por los efectos que puede llegar a tener en la calidad de vida y en la
salud de las personas, sobre todo de los más pobres, o sea los más
vulnerables.
Hoy en día se habla de “residuo”, refiriéndose a la posibilidad de
convertir la basura en un subproducto distinto al original, que puede
ser reutilizado ó reciclado en un nuevo proceso y por lo tanto puede
ayudar a atenuar en gran parte este problema.
Los residuos sólidos domiciliarios son aquellos que se generan en las
viviendas, establecimientos escolares, centros comunitarios, locales
comerciales, etc.
Por su origen se pueden clasificar en orgánicos e inorgánicos.
Los orgánicos son biodegradables, es decir tienen la capacidad de
fermentar y ocasionan procesos de descomposición, tal que la
naturaleza los puede aprovechar como parte del ciclo natural de la
vida, pero cuando se acumulan y posibilitan la multiplicación de
microbios, bacterias y plagas se convierten en potenciales fuentes de
contaminación de suelo, agua y aire. Algunos residuos orgánicos son:
restos de comida, papel de todo tipo, textiles, madera, por otro lado los
inorgánicos se componen de botellas de vidrio, metales, plásticos y
otros productos de uso cotidiano, de origen industrial, los cuales
tardan mucho tiempo en desintegrarse ó nunca se descomponen, y por
eso se llaman no biodegradables. Estos desechos no siempre resultan
inservibles, pues existen diferentes formas de aprovecharlos o
reutilizarlos.
También existen productos de uso cotidiano en el hogar que contienen
componentes peligrosos, a saber: limpiadores, pinturas, barnices,
baterías de automóviles, aceite de motor y de cocina, termómetros,
pilas y medicamentos, se lo conoce como “residuos domésticos
tóxicos”.
Muchos residuos domiciliarios pueden ser reciclados y tienen valor
comercial como por ejemplo: papel, cartón, hierro, cobre y aluminio.
Otros es conveniente evitarlos ó sea reducir su consumo y a veces
podemos rehusar objetos, por ejemplo la vajilla que utilizamos en los
cumpleaños.
Consideramos conveniente recordar la definición de estos términos:
Reducir: Se deben elegir los productos que tengan menos envoltorios,
sobre todo los que utilicen materiales reciclables, y emplear menos
bolsas de plástico para la compra.
Por último cabe recordar que se tiene que reducir el consumo de
productos
tóxicos y contaminantes como las pilas.
Reutilizar: Cuantos más objetos volvamos a utilizar menos basura
produciremos y menos recursos tendremos que gastar.
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