En el lenguaje cotidiano, expresamos nuestras emociones dentro de una escala
positivo-negativo y en magnitudes variables, como "me siento bien", "me siento
muy bien", "me siento extraordinariamente bien" (intensidades o grados del polo
positivo) o "me siento mal", "me siento muy mal", "me siento extraordinariamente
mal" (intensidades o grados del polo negativo).
Según sea la situación que provoca la emoción, escogemos unas palabras u otras
como 'amor', 'amistad', 'temor', 'incertidumbre', 'respeto', etc., que, además,
señala su signo (positivo o negativo). Y según sea la intensidad de la emoción
escogemos palabras como 'nada', 'poco', ' bastante', 'muy', etc. y así, componemos
la descripción de una emoción. Decimos, por ejemplo, "me siento muy
comprendido" (positiva) o "me siento un poco defraudado" (negativa).
En consecuencia, podemos reconocer en toda emoción dos componentes bien
diferenciados. Por un lado, un componente cualitativo que se expresa mediante la
palabra que utilizamos para describir la emoción (amor, amistad, temor,
inseguridad, etc.) y que determina su signo positivo o negativo. Por otro lado, toda
emoción posee un componente cuantitativo que se expresa mediante palabras de
magnitud (poco, bastante, mucho, gran, algo, etc.), tanto para las emociones
positivas como negativas. El cuadro s iguiente trata de reflejar estos dos
componentes de toda emoción.
Aprendizaje
Se denomina aprendizaje al proceso de adquisición de conocimientos,
habilidades, valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o
la experiencia. Este proceso puede ser analizado desde diversas perspectivas, por
lo que existen distintas teorías del aprendizaje. La psicologíaconductista, por
ejemplo, describe el aprendizaje de acuerdo a los cambios que pueden observarse
en la conducta de un sujeto.
El proceso fundamental en el aprendizaje es la imitación (la repetición de un
proceso observado, que implica tiempo, espacio, habilidades y otros recursos). De
esta forma, los niños aprenden las tareas básicas necesarias para subsistir.
El aprendizaje humano se define como el cambio relativamente estable de la
conducta de un individuo como resultado de la experiencia. Este cambio es
producido tras el establecimiento de asociaciones entre estímulos y respuestas.
Esta capacidad no es exclusiva de la especie humana, aunque en el ser humano
el aprendizaje se constituyó como un factor que supera a la habilidad común de
las mismas ramas evolutivas. Gracias al desarrollo del aprendizaje, los humanos
han logrado alcanzar una cierta independencia de su contexto ecológico y hasta
pueden modificarlo de acuerdo a sus necesidades.
La pedagogía establece distintos tipos de aprendizaje. Puede mencionarse el
aprendizaje receptivo (el sujeto comprende el contenido y lo reproduce, pero no
descubre nada), el aprendizaje por descubrimiento (los contenidos no se reciben
de forma pasiva, sino que son reordenados para adaptarlos al esquema cognitivo),
el aprendizaje repetitivo (producido cuando se memorizan los contenidos sin
comprenderlos ni relacionarlos con conocimientos previos) y el aprendizaje
significativo (cuando el sujeto relaciona sus conocimientos previos con los nuevos
y los dota de coherencia respecto a su estructura cognitiva).