierra a fin de que se disipe la electricidad estática acumulada. Compresión . Al comprimir el aire dentro de un espacio vacío se incrementa la temperatura hasta alcanzar el punto de ignición, por ejemplo, los motores diesel . Combustión espontánea . Es el resultado de una reacción química, rápida o lenta, que sufren los materiales independientemente de cualquier fuente de calor externa. La combustión espontánea ocurre a través de un ciclo de oxidación, mismo que genera calor lentamente en su inicio