ANEXO 2: HISTORIA DE LA SEMANA SANTA
Un día Jesús le dijo a sus discípulos que se iba a ir a Jerusalén y les mandó que fueran a
buscar un burrito.
Cuando lo consiguieron, montó sobre él y entró en Jerusalén; a su paso, la gente cubría el
suelo con palmas y ramas de olivo, porque creían que era un rey como los de la tierra y
decían: ¡Hosana en el Cielo! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!. Este día lo
conocemos ahora como Domingo de Ramos.
Pasaron unos días y Jesús le dijo a sus apóstoles que preparan una gran cena.
En la cena estaban Jesús y sus doce apóstoles, entonces Jesús cogió el pan y repartiéndolo
entre ellos les dijo:
- Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
Después cogió el vino y pasándoselo a sus discípulos les dijo:
- Esta es mi sangre que se derrama por vosotros.
Esta fue la última cena de Jesús y con ella, nos enseño lo que debíamos hacer para
recordarle.
Después de cenar, Jesús se marchó con algunos de sus discípulos al Monte de los Olivos,
porque iba a rezar.
Mientras Jesús rezaba, uno de sus discípulos, Judas Iscariote, había ido a hablar con los
Sumos Sacerdotes, que tenían envidia de Jesús y querían matarle. Fueron a buscar a Jesús
y lo apresaron. Esto lo recordamos el Jueves Santo.
Lo llevaron ante Pilato, allí lo golpearon, lo insultaron, le colocaron una corona de espinas y
le hicieron cargar una cruz.
Los soldados llevaron a Jesús hasta el monte Gólgota, donde fue crucificado junto a dos
maleantes, uno a cada lado.
Después de mucho rato de sufrimiento en la cruz, Jesús dijo:
- Perdónales Padre, porque no saben lo que hacen.
Y después de perdonar a los que le habían hecho eso, se murió.
Cuando Jesús se murió un temblor recorrió toda la tierra.
Enterraron a Jesús en un sepulcro vacío y lo cerraron con una gran piedra. Con su muerte,
Jesús cumplió la voluntad de su padre Dios y nos liberó a todos los hombres de la muerte,
porque ahora, como él, resucitaremos y viviremos para siempre felices en el cielo con
nuestro padre Dios y con todos los hombres.
Todo esto lo recordamos el Viernes Santo.
Tres días después, cuando María Magdalena y la Virgen María iban a rezar a la tumba de
Jesús, la encontraron abierta y de ella salió un ángel que les dijo: ¡Jesús ha resucitado!.
Entonces ellas llenas de alegría, fueron donde estaban reunidos los apóstoles, que se
habían quedado tristes, y les dijeron que Jesús había resucitado. Esto lo recordamos el
Domingo de Pascua
Es la historia verdadera de lo que le paso a Jesús, el hijo de Dios.
De esta historia, tenemos que aprender a amar a Dios como lo hizo Jesús y a obedecer a
nuestro padre como el lo hizo.
Tenemos que recordar que todo esto que paso a Jesús, lo pasó por amar a los hombres
hasta el infinito, a todos los hombres de todos los tiempos.
Todo esto, lo pasó Jesús por ti y por mí, para salvarnos.